sábado, 13 de junio de 2009

Todo es energia.


Cuando emitimos un pensamiento, un sentimiento o hablamos se desprende de nosotros una masa de energía. Esto es perfectamente comprobable, ya que, mediante máquinas muy sensibles se pueden fotografiar. Todo está compuesto por átomos. El átomo tiene cargas positivas y negativas Esto produce en él un movimiento oscilatorio, una vibración. De ahí que, la Ley de Vibración indica que todo vibra. En la diferencia de cantidad de movimientos por minuto está la calidad de la energía. La energía tiene color, sonido y vibración. La energía más lenta es negativa y oscura, por eso, cuando vemos una persona o un lugar negativo decimos: "Qué denso es" o "Qué ser de poca luz". La energía positiva es blanca y tiene una elevada frecuencia vibratoria, cuando nos referimos a ella generalmente la denominamos "Luz". La Ley de Polaridad dice que los opuestos son iguales, en Física veíamos que el frío y el calor, eran lo mismo, sólo que tenían diferente graduación. Si analizamos una emisión de odio y otra de amor nos encontramos con que las dos masas de energía son iguales, sólo tienen diferente vibración, el odio es lento el amor es rápido. En una escala imaginaria de 1 a 1000: el odio vibraría 1 vez por minuto y el amor a 1000 movimientos por minuto. Teniendo en cuenta que las dos energías son iguales: si logramos aumentar la velocidad de la energía calificada como odio, la estaríamos haciendo pasar por diferentes estados hasta polarizarla hacia lo positivo y transformarla en amor. Eso vamos a hacer con nuestros patrones mentales negativos: Polarizarlos hacia lo positivo. Supongamos que nosotros somos una masa de energía que está en la mitad de su camino de evolución.

De acuerdo a la escala imaginaria estaríamos vibrando naturalmente a 500 movimientos por minuto, entonces todo lo que se desprende de nosotros debe tener una velocidad acorde con la velocidad de quien emerge. Por lo tanto, se supone que todo lo que se desprende de nosotros tiene una velocidad media, pero como tenemos patrones mentales negativos, (es decir, más lentos) actuamos en nuestra velocidad natural hasta que alguien nos moviliza un patrón mental. En ese momento bajamos nuestra vibración hasta la velocidad de ellos y actuamos en una forma inapropiada para nuestra evolución. Nuestra tarea, en principio, va a ser llevar la vibración de nuestros patrones hasta la velocidad que le corresponde a nuestra evolución. Luego, las llevaremos al máximo, y así ascenderemos nosotros. Para esto usaremos la Ley de Mentalismo, que dice: "Si tú lo has pensado y tú lo has creído, tú lo has creado". Todo lo que pensamos y creemos lo creamos. Si a un niño le decimos que es torpe, primero piensa que puede ser torpe, luego cree que lo es y a partir de allí, crea al torpe. Veamos lentamente como funciona esta ley: Cuando emitimos un pensamiento se desprende de nosotros una masa de energía que tiene una calificación, la que nosotros le dimos. Se dirige hacia donde nosotros la enviamos, uniéndose por principio de atracción con energía igualmente calificada y, más allá del hecho de que pueda afectar a los demás o no, siempre, siempre esta energía, por Ley de Causa y Efecto, vuelve a nosotros. Y cuando vuelve, trae todo el caudal energético necesario para que se cumpla lo que pensamos. Por ejemplo, si pensamos que en un examen nos va a ir mal, pensamos en la profesora, en la escuela, en la materia y en todo lo que rodea al examen siempre con la idea de que nos va a ir mal. Por lo tanto van a desprenderse masas de energía con esa calificación hacia todos los lugares donde las enviamos.

Después de hacer el recorrido, como ya describimos, vuelve a nosotros una gran masa de energía cuya calificación es un mensaje constante para que nos reprueben. Así vivimos boicoteando toda nuestra historia. El principio de atracción dice que podemos atraer a nosotros todo lo que queremos: viendo cual es el camino de la energía cuando se desprende, deducimos que depende de lo que emitimos. Las energías se atraen por igual calificación. Basados en esto vamos a trabajar. Si tenemos un patrón mental de inseguridad, por ejemplo, cuando afirmamos, pensamos o sentimos: "Yo soy seguridad ", estamos emitiendo una energía calificada como seguridad. Está dirigida a nosotros mismos. Va a buscar su igual, dentro de nosotros. Dijimos antes que las energías opuestas son iguales. Su opuesto es nuestra inseguridad. Por principio de atracción van a unirse. Esto es unir dos energías iguales en calidad, sólo que una es lenta y la otra es rápida. La rápida va a acelerar a la lenta, con lo cual habremos aumentado la velocidad en la vibración electrónica de esa energía negativa que está en nuestro subconsciente polarizando hacia lo positivoLey de causa y efecto.La Ley de Causa y Efecto dice que recibiremos el efecto de todo lo que causamos.
Es la maestra gracias a la cual hemos aprendido a lo largo de todas nuestras vidas, ya que el ser sólo aprende cuando padece el daño que causa. De ninguna manera fue creada como castigo. Nuestra tarea principal debiera ser siempre buscar qué hicimos para sufrir determinada circunstancia.
Vamos a analizar lentamente el efecto de esta ley en nuestro diario vivir. A continuación del cuerpo etérico se halla un campo sicotrónico o electromagnético que se llama tela búdica, cuya función es separar el etérico del cuerpo emocional. Este campo tiene una frecuencia vibratoria que está de acuerdo a la de nuestra evolución. Por lo tanto a mayor evolución mayor velocidad.
Ninguna energía externa de más baja frecuencia puede pasar a través de la tela búdica para dañarnos. Es como si alrededor de nosotros hubiese un ventilador girando a gran velocidad y pretendiéramos pasar a través de él con algo lento. Esto sería despedido hacia afuera. Pero al igual que con un ventilador, podríamos pasar a través de él con algo lento, desde dentro hacia afuera.
Cuando emitimos una energía negativa nosotros, ésta pasa a través de la tela búdica, y por la zona por donde pasa baja la frecuencia de ese campo. Quedando esa zona con bajas defensas.
La energía, cuando se desprende de nosotros va hacia donde la enviamos, uniéndose con energía igualmente calificada y cuando retorna a nosotros tiene, ahora sí, por donde entrar.
Por este orificio entra la energía que emitimos, mas la que encontró en su camino, mas la que nos puedan enviar, incluso la energía negativa que cualquier ser tenga a su alrededor, y que se cruce con nosotros aunque sea por un momento. Por esta razón nos sentimos mal cuando nos encontramos con personas negativas, mientras ellos se sienten bien, después de hablar con nosotros.
Nuestra aura tiene alta vibración, entonces aumenta la velocidad de las del otro, mientras nosotros, por nuestras perforaciones, absorbemos su energía. Normalmente creemos que el otro nos absorbe nuestra energía, no es así. Nosotros absorbemos la energía negativa porque estamos desprotegidos. Cuando la energía negativa entra a través de la tela búdica, afecta el cuerpo etérico, por eso nos cansamos y algunas veces hasta nos enfermamos.
Siempre debemos controlar nuestras emisiones negativas.


"El organismo humano está compuesto de vibraciones electrónicas, siendo así que cada átomo y cada elemento del cuerpo, cada órgano y cada organismo tienen una unidad de vibración electrónica, necesaria para el sustento de ese organismo concreto y para el equilibrio del mismo. Cada unidad, por consiguiente, sea la célula o la unidad vital, contiene en sí la capacidad de reproducirse a sí misma con arreglo a la primera ley, la de reproducción-división. Cuando, en cualquier órgano o elemento del cuerpo, una fuerza refleja deficiencia en cuanto a la capacidad para reproducir el equilibrio necesario para el sustento de la existencia física y su reproducción, esa parte acusa un déficit de energía electrónica. Lo que podrá manifestarse como una lesión o una dolencia infligida por factores externos, o bien procedente de fuerzas internas, a consecuencia de la falta de eliminación o por cualquier otra incapacidad de otros agentes de entre los que atienden a las necesidades del organismo." (Edgar Cayce)


"Así como la luz tiene una frecuencia o banda de frecuencias particular, también la materia tiene unas características de frecuencia. Cuanto más alta la frecuencia material, menos densa o más sutil es esa materia; así el cuerpo etéreo está formado por materia de una frecuencia más alta que la materia física y por ello recibe el nombre de materia sutil. El movimiento de la fuerza vital en los sistemas fisiológicos/celulares se rige por los patrones sutiles del cuerpo etéreo así como por otros in-puts de frecuencia todavía más alta que recibe el sistema energético humano." (Edgar Cayce)

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