sábado, 25 de junio de 2011

Muertes Colectivas


Desde la antigüedad, grandes tragedias se abaten sobre la Humanidad. A fenómenos naturales – ciclones, maremotos, volcanes – se han sumado situaciones tormentosas desencadenadas por la acción humana, como incendios, derrumbes de construcciones y genocidios. Y a lo largo de la gran epopeya humana siempre se ha preguntado: ¿por qué?

Para los que creen en la bondad, en la misericordia y en la justicia de Dios, las interrogaciones son aún más profundas. En fin, ¿cuáles son las razones para que el Creador permita que sus hijos – aparentemente inocentes – sean víctimas de las catástrofes que dejan detrás de sí la muerte, la miseria, la enfermedad, la orfandad y la viudez, y que hacen infelices a miles de vidas?

Al quedarse intrigado con la secuencia de pruebas colectivas que marcan la trayectoria de la Humanidad, el Codificador del Espiritismo, Allan Kardec, indagó a los Inmortales acerca de las razones de tales tragedias. Y los Bienhechores Espirituales han explicado, en el capítulo seis de la tercera parte de El Libro de los Espíritus, que las calamidades destructivas son pruebas que dan al hombre oportunidad de evolucionar y de ejercitar su inteligencia al demostrar paciencia y resignación delante de la voluntad de Dios.

El Espiritismo enseña que todas las aflicciones tienen una causa justa, originada en la actual existencia o en vidas anteriores. Por eso, los Espíritus Superiores no se ponen en estado de rebeldía ante las tragedias. Por el contrario, se muestran serenos y compadecidos delante del sufrimiento. Ellos nos estimulan a aprovechar la oportunidad para hacer el bien a las víctimas de las catástrofes. Ellos nos informan que dichas ocasiones ofrecen al hombre la oportunidad de manifestar sus sentimientos de abnegación, de desinterés y de amor al prójimo.

De esta manera, no se debe tener extrañeza cuando leemos, en el texto de El Libro de los Espíritus, algunas expresiones más fuertes. Una de ellas, la que dice: «Es necesario castigarlo en su orgullo», debe ser entendida como una expresión del siglo diecinueve. El Espiritismo explica que Dios no castiga ni premia. Él ama a todos sus hijos y los corrige mediante leyes eternas y justas. Para entender mejor el contexto de estas afirmaciones, sugerimos la lectura integral del cap. VI (Ley de Destrucción) de la 3ª Parte de El Libro de los Espíritus.

En esta edición, usted va a leer una entrevista realizada al médium brasileño Divaldo Pereira Franco sobre las muertes colectivas. Además, hemos seleccionado el texto: «Tragedia en el Circo», del Espíritu Hermano X, psicografiado por el médium Chico Xavier, que muestra las conexiones entre una gran prueba colectiva – el incendio que mató a miles de personas en Brasil, en 1961 – y los acontecimientos ocurridos en Roma en el año 177 de la Era Cristiana.

Divaldo, hemos visto diversos acontecimientos que acabaron en muertes colectivas en varios lugares del mundo, algunos de magnitudes mayores que los otros. ¿Cuál es la visión espírita sobre las muertes colectivas?

El eminente Codificador del Espiritismo, Allan Kardec, tuvo el cuidado de preguntar a los Espíritus sobre esos flagelos destructores, conforme la pregunta nº 737, de El Libro de los Espíritus, y ellos contestaron que esos fenómenos ocurren para hacer progresar a la Humanidad. La destrucción es necesaria para que haya la regeneración moral de los Espíritus que, en cada nueva existencia, suben una grada en la escalera del perfeccionamiento. Es necesario que se vea el objetivo, para que los resultados puedan ser apreciados. Solamente desde vuestro punto de vista personal los apreciáis; de ahí viene que los califiquéis de flagelos, por culpa de los perjuicios que os causan. Son, pues necesarios, tales flagelos, porque despiertan la conciencia humana hacia la solidaridad y para la imprescindible autoiluminación.

2. ¿Todas las personas que desencarnan colectivamente, tienen necesariamente vínculos con el pasado?

Sin ninguna duda. Cuando ocurre una calamidad generalizada, aquellos que se encuentran involucrados en el proceso de rescate están liberándose de un compromiso colectivo que fue asumido anteriormente, en cuyo período se practicaron males innombrables contra el ser humano aisladamente y la sociedad en general. No siempre, sin embargo, hay vínculos individuales, unos con otros, siendo parte del grupo por afinidad vibratoria.

3. En la Revista Espírita de 1858, el Espíritu San Luís, afirma que, cuando una existencia ha sido puesta en peligro es una advertencia deseada antes de la encarnación, para desvío del mal y hacer que el individuo se torne mejor. ¿Sería esto la causa por la cual algunas personas no son alcanzadas durante una catástrofe?

No pocas veces se encuentran personas no vinculadas de necesidad de los flagelos destructores, en el momento en que ocurren. Sin embargo, son invitadas a graves reflexiones propias salvándose, a fin de que sus existencias se tornen provechosas, modificando la conducta y ampliando el área de servicio iluminativo personal y en beneficio de la humanidad.

Por esta razón, muchos hombres y mujeres que se encuentran en el seno de los sucesos lamentables se salvan de forma, a veces, inexplicable, como ocurrió en el tsunami y siempre sucede en otros sucesos no menos dolorosos.

4. Desencarnaciones colectivas como las que ocurrieron en Paraguay (incendio en un supermercado en Asunción), o en Argentina (incendio en una discoteca en Buenos Aires) tiene cierta similitud con la tragedia del Circo, en Niterói, Brasil, hecho narrado por Humberto de Campos, a través de la psicografía de Chico Xavier, en la cual, las víctimas del incendio eran antiguos romanos que llevaron a jóvenes cristianos entregarlos a la muerte en la arena... En su opinión, ¿estos hechos recientes, serían rescates de similar origen?

Sí. Sin embargo, no necesariamente reuniendo verdugos de los cristianos en días del pasado. La Humanidad ha vertido tantas lágrimas con las tragedias ocasionadas con religiosos intolerantes como a través de gobiernos arbitrarios, por políticos deshonestos y violentos como por medio de hábiles negociantes que explotan a las masas, llevándolas a la miseria y al sufrimiento...

Periódicamente la Divinidad reúne a esos agresores de la Conciencia Cósmica de diversos períodos y los invita a la desencarnación en masa, dolorosa, aflictiva, de modo que rescaten los débitos cometidos, sin que sean necesarios otros agentes humanos para hacerlo.

Algunos, que desencadenan las tragedias, por ignorancia, locura o perversidad, se tornan, sin darse cuenta, instrumentos de la Ley Soberana, dando así continuidad a la irrefutable labor de purificación propuesta por la Justicia Divina.

5. Recordamos al Espíritu André Luiz, en el libro «Nuestro Hogar», narrando sobre la preparación del plano espiritual para una gran tragedia, que sería la Segunda Guerra Mundial. ¿Podría narrarnos cómo los Espíritus actúan desde el otro lado de la vida ante estos hechos?

Conforme nos enseña El Libro de los Espíritus, en la Parte 2a., Capítulo IX, especialmente las preguntas de nºs. 537 y siguientes, hay Entidades que presiden los fenómenos y los dirigen de acuerdo con las atribuciones que tienen.

En la tradición de todos los pueblos existen esos arquetipos procedentes de las generaciones anteriores, que informan sobre la existencia de elementales, gnomos, hadas, genios, sílfides, elfos, salamandras, orixás..., que son responsables de los fenómenos de la Naturaleza, tanto en la construcción como en la destrucción, de forma que la Tierra alcance su nivel más elevado en la condición de mundo de regeneración.

Bajo el comando de Espíritus nobles y sabios, verdaderos ingenieros siderales que planean los sucesos de cualquier matiz en el planeta terrestre, aquellos cooperadores son incumbidos de realizarlos, de la misma forma que sucede en nuestra sociedad, en lo concerniente al progreso individual y al de las masas.

Después de estudiar las necesidades de aquellos que estarán incluidos en la depuración a través del flagelo destructivo, elaboran las acciones, utilizándose de los fenómenos geológicos (como en el caso del tsunami), otros de naturaleza diversa (incendios, conflictos armados, guerras, accidentes colectivos) o se responsabilizan de su resultado, atendiendo, de ese modo, a los objetivos de la evolución.

6. Sabemos a través de revelaciones mediúmnicas y para nuestra ilustración, la causa pasada de las personas que desencarnaron durante catástrofes, en el caso específico del tsunami, en el mar Índico, con más de 250 mil muertes, ¿Cuál sería el origen? ¿Los Espíritus Benévolos le han informado algo al respecto?

En comentario particular, sin que yo pueda demostrar su legitimidad, el Espíritu Joanna de Ângelis me informó que las víctimas del fenómeno destructivo a que nos estamos refiriendo, fueron parte de las antiguas legiones bárbaras que destruyeron, prácticamente Europa y otros pueblos, en el pasado, especialmente, Alarico I y sus ejércitos, cuando sometieron a su talante cruel varios países, incluyendo a Tracia y Grecia, habiendo amenazado antes Constantinopla y, cuando conquistando Roma, la saquearon y quemaron durante seis días, que se prolongaron por mucho tiempo, en el año 410 (d.C.), en que también él desencarnó...

7. Finalmente, ¿Cómo ve la acción solidaria y ayuda humanitaria de los países desarrollados, ante el sufrimiento de los países afectados?

La Humanidad está constituida por Espíritus en estados primarios, pero también por aquellos que ya alcanzaron un estado más elevado estado de evolución y que constituyen ejemplos que arrastran a las multitudes. Infelizmente, han ocurrido fenómenos sociales lamentables, por culpa de la indiferencia de algunos líderes, sin embargo, avanzamos con el progreso rumbo a la felicidad que es improrrogable bajo el comando de Jesús.

Es natural, por tanto, que todos los pueblos se unan y se ayuden recíprocamente, ya que esos fenómenos dolorosos volverán a ocurrir, posiblemente más severos, exigiéndonos cuidados y atención, mientras aguardamos que sucedan y donde vuelvan a ocurrir.

Se reconoce la madurez espiritual de un pueblo por sus sentimientos de fraternidad, de solidaridad humana, y no solamente por sus conquistas científicas y tecnológicas, que aunque auxilien mucho, no impiden que ocurran flagelos destructores de este y de otros aspectos.


LAS CALAMIDADES DESTRUCTORAS
(preguntas de «El Libro de Los Espíritus»)


737. ¿Cuál es el objetivo de las calamidades destructoras para la humanidad?

Para hacerla avanzar más rápido. ¿No hemos dicho que la destrucción es necesaria para la renovación moral de los Espíritus, que logran en cada existencia un nuevo grado de evolución? Es preciso ver el final para poder apreciar los resultados. Ustedes juzgan desde su punto de vista personal y las llaman calamidades debido al perjuicio que ocasionan, pero con frecuencia son necesarias para impulsarlos más rápidamente a un estado mejor y conseguir en pocos años lo que requeriría siglos. (744)

738. ¿No podría emplear la Divinidad otros medios diferentes a las calamidades destructoras para lograr el progreso de la humanidad?

Sí, y los emplea todos los días, porque ha dado a cada uno los medios de progresar a través del conocimiento del bien y del mal, es el hombre quien no lo aprovecha. Hay que golpearlo en el orgullo para hacerle sentir que es débil.

Pero en esas calamidades mueren tanto los hombres buenos como los malos, ¿es eso justo?

Durante la vida el hombre lo relaciona todo con el cuerpo, pero después de la muerte piensa de otra forma. Ya lo dijimos, la vida del cuerpo es poca cosa, un siglo en la Tierra es un relámpago en la eternidad y los sufrimientos que se prolongan por algunos meses o días, no son nada, esta es una enseñanza que les servirá en el futuro. Los Espíritus, he aquí el mundo real que preexiste y sobrevive a todo (85), son los hijos de Dios y objeto de toda su atención, el cuerpo es el disfraz conque aparecen en el mundo. En las grandes calamidades que diezman a los hombres sucede algo parecido a lo que sucede en el ejército; durante la guerra ve sus vestiduras usadas, desgarradas o perdidas, pero el general se preocupa más por los soldados que por sus uniformes.

Pero los que mueren durante esas calamidades, ¿acaso no son víctimas?

Si considerarán la duración de la vida como lo que es, poca cosa con relación al infinito, no le darían tanta importancia. Esas víctimas tendrán en otra existencia una gran compensación por los sufrimientos que sobrellevaron, si los saben soportar sin quejarse.

Bien sea que muramos como consecuencia de una calamidad u otra causa ordinaria, es preciso que suceda cuando nos llegue la hora de partir. La única diferencia consiste en que en las calamidades muere un número mayor a la vez.

Si pudiésemos colocarnos por encima de la humanidad con el pensamiento y abarcarlo todo al mismo tiempo, esas calamidades tan terribles parecerían flagelos pasajeros en el destino del mundo.

739. ¿Tienen alguna utilidad las calamidades destructoras desde el punto de vista físico, a pesar de los daños que ocasiona?

Sí, algunas veces cambian el estado de una región, pero el bien que resulta lo experimentarán las generaciones futuras.

740. ¿No serán las calamidades también pruebas morales para el hombre enfrentándolo a las más duras necesidades?

Las calamidades son pruebas que le otorgan al hombre la oportunidad para ejercitar la inteligencia, demostrar su paciencia y resignación a la voluntad Divina, desplegando simultáneamente los sentimientos de abnegación, desinterés y amor al prójimo, si no está dominado por el egoísmo.

741. ¿Puede el hombre contrarrestar las calamidades que lo afligen?

Sí, en cierta forma, pero no como generalmente lo entiende. Muchas de esas calamidades son consecuencia de la imprevisión, en la medida que adquiera experiencia y conocimiento, puede evitarlas, si sabe buscar las causas. Pero entre los males que afligen a la humanidad hay los que pertenecen a los designios de la Providencia, sufriendo cada ser las consecuencias. A éstos el hombre no puede oponerse, debe resignarse a la voluntad divina, pero muchas veces los agrava por descuido.

Entre las calamidades destructoras naturales e independientes de la voluntad del hombre, podemos colocar en primer lugar las epidemias, el hambre, las inundaciones, las inclemencias del tiempo sobre los cultivos. Pero, ¿acaso no ha encontrado el hombre en la ciencia, en los trabajos manuales, en el mejoramiento de la agricultura, en la irrigación y rotación de cultivos, en el estudio de las condiciones higiénicas, los medios para neutralizar del todo o al menos atenuar esos desastres? ¿Acaso antiguas comarcas asoladas por terribles calamidades no están preservadas hoy día? ¿Qué no podrá hacer el hombre para el bienestar material cuando sepa utilizar todos los recursos de la inteligencia? ¿Cuándo del cuidado personal de trato sepa unir el sentimiento de la verdadera caridad para con los semejantes?

miércoles, 15 de junio de 2011

Om simbolo sagrado


Om es uno de los mantras más sagrados de las religiones dhármicas (como el hinduismo y el budismo).

Simboliza el divino Brahman y el universo entero.

También se lo denomina


Significado

Esta sílaba también se llama el udgīthá (‘canto fuerte’)1 o el praṇava mantra (‘oración vibrante’, siendo praṇauti o praṇu ‘hacer un rumor vibrante’),2 pues es considerada por los hindúes el sonido primordial, origen y principio de la mayoría de los mantras, palabras o sonidos divinos y poderosos.

El om es el símbolo de lo esencial en el hinduismo. Significa unidad con lo supremo, la combinación de lo físico con lo espiritual. Es la sílaba sagrada, el primer sonido del Todopoderoso, el sonido del que emergen todos los demás sonidos, ya sean de la música o del lenguaje.

El "OM" tambien es el todo, de todo y la nada.

En las Escrituras védicas

En los Upanishad esta sílaba sagrada aparece como un sonido místico considerado por las escrituras como la verdadera base de cualquier otro mantra (himno sagrado).

De acuerdo al Taittiriya Upanishad, Prayapati (otro nombre del dios creador Brahmá), meditó en las tres letras del mantra om (a, u y m) y así le surgieron los tres Vedás (el Rig, el Sama y el Átharva), y también las tres palabras bhūr (Tierra), bhuva (atmósfera) y suah (Cielo).

La sílaba om también representa el Trimurti (‘tres formas’) de Brahmá, Vishnú y Shivá.

Según los shivaístas, el tambor de Shivá produjo este sonido om, y a través de él salieron las siete notas de la octava musical, a decir: sa, re, ga, ma, pa, dha, ni. Gracias a este sonido, Shivá crea y destruye el universo.

Om es también la forma sonora del atman (alma, o dios).

Los Upanishad declaran que todo, lo existente y lo no existente, puede ser controlado al pronunciar esta sílaba sagrada om. Los hinduistas creen que el mantra om es eficaz para eliminar los errores en los sacrificios de fuego y de otros tipos. La meditación en el om satisface todas las necesidades y lleva al moksha (liberación espiritual). Casi todos los rezos y lecturas sagradas son precedidos por la pronunciación del om.


martes, 14 de junio de 2011

El alma sale del cuerpo


Sentir que uno sale fuera de su cuerpo debe ser, a todas luces, una experiencia impactante. Viajar hasta lugares lejanos, ver cosas que se escapan a la percepción habitual, y hasta sentir que se es algo más que cuerpo físico, son algunas de las realidades a las que es posible acceder cuando la mente se libera del cuerpo. Se trata de un fenómeno vivido no sólo por místicos, chamanes y personas que han sentido de cerca la muerte, si no por gentes normales en situaciones corrientes. Las experiencias extracorpóreas son más frecuentes de lo que parece: una de cada diez personas ha dejado atrás su cuerpo físico alguna vez para viajar con el "alma".


Durante un viaje astral las limitaciones físicas no existen y una persona puede desplazarse a miles de kilómetros en un instante.
Quien ha experimentado un viaje astral suele describir el extraño «cordón de plata» que une su cuerpo físico con el psíquico. Ese hilo sutil mantiene la conexión entre ambos.

Una súbita sensación de ligereza invade el cuerpo. Y antes de terminar de acostumbrarse, los ojos comienzan a percibir la habitación de modo diferente. Ya no está tendido en la cama, sino muy cerca del techo. O al menos eso parece. Al girar la vista, surge una visión estremecedora: tendida sobre la cama se encuentra una persona a la que uno conoce muy bien... demasiado bien. La primera sorpresa es verse a sí mismo acostado, mientras que el auténtico yo se encuentra flotando en la habitación. Después ya no hay prácticamente límites a lo que puede pasar. Ir a visitar a un amigo al otro lado de la ciudad, viajar a lejanos países, ver lo que pasa en la habitación de al lado, o incluso reunirse con algún pariente que falleció hace cierto tiempo...

Un Fenómeno Común

Estas son algunas de las sensaciones que rodean a una experiencia extracorpórea. Un fenómeno más corriente de lo que se pueda pensar y que ha sido experimentado de forma consciente por una de cada diez personas. Se trata, en resumen, de un viaje al otro lado de la realidad que se realiza dejando atrás al cuerpo físico, y del que sabemos desde hace siglos gracias a los relatos de místicos y chamanes de todas las latitudes. Ver lo que se encuentra en otros lugares, ser capaz de realizar curaciones imposibles, acceder a información sobre lo que ocurrió en un lejano pasado, e incluso lo que está por suceder, son algunos de los fenómenos paranormales que pueden ocurrir mientras el yo de la persona se encuentra separado de su cuerpo.

"La experiencia extracorpórea anula todas las ilusiones culturales de forma que uno alcanza un nivel superior de madurez." Esta es una de las conclusiones de
Waldo Vieira, un investigador brasileño que ha dedicado casi toda su vida a intentar comprender el significado de un fenómeno que considera puede arrojar luz sobre lo que significa realmente la vida. Con nueve años, tuvo sus primeras experiencias de percepción extrasensorial. Éstas le permitieron conocer que el Universo es algo mucho más complejo de lo que se puede ver a simple vista, estimulándole a estudiar a fondo los fenómenos paranormales, las experiencias extracorpóreas y su relación con la conciencia.

Así inició una búsqueda que siempre ha realizado "desde un punto de vista teórico y práctico, siguiendo dentro de lo posible la línea científica, con estudio lógico, refutaciones e investigación seria ".

«Cuando uno viaje fuera de su cuerpo mantiene su lucidez, es consciente e incluso a veces hay una expansión de la consciencia que nos hace más inteligentes», asegura este investigador brasileño de 69 años.

Waldo Viera ha dedicado toda su vida a comprender el significado que tienen los viajes astrales.

Odontólogo de profesión y explorador de la mente por vocación, lo cierto es que Vieira está considerado uno de los principales expertos mundiales en el estudio de los llamados «viajes astrales», como atestiguan la veintena de libros que lleva publicados. En 1987 fundó en Foz de Iguazú (Brasil) el Instituto Internacional de Proyecciología y Concienciología, que en la actualidad tiene sedes en numerosos países, entre los que se encuentra España.

Desde su experiencia personal y como investigador, Vieira está convencido que las experiencias fuera del cuerpo son algo corriente. "Todo el mundo realiza viajes astrales cada noche, pero la mayoría no lo sabe. Estadísticamente el 89% de las personas no recuerda lo que sucede durante el sueño, que es un estado alterado de consciencia donde se pierde un cuarto o tercio de la vida. Pero si el cuerpo necesita dormir, la conciencia no." Según este veterano investigador, siempre vestido de blanco, "un ocho o nueve por ciento de las personas recuerdan que han experimentado un estado alterado de consciencia fuera del cuerpo, aunque muchas veces en confusión con otros estados como el mismo sueño, mientras que apenas un 1,2 por ciento de la población tiene experiencias fuera del cuerpo totalmente lúcidas".

Un mundo en el astral ¿Qué sucede cuando se produce una experiencia extracorporal? Los límites de lo físico se derrumban, la percepción llega hasta fronteras inimaginables, y el sentido de la realidad cambia de forma radical y permanente. "Cuando se está fuera del cuerpo, los prejuicios y convenciones quedan atrás y se descubre que lo realmente importante es lo que cada uno hace con su propia evolución. Cuando uno sale fuera del cuerpo mantiene su lucidez, es consciente, incluso a veces hay una expansión de la conciencia que nos hace más inteligentes".

Según sostiene este investigador, ese nuevo mundo en el que se desenvuelve el viajero astral "es la verdadera tierra natal de cada uno, de donde procede y a donde volverá. Allí se encuentran millones de otras consciencias, agrupadas por afinidades en miles de grupos evolutivos, y también los evolucionólogos, seres con una conciencia más evolucionada que son los mentores de cada grupo evolutivo".


Este explorador de la mente está convencido que entre esas consciencias extrafísicas se encuentran los que han sido seres humanos, lo que hace posible que durante el estado de consciencia que es el viaje fuera del cuerpo, se puedan, por ejemplo, recordar vidas pasadas, "pero sin ninguna inducción, ni hipnosis, ni sugerencia".

Fantasmas De Los Vivos

Durante la realización de un viaje astral las limitaciones físicas parece que pueden superarse. La persona puede desplazarse a miles de kilómetros de distancia de forma instantánea, ve lo que sucede y lo describe con increíble exactitud. Los ejemplos de esta clarividencia provocada por experiencias fuera del cuerpo son innumerables. La Sociedad de Investigaciones Psíquicas británica cuenta en sus archivos con numerosos casos comprobados, que incluyen incluso la resolución de un crimen gracias a un testigo que presenció el robo y muerte de un hombre, mientras se encontraba fuera de su cuerpo.

Lo más corriente es que las personas que se encuentran realizando un viaje fuera del cuerpo se comporten como fantasmas; pueden ver pero no ser vistos, ni intervenir físicamente donde se encuentran. Aunque esto no siempre es así. Hay personas que afirman haber visto figuras espectrales de familiares y conocidos, que después se comprobó que estaban bien vivos, aunque dormidos, cuando se produjo el fenómeno. En ocasiones, la aparición de esos supuestos espectros se produce durante la agonía de la persona, como si quisiese despedirse de sus allegados por última vez. Los expertos los llaman "fantasmas de los vivos" y su presencia obedece a desdoblamientos astrales.


Durante un viaje extracorporal se pueden recorrer grandes distancias y atravesar todo tipo de obstáculos, pero también hay ocasiones en que el viajero astral no puede atravesar una simple pared, y time que salir por la puerta, como una persona física.

En estas situaciones puede haber una intervención sobre la materia, dándose casos, como uno registrado en el trabajo de Robert Crookall The Study and Practice of Astral Projection, en el que una mujer fue capaz de abrir una ventana y una puerta mientras tenía una experiencia extracorpórea.

Esta facultad de intervenir físicamente en el entorno en determinadas ocasiones, podría explicar las inexplicables curaciones que ocurren como consecuencia de experiencias fuera del cuerpo. Los ejemplos de personas que mejoraron físicamente de sus enfermedades después de ser visitadas astralmente por parientes o familiares, son muy numerosos, e incluso hay algunos casos de médicos que aseguran viajar fuera de su cuerpo para ayudar a un paciente, si no pueden desplazarse físicamente.

Viajes Chamánicos

La gran mayoría de las experiencias extracorporales se producen de forma espontánea. Simplemente la persona se encuentra fuera del cuerpo, ya sea durante un sueño, o al encontrarse en un momento crítico, o como resultado de una grave enfermedad. Pero también pueden ser voluntarias, fruto del deseo de la persona que conscientemente desea explorar ese otro universo que se encuentra junto a nuestra realidad. En los pueblos mal llamados primitivos, los chamanes, los hombres medicina, son capaces en ocasiones de dominar a voluntad sus salidas del cuerpo. Los nativos de muchas regiones de Sudamérica recurren a la ayahuasca, un preparado realizado con diversas plantas, que permite liberar el espíritu de la atadura del cuerpo.

Entre los chamanes de Siberia el viaje astral se consigue con una combinación de preparación psíquica y física, cantos y el repicar de tambores y la ingestión de sustancias como alcohol o diversos extractor de hongos. De forma parecida actúan los brujos de tribus africanas, los aborígenes australianos o de los maoríes de Nueva Zelanda. De todas formas, el camino para salir conscientemente del cuerpo no es fácil. El miedo a lo desconocido, a encontrarse sin el apoyo físico del cuerpo, es algo que en todas las tradiciones culturales se time muy en cuenta. Los brujos deben superar ere obstáculo, lo mismo que cualquier persona que desee explorar de forma voluntaria ere otro territorio. "El impedimento básico para realizar una experiencia extracorporal es el miedo. Todos tenemos fobias, pero la peor es el terror a lo nuevo, y ese pavor a enfrentarse a un nuevo mundo, a una nueva dimensión, a nuevas criaturas, es lo que debe superar cualquier persona que conscientemente desee salir de su cuerpo".

De todas formas, pese a que en circunstancias extremas se pueda producir el fenómeno extracorporal, Vieira destaca que "la salida del cuerpo no es un proceso psicopatológico, sino fisiológico, es parte de las funciones del organismo, aunque se trata de unas funciones que todavía no conocemos, como hace doscientos años no se sabía nada de los microorganismos, no se veían aunque sus efectos fuesen claramente visibles".

Durante las experiencias de viaje fuera del cuerpo los condicionantes culturales, la educación y los propios arquetipos, juegan un papel importante en lo que la persona siente y ve. "Uno ve lo que quiere ver. Durante la Edad Media se hablaba de íncubos y súcubos, pero esos espíritus con forma de mujer u hombre seductores no eran más que ilusiones, entidades incorpóreas negativas, mal intencionadas".

Agresiones En El Astral

Imagen ampliable con detalles

El Viaje Astral en porcentajes

Si en ese otro lado del espejo al que se puede llegar realizando un viaje astral se pueden encontrar entidades inmateriales, tanto positivas como negativas, ¿sería posible que alguna mal intencionada tomase control del cuerpo del viajero astral? Sobre este asunto hay diferentes opiniones, pero Vieira cree tajantemente que eso no es posible. "Hemos calculado que hay unas nueve consciencias extrafísicas por cada conciencia intrafísica, por cada persona viva, o sea por cada uno de los seis mil millones de habitantes de la Tierra. De éstas, unas tres son peores, otras tres más o menos iguales, y las tres restantes mejores que nosotros. Y todas han sido humanos en vidas pasadas, y no sólo humanos, también subhumanos; asegura. Y añade que al realizar una experiencia extracorpórea, "cada uno busca sus afinidades, y si uno no tiene buenas intenciones, si por ejemplo desea utilizar la experiencia extracorpórea con fines egoístas, se puede encontrar con muy malas compañías en el mundo astral".

Peligros, pero también posibilidades de realizar prodigios, se abren ante quien desea explorar el territorio inmaterial al que puede llegar viajando con su conciencia incorpórea. Los caminos para conseguirlo son casi infinitos, casi tantos como personas, aunque si se desea evitar el empleo de sustancias químicas, la voluntad se erige como la llave que permite realizar la excursión extracorporal. "Se recomienda que como mínimo se aprendan tres técnicas antes de intentar realizar un viaje astral. Hay muchos libros y cursos que explican cómo realizarlos, aunque es conveniente escoger los buenos", afirma Vieira, que cita el método más sencillo: tenderse en la cama, pensar que uno sale del cuerpo y verse a continuación a sí mismo tendido. "Mucha gente podrá pensar que se trata de simple autohipnosis, pero si se realiza muchas veces, uno se convence que no es así, que no hay ninguna influencia que interfiera, sino que se trata de la propia voluntad que determina lo que haces. Se trata de un fenómeno autoconvincente y autopersuasivo."

¿Y la utilización de sustancias químicas, como realizan muchos chamanes? "No es algo conveniente", asegura tajante Vieira. "Es como cuando se colocan velas o incienso ante la imagen de un gurú; un ejemplo de la falta de madurez de las personas. Lo importante es saber que quien desee realizar esta experiencia fuera del cuerpo tiene que hacer su trabajo personal, ya que es imposible forzar la evolución."


Querer emular a chamanes y místicos requiere, al parecer, su esfuerzo, a menos que se elijan atajos químicos o de otro tipo, que muchos consideran poco recomendables. En todo caso siempre quedarán esos momentos en la penumbra de la consciencia, antes de que el sueño venza, en los que todavía se puede sentir cómo nuestro yo no tiene límites y puede desplazarse muy lejos del cuerpo al que se encuentra ligado...

Viajando Con Ayahuasca

Cualquier persona puede en un momento determinado vivir una experiencia extracorpórea, tanto espontánea como favorecida por el empleo de diversas técnicas. El antropólogo Josep María Fericgla pudo experimentar en primera persona esta situación mientras se encontraba en la selva amazónica de Ecuador, estudiando las costumbres de los indios Suhar, conocidos popularmente como Jíbaros. La ayahuasca o natem es la herramienta sagrada de estos nativos para poder acceder a unos conocimientos que sin ella se les escapan. Conocer la disposición interna antes de una batalla o ser capaces de ver lo que ocurre a gran distancia, son dos de las múltiples utilidades de este preparado enteógeno, fabricado a partir de la cocción de dos plantas. Para conocer mejor el funcionamiento cultural de ese pueblo, Fericgla se convirtió en un jíbaro más, cambió su nombre por nyeke, que quiere decir peludo, y después de convivir durante años con los nativos, siguió un cuidadoso entrenamiento mental para poder utilizar el poder que encierra la ayahuasca como cualquier suhar.

«Bajo los efectos de la ayahuasca viajé desde la selva amazónica hasta España, y pude ver lo que ocurría en una calle de mi ciudad, Barcelona, donde pude ver lo que hacían varias personas, algunas de ellas conocidos míos.» ¿Se trataba de una simple alucinación inducida por el consumo del preparado mágico de los indios? Las dudas se despejaron a la vuelta a su casa. «Pude comprobar que lo que había visto durante el viaje inducido por la ayahuasca había sucedido en realidad. Soy consciente que explicar una experiencia como ésta, recogida en mi libro Los jíbaros, cazadores de sueños, es algo bastante heterodoxo para un investigador que da clases en la universidad, pero me parece que ignorarlo simplemente porque carece de explicación científica sería una trampa.»

¿Bases Extraterrestres En Los Pirineos?

Skip Atwalter asegura haber descubierto algunas bases extraterrestres en nuestro planeta, incluso una localizada en los Pirineos.

El equipo de sensitivos del ejército americano entrenado por Skip Atwater se encontró, casi sin proponérselo, con la presunta existencia de bases extraterrestres en nuestro planeta. Cuatro emplazamientos fueron estudiados con detalle por espías psíquicos que encontraron en ellos aparatos de aspecto extraño e incluso detectaron la presencia de seres de aspecto no humano. Según recuerda Atwater, no se trató de una investigación planeada, sino que fue consecuencia de uno de los muchos entrenamientos que realizaban. Para mantener el equipo activo efectuaban prácticas que consistían en ir a determinados lugares para después describirlos con el mayor detalle posible.

"Fue en 1984 cuando a través de un científico del Scientific Research Investigation, de Menlo Park, California, llegó a mis manos unos informes que doce años antes había proporcionado un hombre llamado Pat Price, sobre la existencia de unas bases extraterrestres en la Tierra, y me pareció que investigar esas presuntas bases podía ser un buen ejercicio."

Las supuestas bases se encontraban en Zímbabwe, en Australia, en el monte Hayes, Alaska, y la principal en el Monte Perdido, en los Pirineos españoles. "Nuestros sensitivos encontraron que en esos lugares había algo realmente extraño. Vieron ovnis entrando y saliendo de las montañas, observaron una tecnología muy avanzada, que ellos no podían entender completamente, y en general notaban la presencia de algo muy extraño y alíenígena", recuerda Atwater. "La CIA no me pidió que estudiase ovnis fue algo que hicimos para probar a los sensitivos del equipo, y constatamos que hay algo extraño detrás del fenómeno.". Quince años después Skip Atwater confiesa que algún día espera ir al Monte Perdido, aunque reconoce que tal vez se lleve una desilusión. "Tengo las coordenadas exactas, pero ¿son realmente físicos los ovnis o es posible que en ese lugar no encuentre nada, porque no lo son? También podría ser que esos seres tengan algún poder mental que impida que pueda ver algo."

Levitacion ¿verdad o mentira?


La posibilidad de vencer la fuerza de gravedad puede ser el resultado de un largo adiestramiento, o puede presentarse espontáneamente, asombrando tanto al que levita como a quienes le observan. Muchos pueblos antiguos conocieron el arte de la levitación. Pero también en la actualidad, algunas personas afirman que pueden lograr la ingravidez a voluntad.







D.D. Home, atribuía sus levitaciones a los espíritus.

Tres destacados miembros de la sociedad londinense del siglo pasado fueron testigos, el 16 de diciembre de 1868, de un incidente tan extraordinario que aún sigue provocando controversias.

El vizconde Adare, el señor Lindsay y el capitán Wynne contemplaron cómo el famoso médium Daniel Dunglas Home se elevaba en el aire, salía flotando por una ventana de la casa -se encontraban en Londres- y entraba también flotando, por otra, a unos 24 m de altura, según dijeron los testigos. D.D. Home se hizo famoso sobre todo por sus levitaciones, arte que ejercía sobre sí mismo y sobre otros objetos -en una ocasión, un piano de cola-; pero no fue el único que gozó de la «imposible» capacidad de desafiar la ley de gravedad. San José de Cupertino (1603-63) levitaba con frecuencia y ante testigos. Era un simple campesino originario de Apulia, Italia, y pasó su juventud tratando de llegar al éxtasis religioso por medios como la autoflagelación, el ayuno y los cilicios. A los 22 años se hizo franciscano y entonces su fervor religios literalmente, «desapareció».

San José y Sus «Mareos»

San José de Cupertino fue canonizado gracias al extraño don que le permitía flotar en el aire.

José resultaba molesto para sus superiores. Durante 35 años fue excluido de todas las ceremonias públicas a causa de su desconcertante costumbre, pero a pesar de todo, los relatos de sus levitaciones se propagaban. En una ocasión, mientras paseaba con un fraile benedictino por los jardines del monasterio, se elevó volando hacia un olivo. Un domingo, durante la misa, se elevó en el aire y voló hacia el altar, en medio de los cirios.

Un médico, dos cardenales por lo menos y un Papa (Urbano VIII), entre otros muchos, fueron testigos de las momentáneas ingravideces de José; él las llamaba «mis mareos». Pasó toda su vida en oración, y la lglesia decidió que las levitaciones debían de ser obra de Dios.

Otra santa que levitaba fue Santa Teresa de Ávila, que murió en 1582. Esta notable mística y escritora española experimentaba las mismas sensaciones que tienen muchas personas cuando sueñan que vuelan. Ella misma describió sus levitaciones en el Libro de su vida:

«Es así que me parecía, cuando quería resistir, que desde debajo de los pies me levantaban fuerzas tan grandes, que no sé como compararlo... Y aún yo confieso que gran temor me hizo, al principio, grandísimo; porque verse así levantar un cuerpo de la tierra, que aunque el espíritu le lleva tras sí y es con suavidad grande, si no sé resiste, no se pierde el sentido; al menos, yo estaba en de manera en mí, que podía entender era llevada.»

Tan frecuentes eran sus levitaciones que rogaba a las hermanas que la sujetaran cuando sentía que se acercaba «un ataque».

La mayor parte de quienes levitan creen en un sistema religioso particular, sea el cristianismo, el misticismo hindú, los antiguos misterios egipcios o el espiritismo. D.D. Home pertenecía a esta última categoría.

Nacido en Escocia y criado en Estados Unidos, Home fue un niño débil y de temperamento artístico. A los 13 años tuvo una visión de un amigo, Edwin. Home anunció a la familia de su tía que eso significaba que Edwin había muerto tres días antes. Era cierto. La carrera de Home como médium había comenzado, pero hasta los 19 años no desafió la ley de gravedad.

Santa Teresa de Ávila padecía «ataques» de levitación.

Ward Cheney, próspero fabricante de soda organizó una sesión en su casa de Connecticut. en agosto de 1852. D.D. Home estaba presente para provocar las manifestaciones «espiritistas» habituales: pero sucedió algo imprevisto que le hizo famoso de un día para el otro. Flotó por el aire hasta que su cabeza tocó el cielorraso. Entre los invitados se encontraba un escéptico periodista, F. L. Burr, director del Hartford Times, quien escribió lo siguiente acerca del insólito suceso: «De pronto, sin que nadie lo esperase, Home se elevó en el aire. Yo le cogía la mano en ese momento y le miré los pies: estaban a 30 cm del suelo. Dos veces se elevó del suelo, y la tercera vez fue aupado hasta el cielorraso de la habitación, con el que sus manos y sus pies entraron en suave contacto.»

La carrera de Home progresó rápidamente. Fuese donde fuese, se producían fenómenos extraños: soplaban vientos en habitaciones cerradas, flores recién cortadas caían del techo, las puertas se abrían y se cerraban, globos de fuego zigzagueaban por la habitación... y Home levitaba.

La famosa ocasión ya mencionada en la que salió flotando por una ventana y entró por otra se discute aún con color, sobre todo porque el incidente fue atestiguado por personas muy respetables. Uno de ellos, el señor de Lindsay (después conde de Crawford), escribió:

«Estábamos en una sesión con el señor Home, lord Adore y un primo de éste (el capitán Wynne). Durante la sesión el señor Home entró en trance y, en ese estado, fue transportado fuera de la ventana de la habitación contigua a la que estábamos y volvió a entrar por nuestra ventana. La distancia entre las ventanas era de unos 2,30 m, y entre ambas no se tendía el menor apoyo. En cada ventana había un alféizar de sólo 30 cm de anchura, quo se empleaba para poner macetas de flores. Oímos cómo se abría la ventana de la habitación contigua y casi inmediatamente después vimos a Home flotando en el aire en el exterior de nuestra ventana. La luna iluminaba bien la habitación; yo estaba de espaldas a la luz y vi la sombra del alféizar y los pies de Home a unos 15 cm de altura por encima de éste. Se quedó en esa posición unos segundos, después abrió la ventana, de deslizó en la habitación con los pies por delante y se sentó.»

Los escépticos como Frank Podmore o, más recientemente, John Sladek, han tratado de refutar esta levitación. Sladek intentó desacreditar a los presentes comparando los detalles de sus relatos, como la altura de los balcones con respecto a la calle o, de hecho, la existencia o no de balcones.

Podmore, en cambio, da muestras de un escepticismo más sutil. Menciona el hecho de que, pocos días antes de la levitación, y en presencia de los mismos testigos, Home había abierto la ventana y se había encaramado en el alféizar. Podmore observa secamente que «el médium, al actuar así, proporcionó una especie de boceto de la imagen que se proponía crear». En otra ocasión Home anunció súbitamente «Me elevo, me elevo» antes de levitar en presencia de varios testigos.

Podmore insinuaba que las levitaciones de Home no eran más que alucinaciones provocadas por sugestión hipnótica, del mismo modo que se dice que el truco hindú de la soga que se eleva al son de la flauta o con una simple mirada no es más que una alucinación masiva, provocada por la mirada o la charla del mago.

Colin Evans flota aparentemente en el aire, en el Conway Hall de Londres, en los años 30.

Pero pese a la hostilidad generalizada, Home siguió realizando con éxito sus levitaciones durante 40 años. Entre sus testigos figuraron Napoleón III, John Ruskin y muchos cientos de personas más, cuyo testimonio, en general, no fue tan incongruente como el de Adare, Wynne y Lindsay. Además, la mayor parte de sus exhibiciones se realizaron a la luz del día, y nunca se demostró que fuera un impostor. Pese a las acusaciones de Podmore, Home nunca se esforzó mucho por crear una atmósfera llena de sugerencias. De hecho, fue uno de los pocos médiums que preferían evitarla: actuaba bajo una luz normal o más bien brillante en lugar de la oscuridad, y alentaba a los participantes en las sesiones a conversar con normalidad en vez de «cogerse de la mano y concentrarse». Aunque en su madurez Home podía levitar a voluntad, aparentemente también lo hacía sin darse cuenta. En una ocasión, cuando su anfitrión le hizo notar que flotaba sobre los cojines del sillón, pareció muy sorprendido.

Los ilusionistas teatrales se enorgullecen de su piéce de resistance: ponen a su ayudante -generalmente una mujer- en «trance», la apoyan en las puntas de dos espadas y después retiran las espadas, de modo que flota en el aire sin soporte aparente. Pueden suceder dos cosas: o no se eleva (o sea, los espectadores sufren una alucinación colectiva), o lo hace con la ayuda de aparatos que no vemos.

Por supuesto, Home y otros espiritistas también atribuirían sus hazañas de portación o levitación a «aparatos que no vemos», pero en su caso los aparatos los manejarían espíritus.

Hasta el fin de sus días, Home afirmó que volaba porque era elevado por espíritus, los cuales demostraban así su existencia. Pero describió una levitación típica como sigue:

«"No siento manos que me sostengan y, desde la primera vez, nunca he sentido miedo, aunque si me hubiera caído desde el techo de algunas habitaciones en las que levité no hubiese podido evitar sufrir heridas graves. En general me elevo perpendicularmente; mis brazos con frecuencia se ponen rígidos y se elevan por encima de mi cabeza, como si estuviera tratando de aferrar al poder invisible que me eleva lentamente desde el suelo.»

El Enigma De La Gravedad

Alexandra David-Neel, tras haber vivido 14 años en el Tíbet, regresó convencida de que algunas personas logran vencer la gravedad.

Pero nosotros, al igual que los espiritistas, nos tendremos que referir al «poder invisible» que nos mantiene en el suelo. Todos conocemos a Newton y su descubrimiento de la ley de gravedad. Pero las investigaciones psíquicas señalan la relativa facilidad con que algunos sensitivos pueden invertir esta ley.

En su libro Mystére et magie au Thibet (Misterio y magia en el Tíbet) publicado en 1931, la señora Alexandra David-Neel, exploradora francesa que pasó 14 años viajando por el Tíbet y sus alrededores, relata cómo encontró un hombre desnudo y cargado de cadenas. Su acompañante le explicó que su adiestramiento místico le había vuelto tan ligero que, a menos que llevara las cadenas, flotaba.

Parecería que la gravedad no tiene tanto control sobre nosotros como se nos ha dicho. Sir William Crookes, hombre de ciencia a investigador psíquico, dijo acerca de Home:

"Estoy dispuesto a declarar que los fenómenos son tan extraordinarios y se oponen tan directamente a los artículos de fe científicos más arraigados -entre otros la ubicuidad a invariabilidad de la fuerza de la gravitación-, que aún ahora, al recordar los detalles de lo que he presenciado, surge un antagonismo en mi mente entre la razón que afirma que son científicamente imposibles y la conciencia de que mis sentidos de la vista y del tacto constituyen testigos veraces. De modo que llegamos a la conclusión de que, en algunos casos especiales -como los santos o médiums especialmente dotados-, la levitación existe. Pero hay una tendencia creciente a suponer que cualquiera puede hacerlo, si adquiere el adiestramiento necesario; los estudiantes de meditación trascendental afirman que lo consiguen muy a menudo.

¿Arte, Don O Superchería?

En esta primera fotografía se muestra al yogui antes de la levitación. Está agarrado a un bastón recubierto de tela que no soltó durante todo el espectáculo.

Plunkett y su amigo examinaron el espacio que había debajo y alrededor del yogui, sin hallar rastro alguno de hilos, cordeles u otros trucos. Aunque algunos han sugerido que el yogui únicamente se encontraba en trance cataléptico, la posición relajada de la mano sobre el bastón indica que casi no pesaba durante la sesión. Una vez terminada la levitación, el cuerpo del yogui estaba completamente rígido.

Otra fotografía del momento de levitación.

Secuencia de tres fotografías tomadas al yogui Subbayah Pullavar, ante gran número de testigos.

En la revista Illustrated London News del 6 de junio de 1936 apareció una serie única de fotografías. Mostraban las sucesivas etapas de la levitación de un yogui indio, Subbayah Pullavar, demostrando que, aunque de naturaleza desconocida, no se trataba de una ilusión hipnótica.

Un testigo europeo del acontecimiento, P. Y. Plunkett, describía la escena:

«Sucedió alrededor de las 12:30 de la mañana, con el sol justo encima de nosotros, de modo que las sombras no desempeñaron ningún papel en el espectáculo... A poca distancia, de pie y en silencio estaba el protagonista, Subbayah Pullavar, de cabellos largos, bigotes caídos y una extraña mirada. Nos saludó y conversó un momento con nosotros. Practicaba este tipo de yoga desde hacía casi 20 años, tal como habían hecho antepasados suyos. Le pedimos permiso para tomar fotografías de su actuación y accedió gustosamente...»

Plunkett reunió a unos 150 testigos, mientras el protagonista comenzaba sus preparativos rituales. Se virtió agua alrededor de la tienda de campaña en la que iba a tener lugar la levitación; se prohibieron los zapatos con suela de cuero dentro del círculo y el levitador entró solo en la tienda de campaña. Unos minutos después, los ayudantes la retiraron y allí, dentro del círculo, se hallaba el fakir, flotando en el aire.

Plunkett y otro testigo se adelantaron para investigar; el fakir estaba suspendido en el aire, a un metro más o menos del suelo. Aunque estaba agarrado a un bastón cubierto de tela, eso parecía ser sólo para mantenerse en equilibrio, no para sostenerse. Plunkett y su amigo examinaron el espacio debajo y alrededor de Subbayah Pullavar y lo encontraron desprovisto de cuerdas o cualquier otro aparato «invisible». El yogui estaba en trance y muchos testigos creyeron que había levitado, aunque otros sugirieran que sólo se trataba de un estado cataléptico. Las famosas fotografías fueron tomadas desde varios ángulos, durante los cuatro minutos que duró el espectáculo; después, la tienda de campaña fue montada nuevamente alrededor del fakir. Evidentemente, el «descenso» era muy privado, pero Plunkett se las ingenió para presenciarlo a través de las delgadas paredes de la tienda:

«Al cabo de un minuto, aproximadamente, pareció oscilar y entonces empezó a descender muy lentamente, siempre en posición horizontal. Le llevó unos cinco minutos resbalar desde el extremo del bastón hasta el suelo, una distancia de un metro, más o menos. Cuando Subbayah estuvo en el suelo, sus ayudantes lo trajeron hasta donde estábamos sentados y nos pidieron que tratásemos de doblar sus miembros. Aún con ayuda, fue completamente imposible.»

El yogui fue friccionado y mojado con agua fría durante otros cinco minutos antes de que saliera de su trance y recuperara la movilidad de sus miembros.

El movimiento oscilante y la posición horizontal que observó Plunkett parecen ser esenciales en la verdadera levitación. Los estudiantes de meditación trascendental (MT) aprenden a levitar en algunos centros. Un estudiante describió este logro «imposible»:

«La gente se balancea suavemente, luego más y más y después empieza a elevarse en el aire. Hay que estar en la posición del loto para conseguirlo; puedes hacerte daño al bajar si llevas el tren de aterrizaje colgando. Cuando empiezas, es como el primer vuelo de los hermanos Wright; te das un porrazo. Por eso nos sentamos en cojines de gomaespuma. Después aprendes a controlarlo mejor y es una experiencia que provoca euforia.»

Entonces, ¿puede levitar cualquiera? Los estudiantes de MT creen que sí, después de un riguroso adiestramiento mental; las disciplinas espirituales y físicas de los yoguis parecen proporcionarles una preparación adecuada para desafiar la gravedad.

Al parecer el fervor religioso puede tener alguna relación con el fenómeno; hay muchos informes de levitaciones de monjes, tanto budistas como cristianos. En 1902, el ocultista Aleister Crowley encontró a su compatriota Alan Bennett, que se había hecho monje budista, en un monasterio de Birmania; él también se había vuelto tan ligero que el viento «lo arrastraba como a una hoja».

Alexandra David-Neel, exploradora francesa de principios del siglo XX, describe la extraordinaria forma de recorrer largas distancias de un lama tibetano a quien pudo observar: «El hombre no corría. Parecía elevarse desde el suelo, dando saltos. Parecía tener la elasticidad de un balón y rebotaba cada vez que sus pies tocaban el suelo. Sus pasos tenían la regularidad de un péndulo.» Se dice que el lama corría cientos de kilómetros usando esta extraña forma de locomoción, mientras mantenía los ojos fijos en alguna meta muy distante.

Por otro lado, es bastante fácil conseguir un estado de semiingravidez, como en el caso de una exhibición frecuente, en que se levanta en el aire a una persona normal. El procedimiento consiste en sentar al sujeto en una silla y demostrar previamente la imposibilidad de levantarlo usando sólo los dedos índices de cuatro personas. Acto seguido, esas cuatro personas amontonan sus manos sobre la cabeza del sujeto, cuidando de alternarlas de forma que no se toquen las dos manos de una misma persona. Los cuatro se concentran profundamente durante unos 15 segundos y, al oír una señal convenida, colocan de nuevo sus dedos índices bajo los sobacos y las rodillas del sujeto que debe levantarse... y, sin ninguna dificultad, el sujeto flota en el aire.

Este fenómeno ha sido contemplado cientos de veces en bares, casas y patios de escuelas.

Si funciona -y no resulta difícil comprobarlo- ¿cómo es posible?

Hay quien piensa que la súbita concentración de cuatro personas con una única finalidad «imposible» puede dar salida a la magia oculta de la voluntad humana. También se ha sugerido que una fuerza natural poco conocida, quizás la misma que guía la vara del zahorí, interviene y logra el milagro de anular la fuerza de la gravedad.

Como muchos fenómenos inexplicables, la levitación parece ser totalmente inútil. La distancia recorrida pocas veces excede unos pocos decímetros o, como máximo, la altura de una habitación... Pero hay quien cree que los antiguos levitaban con facilidad y lo hacían para diseñar obras enormes que sólo podían ser apreciadas desde el aire, como las líneas del desierto de Nazca, en Perú, o los caballos de las mesetas de creta, en Inglaterra.

El movimiento de meditación trascendental afirma que esta foto muestra a discípulos levitando. Afirman que a través de la meditación, los discípulos aprenden a levitar.

Las limitaciones de la levitación moderna quizás no se aplicaran a los antiguos; puede ser que hubieran desarrollado mucho ese arte y se elevaran hacia el cielo a voluntad. Como otras facultades psíquicas, la levitación parece un arte casi perdido y que ahora vuelve a interesar a estudiantes decididos. Quizás algún día los levitadores modernos podrán «volar» como aquellos druidas de la antigüedad.

Las noticias acerca de los «vuelos» de los antiguos sugieren a algunos investigadores que se trataba de viajes astrales, más que de un traslado del cuerpo. Ciertamente, muchos relatos de levitaciones y vuelos parecen sueños lúcidos, y los sueños en que se vuela son una experiencia muy corriente.

Salvo contadas excepciones, parece que es posible levitar sólo después de largos períodos de entrenamiento y disciplina; de esa forma se le permite al cuerpo desafiar la ley de la gravedad. Quizás exista una «ley de levitación» con una fórmula secreta, un «Ábrete, Sésamo» que usa el iniciado antes de elevarse.

Esta teoría podría explicar los poco habituales casos de levitación espontánea o fortuita que fascinaban al coleccionista de rarezas Charles Fort. Uno de esos casos fue Henry Jones, un niño de 12 años inglés, quien durante el año 1657 se elevó varias veces a la vista de otras personas. Una vez pudo apoyar las palmas de las manos en el techo de la habitación y en otra ocasión despegó y voló 27 m, pasando sobre el muro del jardín. Este fenómeno sólo duró un año, pero bastó para que se corriera la voz de que estaba «embrujado».

Otro de los levitadores más conocidos fue el famoso médium victoriano Daniel Dunglas Home, a quien nunca se había sorprendido en actividades fraudulentas durante sus 1.500 sesiones registradas. Mr. Home protagonizó uno de los acontecimientos más controvertidos y sospechosos en la historia de los fenómenos paranormales. El hecho consistió en su supuesta levitación, saliendo por una ventana -situada a considerable distancia del suelo- y entrando por otra. Este curioso incidente tuvo tres testigos: todos ellos miembros preeminentes y acreditados de la sociedad londinense. Lo curioso es que ésos son los únicos detalles que se conocen con certeza, pues todo lo demás parece rodeado de vaguedades y contradicciones.

Siguiendo Las Huellas De D.D. Home

Daniel Dunglas Home (1833-1886) fue sin duda, el más famoso médium de todos los tiempos.

El 13 de diciembre de 1868 esos tres caballeros se encontraron con Home para hacer una sesión en un apartamento del centro de Londres. Allí tuvo lugar el controvertido fenómeno, sobre el cual circulan múltiples versiones. Es significativo que la única declaración registrada de uno de los testigos diga: «Home salió por una ventana y entró por otra».

Sin embargo, la posibilidad de desacreditar a los testigos citando las discrepancias de sus declaraciones no significa, necesariamente, que el incidente no haya ocurrido.

Para añadir un elemento más de sospecha a este fenómeno poco claro, investigaciones modernas, que han permitido establecer con certeza el lugar en que ocurrió dicha «levitación», han evidenciado también algo que no era mencionado en ninguno de los relatos de los testigos: había una cornisa de unos 13 cm de ancho, justo debajo de los balcones. Quizás, después de todo, el irreprochable Home había recorrido la distancia entre los balcones apoyándose en ella. Pero pronto se demostró que era imposible ir de un balcón al otro por allí: una empresa así hubiera significado la muerte segura.

Otra explicación posible era que quizás Home hubiese utilizado un alambre de volatinero, tensándolo entre los balcones y sujetándolo en los cerrojos de las persianas, que sobresalían de las ventanas. Aunque la viabilidad de este procedimiento no ha podido probarse, es posible que Home haya falsificado su piéce de résistance con algún elemento artificial, ya fuera andando sobre una cuerda o balanceándose, al estilo Tarzán, de un balcón al otro.

Hay, desde luego, dos detalles poco usuales en la «levitación» de la noche del 13 de diciembre de 1868. Uno es la insistencia de Home en que levitaría, saliendo por una ventana y entrando por otra. Sin embargo, el mismo médium había comentado con frecuencia que no podía controlar a los «espíritus» que, según creía, lo levantaban. Si era así, ¿por qué ponerlos a prueba con 13 metros de aire y un pavimento de piedra bajo sus pies?.

Aunque sus talentos psíquicos incluían la incombustibilidad, el alargamiento del cuerpo y la manifestación de aportes, se hizo famoso, sobre todo, por sus espectaculares levitaciones.

La levitación de Home recreada por un pintor.

Además, antes de salir por la ventana, Home hizo que los tres testigos le prometieran que no se moverían de sus sillas hasta la vuelta.

Cuando reapareció les agradeció su colaboración en ese sentido. ¿Qué habrían visto si hubiesen corrido hacia la ventana? ¿Qué hubiesen estropeado? ¿Los poderes de los espíritus? ¿La concentración de Home mientras andaba por la cuerda o se balanceaba entre los dos balcones? ¿La reputación de Home? Nunca lo sabremos porque, como caballeros ingleses que eran, cumplieron su promesa y permanecieron sentados, lejos de la ventana. Lo vieron salir por una ventana y entrar por la otra, tal como afirma uno de los testigos, nada más.

Y, sin embargo, cientos de personas habían visto levitar a Home en salones de América y Europa. No tenían ninguna duda de que las levitaciones que habían observado eran totalmente genuinas, fenómenos inexplicables. Sería muy triste que Home sólo hubiese hecho trampa con ocasión de su más famoso «triunfo».

Es cierto que la levitación es un fenómeno poco frecuente, pero cuando se lo considera junto a los relatos de otros atributos humanos igualmente escasos y extraños, como la incombustibilidad, el alargamiento y la fuerza sobrehumana, debe ser tomado en serio. Madres que levantan coches que aprisionan a un hijo, personas que andan sobre el fuego y sonámbulos que realizan hazañas «imposibles» plantean profundos interrogantes acerca de la naturaleza del potencial físico y psíquico del hombre. Quizás hemos sido creados para desafiar la gravedad a voluntad. Pero hasta que podamos entender la naturaleza del fenómeno, seguirá siendo uno de los misteriosos poderes ocultos del hombre.

Villena cuidad de medium?


LA CIUDAD DE LOS MÉDIUMS

Existe un lugar en España en el que la mediumnidad forma parte de la vida cotidiana y la mayoría de la población acude a curanderos con el fin de acabar con sus males físicos y espirituales.
Villena es una población de gentes cultas con una tradición histórica y cultural esplendorosa, cuya aproximación a las doctrinas espíricas ha estado siempre ligada al estudio y la erudición.

Decir que Villena (Alicante) es el enclave donde tuvo lugar uno de los hallazgos áureos más importantes de la Edad del Bronce europea debería ponernos sobre la pista de los orígenes de la ciudad. El Tesoro de Villena, conformado por 59 objetos de oro, plata, hierro y ámbar, casi 10 kilos en total, es el tesoro de vajilla áurea más importante de España y el segundo de Europa, tan sólo superado por el de las Tumbas Reales de Micenas. Fue la Edad de Bronce una de las culturas que más veneración mostró hacia los muertos, siendo además la zona de la comunidad argárica, que situaba las tumbas no ya dentro del poblado sino en el interior de las casas, procurando este hecho una estrecha relación entre vivos y muertos y sugiriendo una pérdida de temor al muerto que se daba en culturas prehistóricas como señala Víctor Hurtado en su libro Manifestaciones rituales y religiosas en la Edad del Bronce.
La convivencia entre los vivos y los muertos era por tanto en esta zona, un área exponencial de la cultura del bronce argárica, un hecho cotidiano. Hay que tener en cuenta que aquellos hombres justificaban su poder a través de la relación con los antepasados y que tenían muy asumido el concepto de herencia, por lo que presumiblemente tener al antepasado muerto a mano era como tener una escritura de propiedad y privilegios de clase. En la vida cotidiana de la cultura argárica, la más sofisticada de todas las de la Edad del Bronce en la Península, allí donde estás, comes, y trabajas con tu cuerpo mientras estas vivo, es también donde "vives" con tu cuerpo tras la muerte. Estos hombres y mujeres vivían observando en sus casas un espacio funerario comparable con el de una puerta tras la que está el muerto, el mundo de los espíritus, el más allá.
Llamamos espiritismo a una doctrina filosófica que surgió en el siglo XIX a raíz de la sistematización realizada por el pedagogo francés Allan Kardec. Autor de varios libros, entre ellos destacan lo que giran en torno al espiritismo, que definió como "una ciencia que trata la naturaleza, origen y destino de los espíritus, así como sus relaciones con el mundo corporal". Aunque la ciudad de Villena es conocida como sede de curanderos y sanadores, hay que tener en cuenta que al margen de estas prácticas de asistencia sanitaria tradicional, Villena fue en el siglo XIX uno de los lugares de España donde de forma más intensa calaron las doctrinas espíritas de Allan Kardec, alrededor de las cuales surgió uno de los movimientos más importantes y activos de seguimiento, estudio y canalización del espiritismo. Villena debía de tener un sustrato especial que sirviese de abono a todas aquellas ideas, que probablemente estaba relacionado con la tradición que la ciudad y los pueblos circundantes de la comarca del Vinalopó habían conservado generación tras generación en materia de usos y costumbres de remedios naturales, medicina natural y curandería. Podría decirse que esta tradición oral, este acervo de conocimiento que trabaja con las fuerzas desconocidas, es lo que ha otorgado esa peculiaridad antropológica a los villenenses.
Estudios sobre el terreno
Decir que Villena es el reino de las prácticas mediúmnicas y la fe espiritista no tiene nada de paranormal, lo dicen los estudios universitarios sociológicos. En su libro Medicina Popular y Espiritismo. Un estudio del Valle del Vinalopó, la doctora Concepción Riveriego decía: "La diversidad de especialistas populares y la variedad de roles que ejercen algunos de ellos, nos introduce en un mundo que no por enigmático y sobrenatural es menos real y contemporáneo; en un ambiente en el que se trata con los muertos para resolver los problemas de los vivos, y cuya importancia se pone de manifiesto en la alta demanda social de esta institución". Riveriego extiende este ambiente a toda la comarca del Vinalopó.
Pero para creer en curanderos, médiums... hay que creer en un mundo espiritual. ¿Cómo se entiende si no que se le otorgue a una persona poderes de sanación espirituales si no cree en esas mismas fuerzas? Muchos villenenses conviven con una suerte de sucesos que más allá de lo insólito les resultan normales puesto que forman parte de su cotidianeidad, de las anécdotas que uno puede hallar en cada hogar. Relatemos un par de historias.
Un nativo de Villena fue testigo en su juventud de un acontecimiento que jamás olvidará: "Habíamos coincidido en la casa por casualidad para tomar un vino en la casa del suegro del batería antes de irnos a ensayar. Cogeríamos unos instrumentos que había en la cochera y nos iríamos al local. Sobre las ocho de la tarde, estábamos en la segunda planta de la casa tomando un vino, hablando... Se nos hicieron las nueve y entonces el batería le dijo a su cuñado, que entonces tenía tres años, que se fuera a dormir. El crío no quería ir a su habitación. Todos los días con la misma cantinela...
- Pero si no hay nadie, ven con la mami... ¿Ves como no hay nadie ahí?
Pero el niño decía que no, que en la habitación había alguien. No había manera, se tenían que acostar con él hasta que se quedaba dormido. Pero aquella noche el pequeño estaba más nervioso que de costumbre, lloraba y lloraba y no quería entrar. Total, que la abuela, que estaba allí, siempre decía lo mismo, que llamaran al curandero a ver lo que decía.
- Venga madre, déjese de tonterías, esto es cabezonería del crío.
El chiquillo se puso aún más cabezón y no había forma de hacerle entrar en la habitación. Recuerdo que hasta le dije que entrase conmigo y le contaba un cuento, pero nada, que no había manera. Finalmente el suegro del batería accedió a llamar al curan¬dero.
Se ve que era vecino del barrio, porque la madre no tardó en llegar con él. Le acompañaron hasta la habitación y pidió entrar solo. A los cinco segundos salió y dijo:
- Efectivamente, al lado del armario entre el hueco que queda y la pared hay un hombre más alto que una pica con el pelo casi hasta la cintura, vestido de romano.
Yo casi me parto de risa, no pude evitar que se me escapara una carcajada y el curandero me miró de reojo, enfadado. Pero no me hizo caso, siguió
hablando:
-Bien, voy a entrar en la habitación, cuando toque la pared me abrís la puerta que yo me llevaré al espíritu.
Estuvo unos diez minutos, golpeó la pared y el padre del crío le abrió la puerta. El hombre salió sin decir nada y se fue de la casa. La abuela del chiquillo decía que llevaba el espíritu al lado y, claro, yo, que tenía veinte años, oyendo semejante película, estaba que me partía. Seguimos hablando un buen rato de lo ocurrido, que si uno decía que creía en eso, que si otro lo negaba, que si la abuela nos decía que aquello era una cosa muy seria. Total, que pasó media hora y la madre le dijo al pequeño que se fuera a dormir porque allí dentro ya no había nadie. El chiquillo se metió en la habitación y se quedó dormido en seguida. A los diez minutos regresó llorando, llamando a su madre y señalando el hueco de la pared, asegurando que allí había alguien. Justo en ese mismo momento sonó el timbre. Era el curandero. Se había dado cuenta de que el espíritu se le había "escapado" y había vuelto a la habitación. Nos explicó que había algunos seres que habían muerto, que no lo sabían y por eso seguían aquí. Precisó que necesitaba la ayuda de su mujer, que era médium. Se fue a buscarla y volvieron los dos. Él se colocó en el sofá con la cabeza casi entre las rodillas y las manos sujetándose la cabeza y se puso en trance. Mientras él seguía en esa postura moviéndose hacia delante y hacia atrás, ella le pasaba la mano por la espalda. Él emitió una especie de ronquido y entonces ella empezó a decirle:
-Tú estás muerto, tú te tienes que ir.
Y él respondía:
-Yo no estoy muerto, a mí déjame en paz que yo no me meto con nadie.
Y ella insistía, hablando lentamente. Al rato de estar ambos repitiendo esta conversación, moviéndose él cada vez más rápido, su mujer le cogió la cabeza, se la giró hacia la izquierda y él abrió los ojos de la misma manera que si le hubieran dado un susto. Pronto volvió a su estado normal, respirando muy fuerte y parpadeando con los ojos algo vidriosos hasta que fue recuperando el gesto. Cuando por fin pudo hablar con nosotros, nos dijo que a estos seres había que hacerles ver que estaban muertos y que para ello tenían que ver su cuerpo y que con ese giro brusco de la cabeza cuando él había abierto los ojos le habían hecho verlo. Era la única manera. El crío tiene unos treinta y tres años y desde entonces nunca volvió a quejarse de la habitación...
Testimonios como el que acabamos de relatar resultan tan impactantes como abundantes en la ciudad de Villena. ¿Porqué? Porque la cultura villenense es rica en alternativas espirituales para dar solución a problemas. Los habitantes de la ciudad han sabido conservar viva esta tradición que en la actualidad enriquece su identidad cultural. Lo realmente significativo es que los viIlenenses, en este tipo de contextos, llaman a los curanderos - mediúmnicos tanto para estos casos como para acabar con un empacho, un orzuelo o cuando se ven aquejados del llamado mal de ojo. Una tesis doctoral de Eleuterio Gandía del año 2000 reveló que los curanderos de Villena atienden una media de 480 vecinos al día. El trabajo aseguraba que el 50% de las personas que tienen problemas de salud en Villena acude a estos "sanadores".
Sea como fuere, el convencimiento de que los vivos se desenvuelven en una dimensión paralela que algunas personas pueden intuir e incluso visitar, sigue calando con tinta gruesa en el conjunto de la sociedad de Villena. Una joven villenense de veintiséis años cuyos relatos y testimonios se insertan dentro de esta tradición: "Hace dos años estábamos una chica llamada Laura, mi gatito y yo en una casa rural de mi familia en La Cañada, en los alrededores de Villena. La casa había sufrido algunas reformas, se habían tirado algunas paredes y otras habían sido levantadas. Los dejé en el salón y me fui a duchar. Cuando regresé, Laura y mi gato estaban mirando fijamente hacia una esquina de la estancia. Le pregunté qué pasaba y me dijo que veía a una mujer sentada en un sillón con las piernas hinchadas, casi moradas. Ahí ahora no hay ningún sillón, hay un mesa. Me dijo además que veía a un hombre que salía y entraba por la pared -allí antes había una puerta, en aquella pared- hacia el otro lado del salón. Es decir, para él, al que estaba viendo mi amiga, seguía habiendo dos habitaciones. Intenté tranquilizarlos, a ella y a mi gato. Fui a buscar una foto en la que aparecían ocho hombres y ocho mujeres, antepasados míos y amigos de la familia. Se la mostré a Laura y sin dudarlo un instante señaló a un hombre y a una mujer. Ella no podía saberlo pero estaba señalando a mis tíos abuelos, fallecidos hacía cuatro años, justo aquellos de los que habíamos heredado aquella casa. Mi tía Virginia siempre había tenido problemas de circulación, casi le amputan las piernas y siempre las tenía moradas, justo como la había visto Laura. También había logrado apreciar perfectamente su estatura, no pasaba de un metro cincuenta y así es como me la había descrito antes de mostrarle la foto. Me resultó curiosísimo el modo de describirme la forma de moverse de mi tío de una sala a otra, agachándose para coger algo donde ahora no hay nada porque antes había un mueble muy bajito donde escondía dulces a mi hermano pequeño. Lo más impactante de todo, para mí, es que Laura nunca antes había venido a esta casa; de hecho era tan sólo la segunda vez que nos veíamos. Tampoco había fotos de la familia colgadas en las paredes ni expuestas. Yo había tenido que ir al sótano y buscar en un baúl para encontrar la que le mostré. Ella no sabía nada de la casa, ni que había sufrido reformas, ni cómo era antes y, cuando le mostré una foto en la que aparecían dieciséis personas, justo eligió a los dueños de la casa... Todo suena increíble, ¿verdad? Yo no me creía nada de estas cosas, pero alguna energía, algún sentimiento, algo debió de transmitir todo eso a Laura".
Antes y después
Salvador Martín, presidente de la Federación Espírita Española, sugiere que, históricamente hablando, fue la propia ciudad de Alicante, antes que Villena, la que tuvo más importancia con la Sociedad Espiritista Alicantina, que editaba la revista Revelación y entre cuyos miembros destacaban el poeta Salvador Sellés y el médico Manuel Ausó y Monzó.
El espírita villenense A. Lledó sostiene que en Villena apenas quedan "creyentes espíritas" y añade: "Lo que hay desde hace muchas décadas en un arraigo de la medicina popular -curanderismo-, en términos espíritas, médiums de la curación. Pero la inmensa mayoría de ellos desconoce la doctrina de Kardec, por lo que no es propio hablar de espíritas. Al margen de la tradición popular que viene de siglos atrás, a finales del XIX y principios del XX la doctrina espírita tuvo gran arraigo en la ciudad con varios centros y la publicación durante esos años de revistas en las que intervenían grandes pensadores y escritores del movimiento espírita, como Amalia Domingo Soler, entre otros. La fundación de la Asociación Parapsicológica Villenense en 1978, tristemente desaparecida, donde el tema espírita era primordial, recuperó los viejos valores del movimiento espírita local y supo dinamizar el espiritismo en España al colaborar durante unos 25 años con otros grupos familiares o instituciones ya creadas en distintas partes del territorio nacional. Organizaron junto a Ceyde y otros grupos el Congreso de la Restauración Espírita en 1981. Editaron la revista Amor Paz y Caridad durante 20 años, que lle-gaba a más de 50 países en todo el mundo con suscripciones gratuitas mensuales que llegaron a casi 3.000 ejemplares. Participaron en congresos y seminarios durante varios lustros y trabajaron junto a otros grupos para impulsar el espiritismo español prácticamente desde la llegada de la democracia".
Varios espíritas de Villena acudieron recientemente al VI Congreso Espírita Mundial que tuvo lugar en Valencia. En la actualidad, los villenenses siguen manteniendo vivas sus tradiciones y costumbres, algo impagable hoy en día en una sociedad como la nuestra. Villena enarbola con fuerza la bandera de una identidad cultural sólida en el estandarte de una ciudad que sabe progresar y mirar hacia el futuro sin olvidar su pasado.
El diván cultural de finales de siglo
Villena era a finales del siglo XIX un auténtico diván cultural en el que tomaban asiento las últimas corrientes culturales y filosóficas de la época. A la ciudad llegaban libros de repercusión internacional de autores espiritistas como Allan Kardec o León Denis, y revistas como La Luz del Porvenir. El primero de todos los congresos espiritistas celebrados en Europa tuvo lugar en Barcelona en el año 1888.
Cabe destacar que en estos congresos participaban médicos, intelectuales, eruditos, historiadores y escritores de la talla de Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, entre otros.
La tesis doctoral de Eleuterio Gandía, de la Universidad de Alicante, pone de manifiesto que el cincuenta por ciento de los villenenses que tiene un problema de salud, acude a los curanderos. Según sus datos, "alrededor de 89 curanderos trabajan en Villena, lo que arroja una ratio de curandero por habitante más alto de los alcanzados en estudios de medicina popular y la cifra va en aumento", apunta Gandía.