Hace
algunos años, en el movimiento espírita brasileño, surgió la hipótesis
de haber sido el estimado médium Francisco Xavier, de añorada memoria,
la reencarnación del excelso codificador de la Doctrina de los
Espíritus, lo que viene siendo divulgado, principalmente, por algunos
compañeros de Minas Gerais, São Paulo y Goiás.
Pero,
en cualquier revelación, el criterio adoptado por Kardec debe ser
siempre empleado, utilizándose la criba de la coherencia, pasando todo
por el tamiz de la crítica, sin que sea el investigador poseído por
cualquier forma de extremismo. Es válido el pensamiento esclarecedor del Espíritu Erasto, encontrado, en “El Libro de los Médiums”, 2ª parte, cap. XX, ítem 230: “En
la duda, te abstiene, dice uno de vuestros antiguos proverbios. No
admitáis, pues, lo que no sea para vosotros de evidencia innegable. Al
aparecer una nueva opinión, por menos que
os parezca dudosa, pasadla por la criba de la razón y de la lógica. Lo
que la razón y el bueno sentido reprueban, rechazad valientemente. Más vale rechazar diez verdades que admitir una única mentira, una única teoría falsa”.
Basado
en la prudencia, enseñada por Erasto, no se puede someter a referéndum,
de inmediato, la hipótesis preconizada, sin estudiar profundamente el
asunto, para sólo después elaborar las inmediatas conclusiones.
Por
más que se ame a Chico, la verdad suena más alto: hay un profundo
abismo separándolo de Kardec. Leyendo y examinando minuciosamente las
biografías de esos dos grandes personajes de la Humanidad, se nota gran
discrepancia, principalmente en el campo psicológico. Llama mucho la
atención que
sus personalidades son extremadamente opuestas: Chico se revelaba un
Espíritu acentuadamente femenino y, aunque estuviera reencarnado en la
polaridad masculina, exhibía algunos gestos importantes del sexo
femenino, como igualmente exteriorizaba uno temperamento
más sensible. Fácil de percibir que se encontraba reencarnado, en un
cuerpo disociado de su estructura psicológica, una mente acentuadamente
femenina.
Allan
Kardec enseña, en la Revista Espírita de enero de 1866, que “los
Espíritus se encarnan en los diferentes sexos; el que fue un hombre
podrá renacer mujer, y quien fue mujer podrá renacer hombre, a fin de
cumplir los deberes de cada una de esas posiciones, y de ellas soportar las pruebas”.
“Después, puede ocurrir que el Espíritu recorra una serie de
existencias en un mismo sexo, lo que hace que, durante mucho tiempo, él
pueda conservar, en el estado de Espíritu, el carácter de hombre o de
mujer del cual la marca permaneció en él. Cambiando de sexo,
podrá, pues, bajo esa impresión, en su nueva encarnación, conservar los
gustos, las tendencias y el carácter inherentes al sexo que acaba de
dejar. Así se explican ciertas anomalías aparentes que se notan en el
carácter de ciertos hombres y de ciertas mujeres.”
“No tengo ninguna semejanza con aquel hombre valiente y fuerte que nos dejó dieciocho maravillosos libros”
El
querido Francisco Cándido Xavier, bien exitoso en la tarea para la cual
se presentó a cumplir, es un Espíritu acentuadamente femenino que
reencarnó, naturalmente, por misión, en cuerpo masculino. Para ejecución
de tareas importantes en el campo intelectual y moral de la Humanidad,
el ser, aunque con la mente acentuadamente femenina, reencarna en
cuerpo disociado de su estructura psicológica. En los ambientes del
movimiento espírita, principalmente ejerciendo la mediumnidad,
encontramos muchos de esos hermanos en camino terreno, en bendecidos y
amorosos quehaceres. (“Transexualismo por Misión”).
Si
Chico Xavier fue la reencarnación de Kardec, podemos resaltar que
estamos delante de una aberración doctrinaria, conocida como
retrogradación espiritual, desde que el Codificador se presentó como
Espíritu completamente en armonía con su polaridad masculina,
al contrario de Chico Xavier, que dijo, el 28 de agosto de 1988, en una
entrevista al Diario de la Mañana, de Goiânia-Goiás, respondiendo a la
pregunta si sería Kardec reencarnado: “No, no soy. (...) digo esto con serenidad. No soy. Consulto a mi vida psicológica, mis tendencias. Todo aquello que tengo dentro de mi corazón soy yo. No tengo ninguna semejanza con aquel hombre valiente y fuerte que, en doce años, dejó dieciocho libros maravillosos”.
Hubiera
sido realmente Chico Xavier un hombre aguerrido, audaz, austero,
valiente, dotado de gran personalidad masculina, emitiendo su opinión
sin titubeos (el estimado médium no sabía decir no a las personas),
ciertamente sería coherente intentar inicialmente identificarlo como
Kardec reencarnado. Pero, analizando la biografía de Chico Xavier, por
la óptica del método kardecista, utilizando la razón y la lógica,
buscando siempre la verdad, sin fanatismo y afectación ridícula,
verificamos que es imposible el médium ser el excelso codificador de la
Doctrina Espírita, inclusive necesitando aún de mayor vivencia y
experimentaciones en la polaridad masculina.
Allan
Kardec, en la época que Chico Xavier estaba reencarnado, se manifestó
mediúmnicamente incontables veces, inclusive delante de León Denis,
conforme su relato en su obra “El Genio Céltico y el Mundo Invisible”
(ediciones CELD, págs. 277 a 332). Muchos podrán argumentar
que tal fenómeno es posible; sin embargo, la codificación espírita
enseña que la evocación de personas vivas tiene sus dificultades debido a
la influencia marcadora de la materia (“El Libro de los Médiums”, ítem
nº 284, 42ª). A la vez, sería muy difícil que ocurriera que
el Espíritu encarnado consiga presentarse ostentando una personalidad
anterior, vivida en existencia pretérita. En caso afirmativo,
presentándose como Kardec, Chico tendría certeza absoluta de esa
reencarnación y no la negaría.
No existe médium perfecto, y el mejor de todos es aquel que ha sido menos engañado
Por
el contrario, en el programa “Entrevista-Ardiente-Fuego 2”, Chico
relató haber vivido, en diversas existencias, un intelectual derrocado y
vino como médium para rescatar esa deuda. Así se expresó: “... nos informamos con él [Emmanuel] de que, en otras vidas, abusamos mucho de la inteligencia, nosotros en persona…” e, igualmente, reproduce las siguientes palabras de Emmanuel:
"Tú no escribirás libros, en persona, porque tú aún renunciaste a
eso... tú Espíritu, fatigado de muchos abusos dentro de la
intelectualidad, quiso ahora ceder sus posibilidades físicas a los
otros, los amigos espirituales”.
Según
esa información, sería imposible que Chico Xavier hubiese sido Kardec,
desde que el Codificador fue victorioso en su misión, no limitándose
sólo a la observación del fenómeno de la comunicación mediúmnica, ya que
profundizó en ese intercambio y desveló ampliamente el universo
espiritual, tomando conocimiento de sus leyes y de sus relaciones con el
mundo físico.
Al
contrario del brillante trabajo intelectual desempeñado por Kardec,
Chico se caracterizó sólo como intermediario de los Espíritus,
sabiéndose que la codificación kardecista resalta que no existe médium
perfecto (Revista Espírita, fev. 1859, “Escollos de los Médiums”) y el mejor de todos es aquel que ha sido menos engañado (“El Libro de los Médiums”, cap. 20, nº 226, 9ª).
Es
importante resaltar que Kardec no reencarnaría para ser asistido por un
Espíritu (Emmanuel), que respondería por él a todas las preguntas, en
todos los momentos, como fue verificado exhaustivamente en el programa
Entrevista-Ardiente 1. De hecho, el mismo médium dijo que compareció
a la televisión con el permiso de Emmanuel. A propósito, Emmanuel
siempre exhortaba al médium a respetar la Doctrina en su fidelidad y
citaba Kardec como referencia, con reverencia. En ningún momento, el
guía espiritual hizo mención al hecho de Chico
ser el propio codificador y ni lo trataba como tal. Como nadie ignora,
era común que Emmanuel diera reprimendas al médium, advirtiéndolo con
rigor incontables veces, como en el episodio del avión, cuando Chico
manifestó ruidosamente miedo de morir.
Mientras
Allan Kardec demostraba pulso firme y resoluto en el trato con las
personas, siendo denominado incluso de “Apóstol de la Verdad”, el médium
no sabía decir “no”, llegando al punto de tragar un insecto que se
encontraba en la sopa para no dejar a la dueña
de la casa apenada (“Lindos Casos de Chico Xavier”, páginas 196-197).
El Codificador, ciertamente, alertaría a todos los comensales del grave
hecho ocurrido. Cierta fecha, el querido Chico, con miedo de hacer
ofensa, comió desmesuradamente por insistencia de su anfitriona y, al
final, aún fue tachado de glotón y goloso.
La calvicie, que mucho incomodaba a Chico, era retocada por una peluca o escondida por un vistoso sombrero
Kardec
se presentaba equidistante de las religiones tradicionales, siendo
portador de una religiosidad marcada, basada en la fe razonada,
separándola del religiosismo (misticismo, exterioridad, culto),
restableciendo la fe por el razonamiento, habiendo sido matado en la
hoguera por la Iglesia, cuando vivió la personalidad impar del
reformador religioso Jan Huss /siglo XV d.C.).
Chico,
cuando fue católico, era extremadamente beato y practicaba con fervor
los sacramentos. También coleccionaba ilustraciones de santitos en su
cajón, lo que fue constatado después de su desencarnación. Intensamente
místico, cargó en la procesión una piedra enorme en la cabeza y
“pagando sus pecados”, alejando al “diablo”, seguía rigurosamente las
recetas parroquiales (repetía mil veces seguidas la oración del Ave
María). Dejó la Iglesia Católica debido a su extraordinaria mediumnidad.
La
calvicie, que mucho incomodaba a Chico, era retocada por una peluca o
escondida por una vistosa gorra. Kardec presentaba una incipiente
calvicie y parecía no incomodarse con eso.
El
médium, opuestamente al codificador, siempre se despreciaba,
titulándose “bestia”, “un nada”, “planta” y “gusano”. En la infancia,
Chico era pegado bárbaramente por la mujer que lo acogió en su casa,
como igualmente tuvo su barriga herida con un tenedor. Y fue, hasta aún,
gracias a lamer las heridas de la pierna de un primo. Chico, en el
recreo, sufría muchas palizas, cogido por los compañeros a puñetazos y
puntapiés. El médium era perseguido por obsesores y acometido por
perturbaciones espirituales.
En
la escuela, en el Castillo de Zahringenem, en Yverdon-les-Bains, en
Suiza, como discípulo del famoso educador Pestalozzi, Kardec con catorce
años de edad ya orientaba a sus colegas, enseñando a sus compañeros
menos adelantados.
La madre de Chico, en un mensaje psicografiado, le dijo que no encarara la mediumnidad como una dádiva, porque “imperfecto como era no merecía favores de Dios” (“Las Vidas de Chico Xavier”, pág. 57). Emmanuel lo exhorto a la práctica de la disciplina. El Espíritu Eça de
Queiroz observó en el médium “porciones de sufrimientos, pedazos de
angustia esterilizadora, recuerdos tristes, lágrimas cristalizadas”
(“Las Vidas de Chico Xavier”, pág.56). En otra ocasión, sintiendo
intenso dolor, solicitó la presencia de Emmanuel, que duramente le dijo:
Tú condición no te exonera de la necesidad de luchar y sufrir, en tú propio beneficio (Las Vidas de Chico Xavier”, pág. 74).
Chico dice a Arnaldo Rocha que el propio Kardec vino, en Espíritu, a orientarlo en el inicio de sus actividades
El
compañero Arnaldo Roca (ex-marido de Meimei y amigo íntimo de Chico
Xavier desde 1946), hablando sobre el añorado médium, en una conferencia
proferida en la Unión Espírita Minera, dijo que es una necedad esa idea
de que Chico y Kardec sean el mismo Espíritu, e hizo conocer
un diálogo que tuvieron, en el cual el médium le informó de que él
fuera, en verdad, la Srta. Japhet, la médium que tuvo un papel
considerable en la revisión de los textos de la primera edición de “El
Libro de los Espíritus” y que el propio Kardec vino, en Espíritu, a
orientarlo los
primeros meses de su preparación como espírita principiante, en la
ciudad de Pedro Leopoldo. (N.R.: el vídeo de esa palestra puede ser
visto clicando en http://vimeo.con/9098617.) Se puede afirmar, basado en la veracidad de la previsión del Espíritu de la Verdad sobre la vuelta muy breve de Kardec (“Ausentándote por algunos años”),
que el codificador pueda perfectamente haber errado en sus cálculos,
desde que, para la Espiritualidad Superior, algunos años representan
mucho más que tres a cuatro decenas de años (“mi vuelta deberá ser forzosamente al final de este siglo o a principios del otro”)
La
hipótesis de que Chico sea Kardec también fue repelida por Herculano
Pires (“El mejor metro que midió Kardec”, según Emmanuel), en la obra
“Curso Dinámico de Espiritismo”, XVII.
El hecho del Espíritu del médium no haber vivido la personalidad impar y majestuosa del Codificador
no lo desprecia de forma alguna, desde que, con muchas limitaciones
físicas, fue victorioso en lo que se propuso a ejecutar, siendo incluso
indicado al Premio Nóbel de la Paz en 1981 y agraciado por el pueblo del
Estado de Minas Generales, en el año de 2000, como “El Minero del
Siglo”.
Que
nuestro querido Maestro Jesús bendiga siempre y cada vez más al
estimado Chico, iluminando el camino que trilla, delante del Infinito.
Que las mismas bendiciones sean derramadas sobre el excelso Emmanuel,
ahora metido en las romerías terrenas, ya reencarnado entre nosotros,
según información anterior del propio médium, desde el año 2000.
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