lunes, 26 de octubre de 2009

La muerte en diferentes culturas


El fenómeno biológico de la muerte, desde la aparición del hombre en la Tierra, ha sido observada en algunas culturas, como la continuidad de la vida, siendo estrechamente relacionadas con las creencias religiosas sobre la naturaleza de la muerte y la existencia de una vida después de ella, y en algunos otras, como la negación absoluta de la misma, especialmente en la cultura occidental, donde las religiones han influido notoriamente sobre sus adeptos creándoles un cielo o un infierno, donde estarán irremediablemente destinados hasta el fin de los tiempos.
Todo el ritual que acompaña a la desencarnación del ser, implican importantes funciones psicológicas, sociológicas y simbólicas para los miembros de una colectividad y tiene que ver, no sólo con la preparación y despedida del cadáver, sino también con la satisfacción de los familiares y la permanencia del espíritu del fallecido entre ellos.
En todos los pueblos primitivos se han encontrado vestigios de la creencia en la inmortalidad del alma, sin que esos grupos étnicos jamás mantuvieran cualquier contacto entre ellos.
Habitando distintos puntos del planeta, desarrollando su propia cultura, en ellos se presentan los mismos cultos no obstante las conquistas alcanzadas, todas basadas en la certeza de un principio creador, justo y sabio, que recibe, para juzgar, a aquellos que retornan de la Tierra después de la muerte física.
La mitología de cada país es un océano de hechos espirituales, en el cual desembocan los ríos del conocimiento que se confunden, por identidad de informes, con respecto a la continuación de la vida después del desgaste carnal.
Los primeros entierros de que se tienen evidencias son de grupos de Homo sapiens. Además, los restos arqueológicos indican que ya el hombre de Neandertal pintaba a sus muertos con ocre rojo. Las prácticas de lavar el cuerpo, vestirlo con ropas especiales y adornarlo con objetos religiosos o amuletos son muy comunes. A veces al fallecido se le atan los pies, tal vez con la intención de impedir que el espíritu salga del cuerpo. El tratamiento más meticuloso es el del embalsamamiento, que nació, casi con seguridad, en el antiguo Egipto. Los egipcios creían que el cuerpo tenía que estar intacto para que el alma pudiera pasar a la siguiente vida, y para conservarlo desarrollaron el proceso de la momificación. En la sociedad occidental moderna se realiza este proceso para evitar que los familiares tengan que enfrentarse con el proceso de putrefacción de los restos.

Para los Sumerios, el difunto entraba en el Kur, el “Gran Abajo”. Allí presentaba ofrendas a los dioses con los que se quería conciliar. Luego era acogido por otros muertos con los que viviría en el “País sin Retorno”.
Para los egipcios, el alma del difunto accedía al reino de Am-Duat, donde se beneficiaba de los favores de Osiris, dios de la inmortalidad. Pero antes de vivir en paz para toda la eternidad, el alma tenía que sufrir varias pruebas reveladas en el Libro de los Muertos, llamado así por los arqueólogos que encontraron el manuscrito, pero que sería más correcto traducir como Libro de la Salida a la Luz del Día. En el antiguo Egipto, la muerte no era considerada como un final en sí mismo, sino como un nacimiento.

Los funerales de los gobernantes representaban un evento religioso para la población; además, las Pirámides eran un símbolo y prueba de la autoridad real, pues los faraones encarnaban la permanencia social, la autoridad espiritual y temporal y su muerte ponía en peligro todos estos elementos.
En la India, las creencias en la reencarnación se basan en un sistema complejo que permite saber si el alma del difunto volverá o no a la Tierra. Según el Hinduismo, existen 16 puertas divididas en tres grupos por las que el alma puede salir. Según el grupo de puertas por las que se escapa, podrá acceder el difunto a un reino superior, o tal vez renacerá, o bien, finalmente se transfigurará y entrará definitivamente en un ciclo de renacimientos.
En Grecia, Egipto y la China, los esclavos, a veces, eran enterrados con sus amos, ya que se creía que en la otra vida el muerto iba a seguir necesitando sus servicios.
En la India, llegado al lugar previsto para la ceremonia, el cortejo se paseaba alrededor del féretro y antiguamente, en algunos grupos, la viuda realizaba el suttee, es decir, se autoincineraba en la pira funeraria del marido. Finalmente las cenizas se depositaban en un río considerado sagrado.
En Tailandia, después de la cremación del monarca, el nuevo rey y los miembros de la familia real tradicionalmente buscaban entre las cenizas fragmentos de huesos. Estas reliquias se convertirían en objetos de culto que, de forma indirecta, significaban la continuidad de la presencia y autoridad del monarca fallecido.
Pueblos griegos y latinos representaban a la muerte como una figura triste, con una antorcha apagada. En el cristianismo, se simboliza con un esqueleto armado de una guadaña.
Según el antropólogo B. Malinowski, los nativos de las islas Trobriand, cuando celebran su fiesta anual de la Milamala, tienen especial cuidado de no exponer al aire ningún tipo de punta, extremo de lanza u objetos punzantes, ya que estos podrían dañar a los espíritus de sus difuntos, que en tal fecha acuden en masa a sus poblados para celebrar con ellos tan importante efemérides.
El ritual funerario varía acorde con las costumbres de cada pueblo. En todas las sociedades se prepara el cadáver antes de colocarlo en el féretro, y su despedida está en función de las creencias religiosas, el clima, la geografía y el rango social. La cremación se práctica en algunas culturas con la intención de liberar el espíritu del muerto. La exposición al aire libre es común en las regiones árticas y entre los parsis (seguidores de una antigua religión persa, el zoroastrismo), donde también tiene un significado religioso. Practicas menos comunes son arrojar el cadáver al agua después de un traslado en barco y el canibalismo.
En las sociedades precolombinas de América, la muerte era un acontecimiento muy ritualizado, lo que obligaba a ceremonias de todo tipo, acompañadas de ofrendas, alimentos y objetos de acompañamiento y regalos de mucha utilidad durante el largo viaje que se iniciaba tras la muerte.
Entre los Mayas se diferenciaba el enterramiento según la clase y categoría del muerto. La gente ordinaria se enterraba bajo el piso de la casa, pero los nobles solían ser incinerados y sobre sus tumbas se erigían templos funerarios.
Los Aztecas, que creían en la existencia de paraísos e infiernos, preparaban a los difuntos para un largo camino lleno de obstáculos. Tenían que pelear para poder llegar al final y ofrecer obsequios y regalos al señor de los muertos, que decidía su destino final.
Entre los indígenas americanos se creía que el alma de los difuntos viajaba a otra parte del universo, donde disfrutaba de una vida placentera mientras que desarrollaba las actividades cotidianas. El alma de los desdichados o perversos, vagaba por los alrededores de sus antiguas viviendas, provocando desgracias.
La Iglesia Católica instituyó el 2 de noviembre como el Día de los Difuntos, cuyo objetivo es interceder ante Dios con oraciones, sacrificios y limosnas por las almas del purgatorio para que abandonen esta morada y vayan al cielo. Fue declarado por primera vez en los monasterios Cluniacenses en el año 998.
En culturas como la mejicana, se cree que las almas de los muertos vienen a visitar a sus amigos y familiares, por ello acuden a los cementerios para arreglar las tumbas y colocar flores, velas y alimentos. Para ellos, no es un día de duelo, sino de celebración, con desfiles mercadillos y conciertos.
A través de la antropología se ha logrado determinar que existen cuatro elementos simbólicos principales en las prácticas funerarias. El primer simbolismo es el color negro, el cual es asociado con la muerte en algunas culturas y en la actualidad esta ampliamente difundido. El segundo elemento es el pelo de los familiares, que puede estar rapado o, por el contrario, largo y desordenado en señal de tristeza. El tercer elemento son las actividades ruidosas con golpes de tambor o cualquier otro instrumento y el cuarto elemento, es la utilización de algunas prácticas mundanas en la procesión con el cadáver.
En las sociedades occidentales modernas, los rituales funerarios engloban velatorios, procesiones, tañido de campanas, celebración de un rito religioso y la lectura de un panegírico. El deseo de mantener viva la memoria del difunto ha dado lugar a muchos tipos de actos, como la conservación de una parte del cuerpo como reliquia, la construcción de mausoleos, la lectura de elegías y la inscripción de un epitafio en la tumba.
Uno de los más intrigantes problemas humanos, ha sido la interpretación del hombre sobre la vida, después del fenómeno de la muerte. Saber si la vida se acaba cuando sufre la transformación material, ha constituido un gran desafío para la inteligencia.
La documentación es preciosa y muy amplia, y es periódicamente reexaminada y aumentada con nuevos hechos y datos que la enriquecen más y la mejoran. Si la vida fuera destruida con la muerte, ella no tendría sentido en sí misma, ni finalidad, en razón de su fragilidad y brevedad.
Para los materialistas, la muerte es el fin de todo, pues la vida se reduce a nacer y morir: No creen que algo sobreviva después de la muerte, ni en el alma o espíritu, no creen en Dios, y por consecuencia creen que extinguida la vida material todo se acaba. Los materialistas son tan orgullosos que no admiten la posibilidad que exista alguien superior a ellos, e ahí la causa de no creer en Dios.
Pero, si sólo existe la materia, ¿cómo surgió el universo con leyes inmutables, perfectas y organizadas? Si el hombre no creó el cielo, las estrellas y las demás obras de la naturaleza, con gran perfección, todo nos lleva a creer en un ser superior llamado Dios. Se reconoce al creador por su obra.
Bien, si creemos en Dios, ¿porqué nos crearía para después aniquilarnos? ¿Usted que es padre o madre, le gustaría que sus hijos murieran para siempre? Si nosotros que somos seres imperfectos, y no queremos que nuestros hijos mueran, imagínese a Dios que es infinitamente perfecto, justo y bueno. Tenga la certeza que él no quiere eso para nosotros.
Los espiritualistas creen que existe un alma o espíritu que sobrevive después de la muerte física, pero su destino está definido por su conducta en una única existencia. Para ella sólo hay dos posibilidades: el cielo eterno para quienes hicieron el bien o el infierno eterno, para quienes hicieron el mal.

No creen que los muertos puedan comunicarse con los vivos, porque Moisés lo prohibió (Deuteronomio 18:10 - 12 y Levítico 19:31 y 20:27). Ahora, si Moisés lo prohibió es porque era posible comunicarse con ellos, pues nadie prohíbe algo imposible. Y, si los muertos van al cielo o al infierno de acuerdo a su comportamiento en la vida, ¿por qué entonces, vamos al cementerio a recordarlos y orar por ellos? Se supone que ellos no nos oyen más, o no podemos interceder por ellos, puesto que su suerte está irremediablemente definida. Jesús, nos mostró que podía ser posible el intercambio entre vivos y muertos, conversando con Elías y Moisés en el Monte Tabor.
La demostración mediúmnica de la inmortalidad del alma, proporciona valor al hombre, cuyos horizontes se hacen más amplios y lejanos, asignándole posibilidades infinitas y realizaciones sin término.
Desde entonces, los valores éticos se agigantan y el amor adquiere una dimensión ilimitada, uniendo a todos los seres bajo el árbol de la fraternidad que impulsa a la búsqueda de la felicidad por medio del trabajo y de la lucha que subliman.
Vemos a madres de criminales que lloran por sus hijos que están presos, pidiendo a Dios su regeneración. Jesús, el amigo excelso, nos enseñó que debemos perdonar siempre, ¿por qué Dios, que es más perfecto y bueno que nosotros no nos perdonaría nuestros errores? Dios nos perdona siempre. Si caminamos en el error, con certeza iremos a zonas de sufrimiento, pero saldremos de allí, arrepintiéndonos y reparando el mal que realizamos. Si nos vamos para el “infierno” o los “umbrales de la vida”, no es porque Dios nos castigó, sino porque transgredimos las Leyes de Dios, y esta ley, como todas las otras, da una reacción a cada acción que practicamos.
La iglesia decidió arreglar en parte el equívoco de las penas eternas, en el año 593, creando el llamado purgatorio, sitio donde las personas que tenían pecados leves podían ser salvadas con oraciones pagadas. En la época de la Inquisición, existían las llamadas indulgencias, donde cada pecado tenía un precio. De acuerdo a esto, sólo los ricos que estaban en el purgatorio podían ser “salvados”, pues los pobres no tenían el dinero para comprar sus pecados.
Sin embargo, el dinero fue utilizado para construir el imperio de la Iglesia Católica, donde se encuentra hoy el Vaticano. Lutero que era católico, percibió tales disparates y desencadenó, en el siglo XVI, el movimiento llamado Reforma Protestante, creando una nueva religión que abolió las imágenes, las indulgencias y buscó seguir la Biblia al pié de la letra. A raíz de ello, Lutero fue excomulgado de la Iglesia Católica.
Para la cultura Espírita, la muerte no existe, pues somos espíritus inmortales y solo cambiamos de plano cuando dejamos la vida física, ya que retornamos a nuestra patria espiritual. Para nosotros no existe ni el cielo, ni el infierno, solo estados de conciencia. Es decir, quienes son buenos, tienen la conciencia tranquila y viven en paz; pero para aquellos que persisten en el camino del error y del mal, sufrirán penas morales por los actos practicados y solo saldrán de ese estado, cuando se arrepientan y reparen el mal que hicieron.
La Tierra ya no es el punto final, la estancia única para el ser, sino que es una escuela para el aprendizaje y para la adquisición de la experiencia, lo cual, trabaja a favor del perfeccionamiento del espíritu.
El dolor deja de ser un castigo de la vida para transformarse en inevitable efecto de la opción personal de cada cual, que escoge tal o cual camino, de paz o de violencia, de esfuerzo o pereza para crecer y progresar.
Por eso, el día de los muertos, recordémonos siempre de nuestros familiares y amigos desencarnados, con alegría. Y no nos olvidemos de prepararnos para nuestra partida de este mundo, mejorando nuestra conducta moral ante nuestro prójimo y procurando no apegarnos mucho a los bienes terrenales, para que cuando regresemos al mundo espiritual podamos llegar con nuestra conciencia tranquila.
La mentora espiritual Juana de Angelis, en su libro “Autodescubrimiento”, nos enseña que “el dolor ante la muerte de un ser querido, es consecuencia entre otros factores, de atavismos psicológicos, filosóficos y religiosos, que no educaron al individuo a considerar natural, como lo es, al acontecimiento que forma parte del proceso orgánico para el cual la vida se expresa”.
“La propia conceptuación de la muerte como fin, es frágil e insostenible, porque nada se extermina y los muertos no han interrumpido el flujo existencial. Se transfieren de onda vibratoria, se dislocan temporariamente, pero no se aniquilan. Continúan viviendo, se comunican con aquellos que quedaron en la Tierra , establecen nuevos lazos de intercambio, aguardan a los afectos y los reciben, a su vez, cuando desencarnan”.
“Es justo que se sufra el dolor de la separación, que se llore la ausencia, que se interrogue en silencio cómo se encontrará en la nueva situación el ser amado. No obstante, la desesperación no se justifica, por no ecuacionar ni llenar el vacío que queda”.
“Manifestar el dolor mediante los recuerdos felices, señalados por el rocío de las lágrimas, revivir episodios marcantes con ternura, repartir los haberes con los necesitados en su memoria, envolverlos en oraciones y crecer íntimamente, son recursos valiosos para la liberación de las amarguras consecuentes de la muerte”.
Con la Doctrina Espírita existe “la esperanza del reencuentro, de la comunicación y gracias al afecto preservado, se ilumina, se suaviza y mantiene sólo las señales de la gratitud por haber disfrutado de esa presencia querida”.

viernes, 23 de octubre de 2009

Mayas, cambis fisicos y planetarios


2002: Año de preparación. Año de transición.
2003: Aumenta el número de personas que no toleran las nuevas energías. Enferma mucha gente de dolencias que la ciencia no entiende. Aumenta la frecuencia de emisión de luz del Sol.
2004: Se producen cambios repentinos en las personas en cuanto a la manera de pensar y ver las cosas. Se potencia lo positivo y lo negativo. Tiemblan los cimientos de la Iglesia Católica. Muere el Papa Juan Pablo
2005: Aparece en el cielo un nuevo Planeta. Produce cambios electromagnéticos y gravitacionales en la Tierra. El Sistema Bancario se resquebraja. La Humanidad comienza a dar al dinero otro sentido. También aumenta la actividad el Polo Negativo y se produce un gran caos a todos los niveles.
2006: Hay dos Humanidades bien diferenciadas. La Luz y la Oscuridad en franca lucha. El nuevo planeta se instala en la órbita entre Marte y Júpiter. Gran Caos a nivel mundial. Quien no tenga tierra, no comerá. Se valoran más otras cosas, como el compañerismo, la amistad, el amor, el desapego, la compasión, el altruismo. Mucho movimiento sísmico y volcánico. Cambia el eje polar de la Tierra. El mar inunda zonas costeras. Se produce un gran despertar de la Humanidad. Fuerzas de la Oscuridad se pasan a la Luz. Las catástrofes planetarias ponen armonía entre las naciones.
2007: Desaparecen muchas fronteras. Comienza el sentimiento de UNIDAD entre la Humanidad. Los pueblos se ayudan entre si. Vienen los Hermanos Mayores a cohabitar con la Humanidad. Aparece la cultura oculta durante tantos años. La Humanidad colabora con los Hermanos Mayores. Se forman Comunidades Armónicas entre Humanos y Seres de otros planetas.
2008: Aquellos que toleran la frecuencia de luz del Sol y la vibración de la Tierra a 13 ciclos por segundo, permanecen, los que no, desencarnan. Las fuerzas involucionistas pierden la batalla definitivamente. El Planeta ha realizado ajustes orbitales en la Tierra y cambia el clima y la geografía tal y como la conocemos hoy. Las fuerzas involucionistas que no desean trabajar en la Luz, son transportadas al nuevo Planeta. Se produce la limpieza total del Astral de la Tierra.
2009: Año de estabilización de los cambios producidos. Hay que seguir adaptándose a la nueva vibración con alimentación sana. Se activan y potencian las percepciones ultrasensoriales. Comienzan a funcionar espirales de ADN que estaban dormidos. Los animales no alimentan definitivamente a la Humanidad. La Humanidad es muy feliz.
2010: Se armonizan los reinos Mineral, Vegetal y Animal, saliendo de la Tierra diferentes especies que ya no son necesarias. Vienen más Hermanos Mayores a convivir con los Humanos. Enseñan cosas que ahora no podemos soñar.
2011: La Humanidad es UNO. Tiene conciencia de las Civilizaciones Cósmicas que existen. Se prepara para entrar en la Confederación Galáctica como miembro de pleno derecho. Sigue ampliándose la labor de aprendizaje.
2012: La Humanidad es Feliz. La Humanidad es Armónica. La Humanidad tiene conciencia de todo lo que ES. Se inicia la Gran Fiesta Cósmica. La Tierra nombra sus representantes para la Confederación Galáctica.
Exporta AMOR al Cosmos. Inicia una nueva etapa. Ayudará a evolucionar a otras Humanidades de la 3D.

CAMBIOS FÍSICOS Y PLANETARIOS

Debilitamiento del campo magnético terrestre:
África del Sur está recibiendo una energía muy rara, dicen los científicos que están estudiando uno de los más profundos cambios que sufrirá el planeta Tierra.
Esta revolución por venir es el cambio del cambio magnético de la Tierra, evento que sucede cada 500.000 años aproximadamente.
Señales de que este cambio está por suceder son cada vez más aparentes y se notan especialmente en África del Sur, según el Dr. Pieter Kotze, cabeza del grupo de geomagnetismo en el Observatorio Magnético Hermanus, en el sur del Cabo.
Los satélites que orbitan cercanos a la Tierra sobre África del Sur están ya mostrando las señales del daño causado por la radiación que es el resultado del debilitamiento del campo magnético terrestre. El campo forma la magnetosfera, que, como la capa de ozono, protege al planeta de la radiación solar nociva.
Otro de lo síntomas que se manifestarán en los próximos años incluyen las aurora australes, o luces del sur. Estas se ven sólo sobre el Polo Sur se tornaran más visibles y cercanas al Ecuador por el debilitamiento y desaparición del campo magnético terrestre.
Eventualmente este reaparecerá pero con los polos magnéticos norte y sur habiendo cambiado de lugar, cosa que ya ha sucedido muchas veces en millones de años.
De acuerdo a un artículo del New York Times de esta semana, el cambio será devastador para los animales que tiene hábitos migratorios y que usan el campo magnético de la Tierra para migrar 8.000 km alrededor del Atlántico.
(tenemos a la fecha 50 delfines varados en el Key West (Florida USA) con signos evidentes de pérdida de dirección. Se están haciendo todos los esfuerzos para devolverlos al océano, lamentablemente algunos ya murieron. Los humanos también sufrirán las consecuencias de esto. La (temporaria) desaparición del campo magnético aumentará el índice de cáncer debido a la radiación producto del mismo (según Kotze al New York Times) quien manifiesta que la desaparición del campo magnético es más evidente en la llamada “anomalía del Atlántico Sur” que es una enorme desviación en el campo magnético terrestre descubierta por el observatorio Hermanus. Este mes la Agencia Espacial Europea (ESA) aprobó una multimillonaria misión llamada Swarm para medir la anomalía que se extiende desde África del Sur hacia América del Sur.
Los científicos de ESA y el Observatorio han registrado también una desviación del norte real y el magnético en África del Sur en los últimos 10 años habiéndose movido firmemente hacia el oeste y según los simuladores de las computadoras de ESA se ha identificado el fenómeno como el posible comienzo del cambio de los polos. Que tan rápido esto puede suceder, no se sabe, pero sí se sabe que es el resultado de “cosas” (sus palabras) que suceden muy profundamente dentro de la Tierra. Entre el límite del manto y la corteza externa (más de 3.000 km debajo de África del Sur) manifestaciones inusuales están sucediendo en el flujo del liquido del núcleo externo (en su mayor parte hierro) explicó. Este creó una situación de revertir el efecto dinamo que se tornó ya demasiado aparente en las variaciones del campo magnético sobre la superficie de la Tierra

El cuerpo Energetico.


Cada cuerpo energético tiene su base y es ahí donde sus partículas informativas energéticas, comienzan asimilar la energía de aquellos elementos con los que contactan:

a) el plano físico: es la base central del cuerpo físico, compuestos de elementos materiales, desde los átomos hasta los órganos que forman el planeta (río, montañas, etc) y el hombre (sangre, corazón, etc.) estas son el resultado de las transmutaciones que se realizan entre las partículas de la energía principal, las del plano y cuerpo físico y las del plano y cuerpo etéreo.

b) El plano etéreo: es la base del cuerpo etéreo, conformado de partículas separadas de los cuerpos materiales. Su energía esta mas cerca de los cuerpos planos físicos, (ejemplo: un perro cuando busca a una persona oliendo una prenda o algo, lo que hace es traducir la información de los átomos y moléculas, que se desprendieron del cuerpo físico y quedan impregnados en la ropa).

c) El plano astral: es el lugar o hábitat del cuerpo astral, compuesto por partículas menos densas que las del cuerpo etéreo, es el resultado de la interacción de sus elementos con los pertenecientes a los planos y cuerpos etéreo y vital. Este contiene partes con información sentimental, las cuales afectan al campo emocional del ser humano, en el cuerpo se localizan en el chakra del plexo solar. (ejemplo cuando una persona siente rencor hacia otra esos sentimientos se localizan en el plexo solar, el cual se va llenando e irradia el rencor en pequeñas partículas a su alrededor debió al cuerpo astral)

d) El plano vital: es el lugar de origen del cuerpo vital. Formados de las partículas que resultan de la fusión entre el plano y cuerpo astral, son partículas materiales y antimaternales. En el se forman glóbulos de vitalidad.

e) El plano mental inferior: es la base donde surge el cuerpo mental inferior. Compuesto por partículas
antimaternales que afectan sobre la conciencia y forma parte de los pensamientos. El magnetismo generado hace que todos esos pensamientos semejantes se unan en el centro mental. (ejemplo si tomamos el rencor acá influyen en el cuerpo físico ya sea consciente o no, y actúan en el cuerpo, otro ejemplo es las huelgas, ideales políticos, religiosos, etc.)

Debido a que el cuerpo astral es el cuerpo de las emociones, hay que saber que las emociones son reacciones subjetivas al medio ambiente que rodea a un sujeto (acompañadas de reacciones tanto neuronales y hormonales), las emociones pueden también ser opuestas ya sean amenas o agradables que ellas originan una fuerza de atracción hacia la circunstancia que las provoca y las otras son las desagradables que generan una fuerza repulsiva.

f) el plano mental superior: es el lugar de origen del cuerpo mental superior, constituido por partículas antimaternales como los electrones positivos o positrones, estos son resultados de las fusiones entre los elementos del plano, cuerpo mental inferior, espiritual y mental superior. En el se transmiten todos los datos incalculables de información formando energía viva. Son elementos muy cercanos a las partículas que forman el cuerpo del plano espiritual.

Hay que tener en cuenta que al plano espiritual le pertenece el cuerpo denominado con el mismo nombre, ambos están formados por partículas antimaternales desconocidas que son fusión de elementos del campo y cuerpo mental superior, también por los del plano, cuerpo espiritual, de la nada y del todo que también son desconocidos. Esta sustancia es el origen y a la ves el final de todo, contiene todas las formas de vida energéticas con perfección y equilibrio, que se funden, creando una energía antimaterial no conocida.

(Nicolas Benedetti A.)

Los cuerpos del Hombre


Naturalmente el hombre esta compuesto de una serie de vehículos que se ínter penetran entre si, el mas conocido es el cuerpo físico, es una maquinaria complicada la cual sin ella no se podría alcanzar en la tierra cierto tipo de experiencias, por lo tanto hay que cuidar el cuerpo de forma inteligente, sin abusar de él, no hay que olvidar que somos espíritus dentro de un cuerpo material que es vital para nuestro crecimiento y desarrollo. El espíritu tiene que ser protegido, la enfermedad se manifiesta cuando el cuerpo físico queda aislado de los otros cuerpos e incapaz de oscilar de forma rítmica con ellos, las toxinas se acumulan en él cuando la vitalidad está descompensada.
Si tomamos un ejemplo sería muy bueno que estiráramos los brazos y las piernas para poder dejar fluir la sangre correctamente y la energía por el cuerpo, muchas personas no hacen esto. El cuerpo físico cuenta con una serie de conductos y órganos que están conectados (por la columna vertebral) y el cerebro (por medio de los siete chacras principales) que están sincronizados en la glándula endocrina principal, ellos son los transformadores de energía más importantes que interaccionan en perfecta sincronización con los otros así transformando las vibraciones electromagnéticas de ciertas longitudes de onda. Muchas de las enfermedades se producen como consecuencia ya sea por exceso o defecto de secreción hormonal de una serie de glándulas que es vertido a la sangre o a la linfa. El estrés por ejemplo, produce demasiada cortisona y como consecuencia el sistema inmunológico se debilita.

El cuerpo etérico es una copia exacta del cuerpo físico, es un campo de energía que rodea y sustenta al cuerpo físico y que está compuesto de líneas de fuerza que se entrecruzan. Si tomamos un ejemplo, cuando amputan un brazo o una pierna aun se siente que está ahí, es debido al etérico sigue allí manteniendo el equilibrio. El doctor Giuseppe Calligaris habla de que le cuerpo tiene muchas líneas de las cuales las denomina “placas” que están interconectadas todas entre si y se conectan en algún punto del cerebro especifico y un órgano interno del cuerpo (no es lo mismo que acupuntura) estas placas siendo especificas tienen una puerta desde el espacio exterior por la que entra y otra por la que sale; la estimulación de estas placas abre la puerta para que los rayos correspondientes puedan pasar activando un mecanismo que permite el acceso directo al subconsciente, por el medio de estimulación de diversas placas, las personas fueron capaces de ver espíritus, de tener clarividencia, telepáticas, leer pensamientos, y observar el paisaje que tienen las estrellas además de la vegetación y habitantes de otros planetas. Por eso el doctor determina que la piel hace de espejo mágico en el que todo esta contenido, pero solo algún fragmento de esas imágenes del espejo sale alguna vez del subconsciente para llegar así a la conciencia.

El cuerpo astral o de deseos utiliza el mismo sistema que el cuerpo etérico pero opera en un nivel de vibración más acelerado y va impregnando con su esencia a cada chakra, este cuerpo astral es el que causa la mayoría de nuestros problemas. El deseo, la ambición y la emoción están en nuestras vidas, por eso teniendo dos aspectos, el positivo y negativo de cada uno de ellos hay problemas, ya que el deseo de cambiar, creer y de desarrollarnos va de la mano con el constante deseo de placer, y así se convertirá en destructivo y puede llegar a ser obsesivo, porque en vez de desear algo uno se obsesiona con algo pudiendo ese deseo apoderarse de nosotros, nos controlará en vez de nosotros controlarlo. Hoy en día queda demostrado con tantos anuncios que nos incitan al sexo, placer, fumar, beber, etc. y uno por el deseo de poseer mas y mas se descompensa.
Cuando alguien esta desequilibrado emocionalmente, el cuerpo astral no funciona bien y este afectará al cuerpo físico como al etérico, así cuando estos están descompensados irradiamos energías nocivas, así todo lo que toquemos, todo lo que sintamos, donde vayamos, emitirá una energía de negatividad que finalmente afectarán tanto a la gente vulnerable, sensible y a nosotros produciendo enfermedades.

El cuerpo mental interpenetra e impregna el resto de los cuerpos y se extiende mas allá del cuerpo físico. El cuerpo mental es capaz de ir dondequiera que se le proyecte, pero la potencia y el efecto dependerá siempre de la fuerza de proyección, la mente es la realidad, los otros cuerpos son simples instrumentos usados por la mente y dependen del estado de ésta. Lo que la mente es, el cuerpo tiene que ser, la energía fluye a trabes de nosotros y la forma que adopte dependerá de nuestros pensamientos. Por eso el cuerpo mental afecta a toda nuestra circulación y cuando hay un bloqueo restringen la circulación del cuerpo etérico, por eso si el mundo mental esta perturbado y siente temor, este afectará al corazón y consecuentemente a la circulación sanguínea, que altera los campos energéticos, por eso un simple estado de angustia modifica todo el proceso, el pensamiento incorrecto produce una desarmonía en todas las células y órganos. Si tomamos un ejemplo de la medicina ortodoxa ha comprobado que el 40% de los casos, los placebos curan la enfermedad, por eso cuando creemos que una medicina cura nos hará bien, nuestro proceso mental en lugar de bloquear hará que nuestra energía dinámica actúe y nos cure. Todo tiene que ser efectuado mentalmente antes de que pueda ser expresado físicamente., toda la materia no es más que pensamiento materializado.

El cuerpo mental se subdivide en varios niveles:

a) el nivel consciente: este controla el cuerpo físico y sus funciones.
b) el nivel subconsciente: estos están conectados al inconsciente colectivo y los niveles más elevados de intuición.
c) el nivel superconsciente: este controla la intuición.

Es importante también, recordar que toda emoción tiene una vibración, y si en lugar de eliminar la negatividad a través de las zonas de excreción, la acumulamos en el cuerpo y la expresamos por medio de la boca, el efecto será perjudicial. Por ejemplo si decimos a tal persona lo horrible que es no estamos eliminando la verdad de nuestro sistema, sino mas bien reforzando y generando un montón de energías oscuras que perjudicarán nuestra circulación sanguínea, descompensando así la glándula tiroides y la timo y afectará a la glándula pituitaria y la pineal.

(Por Nicolas Benedetti A.)

jueves, 22 de octubre de 2009

Ejercicios simples para ganar energía


Consejos y ejercicios para mejorar tu estado de ánimo y vivir con más energía. Ante el decaimiento no se debe permanecer en la pasividad, sino que se tiene que tomar la iniciativa para cambiar nuestra conducta y así vitalizar nuestro organismo. Te recomendamos escoger uno o varios de los siguientes consejos.

1. Disfruta de tus tiempos de ocio, entra en contacto con la naturaleza, realiza las actividades que te gustan, habla con tus amigos o recibe un masaje.
2. Realiza ejercicios no extenuantes, es uno de los remedios más adecuados para recargar tus energías. Estos deben ser divertidos como el baile.
3. Aliméntate con frutas, verduras y cereales integrales. De la misma manera, dale importancia al acto de comer y evitarás el estrés.
4. Duerme tus ocho horas todas las noches, así recuperarás la energía que desgastaste el día anterior.

Ejercicios sencillos para elevar tu energía

La práctica de ejercicios es vital para potenciar tu energía al máximo y alcanzar una óptima salud.
Sus resultados son maravillosos porque te permite obtener unos músculos más firmes y fuertes, mejora tu circulación sanguínea y, sobre todo, aumenta tu autoestima logrando que tu vitalidad se mantenga en un punto alto. Aquí te presentamos algunas interesantes prácticas que puedes realizar a toda hora y así gozar de una mejor sensación de bienestar.

• 1. Correr unos 15 a 20 minutos diarios
Te ayudará a obtener una mejor resistencia cardiopulmonar aumentando tu habilidad de sostener un trabajo o una actividad ya sea en el hogar u oficina. Este tipo de ejercicio mejora el suministro de oxígeno al corazón y a los músculos.

• 2. El deporte reduce la ansiedad
Por lo tanto, tu corazón latirá a una frecuencia más baja y reposadamente. Además su práctica regular reduce el estrés, ansiedad, depresión y mejora el sueño, factores importantes para sentirnos con energía.

• 3. El ejercicio en la tabla inclinada
También conocida como “la posición invertida” es una interesante técnica que consiste en tenderse sobre una tabla inclinada, durante unos 15 minutos aproximadamente, a fin de invertir la atracción de la fuerza de gravedad normal, permitiendo que los músculos, órganos internos y la columna vertebral descansen. También resulta beneficiosa para descongestionar vísceras, mejorar la circulación cerebral y ayuda al corazón a bombear la sangre a todo el organismo.

miércoles, 21 de octubre de 2009

La tumba de Pacal


¿Quién no ha oído hablar en alguna ocasión del Astronauta de Palenque?.

Nos referimos a la famosa representación que aparece sobre la lápida del sarcófago descubierto el 15 de junio de 1.952 por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuiller en el interior del Templo de las Inscripciones de Palenque, en el Estado de Chiapas (México) - ver "Mapas" - yacimiento arqueológico Maya, que toma el nombre de la gran cantidad de palos que a modo defensivo rodeaban este conjunto de templos sagrados o casa fortificadas, como creyeron identificar los Españoles a su llegada.
Este templo asentado sobre una pirámide escalonada de ocho cuerpos con 16 metros de altura, debe su nombre a los tableros con inscripciones jeroglíficas (620 Glifos) que se hallan en el corredor de entrada, y que junto al resto de la construcción fue mandada erigir por el Rey Pacal (603-683 DC.), Rey Maya que gobernó durante el conocido como Período Clásico, al ascender al trono con la edad de 12 años y 125 días.
Es el único templo conocido de esta parte de América, en el que se ha encontrado en su interior una cripta con restos mortales, pues los mayas jamás levantaron templos en calidad de monumentos funerarios.

Templo de las Inscripciones sobre su pirámide escalonada. Originalmente el Templo estaba pintado de rojo, con algunos detalles en azul y amarillo.
Para llegar a la cripta, hay que descender por una escalera dividida en dos tramos a 1,50 metros bajo el nivel del suelo. En el momento del descubrimiento fueron encontrados en los seis últimos escalones junto a una antecámara los restos de cinco hombres y una mujer, con extrañas deformaciones en el cráneo y mutilación dental, rodeados de ofrendas funerarias.
El mausoleo donde se encuentra el sarcófago real tiene unos 4 metros de ancho por 8 de largo y 6 de altura. El sarcófago alcanza las 20 toneladas de peso con 3 metros de largo por 2 de ancho sobre el que reposa la lápida, está unido mediante unos contrafuertes a los muros de la cripta.

Dado que el sarcófago y la lápida son monolíticos y mucho mayores que la puerta de acceso a la cámara funeraria, se cree que primero se construyó la tumba, para seguidamente realizar la pirámide y el templo.
La lápida del sarcófago, un gran monolito con unas dimensiones de 3,79 metros de largo por 2,20 metros de ancho y 25 centímetros de espesor, unas 5 toneladas aproximadamente, nos representa siempre según la versión de los autodenomidados expertos en la materia, el descenso del Rey en su recorrido por el inframundo, y la creencia Maya de la existencia de los tres mundos: los cielos o el mundo de arriba, el mundo de los vivos en el nivel medio, y el mundo de los muertos o inframundo.
Sobre su superficie, diferentes arqueólogos han creído ver representaciones del Monstruo de la Tierra, un árbol sagrado Maya y hasta los cabellos estilizados del dios de la lluvia.
EL NIVEL DE LOS CIELOS O MUNDO DE ARRIBA: Es la parte superior de la lápida y se aprecia una criatura mitad serpiente y mitad pájaro sobre una cruz central. Esto representa el intermedio entre los cielos y la Tierra. Debajo de ella existen dos representaciones del Dios del Sol.

EL MUNDO DE LOS VIVOS: En la parte central hay un árbol sagrado con una serpiente de dos cabezas, de cuyas bocas salen el Dios Llamarada y el Dios Bufón. El Rey Pacal aparece sentado en su descenso hacia el inframundo.

EL INFRAMUNDO O MUNDO DE LOS MUERTOS: Sobre lo que se sienta el Rey Pacal es nada más y nada menos que el Monstruo de la Tierra, con su sombrero presidido por cuatro pétalos. La nariz del monstruo es la de un mono araña, que junto al signo KIN de su cabeza componen una clara referencia al Dios del Sol. Todo ello encaja en las fauces de dos serpientes descarnadas que sostienen la figura del Rey Pacal y la del Monstruo de la Tierra en su descenso al Mundo de los Muertos.

Pero en el año 1.966 los investigadores Guy Tarade y André Millou realizaron un artículo para la revista turinesa Clypeus en el que dieron la voz de alarma. Ellos no veían monstruos, ni árboles, y ni el más mínimo pelo del cabello del Dios de la lluvia, por muy estilizado que estuviera. Tan sólo veían a un hombre manejando lo que parecía ser algún tipo de maquinaria moderna, inclinándose preferentemente por el diseño de un avión, cohete o nave espacial.
Pero a todo esto habría que añadir una incógnita más. Tanto las dataciones de los arqueólogos como los jeroglíficos descifrados por éstos, aseguran que el longevo Rey Maya hijo de la Reina ZAC KUC, falleció a los 80 años, después de 68 años de reinado. De ello cabría esperar haber encontrado unos restos óseos que encajasen con la descripción de un hombre anciano.
Por el contrario, los restos aparecidos en el sarcófago real tras el hallazgo del Dr. Alberto Ruz Lhuiller, corresponden anatómicamente a una persona de unos 40 ó 50 años de edad, además de tener una talla muy por encima de la media que alcanzan los Mayas, como han señalado distintos análisis llevados a cabo por diferentes antropólogos, resaltando todos ellos que, los restos del difunto Pacal, corresponden a un varón robusto y bien proporcionado. Desde luego nada que ver con un anciano Maya octogenario.
La antigüedad de la tumba también podría ser cuestionada, pues en el momento de su apertura la cripta se encontraba cubierta de estalactitas y estalagmitas. El proceso de formación de estos elementos geológicos es extremadamente lento, apenas unos pocos milímetros cada 1.000 años, por lo que cuesta imaginar su presencia en una cripta con una supuesta antigüedad de 1.300 años aproximadamente.
Existen leyendas de origen Maya Quichés, que aseguran que Palenque fue construido por el mismísimo Votán, otro de los nombres recibidos por el mítico Quetzalcoatl. La semejanza del nombre de Votán, con el de Wotan, en la mitología germana es el Dios ODÍN, resulta, al menos, muy curiosa.
Recordemos que las tradiciones Mesoamericanas nos describen físicamente a Kukulkan, Quetzalcoatl o Votán como un hombre blanco con barbas, y de gran altura, una apariencia más propia de un Europeo del norte, que de un indígena Americano, y que procedía del otro lado del océano. Justo al otro lado de ese mismo océano, el famoso navegante Erik el Rojo fue a buscar en sentido inverso el paraíso terrenal de Wotan o Odín, es decir, rumbo a América. No es difícil encontrar representaciones en Mesoamérica, que nos señalen una fuerte relación con el Astronauta de Palenque.

viernes, 16 de octubre de 2009

Los Misterios de la Fuerza Espiritual


En el Maestro Hebert cohabitan en este momento, sentimientos encontrados: Por un lado siente satisfacción al confirmar que los adeptos alcanzaron la reconciliación con los cuatro Elementos de la naturaleza para reasumir el gobierno de sus cuerpos, empero, por otro lado, la transición a la comprensión de la Fuerza Espiritual puede perder a los aspirantes en la resignación de la codificación genética, definitivamente, limitativa de la evolución de la especie humana.
Desde la ribera de la Laguna de Ordín, el Iniciado observa con ternura el intercambio de experiencias personales entre los adeptos. ¡Sintieron la manifestación de la fuerza de la naturaleza! La vivieron y por lo tanto, se conectaron con el medio ambiente que les rodea. Son los mismos Elementos que antes soslayaron y que hoy, reconocieron que sus cuerpos están conformados por ellos. Sin embargo, cada vivencia es personal. Se mantienen las propiedades de la individualidad por el Principio de la Creación: El Libre Albedrío.
Merlín resume ante su Maestro: “La reconciliación que hicimos con el agua, la tierra, el aire y el fuego, no solamente conlleva a reconocer y respetar las Potestades de los Hermanos Elementales de la Naturaleza, sino que conduce a comprender que el cuerpo del hombre conjuga los elementos y reconocerlos en el interior, permite retomar y asumir con responsabilidad el gobierno del organismo”.
Irvin añade con entusiasmo: “No minimicemos algo muy importante, revalorizar los cuatro elementos exteriores con los interiores, abre la conexión corporal con el medio ambiente: Con esta consciencia, y retomando el Principio del Mandala, será más fácil aprender a tomar la energía de los Elementos”.
Sin embargo, al igual que nuestros lectores, por la cabeza de los jóvenes aspirantes a la Iniciación cruza una pregunta crucial: ¿Este gobierno responde a la Fuerza Mental o emana del Espíritu? ¿Ofrece el poder o exige la entrega? Hebert responde: “Ambas pueden manifestarse como una fuerza mental o como una fuerza espiritual”. Pregunta Merlín con el desconcierto reflejado en el rostro: “Entonces, ¿cómo saber, Maestro, que fuerza es la que desarrollamos?”
Hebert les invita a sentarse sobre el pasto primaveral. Abre el misterio: “La Fuerza Mental, por más ambiciosa que ésta sea, tiene siempre un límite, a diferencia de la Fuerza Espiritual que cuenta con la experiencia de las vidas recorridas en sus diferentes encarnaciones de su evolución, en donde adquiere diversas enseñanzas y que puede manifestarse como forma de pensamiento”.
El Iniciado indogermánico expone: La mente se comprende como la inteligencia, el pensamiento y la memoria. Tres elementos almacenados en el subconsciente y que al activarlos en el consciente, lo descubrimos con el punto central de los movimientos y la actividad del organismo. No es casual que en algunas ocasiones interpretemos una acción determinada como inconsciente con resultado positivo, sin considerar el punto de origen o la motivación real que puede encontrarse en las experiencias adquiridas en vidas pasadas.
Se puede entender, entonces, que la mente es limitada por la herencia, por la formación y la educación recibida que se perfeccionan o desvían con base en la recepción de los mensajes subjetivos en el entorno social o por la incursión tecnológica en la emisión de ordenamientos de comportamiento, dirigidos directamente al subconsciente para desviarlo a buscar la satisfacción de necesidades superfluas y vanas, con el objetivo claro de esclavizarlo a un modelo de consumo.

Todos estos mensajes se guardan y manifiestan en el inconsciente que jamás duerme. Cuando el consciente descansa, se encuentra indefenso ante la imposición oculta en las ondas herzianas, de conductas predeterminadas. Se manifiestan con mayor fuerza en el sueño y provoca enfrentamientos internos del ser humano.
Puede mencionarse, por ejemplo, la frustración de incumplir un objetivo firme y claro para realizar un proyecto o un anhelo, y se siente que hay algo invisible que se opone en el entorno. Sin embargo, el subconsciente puede estar creando los obstáculos para nuestra realización y no necesariamente, son provocados por terceras personas. Puede observarse, entonces, la fuerza de la Mente y sus limitaciones que se acentúan porque el ser humano utiliza una ínfima parte de su cerebro.
Al haber conectado los adeptos su energía interna con el medio ambiente, preocupa al Maestro Hebert: Están en el punto crucial de la Enseñanza, ya que alcanzaron un crecimiento en el conocimiento de los poderes naturales del ser humano y se corre el riesgo de que se presente la ambición, ya que por las luchas de poder, pueden desviarse por el camino tendencioso para someter a otras personas a sus caprichos.
Independientemente del estancamiento potencial de los aspirantes, la limitación mental puede conducirlos a buscar el liderazgo social, con la falsa premisa de estar en condiciones de conducir a la especie al Contacto Divino sin mayor esfuerzo personal de los engañados. Debe entenderse que si bien es cierto que muchos son los caminos para encontrar al Creador de los Universos, también es cierto que para cada persona solamente existe el camino de su interior y que exige el máximo esfuerzo en la Disciplina, Lealtad y Honor. Es decir, que se necesita tener Fe en los ideales, Esperanza en realizarlos por Amor la humanidad
La Doctrina Secreta es muy clara: Con la Fuerza del Espíritu no hay liderazgo alguno. Se comprende que todos somos hijos del Padre y por lo mismo, somos iguales. Entender este principio conlleva a generar amor a la humanidad que conceptualizamos como Filantropía.
El Iniciado, o los aspirantes a seguir este sendero, aprenden a buscar la Libertad, entendida como el rompimiento de los patrones que se han codificado en el subconsciente, basados en la lucha de poder mediante el sometimiento de los demás, con hipocresía y engaño, en el afán de conseguir posiciones económicas y sociales.

No es fácil. Cuando el hombre intenta cambiar su forma de ser y busca dominar los vicios para cultivar las virtudes se le presentan dolores o enfermedades. La explicación del Maestro Hebert es que, el subconsciente activa sus defensas de la codificación genética en las células que almacenan la memoria. Es decir, que protege su programación. El resto es superar estos síntomas para reasumir el control del gobierno del cuerpo.
Avanzar al encuentro del Espíritu que tiene su Potestad más allá de la fuerza mental. Tiene la fuerza Divina de la vida que permite el movimiento de la máquina integrada por los cuatro elementos de la naturaleza y proporciona, además, estados de satisfacción, tranquilidad y paz en el alma.
No significa que se vuelvan resignados y sumisos, si no que vivan en armonía de su interior con su entorno. El romper con las viejas ataduras en el seno de la Enseñanza de los Iniciados, es alcanzar la Libertad y avanzar hacia la evolución individual.

¿Qué es lo que proporciona la Fuerza que es Divina en el Espíritu? Hebert entrega la clave: ¡El amor! Dice: “La Amada Presencia del Amor Divino logra esa conexión que libera y entrega estadios de satisfacción. La fuerza mental puede generar frustraciones. ¡La Fuerza Espiritual jamás! Nos brinda la comprensión del verdadero valor de las cosas”.
Puede decirse que, al fijar un objetivo determinado en la vida del individuo, con la fuerza de la mente puede proyectarlo pero siempre quedará una sensación de intranquilidad, pero si se realiza con la Fuerza del Amor Divino, encuentra la armonía, la paz y la tranquilidad del deber cumplido.
Indica Hebert a sus adeptos: Buscar la voz interna para alcanzar la Voz Suprema, debe hacerse con cuidado ya que la Fuerza Mental se puede crear también con la Fuerza Espiritual y se pueden confundir, por la inclinación tendenciosa de la mente

Los Elementales y su Poder de Vida


Allí, en el bosque, los adeptos del Maestro Hebert son conducidos a la reflexión profunda sobre los significados de la Enseñanza. En el determinante primer paso hacia el conocimiento de la Inmortalidad del Espíritu, es de vital importancia para un Iniciado, el contacto directo con la naturaleza y su comprensión y cabal entendimiento.

Merlín y sus condiscípulos atienden las explicaciones de su mentor: “Aquí sentimos y convivimos con el importante transmisor de energía. Las plantas transpiran y liberan el rocío por la mañana, la tierra sufre cambios por la misma humedad, el aire entrega su vitalidad fresca y húmeda en el bosque. Una dinámica eterna que se repite, también en nosotros mismos”.

El Maestro Hebert indica: “Ustedes que aspiran a lograr el conocimiento de los Grandes Iniciados de la historia, deben saber que el Poder y la Potestad del Origen están tan cerca de nosotros, aunque no podemos verlo. La fuerza de la rutina ciega a los hombres, limita su potencialidad interna para extender su campo vital y gozar plenamente el regalo de la vida”.
Expresa que así como se ingieren los alimentos cotidianos para absorber sus nutrientes que fortalezcan a su organismo, ellos deben aprender de igual manera a consumir esa energía de la naturaleza que brinda vigor y fuerza al organismo humano. ¿Cómo puede lograrse? Mediante el dominio del cuerpo y al expandir los sentidos para contactar su medio ambiente.
¡Cuán importante es la resiración! Es el medio por el cual las especies reciben el principal elemento de la fuente de la vida: El oxígeno. Se interrelacionan los aprendices con el agua que la tierra tiene en sus entrañas y que proporciona al hombre, su elemento vital, y reconocen con respeto al bosque que les ofrece los medios de una habitación y su cosecha.
Hebert, en ningún momento pretende iniciar un culto religioso a los Elementos. Las Escuelas Iniciáticas exigen el reconocimiento de los Elementos para poder valorarlos en su exacta dimensión y respetarlos en su servicio de preservar la regeneración constante de la vida. Ese poder que les fue legado por el Creador de los Universos desde el Principio del Tiempo y que parece ajeno a nuestra consciencia pese al esfuerzo ecológico para preservar el hábitat.
Hay razón para entenderlo, no en el sentido abstracto de un Misterio oculto, sino en la fuerza y potestad que tienen fuera del alcance del control tecnológico. Puede ejemplificarse en nuestro presente con la devastación provocada por el huracán Paulina en 1997, cuando se manifestó la furia de los elementos en las costas del Pacífico mexicano o las inundaciones registradas en todo el mundo en 1998.
Es el solo poder de un Elemento y que espanta al hombre en su manifestación. Sin embargo, los sabios griegos definieron que el cuerpo humano está formado por cuatro Elementos: Agua, Tierra, Viento y Fuego que, unificados otorgan el poder de vida. Cuatro Fuerzas distintas en el organismo que esperan identificarse con las Fuerzas existentes en el entorno.
Aprendió Hebert en el templo de Luz de los Esenios, que si alguno de los Elementos básicos de la naturaleza faltase, declinaría la forma de vida y la vida misma en el planeta. En el siglo VI parecía que los recursos naturales eran inagotables, y sin embargo se convivía con respeto a los principios de la naturaleza.
Transmitía ahora, el indogermánico, la Enseñanza recibida: La Potestad que tienen los Elementales está en el organismo mismo del ser humano. Un cuerpo que es aún más temporal que la naturaleza misma. Aquí es en donde los hombres deben darse cuenta, por medio de la reflexión profunda, que la inmortalidad solamente es posible para el Espíritu.
Hermes Trimegisto enunció: “Como es arriba es abajo”. Reconocer las propiedades del medio ambiente conlleva a comprender que la conformación de nuestro organismo tiene esa base elemental, y al respetar el origen del hombre se respeta también el origen de la vida. Puede trabajarse, entonces, con la fuerza de la energía interna y ampliar su proyección electromagnética hacia el exterior, lo que forma un campo dimensional que puede presentarse para alcanzar el contacto con el Espíritu.
Merlín pregunta: “¿Qué es el Espíritu? ¿En dónde se encuentra? ¿Está en agua, en el aire, en la tierra o en el fuego? ¿Por qué parece algo intangible?” Primero, dice el Maestro, deben analizar y reconocer su cuerpo y el interior que les conducirá a reconocerse así mismos como potestades que les otorgan los elementos de la Naturaleza, que son los mismos que constituyen la materia.
Dicho de otra forma, que se identificaran como dueños de un Poder que jamás habían considerado. Comprender que es posible el gobierno de la materia con ese impresionante poder. Por lo tanto, argumenta Hebert, el Espíritu no solamente se encuentra en algunos de los Hermanos Elementales. ¡No podía estar dividido!
A la interrogante de ¿dónde se encuentra?, explica que está allí, muy cerca, tan cerca que no se puede ver, tan intangible que no pueden tocarle, pero ¡tan fuerte, que proporciona la vida! Se le conoce como el Yo Superior o como la Consciencia Superior, capaz de contactarse con el Espíritu.
Los jóvenes adeptos piden que amplíe la explicación. Se puede concentrar la definición en que, el uso de los cinco sentidos observan y analizan el entorno y al identificarlo, se inicia la comparación de la constitución de la naturaleza con el cuerpo humano, que implica el reconocimiento interno en cuyo análisis abren el entendimiento al Poder del Origen de la vida, para comprender que la materia es gobernada por una fuerza superior que se le conoce como Mente.
El Maestro señala a la Laguna de Ordín y exclama: “¡Ahí está el agua con su función específica! El agua funciona siempre como agua y cuando se combina con otros elementos cambia y realiza otra actividad pero jamás pierde sus propiedades básicas que le conserva, Lo mismo sucede con los demás elementos de la Naturaleza".
Combinados en la maquinaria perfecta, indica el indogermánico, estamos hablando de las fuerzas elementales que se encuentran y al combinarse generan una energía que se llama Inteligencia, con poder de formar el pensamiento y para la reflexión cuyo perfeccionamiento es el discernimiento para alcanzar la Consciencia.
Advierte, empero, que la Consciencia sola no siempre es constructiva. Puede ser convenenciera o dependiente de mensajes inducidos en forma natural o por medios subliminales y adquiere una condición tendenciosa, orientado por las emociones. Podría decirse, entonces, que es el Alma inclinada a los esquemas de superficialidad y vanidad.
Por medio de la Templanza, pueden dominarse las emociones y es cuando la Consciencia está en posibilidad de conectarse con el Yo Superior, o si se prefiere, la Suprema Consciencia en donde el equilibrio del interior con la naturaleza y el Universo, se fusiona en la unidad. No es casual la invocación de los Grandes Iniciados: Cuerpo, Alma y Espíritu unificados en un solo Ser, en un solo Poder.
La Enseñanza sobrevive y es posible alcanzarla en el presente. Podría empezarse, por ejemplo, al llenar un vaso con agua y ponerlo entre las manos a la altura del plexo solar –en la boca del estómago -, cerrar los ojos y respirar profundamente reafirmando en el pensamiento el deseo de que la energía del cuerpo, fluya por las manos hacia ese recipiente.
Al mismo tiempo, el vaso con agua se llena con un pensamiento de vida para uno mismo, como puede ser la petición de que armonice nuestro interior, o se adquiera la Templanza o bien, que nos libere de alguna angustia.
Se hace una oración con Fe y pleno convencimiento: “Padre... reconozco el Poder de Vida del agua que antes no le había considerado y hoy, ante Ti, le reconozco, así como reconozco también, que ese Poder de Vida me fue otorgado desde el Origen de los Tiempos; por lo tanto, tengo el Poder y la Potestad de Origen, porque al formar parte de mi cuerpo, el agua forma parte del Origen”. Y se dan las gracias al Creador de los Universos.

El Yo Interno y su Potencial Oculto


Merlín está inquieto. A su petición de querer avanzar en la Enseñanza, el Maestro Hebert le ordena: “Conócete a ti mismo”. Se confirma: “¡Sí ya me conozco! Cada mañana al ver mi reflejo en el agua, me veo. Al salir de la Mesa Redonda me saludan con reverencia y alabanza. ¡Ya sé lo que soy y como soy! Es más, ¡el mismo Hebert lo sabe!” En tanto, el Iniciado indogermánico reflexiona bajo la bóveda celeste. El tiempo ha llegado en que debe conducir a sus aprendices al encuentro del Yo interno para despertar la consciencia individual. Sabe que necesitará de mucha paciencia y amor, porque en este momento crucial nada puede hacer más que guiar a cada uno de los principiantes que tenga disposición por libre y espontánea voluntad.
Una etapa crítica. Conducir en el esotérikos, el misterio camino oculto, a cada adepto en forma personal es un proceso íntimo, confidencial pero complicado por el número de aprendices. Hacerlo en grupo podría causar la confusión en alguno o varios alumnos que no respondan con toda la honestidad del Ser y se desvíen al ver a los demás e intenten acomodar sus experiencias propias sin percibir o aceptar lo que a cada uno le corresponde en su perfeccionamiento. Hebert entiende que cada ser es diferente en su sangre, herencia genética, educación y nivel social, pero al mismo tiempo son iguales por ser obra del mismo Creador en el Principio de los Tiempos. De aquí deberán partir los adeptos, al encuentro del Ego. Enfrentar el desafío de valorarse como seres humanos comprometidos con la Virtud.
Cierto es que desarrollar las virtudes requiere de la verdad del conocimiento honesto de su comportamiento. Introducirse en su interior para aceptar lo que se es y de ahí, empezar a perfeccionarse. Cuando se busca la Iniciación en los Augustos Misterios del Universo, es obligación individual buscar las respuestas internas, por más dolorosas que éstas sean y sin inducción o por deducción.
Recuerda el indogermánico que en el templo de Luz Esenio, sus Maestros le mostraron la imagen de Vulcano haciendo sus forjas bajo el Etna. Descifró el símbolo: Para incursionar al Universo del Yo interno es necesario contar con una herramienta básica que es ¡la Templanza! Es el principio de equilibrio en las emociones del alma para proteger el discernimiento objetivo y poder así, darle el verdadero valor a las cosas.
Ahora, los adeptos tienen que analizarse en todos y cada uno de sus movimientos corporales para entender lo que expresaban al mundo. Verse como causa primera en los efectos del entorno. Con sus gestos faciales y la mirada que acompañan a las acciones se proyecta una forma de ser que dan forma al carácter. Por ello deben aceptar que en su comportamiento existió la transmisión de las inseguridades, frustraciones, ambiciones y envidias, entre otros. Un ejercicio que requiere de la honestidad y por lo mismo no es una labor sencilla.
Hay razón, entonces, para que Hebert le ordenara a Merlín, al igual que a sus compañeros, que tenía que descubrirse así mismo. Les sugirió que recordaran los eventos más alegres de su vida para analizar todo lo que representó en ese momento, tanto en su interior como en su exterior. Debe de cuidarse de caer en la lisonja, ya que no se trata de enmascarar la realidad sino de valorar por qué sí hubo un momento de alegría y de felicidad, y la razón del por qué no pudo sostenerse para siempre.
Hebert es preciso: La primera misión que tiene todo ser humano en la vida es encontrar su interior para evolucionar a la perfección. Las preguntas básicas son: ¿Quién soy? ¿Adónde voy? ¿Qué me espera? Para responderlas no se requiere de complejos tratados de filosofía o libros prohibidos ajenos a la individualidad y realidad de cada persona ya que se dice y acepta que el hombre es su tiempo y circunstancia.
El quién soy, parte del acta de nacimiento, pero debe superarse la comprensión limitada del aquí y el ahora para ubicarse en su participación familiar, social y productiva. Verse en términos fríos, sin alabanzas, para alcanzar una mejor visión de uno mismo en sus capacidades y limitaciones en la actividad cotidiana.
Al haber descubierto el quién soy permite avanzar al por qué soy con base en los éxitos u objetivos que se han logrado realizar, así como la razón de los fracasos al no poderlos alcanzar. Reflexionar sobre la propia limitación codificada genéticamente por un patrón de comportamiento en la formación del tiempo y circunstancia que le moldeó el presente.

Dos elementos que convergen en la siguiente cuestión: a dónde voy para romper y/o perfeccionar esos patrones de conducta que limitan la manifestación de la virtud personal, en el menosprecio del ser humano por los círculos concéntricos del poder que manipula con tecnología sofisticada el inconsciente para esclavizar la voluntad al consumismo.
Si se entiende que la Voluntad es la facultad del ser humano para determinarse a ciertos actos, puede aceptarse, entonces, que es una energía potencial interna que impulsada por la reflexión, actividad física o emocional, genera movimiento. ¡ Por lo tanto, somos responsables de nuestros actos! Ya que el origen se encuentra en la Mente del individuo que tanto desconcierta a la ciencia.
Llegamos así a la pregunta de ¿qué me espera? El reconocimiento de que esa Voluntad es el poder del Espíritu sobre el alma, cuya transparencia toca al corazón y la mente. Se alcanza el puente de la honestidad en el contexto de nuestra vida con el Creador de los Universos. Hay en el mundo seis mil millones de personas con códigos genéticos diferentes ante un mismo Dador de Vida. El Espíritu, esa substancia incorpórea es el soplo del Poder de la Divinidad legado a cada uno.
Hebert observa la voluntad en sus aprendices desde el momento mismo de su manifestación al cambio individual por medio del conocimiento. El encuentro del Ego, ese Yo interior del ser humano, conduce a la consciencia de saber que existen limitaciones, empero, también virtudes que no han emergido para cultivarlas.

Las virtudes han sido enclaustradas por la tradición en los espíritus bienaventurados que tienen fuerza para cumplir las operaciones divinas. Y se enumeran: Prudencia, justicia, fortaleza, templanza, fe, esperanza y caridad. Se acusa de soberbio al mundano que aspira a la virtuosidad, cuando únicamente es adquirir la consciencia de tener un Espíritu por el que uno se mueve en unión con el Creador de los Universos.
Si todos y cada uno de los seres humanos somos cuerpo, alma y espíritu, debe aceptarse, entonces, que también son virtuosos. ¿Qué virtud tienen? La respuesta se encuentra en la interrogante: ¿por qué soy? En donde se manifiesta la lucha constante por lograr un objetivo y darle vida.
Muchas veces la ignoramos. Es una virtud tan identificada con uno mismo que se hace con gusto, alegría, de tal manera que no se percibe. Al desarrollarla en la rutina cotidiana, se aplican las demás virtudes para alcanzar su perfeccionamiento y que nos da la razón de ser en el tiempo y en el espacio.
El Maestro Hebert advierte de los riesgos: Si se carece de una idea real y verdadera de las causas por las cuales son virtuosos en la pregunta quién soy, podrían perderse y convertirse en enemigos de ellos mismos, al incurrir en deshonestidad en el análisis interno y generar insatisfacción y desarmonía del ser.

Otro riesgo es entregarse más allá de la armonía y la satisfacción personal, ya que tendría el efecto de frustración y rechazo mismo a la Enseñanza.
Más claro: La falta de conexión de la realidad con el interior, como punto de partida para todos y cada uno de los objetivos que se anhelan en la vida, puede llegar a la destrucción, porque se van sumergiendo en la mentira de ellos mismos, con el espejismo de que la repetición constante puede convertirla en verdad.

Los Centros de Poder energéticos del hombre


Preocupado, el Maestro Iniciado Hebert repasa las virtudes y vicios de Merlín. ¡Llegó el tiempo en que debe entregar su Enseñanza a un sucesor! Se pregunta: “¿Estará el aprendiz lo suficientemente preparado?” Los augustos misterios del Universo, la naturaleza y la desintegración-integración de fuerzas pueden perder a un aspirante apresurado.
En su corazón habita un sentimiento encontrado. Siente orgullo y al mismo tiempo, temor. Desde que adoptó a Merlín, en los primeros meses de vida, descubrió en él dotes naturales como la videncia, que le permitían estar cerca del Rey Arturo. Pero, ¡tiene un carácter arrebatado y prisa por adquirir el conocimiento!
Maestro y discípulo son tan diferentes. Escarba en su pasado para encontrar la experiencia que le aconseje en este momento trascendental. Recuerda su peregrinar por Oriente, superando la frustración y reafirmando su determinación de ingresar a una Escuela Iniciatica. ¡Que difícil fue conseguir su aceptación! La selección era excesivamente rígida, según la visión del recién llegado.

“El esfuerzo valora los objetivos”, reflexiona al rememorar con satisfacción su ingreso en el Templo de Luz de los Esenios, de donde egresaron Krishna, considerado como la Octava Encarnación de Visnú, el conservador del mundo, y Zoroastro, reformador de la religión persa.
Bajo la conducción rígida y amorosa de los Vedas, se disciplinó en el estudio de los Cuatro libros Sagrados portadores de las revelaciones de Brahma, el Supremo Creador de los Dioses y de la Vida, según la interpretación de los profanos. Recitar los himnos y oraciones como fórmulas de consagración y de expiación, era insuficiente para los aprendices.
Los Maestros evaluaban el avance de los aspirantes. Llegado el momento se les sometía a severos regímenes alimenticios basándose en semilla, miel y agua, como un principio de renunciación a los placeres de la carne. Templar la Fuerza de la Voluntad y reconocer el dominio de la mente sobre el cuerpo, doblegó a muchos de sus condiscípulos, ya que muchos son los llamados y pocos son los escogidos.
El premio que aguardaba a los graduados en esa primera etapa de preparación, era el Conocimiento.
Con el ayuno se debilita al físico, lo que disminuye el flujo sanguíneo y, por lo mismo, la oxigenación del cerebro para excitar las neuronas y facilitar la sensibilidad al éter del entorno corporal.
Dominado este principio, se entrega el siguiente Misterio. Consiste en identificar el mecanismo de respiración adecuado a cada candidato, para convertir el oxígeno sanguíneo en un estimulante natural que conducirá a la apertura de los canales internos de energía.
Hebert sonríe complacido: “Conocer los poderosos campos de energía corporales no era una labor sencilla. Teníamos que descubrirlos y ubicarlos a través del mismo movimiento energético. La clave secreta estaba tan cerca que no le veía. ¡El silencio dispuesto a entregarnos su sabiduría!”
Un tiempo signado por el sufrimiento causado por su soberbia. Creía ilusamente que sus lecturas teóricas le facilitarían el trabajo interno. Sabía que en el cuerpo existen chacras, una palabra de origen sánscrito que significa rueda, y que no son otra cosa que los puntos de conexión por los cuales fluye la energía de uno a otro vehículo o cuerpos del hombre, ya que se acepta que existen dos cuerpos: El físico y el astral.
Con base en la Doctrina Secreta, Hebert ubica doce Centros de Energía: La Raíz, entre la segunda y la tercera vértebra del cóccix; Sacro; el Baso; el Plexo Solar; el Corazón; el Timo; la Tiroides; el Cerebelo; el Bulbo Raquídeo; el Hipotálamo; la Pituitaria y la Plineal o Corona.
“¡Que doloroso fue en el principio, mover los centros sutiles a un mayor campo electromagnético interno que al producir la energía alcanza los umbrales de la resistencia física!” Sin encontrar mayores explicaciones por parte de los Maestros Iniciados: “¡Que sabios eran al guardar con celo la información que cada uno debería encontrar por sí mismo!”

Ya se había comprobado que al entregar los Augustos Misterios sin el menor esfuerzo individual de los candidatos, conllevaba a que no supieran valorar la información y fácilmente la perdían por la vanidad de creer que tenían el dominio de la fuerza interna, simplemente por saber de su existencia. “Lo que fácil se recibe, fácil se pierde”, razona Hebert.
Uno de los principales tormentos que enfrentó, fue al principio. Cuando identifica la chacra de la Raíz: El movimiento circular de la energía se refleja en los genitales, principalmente, ya que al acumularse provoca excitación sexual, lo que deberían dominar para aprender a canalizarla y llegar a la Primera Casa de la Enseñanza.

“¡Cuantos renunciaron en esta etapa! Se desviaron a la satisfacción inmediata de la carne. Fueron doblegados por los bajos instintos. ¡Que lástima! Se negaron a tocar el velo de los Vedas, los Grandes Maestros Iniciados que nos ofrecieron probar el éxtasis divino del contacto con nuestro Espíritu”, razona. Al que logra poner en marcha el giro de la Rueda de la Ley, activa la Carroza Real de un imperio Universal de la Verdad y Rectitud. En otras palabras, el hombre es un alma y posee varios cuerpos: Además del visible en que se mueve en la tierra tiene el emocional, el mental y el espiritual. Se conectan por medio de los Centros de Poder de Energía. Una comunión que despierta al Hijo de Dios.

El tiempo había llegado. Hebert sabía que lo avanzado de su edad le exigía entregar la Enseñanza recibida, a cualquiera de sus principiantes. Merlín ocupa un lugar importante en su corazón. Desde que llegó a Gales en las migraciones indogermánicas, disfrutó de una posición confortable, como correspondía a un Iniciado que difunde la Palabra sagrada por el mundo.
A los pocos años, encontró a un niño huérfano por la vorágine de los hombres ambiciosos de grandes extensiones de tierras. Lo adoptó y descubrió en el pequeño, dotes naturales para desdoblarse, materializar entidades y la videncia. Agil en el aprendizaje y con facilidad para relacionarse.
A temprana edad fue nombrado Consejero del Rey Arturo. Un honor que se convirtió en un problema porque le envaneció y sentía que estaba preparado para caminar con los Vedas. “Los dones naturales no implican necesariamente que sea un Elegido. La elección está dentro de cada uno, para escogerse a sí mismo para recorrer el sendero que conduce a la Luz”, repetía el Maestro Hebert.
Buscar la manifestación divina, es transitar por un estrecho camino envuelto en las tentaciones. Lo compara el Iniciado con vivir al filo de la navaja, ya que adquiere el poder de construir así como de destruir. Por ello, ¡son tan pocos los que llegan! A veces, sólo uno lo consigue.
“Se necesita mucho valor y templanza, ya que dentro de esta Enseñanza el miedo y los egos son los principales enemigos a los que se expondrá el aspirante, para lograr dar el primer paso”, reflexiona el Maestro al interrogarse: “¿Estará preparado Merlín, el único avanzado, para recibir los Augustos Misterios del Universo, la naturaleza, la desintegración-integración de las fuerzas?”

La iniciación esenia de Hebert


“El ser humano es como un pedazo de carbón que alberga un diamante”, compara el Maestro Hebert al transmitir boca-oído la Enseñanza a sus aprendices reunidos esa tarde en la Laguna de Ordín. Añade: “Es responsabilidad de cada uno, al ejercer su libre albedrío, dejarlo oculto o pulirlo para que brille.”
“¿Cómo hacerlo?”, pregunta Merlín al Iniciado indogermánico que escudriña cada gesto y palabras en esos jóvenes sedientos de sabiduría. Responde que el sendero directo es el cultivo de las virtudes del ser humano, y las enumera: Prudencia, Justicia, Fortaleza, Templanza, Fe, Esperanza y Caridad.

Advierte que se debe atravesar la tentación de la soberbia, la intolerancia al entorno, el egocentrismo cegador de la realidad y el autoritarismo encubridor de nuestras insatisfacciones y que se obnubilan con la máscara del escepticismo producto del dogma incubado en el conocimiento de los conceptos: “No basta con saber de la existencia de la virtud. ¡Debe aplicarse en la vida diaria! Es decir, hacerla vida.”
Puntualiza que la duda mal orientada en el ser humano, causa temor y paraliza la acción. La incertidumbre representa el reto para despejarla y activa la conciencia. Se acepta, entonces, en forma voluntaria la existencia de una Fuerza Suprema a la que se puede tocar. Se encuentra el diamante en todo su esplendor.
Despide a los aprendices. El Maestro Hebert cuenta ya con los elementos para evaluar el avance de sus alumnos que ya dominan las invocaciones y los conjuros con la elaboración de elíxires y brebajes. Más, la Doctrina Secreta exige otras cualidades personales para aspirar a la Iniciación en los Augustos Misterios del Universo.
Sentado en el sillón de cuero con respaldo inclinado, en el pórtico de la vivienda el aire vespertino le remonta al pasado. Al abrir las puertas del Templo de Luz de los Esenios de le impuso a un Maestro que durante tres años le condujo por un camino de observación y silencio. Solamente podía responder preguntas.
Lograr que se le considerase como candidato a la prueba de aceptación requirió disciplina en el trabajo, lealtad a su mentor y honrar a la Fuerza Suprema del Creador de los Universos. En otras escuelas iniciáticas posteriores se le denominó Gran Arquitecto del Universo. Aceptó someterse a pruebas severas, en donde el valor y la resistencia físicas parecen abandonar al aspirante en su soledad.
Cada uno, en forma individual, era arrancado de la tranquilidad de sus aposentos para conducirlo a un recinto. Allí, un numeroso grupo de Maestros le sometían a rígidos interrogatorios. Se les interrumpía antes de concluir la respuesta y se cuestionaba la veracidad y honestidad del discípulo. En ese ambiente de confusión se encendía la irritación del postulante, por sentir agresión verbal ensoberbeciéndolo por las muestras que ya había dado a la Escuela Iniciática como para padecer un trato duro. Sin embargo, servía para medir la tolerancia del individuo y sobre todo, su amor a la Enseñanza. A los que lograban superar el examen se les conducía a un túnel totalmente obscuro. Se les proveía de vestimenta y una ánfora con agua. “¡Que largas me parecieron esas 72 horas! Solitario y sin luz, me sentía ciego. La superficie fangosa hacia resbalar, sin saber en donde caíamos. Un largo camino a tientas”, murmura.
Ubicados estratégicamente, se encontraban ciertos lugares de descanso. “¡Jamás pensé en desertar! Podía hacerlo, pero... quedaría marcado. Sería el centro de las burlas, en donde, ni el destierro garantizaría el olvido. Representaba el fracaso, una muerte civil por la vergüenza”, piensa exaltado.
Recupera su aspecto sereno al reflexionar sobre la interpretación simbólica del momento: Valorar el agua y comprobar que se puede sobrevivir sin alimento cuando se tiene el líquido vital, parte importante en la conformación del cuerpo, además de vencer el miedo a lo desconocido en esa obscuridad profunda.

“Tardé un tiempo para darle la verdadera dimensión a la prueba. ¡Siempre enfrentaremos a las fuerzas obscuras! Y con la conciencia de servir a la Fuerza Creadora del Universo podía superar el miedo al reconocer que los Hijos de Dios son depositarios de su Legado, y nada deben temer”, reafirma en su pensamiento.

La entrega y el esfuerzo del graduante, eran compensado. Pasaban con honores el primer nivel. Se les proporcionaba agua para bañarse y esencias para perfumarse antes de disfrutar ricos manjares. “Lo bueno dura poco. Un preludio del descanso por cuarenta días”, analiza el Maestro indogermánico Hebert.

Allí, en la cuarentena, se les aislaba. No podían ver a nadie. Y el paso lento y largo de las horas, permitía en un aspirante comprometido, la meditación profunda. No sabían exactamente en que parte del proceso iniciático se encontraban, por lo que intuían la necesidad de solicitar a la Fuerza Divina, la entereza y el valor para continuar sin desmayo.
Finalizado el tiempo, llega un Maestro y le entrega semillas, miel, pan y agua. Lo conducen a la entrada de un laberinto en penumbra. “Un recorrido de siete días. La única guía eran los acertijos distribuidos matemáticamente. Descifrarlos requería la agilidad mental en el razonamiento”, recuerda con entusiasmo.
Agudizar los sentidos y acompañarlos de la templanza y el equilibrio emocional, era indispensable para poder sobrevivir. Un paso en falso activa las esclusas ocultas para mostrar fosas hondas de estacas con esqueletos clavados, de aquellos que equivocaron al tomar apresuradamente la soga que podría salvarlos.
Un descuido al apoyarse en la pared, accionaba un complejo mecanismo de espadas o podía desviarlos a pasillos angostos con una puerta al vacío o pozos con depredadores. Acertar, conducía a una pendiente resbaladiza, serpenteante, para alcanzar un frío recinto sin el menor halago para el recipiendario.
“¡Que distinto era ese lugar al primero! Buscaban el agua para limpiarse y en bandejas rústicas, esperaban el agua para beber, pan, miel y semillas para comer. ¡Un fuerte impacto! Como si despreciaran el valor demostrado por el discípulo. Como si minimizaran el esfuerzo realizado”, piensa con la sensación de revivir ese encuentro.
Hebert relaciona la simbología: “El éxito es temporal y se debe recibir con humildad. Debe observarse que la fuerza física es innecesaria. ¡La misma inteligencia pierde su importancia! ¿Cómo superó los obstáculos? Con la entrega y el valor a la vida misma del cuerpo, como un vehículo del alma que busca al Espíritu otorgado por Dios
Además, quedaban encerrados en penumbras durante tres meses. El principio es básico: El postulante empieza a comprender en su vivencia, como el alma está encerrada en el espacio y el tiempo. Una cápsula de obscuridad por la ignorancia del potencial divino del ser humano. Días y noches sin la guía de algún Maestro. Sin embargo, no se podía perder el tiempo. Recuerda que buscó la fortaleza en la sabiduría del silencio y la meditación, que le orientó al encuentro de su Espíritu. “¡Probar la libertad al desprender el alma del cuerpo, esa era la señal esperada para que yo pudiese tocar con un mazo el gong y llamar al Iniciado que pacientemente me esperaba bajo una rígida observación!"
Recuerda la siguiente y última etapa: Lo llevaron a salones muy grandes con hermosos murales con imágenes que deberían ser interpretados y ofrecer su explicación a los Maestros Iniciados. “La honestidad del aprendizaje recibido sería comprobada con la voz del Espíritu que todo lo sabe, por medio de mi boca”, y sonríe.

Constató, posteriormente, que hubo quienes intentaron engañar, una falta de integridad comparable a la traición. Fueron condenados a muerte en ese mismo momento.
En el presente, existen algunas Escuelas Iniciáticas. Empero están cerradas al mundo. Es casi imposible poder abrir sus puertas. Una situación que no ha impedido que Grandes Maestros Ascendidos se contacten con el ser humano para entregar la Enseñanza por medio de la transmisión del pensamiento.
Los Contactados son conducidos con profundo amor al reconocimiento de la misión que deben cumplir al servicio del Despertar del Espíritu de la Duodécima Raza y deben superar el desafío de la obscuridad que les tienta con la ambición del poder temporal. Los que caen, siembran la confusión y buscan la satisfacción banal en la riqueza terrenal.
Puede uno protegerse de falsarios que ofrecen cursos rápidos y costosos. Debe recordarse que las Escuelas Iniciáticas entregan la Enseñanza integral, es decir, desde la formación del adepto en el desarrollo espiritual, la conducción en la gestación de cada uno de los pasos en la formación del vehículo diamante de luz, la estructura magnética del aura que debe lograrse para alcanzar la Quinta Esencia, principal objetivo para el cambio de la humanidad.

Los Límites de la Ciencia


Tras del fracaso de las religiones tradicionales, debido al (casi) fin de la fe ciega, la ciencia pasó a ocupar el lugar dejado por ellas, aunque dentro de la misma mística. Antes, sólo era verdad aquello que fuese admitido por las religiones; después, sólo es verdad lo que es sancionado por la ciencia. ¡Y cómo la ciencia, digamos ortodoxa, ha cometido errores! Tantos cuanto las propias religiones que la antecedieran en pretendida autoridad sobre lo que es o no es Verdad.
El período en el cual las religiones son puestas en duda y la ciencia se erige en dueña de la Verdad es el siglo XIX. Al final de aquel siglo, los científicos afirmaron que los pasajeros de una locomotora a vapor o de un automóvil, recién inventados, morirían por hemorragia debido a las velocidades pretendidas: 30 a 60 Km/h. Las cosas no cambiaron mucho de allá para acá; naturalmente los errores son de otro nivel y naturaleza, pero continúan aconteciendo. Hace décadas no existe más la ciencia por la ciencia misma, sino la búsqueda del conocimiento por los beneficios que éste pueda eventualmente traer. El mercantilismo ganancioso y avasallador dominó la ciencia al punto de ser "verdad" aquello que mejor convenía a determinados intereses, siempre transitorios. Con eso la verdad tornóse relativa. La Realidad no se restringe a aquello que nosotros los humanos queremos. La ciencia es apenas el conocimiento organizado. Eso es bueno por un lado, mas por otro es pernicioso y limitador, pues fragmenta esa misma Realidad investigada. Pasamos a verla y comprenderla como quien mira por huecos de cerraduras. Muchas veces en una visión monocular y, por eso, limitada. Eso explica porque teorías contrarias pueden ser elaboradas a partir de un mismo material. Depende de la interpretación que el investigador da a lo que fue visto por el hueco de la cerradura'.
Mas, ¿y la puerta nunca se abre? Sí, pero cuando estamos prontos para comprender lo que está detrás de ellas. La ciencia es un medio y no un fin en sí mismo. Es objetiva y experimental, poniendo a nuestra disposición recursos para que comprendamos, aunque parcial, fragmentaria e imperfectamente, la realidad que nos rodea.
Es intelectiva por naturaleza y puede sancionar o no todo aquello que está al alcance del intelecto. La cuestión es que no toda la Realidad está contenida en lo que es objetivo y experimental. Existen muchas cosas más allá, en el campo subjetivo e intuitivo y que también constituyen verdades y realidades, aunque apenas en parcelas conducentes con nuestra capacidad de entendimiento aún tan limitado.

Allan Kardec a codificar, organizar, el Espiritismo, dándole un cuerpo teórico consistente, usó los mejores recursos científicos de su tiempo. Echó mano de la metodología positivista de entonces para que esta viabilizase y diese las necesarias credenciales a la nueva doctrina en el momento en que ella fuese llevada al conocimiento público. Eso significa que Kardec usó la ciencia para que ésta sancionase el nuevo conocimiento. Entretanto, él fue suficientemente previsor para no someter la evolución doctrinaria espírita solamente a los criterios de la ciencia humana, limitadora y llena de conveniencias. Condicionó la evolución del Espiritismo al buen sentido y a la lógica, que son variables subjetivas. Si hubiese creado una dependencia absoluta a factores objetivos y experimentales, típicos de la ciencia convencional, habría colocado al Espiritismo en el campo de los intereses y conveniencias humanas. Por tanto, la metodo-logía positivista usada por Kardec fue un medio, un recurso, y no una camisa de fuerza que condicionase la doctrina que nacía. Consecuentemente, la Doctrina Espírita progresa en función de descubrimientos de la ciencia y sancionados por ésta y va más allá en varios campos donde apenas la lógica y el buen sentido subjetivos son posibles. Claro que esta característica abre innumerables posibilidades de discordancias e interpretaciones diferentes, mas da al Espiritismo su dinamismo propio, sólo cercado por las limitaciones e imperfecciones del hombre, orígenes del espíritu sectario, del fanatismo, del conservadorismo, del religiosismo piadoso y de tantas otras debilidades humanas que azotan el movimiento espírita. En el futuro el conocimiento intelectivo se asociará al conocimiento intuitivo, dando al hombre la posibilidad de alcanzar el conocimiento holístico, global, por entero, y no necesariamente fragmentario como ahora. En cuanto a eso, aún nos veremos divididos, defendiendo tesis parciales, a veces absurdas, provenientes de lo que vemos a través de huecos de cerraduras.

Por: Roberto Santos (Publicado en el periódico "A Voz do Espíritu" - Edición 89: Enero - Febrero de 1998)

Víctor Hugo y la Reencarnación


El conocido poeta, novelista y dramaturgo francés Víctor Hugo, expresó sus profundas convicciones palingenésicas en las siguientes frases:

«Siento en mí toda una vida futura. Soy como un bosque podado que retoña en brotes más fuertes cada vez; subo hacia el infinito.»

«Y si la tierra me da su savia para sustentarme en lo material, el cielo me ilumina con el reflejo de los mundos entrevistos. »

«Hay quien dice que el alma es solamente la expresión de fuerzas corporales, y yo pregunto: ¿por qué la mía es más luminosa ahora, cuando mi vida declina y esas fuerzas corporales me abandonan?»

«Sobre mí se cierne el invierno y en mi alma florece una primavera eterna; las lilas, las violetas y las rosas perfuman y se abren como cuando yo tenía veinte años. Cuanto más me aproximo a la meta, oigo más claramente las sinfonías de los mundos que me llaman...»

«Viviré mil vidas futuras, continuaré mi obra, escalaré de siglo en siglo todas las rocas, todos los peligros, todos los amores, todas las pasiones, todas las angustias; y después de miles de ascensiones, liberado, transformado, mi espíritu volverá a su fuente, fundiéndose en la realidad absoluta, como el rayo de luz vuelve al sol».

Mediumnidad en la biblia


En Samuel, capítulo 28, versículo 8, nº 2, cuando el Rey Saúl va a una pitonisa del valle de Hador y le dice, disfrazado de campesino: “Me gustaría de hablar a Samuel, el último Juez que se murió”. Y la señora que era médium, le dijo: “¿me vienes a pedir eso, no sabes que el Rey Saúl prohibió que se llamara a los muertos?” Y mirándolo:

“Pero tú eres el Rey Saúl que estás vestido de campesino”. Y Saúl le dijo: “Si yo he prohibido, anulo la prohibición. Es un derecho legal. Entonces, quiero que me traigas a Samuel para hacerle una pregunta”. La sensitiva cayó en trance y Samuel, en espíritu, se presentó y le dijo: “¿Por qué me llamas del valle de la sombra de los muertos? ¿Qué quieres de mí?”. Y él le dijo: “Estamos en lucha en contra de los filisteos y quiero saber ¿qué hacer? El espíritu le habló: “Transforma las armas de guerra en instrumentos de labranza, porque de lo contrario al caer el tercer día tú y tu familia estaréis vencidos por los filisteos”. Él no aceptó el consejo. Tres días después todos sus ejércitos fueron vencidos, sus cerdos fueron devorados y él tuvo que perder la vida, como le había anunciado el espíritu. Es un fenómeno mediúmnico de la Biblia.


Pero hay otro caso más sensacional: cuando Jesús va al Monte Tabor y llegado arriba del monte, acompañado de tres testigos, Pedro, Juan y Tiago, se transfigura. ¿Quién es de nosotros que no se recuerda de la transfiguración? Él se transfigura delante de dos muertos:
Moisés y Elías. No son santos, no son dioses, son almas de los hombres que vivieron en la Tierra: Moisés, el hombre del Sinaí desencarnado hacía 400 años y Elías el gran profeta desencarnado hacía 800 años. Se transfiguró y cuando descendió del Tabor un padre que tenía un hijo epiléptico le dijo: “Maestro, mi hijo lleva un espíritu que lo toma, lo hace convulsionar hasta beber sangre, nadie consigue curarlo. ¿Podríais ayudármelo?” El Maestro miró al muchacho, que parecía tener una crisis epileptoide y mirándole dice: “Espíritu inmundo sal de él. Yo te ordeno en nombre de mi Padre”. El muchacho convulsionó y lo devolvió a su padre perfectamente sanado. Los discípulos celosos le preguntaron: “¿Por qué nosotros no lo conseguimos y tú lo lograste?” Jesús dice: “Ibcis verdis... Porque para esta clase de espíritus se hace necesario ayuno y oración”. Para esta clase... es decir hay otras clases, como estableció Allan Kardec: hay espíritus inferiores, desde los estados más primarios; hay espíritus superiores angélicos, bienaventurados, santificados por el amor.