La gente habla mucho sobre el mundo invisible o espiritual. ¿Dónde está ubicado?
RAÚL TEIXEIRA – Sí, es verdad. La gente habla mucho del mundo invisible, el mundo espiritual, del más allá. En todas las creencias y a través de las diferentes épocas, los seres humanos han tenido la comprensión de la existencia de este lugar más allá de la Tierra, ya sea a través de la intuición o por medio de la revelación de los espíritus.
Sin embargo, debido a la etapa de maduración de los individuos y de las sociedades que éstos constituyen, ha surgido la necesidad de ubicar esta región. Es así como nos comenzamos a relacionar con los Campos Elíseos, con el Infierno, con el Reino de los Muertos, donde creíamos que los muertos, los espíritus, vivían.
Con las enseñanzas que recibimos en el Nuevo Testamento, nos encontramos con Jesucristo ayudando a los espíritus perturbados o hablando con espíritus nobles, lo cual nos ha hecho admitir que aquellos espíritus han venido existiendo a lo largo de la humanidad. No obstante, en el Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo afirma que estamos rodeados por nubes de testigos.
En el Libro de los Espíritus, presentado por Allan Kardec, el codificador del Espiritismo, contamos con importante información sobre el hecho de que los espíritus pueden saber acerca de nuestros pensamientos más profundos, como así también influir en nuestros pensamientos y acciones. Esto nos hace pensar que estamos inmersos en un océano espiritual.
Consideremos, entonces, que lo que diferencia el mundo material de aquello que llamamos
mundo de los espíritus o del más allá, es sólo nuestro estado vibracional.
La materia en sí misma impone un descenso de la frecuencia en la que el espíritu vibra, funcionando como si fuese una lámpara de pie.
El mundo espiritual está constituido por el mundo normal primitivo – en este caso el término primitivo no significa inferior o retrógrado, sino que se refiere a lo original, a lo inicial. De este modo el más allá está aquí. Todos nosotros estamos inmersos en él, los vivos y los muertos, separados solamente por las frecuencias en que nos expresamos.
R.E. – El espíritu André Luiz – a través de la mediumnidad psicográfica de Francisco Cándido Xavier – dice que la proporción entre desencarnados y encarnados es de 4 a 1. ¿Se está refiriendo a las
nubes de testigos mencionadas por e Apóstol Pablo?
RAÚL TEIXEIRA – Teniendo en cuenta la proporción que presenta el espíritu André Luiz, podemos reflexionar sobre dos importantes aspectos de la vida en la Tierra.
Si consideramos que la población desencarnada es casi cuatro veces la de los encarnados – al menos cuando se presentó esta proporción – esto significa que realmente estamos sumergidos en un océano de seres espirituales o, si quisiéramos filosofar con Platón, en un océano de “eidos” – de psiquis (en Homero la psiquis separada del cuerpo físico era considerada como un ser más o menos material, eidolon, un fantasma que habita los infiernos (Reino de los Muertos) y aparece en forma de humo contorneado, algo volátil, en forma de sombra.
Por otra parte, si estamos inmersos en este océano psíquico que lo inunda todo, esto nos hace creer que hay una comunicación, un vínculo entre la psiquis que vibra en la misma frecuencia, o en frecuencias similares. Esto reafirma lo que podemos llamar una ley de afinidad, puesto que tendríamos diferentes niveles y tipos de conexiones, que es precisamente lo que vemos por todo el mundo.
Los fenómenos de afinidad nos hacen pensar acerca de los grupos humanos que existen, constituidos sobre la base de sus afinidades, a nivel profesional, artístico, deportivo, religioso, vicioso o criminal.
R.E. - ¿Si existe, por lo tanto, influencia entre ambos mundos, deberían sólo los médiums estar vigilantes de sus actos o esto es válido para cada uno de nosotros?
RAÚL TEIXEIRA – Según el pensamiento de Kardec, por el que todos los seres humanos somos más o menos médiums, y considerando que es raro para nosotros encontrar a alguien que nunca haya sido tocado por los espíritus, sin importar de qué niveles o intensidades de sensibilidad puedan ser, por lo tanto, debido a la ley de afinidades, todos nosotros somos capaces de conectarnos con ondas provenientes de las mentes de otros individuos encarnados (vivos) y también desencarnados (muertos).
El fenómeno de contactos psíquicos es tan común, tan natural, que casi nunca son advertidos por las personas involucradas, exceptuando a aquellos que tienen conocimiento de este fenómeno, y se dan cuenta qué está ocurriendo o, quienes sin embargo, son poseedores de canales mediúmnicos significativos, tienen
o no el conocimiento formal del mismo, y son capaces de observar las ocasiones en que estas influencias ocurren. Desde esta perspectiva, toda persona debería ser cuidadosa con las formas y niveles de actividad psíquica y pensamientos propios, ya que no sólo los religiosos y creyentes están inmersos en este océano psíquico, sino todas las criaturas que viven en el planeta.
R.E. – Según el Espiritismo, la mediumnidad sirve como un instrumento para ayudar a los desencarnados que sufren e incluso a los obsesores. ¿Pueden los espíritus superiores tratar a los espíritus desencarnados sin la contribución de los médiums?
RAÚL TEIXEIRA – En realidad los espíritus superiores son aquellos que tratan a los espíritus sufrientes de cualquier clase y que se encuentran en el más allá.
La contribución que los médiums encarnados brindan al trabajo de los espíritus superiores es de una relevancia mínima, cuando consideramos las condiciones morales – intelectuales generales de los médiums.
Cuando pensamos lúcidamente, no podemos admitir que con el poco tiempo dedicado a las tareas mediúmnicas – es decir cuando se cuenta con médiums aplicados – con una o dos horas a la semana, podemos llevar a cabo un gran trabajo en el servicio de ayuda a los sufrientes u obsesores de cualquier tipo.
Por otra parte, es difícil imaginar que médiums que aún no se han liberado de sus propios vicios, cualesquiera que sean, puedan ofrecer una gran ayuda al mundo invisible: médiums que todavía son prisioneros de pasiones molestas, envidias, celos u odio; médiums que sufren de una seria fobia a los libros (miedo a leer) y que eligen la ignorancia, creando explicaciones falsas para los problemas de la vida, en lugar de buscar las respuestas que el Espiritismo tiene para nosotros; otros médiums que, desafortunadamente están más interesados en presentarse
a ellos mismos con sus pocos poderes y con un ego inflado, en lugar de servir de apoyo y dar lugar a la luz,
la comprensión, la salud y la paz emanando de él o ella hacia todos los demás.
No hay duda de que los médiums encarnados ofrecen su cooperación a los guías invisibles, a través de la tarea a la cual están conectados. Sin embargo, los guías a quienes nos referimos, necesitan estar dotados de un profundo espíritu de comprensión, de un intenso amor por su semejante y de mucha paciencia, de modo que así puedan ayudar en las necesidades del desdichado desencarnado y pasar por alto las deficiencias –casi siempre alimentadas bajo una gran cantidad de justificaciones– de muchos médiums que se presentan diciendo que quieren hacer el bien, pero quienes, en lo más profundo de su ser, no son ni siquiera capaces de trabajar internamente consigo mismos, en el esfuerzo de superar sus malas tendencias o sus limitaciones.
R.E. – Es común para la gente tomar conciencia de su mediumnidad así como del Espiritismo y, por este motivo, tienen el deseo de crear un grupo Espírita. Sin embargo, León Denis, la persona que continuó los trabajos de Kardec, menciona en su libro En lo Invisible, que la formación de grupos requiere reglas y condiciones. Muchos intentos resultan infructuosos, un gran número de grupos no gozan más que de una breve existencia, como resultado de la falta de paciencia, dedicación y cohesión. ¿Basado en su conocimiento y experiencia, podría decirnos cuales serían las mejores pautas para tener éxito en la formación de un grupo Espírita?
RAÚL TEIXEIRA – A fin de alcanzar el éxito en cualquier formación Espiritista, ya sean grupos de estudio Espiritistas o reuniones para practicar Espiritismo, a los que se denomina reuniones (o sesiones) mediúmnicas, es importante prestar atención a algunos pocos puntos que son muy importantes, indispensables:
a- Un Objetivo Superior – el deseo de consagrarse a una actividad virtuosa, aplicando las indicaciones de los espíritus nobles, los guías de la humanidad.
b- El deseo de dar un significado a la existencia corporal – la buena voluntad de superar la ignorancia; el amor por el estudio; amor que se irá desarrollando lentamente, siempre y cuando, la persona interesada se imponga a sí misma la disciplina para ser exitosa; la motivación para servir a los hermanos y hermanas en el camino de la evolución, sin ingenuidad, pero concientes de que la gente es lo que es y que ellos se encargarán del deseo, de la voluntad, y de la iniciativa de aplicar en sus vidas el conocimiento adquirido con el Espiritismo.
c- Saber cómo trabajar en equipo – siempre será complicado formar un grupo Espiritista con absolutistas que quieren ser dueños y en todo momento tener la última palabra; con otros que verdaderamente tienen una actitud de “dejar hacer”, quienes desean complacer a todos en cada situación; y con aquellos a los que no les gusta actuar, servir, trabajar, o moverse, convirtiéndolos en lectores ineptos y polemistas y para quienes es suficiente orar mucho, y transferir las responsabilidades humanas a los desencarnados.
En un grupo Espírita deberíamos ser siempre hermanos y servidores los unos de los otros, sin desviarnos de los principios Espiritistas, tal como Allan Kardec nos los hizo llegar. No deberíamos perder la capacidad de utilizar las enseñanzas de Cristo en alusión a la coherencia que deberíamos tener, en nuestra manera de decir “sí, sí, no, no”. Aquellos que son parte del grupo, serán responsables de desarrollar en sí mismos el gusto por estudiar seriamente el Espiritismo, motivando e inspirando a otros los mismos afortunados caminos.
Seguros de que el Espíritu de Verdad en las páginas Espiritistas nos convoca a amarnos y a instruirnos, deberíamos dedicar nuestros mejores esfuerzos de modo que el grupo Espiritista que se forme,
o aquel en que trabajamos, no se aleje ni siquiera un poquito del amor y de la instrucción, de tal manera que la contribución a la sociedad en la que vivimos, sea madura y estimulante.
R.E. – El Espíritu Emmanuel, guía espiritual del médium Chico Xavier, expresó que para alcanzar el éxito en la ejecución del trabajo Espírita, uno necesitaba disciplina, disciplina, y disciplina. La repetición de la palabra era sólo para enfatizar su importancia vital para el médium, o ¿tiene otros significados?
RAÚL TEIXEIRA – Lo importante es que la repetición de la palabra disciplina, que no es precisamente una figura del lenguaje o el refuerzo de una idea, nos hace comprender cuan importante e indispensable es la disciplina para todo aquel que desee alcanzar alguna actividad en el mundo con perfección.
Por ejemplo, les preguntamos a los músicos y a las bailarinas sobre la disciplina que necesitan para mostrar su talento y recibir el reconocimiento y aplauso del público. Ellos responden que necesitan horas y horas de exhaustivo ensayo, repitiendo una y otra vez, aquello que necesitan perfeccionar, y una dieta equilibrada para que el cuerpo se mantenga en una buena forma. Le preguntamos a actores – de teatro, cine o televisión – y a atletas acerca de la disciplina que ellos necesitan para superarse, y convertirse en verdaderos íconos de la interpretación y vencer sus límites corporales. Ellos manifestaron que requieren horas y horas de exigente ensayo y entrenamiento, que les imponen repeticiones innumerables veces, buen cuidado y ejercitación de su memoria, y respeto por los valores nutricionales de la comida que ingieren, de tal modo que durante las presentaciones todo marche bien,
de acuerdo al plan para alcanzar el éxito.
Los médiums no son diferentes. Hay una necesidad de disciplina en el uso que ellos hacen de todo lo que la vida les ofrece. No deberían comer ni demasiado ni muy poco, sino tanto como su estructura física les demande. Evitar el alcohol – que nos quita la lucidez y control de nuestras acciones – ya que no sabemos en qué momento nos corresponderá hacer el bien.
Sean cuidadosos con el contenido de lo que leen y miran, como así también con los temas que discutan, porque al saber que la mente – el instrumento primordial utilizado en la tarea de los médiums – se impregna con estos productos, que luego pueden interferir en la concentración y en los procesos psíquicos de filtración, además del pensamiento molesto que emerge ante cada escena incorrecta, o algún texto o fragmento de una conversación que uno aprehende.
Tenemos aquí unas pocas razones por las cuales el médium Francisco Cándido Xavier, cuyo tutor espiritual fue Emmanuel, fue capaz de actuar con luminosa y servicial mediumnidad a lo largo de más de 70 años. Él trabajó como un intérprete leal de los Espíritus Superiores además de ser un buen enfermero para los espíritus sufrientes, encarnados o desencarnados, sin siquiera una queja, sin ningún tipo de demanda material, y sin alardear, viviendo la virtud de amar a Dios y al prójimo, más allá de cualquier interés personal, viviendo la virtud de amar a Dios y al prójimo sin ningún interés personal. La disciplina que vivió Chico Xavier lo ha convertido en el más grande modelo de nuestros días, y para los días venideros de nuestro planeta.
> Raúl Teixeira es una de las personas más renombradas dentro del Movimiento Espirita mundial en la actualidad. Médium y orador, el Dr. Teixeira ha disertado en más de 35 países de Europa, Asia, África y América. Profesor de Física, Raúl Teixeira también se ha doctorado en Educación y ha consagrado su vida a la difusión del Espiritismo. Raúl tiene publicados 28 libros Espiritistas, y continúa produciendo muchas obras mediúmnicas a través de la psicografía. Su fundación de beneficencia, Remanso Fraterno, ha ayudado a cientos de jóvenes y niños en riesgo en Niterói, RJ – Brasil.
RAÚL TEIXEIRA – Sí, es verdad. La gente habla mucho del mundo invisible, el mundo espiritual, del más allá. En todas las creencias y a través de las diferentes épocas, los seres humanos han tenido la comprensión de la existencia de este lugar más allá de la Tierra, ya sea a través de la intuición o por medio de la revelación de los espíritus.
Sin embargo, debido a la etapa de maduración de los individuos y de las sociedades que éstos constituyen, ha surgido la necesidad de ubicar esta región. Es así como nos comenzamos a relacionar con los Campos Elíseos, con el Infierno, con el Reino de los Muertos, donde creíamos que los muertos, los espíritus, vivían.
Con las enseñanzas que recibimos en el Nuevo Testamento, nos encontramos con Jesucristo ayudando a los espíritus perturbados o hablando con espíritus nobles, lo cual nos ha hecho admitir que aquellos espíritus han venido existiendo a lo largo de la humanidad. No obstante, en el Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo afirma que estamos rodeados por nubes de testigos.
En el Libro de los Espíritus, presentado por Allan Kardec, el codificador del Espiritismo, contamos con importante información sobre el hecho de que los espíritus pueden saber acerca de nuestros pensamientos más profundos, como así también influir en nuestros pensamientos y acciones. Esto nos hace pensar que estamos inmersos en un océano espiritual.
Consideremos, entonces, que lo que diferencia el mundo material de aquello que llamamos
mundo de los espíritus o del más allá, es sólo nuestro estado vibracional.
La materia en sí misma impone un descenso de la frecuencia en la que el espíritu vibra, funcionando como si fuese una lámpara de pie.
El mundo espiritual está constituido por el mundo normal primitivo – en este caso el término primitivo no significa inferior o retrógrado, sino que se refiere a lo original, a lo inicial. De este modo el más allá está aquí. Todos nosotros estamos inmersos en él, los vivos y los muertos, separados solamente por las frecuencias en que nos expresamos.
R.E. – El espíritu André Luiz – a través de la mediumnidad psicográfica de Francisco Cándido Xavier – dice que la proporción entre desencarnados y encarnados es de 4 a 1. ¿Se está refiriendo a las
nubes de testigos mencionadas por e Apóstol Pablo?
RAÚL TEIXEIRA – Teniendo en cuenta la proporción que presenta el espíritu André Luiz, podemos reflexionar sobre dos importantes aspectos de la vida en la Tierra.
Si consideramos que la población desencarnada es casi cuatro veces la de los encarnados – al menos cuando se presentó esta proporción – esto significa que realmente estamos sumergidos en un océano de seres espirituales o, si quisiéramos filosofar con Platón, en un océano de “eidos” – de psiquis (en Homero la psiquis separada del cuerpo físico era considerada como un ser más o menos material, eidolon, un fantasma que habita los infiernos (Reino de los Muertos) y aparece en forma de humo contorneado, algo volátil, en forma de sombra.
Por otra parte, si estamos inmersos en este océano psíquico que lo inunda todo, esto nos hace creer que hay una comunicación, un vínculo entre la psiquis que vibra en la misma frecuencia, o en frecuencias similares. Esto reafirma lo que podemos llamar una ley de afinidad, puesto que tendríamos diferentes niveles y tipos de conexiones, que es precisamente lo que vemos por todo el mundo.
Los fenómenos de afinidad nos hacen pensar acerca de los grupos humanos que existen, constituidos sobre la base de sus afinidades, a nivel profesional, artístico, deportivo, religioso, vicioso o criminal.
R.E. - ¿Si existe, por lo tanto, influencia entre ambos mundos, deberían sólo los médiums estar vigilantes de sus actos o esto es válido para cada uno de nosotros?
RAÚL TEIXEIRA – Según el pensamiento de Kardec, por el que todos los seres humanos somos más o menos médiums, y considerando que es raro para nosotros encontrar a alguien que nunca haya sido tocado por los espíritus, sin importar de qué niveles o intensidades de sensibilidad puedan ser, por lo tanto, debido a la ley de afinidades, todos nosotros somos capaces de conectarnos con ondas provenientes de las mentes de otros individuos encarnados (vivos) y también desencarnados (muertos).
El fenómeno de contactos psíquicos es tan común, tan natural, que casi nunca son advertidos por las personas involucradas, exceptuando a aquellos que tienen conocimiento de este fenómeno, y se dan cuenta qué está ocurriendo o, quienes sin embargo, son poseedores de canales mediúmnicos significativos, tienen
o no el conocimiento formal del mismo, y son capaces de observar las ocasiones en que estas influencias ocurren. Desde esta perspectiva, toda persona debería ser cuidadosa con las formas y niveles de actividad psíquica y pensamientos propios, ya que no sólo los religiosos y creyentes están inmersos en este océano psíquico, sino todas las criaturas que viven en el planeta.
R.E. – Según el Espiritismo, la mediumnidad sirve como un instrumento para ayudar a los desencarnados que sufren e incluso a los obsesores. ¿Pueden los espíritus superiores tratar a los espíritus desencarnados sin la contribución de los médiums?
RAÚL TEIXEIRA – En realidad los espíritus superiores son aquellos que tratan a los espíritus sufrientes de cualquier clase y que se encuentran en el más allá.
La contribución que los médiums encarnados brindan al trabajo de los espíritus superiores es de una relevancia mínima, cuando consideramos las condiciones morales – intelectuales generales de los médiums.
Cuando pensamos lúcidamente, no podemos admitir que con el poco tiempo dedicado a las tareas mediúmnicas – es decir cuando se cuenta con médiums aplicados – con una o dos horas a la semana, podemos llevar a cabo un gran trabajo en el servicio de ayuda a los sufrientes u obsesores de cualquier tipo.
Por otra parte, es difícil imaginar que médiums que aún no se han liberado de sus propios vicios, cualesquiera que sean, puedan ofrecer una gran ayuda al mundo invisible: médiums que todavía son prisioneros de pasiones molestas, envidias, celos u odio; médiums que sufren de una seria fobia a los libros (miedo a leer) y que eligen la ignorancia, creando explicaciones falsas para los problemas de la vida, en lugar de buscar las respuestas que el Espiritismo tiene para nosotros; otros médiums que, desafortunadamente están más interesados en presentarse
a ellos mismos con sus pocos poderes y con un ego inflado, en lugar de servir de apoyo y dar lugar a la luz,
la comprensión, la salud y la paz emanando de él o ella hacia todos los demás.
No hay duda de que los médiums encarnados ofrecen su cooperación a los guías invisibles, a través de la tarea a la cual están conectados. Sin embargo, los guías a quienes nos referimos, necesitan estar dotados de un profundo espíritu de comprensión, de un intenso amor por su semejante y de mucha paciencia, de modo que así puedan ayudar en las necesidades del desdichado desencarnado y pasar por alto las deficiencias –casi siempre alimentadas bajo una gran cantidad de justificaciones– de muchos médiums que se presentan diciendo que quieren hacer el bien, pero quienes, en lo más profundo de su ser, no son ni siquiera capaces de trabajar internamente consigo mismos, en el esfuerzo de superar sus malas tendencias o sus limitaciones.
R.E. – Es común para la gente tomar conciencia de su mediumnidad así como del Espiritismo y, por este motivo, tienen el deseo de crear un grupo Espírita. Sin embargo, León Denis, la persona que continuó los trabajos de Kardec, menciona en su libro En lo Invisible, que la formación de grupos requiere reglas y condiciones. Muchos intentos resultan infructuosos, un gran número de grupos no gozan más que de una breve existencia, como resultado de la falta de paciencia, dedicación y cohesión. ¿Basado en su conocimiento y experiencia, podría decirnos cuales serían las mejores pautas para tener éxito en la formación de un grupo Espírita?
RAÚL TEIXEIRA – A fin de alcanzar el éxito en cualquier formación Espiritista, ya sean grupos de estudio Espiritistas o reuniones para practicar Espiritismo, a los que se denomina reuniones (o sesiones) mediúmnicas, es importante prestar atención a algunos pocos puntos que son muy importantes, indispensables:
a- Un Objetivo Superior – el deseo de consagrarse a una actividad virtuosa, aplicando las indicaciones de los espíritus nobles, los guías de la humanidad.
b- El deseo de dar un significado a la existencia corporal – la buena voluntad de superar la ignorancia; el amor por el estudio; amor que se irá desarrollando lentamente, siempre y cuando, la persona interesada se imponga a sí misma la disciplina para ser exitosa; la motivación para servir a los hermanos y hermanas en el camino de la evolución, sin ingenuidad, pero concientes de que la gente es lo que es y que ellos se encargarán del deseo, de la voluntad, y de la iniciativa de aplicar en sus vidas el conocimiento adquirido con el Espiritismo.
c- Saber cómo trabajar en equipo – siempre será complicado formar un grupo Espiritista con absolutistas que quieren ser dueños y en todo momento tener la última palabra; con otros que verdaderamente tienen una actitud de “dejar hacer”, quienes desean complacer a todos en cada situación; y con aquellos a los que no les gusta actuar, servir, trabajar, o moverse, convirtiéndolos en lectores ineptos y polemistas y para quienes es suficiente orar mucho, y transferir las responsabilidades humanas a los desencarnados.
En un grupo Espírita deberíamos ser siempre hermanos y servidores los unos de los otros, sin desviarnos de los principios Espiritistas, tal como Allan Kardec nos los hizo llegar. No deberíamos perder la capacidad de utilizar las enseñanzas de Cristo en alusión a la coherencia que deberíamos tener, en nuestra manera de decir “sí, sí, no, no”. Aquellos que son parte del grupo, serán responsables de desarrollar en sí mismos el gusto por estudiar seriamente el Espiritismo, motivando e inspirando a otros los mismos afortunados caminos.
Seguros de que el Espíritu de Verdad en las páginas Espiritistas nos convoca a amarnos y a instruirnos, deberíamos dedicar nuestros mejores esfuerzos de modo que el grupo Espiritista que se forme,
o aquel en que trabajamos, no se aleje ni siquiera un poquito del amor y de la instrucción, de tal manera que la contribución a la sociedad en la que vivimos, sea madura y estimulante.
R.E. – El Espíritu Emmanuel, guía espiritual del médium Chico Xavier, expresó que para alcanzar el éxito en la ejecución del trabajo Espírita, uno necesitaba disciplina, disciplina, y disciplina. La repetición de la palabra era sólo para enfatizar su importancia vital para el médium, o ¿tiene otros significados?
RAÚL TEIXEIRA – Lo importante es que la repetición de la palabra disciplina, que no es precisamente una figura del lenguaje o el refuerzo de una idea, nos hace comprender cuan importante e indispensable es la disciplina para todo aquel que desee alcanzar alguna actividad en el mundo con perfección.
Por ejemplo, les preguntamos a los músicos y a las bailarinas sobre la disciplina que necesitan para mostrar su talento y recibir el reconocimiento y aplauso del público. Ellos responden que necesitan horas y horas de exhaustivo ensayo, repitiendo una y otra vez, aquello que necesitan perfeccionar, y una dieta equilibrada para que el cuerpo se mantenga en una buena forma. Le preguntamos a actores – de teatro, cine o televisión – y a atletas acerca de la disciplina que ellos necesitan para superarse, y convertirse en verdaderos íconos de la interpretación y vencer sus límites corporales. Ellos manifestaron que requieren horas y horas de exigente ensayo y entrenamiento, que les imponen repeticiones innumerables veces, buen cuidado y ejercitación de su memoria, y respeto por los valores nutricionales de la comida que ingieren, de tal modo que durante las presentaciones todo marche bien,
de acuerdo al plan para alcanzar el éxito.
Los médiums no son diferentes. Hay una necesidad de disciplina en el uso que ellos hacen de todo lo que la vida les ofrece. No deberían comer ni demasiado ni muy poco, sino tanto como su estructura física les demande. Evitar el alcohol – que nos quita la lucidez y control de nuestras acciones – ya que no sabemos en qué momento nos corresponderá hacer el bien.
Sean cuidadosos con el contenido de lo que leen y miran, como así también con los temas que discutan, porque al saber que la mente – el instrumento primordial utilizado en la tarea de los médiums – se impregna con estos productos, que luego pueden interferir en la concentración y en los procesos psíquicos de filtración, además del pensamiento molesto que emerge ante cada escena incorrecta, o algún texto o fragmento de una conversación que uno aprehende.
Tenemos aquí unas pocas razones por las cuales el médium Francisco Cándido Xavier, cuyo tutor espiritual fue Emmanuel, fue capaz de actuar con luminosa y servicial mediumnidad a lo largo de más de 70 años. Él trabajó como un intérprete leal de los Espíritus Superiores además de ser un buen enfermero para los espíritus sufrientes, encarnados o desencarnados, sin siquiera una queja, sin ningún tipo de demanda material, y sin alardear, viviendo la virtud de amar a Dios y al prójimo, más allá de cualquier interés personal, viviendo la virtud de amar a Dios y al prójimo sin ningún interés personal. La disciplina que vivió Chico Xavier lo ha convertido en el más grande modelo de nuestros días, y para los días venideros de nuestro planeta.
> Raúl Teixeira es una de las personas más renombradas dentro del Movimiento Espirita mundial en la actualidad. Médium y orador, el Dr. Teixeira ha disertado en más de 35 países de Europa, Asia, África y América. Profesor de Física, Raúl Teixeira también se ha doctorado en Educación y ha consagrado su vida a la difusión del Espiritismo. Raúl tiene publicados 28 libros Espiritistas, y continúa produciendo muchas obras mediúmnicas a través de la psicografía. Su fundación de beneficencia, Remanso Fraterno, ha ayudado a cientos de jóvenes y niños en riesgo en Niterói, RJ – Brasil.
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