jueves, 9 de junio de 2011

¿Sufren los animales?


1 - ¿Todos los seres vivos poseen Espíritu?

No. Ellos son dotados de un principio espiritual que se desarrolla progresivamente, a lo largo de los milenios. Eso hasta que alcancen la complejidad necesaria a la conquista de la razón. Serán, entonces, Espíritus.

2 - ¿Existe una escala en ese desarrollo, como una escalera que el principio espiritual iría subiendo, pasando por todas las especies animales y vegetales, hasta alcanzar la razón?

No sabemos exactamente cómo ocurre. Seguramente no envuelve experiencias tan amplias, hasta porque surgen y se extinguen especies incesantemente.

3 – Animales como el gato y el mono, que parecen ejercitar alguna inteligencia, ¿estarían en vísperas de la promoción a Espíritus?

Como ya comentamos, esa transición ocurre en otros planos del infinito y demanda un tiempo considerable. Entre los animales más desarrollados de la Tierra y el Hombre existen insondables escalones.

4 – Algunos animales revelan una inteligencia que sorprende a sus dueños. ¿No demuestra ello que están bien cerca?

Ese «cerca» es relativo. Millones de años, delante de la eternidad, pueden representar en segundos. El animal tiene como centellas de inteligencia. Está muy distante del pensamiento continuo, que caracteriza al Espíritu.

5 - ¿No sería más conveniente que Dios nos creara dotados de inteligencia y discernimiento, sin tanto trabajo, sin gastar tanto tiempo?

Esa misma duda fue levantada por los teólogos en relación a la aparición del Hombre, cuando Darwin formuló su teoría evolucionista. Es más fácil imaginar a Dios moldeando a Adán del barro, que trabajando millones de años el taller de la Naturaleza para crear al ser humano. Sin embargo, Darwin, hoy, está plenamente aceptado por los teólogos, a no ser en los círculos más retrógrados, que aún interpretan los textos bíblicos al pie de la letra.

6 - ¿Ocurre lo mismo con el Espíritu?

Obviamente. Si Dios llevó tanto tiempo para producirnos una vestimenta carnal, ¿Por qué el Espíritu, que es mucho más complejo, debería ser creado con un pase de magia? No tiene sentido.

7 – Si las limitaciones y males físicos se sitúan por el Espiritismo como una respuesta de la ley de causa y efecto a los desatinos humanos, ¿por qué lo sufren los animales, si no piensan, no tienen libre albedrío y, consecuentemente, no tienen deudas a rescatar?

La mujer no sufre los dolores del parto por problemas kármicos. Es una contingencia de la vida. Bendecirá sus sufrimientos, ante la gloria de ser madre. No siempre, por lo tanto, el dolor puede considerarse sinónimo de rescate. Es lo que ocurre con los animales. Limitaciones y males físicos agitan su conciencia embrionaria, preparando el glorioso «parto» del Espíritu.

Richard Simonetti
richardsimonetti@uol.com.br

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