Los Ilekes son los collares que se entregan en la ceremonia en que una persona se convierte en ahijado de un padrino. No son simples amuletos y como todo tiene su secreto.
He estado viendo que los venden en muchas tiendas de internet a precios muy elevados, en torno a los cuarenta euros mas o menos. Y digo que son muy elevados porque no es posible que estos collares tengan el trabajo que deben tener hecho. El material de los collares debe andar entorno a un par de euros, y la mano de obra otros dos, porque se tarda bastante tiempo en engarzar las cuentas, es decir, la empresa se lleva un beneficio del 800% aproximadamente y el que se lo lleva obtiene una baratija mas o menos ornamental.
Si vais a casa de un buen santero, os ofrecerá cinco de estos collares de forma indivisible y si los recibís asistiréis a una ceremonia en que se convierte en vuestro padrino, es decir, vuestro maestro y protector. Sólo en algunas ocasiones muy especiales se entregan individualmente como amuletos protectores cuando el santo lo autoriza.
El trabajo que hace que estos collares realmente tengan ese valor de protección tiene que ver con Osain y con los humieros de santo que se utilizan para darles la identidad de ilekes. El collar realmente no son las cuentas, sino el cordón de algodón que los une, impregnado por el humiero de santo y rezado al pie del mismo.
La elaboración del humiero es muy costosa. Suelen trabajar muchas personas para poder hacerlo, utilizando las hiervas adecuadas y machacándolas con las propias manos para obtener la esencia de las plantas del santo.
Como podéis comprender, no cualquiera puede entregar unos ilekes en condiciones, y de la incultura de la gente, hay mucha tienda que se aprovecha, vendiendo simples cuentas como protecciones.
Los collares que puede entregar un santero a un aleyo para inciarle son cinco: El de Eleguá, el de Ochún, el de Changó, el de Yemayá y finalmente el de Obbatalá.
El collar de Eleguá da la protección del santo para abrir los caminos, para que las peticiones del ahijado lleguen a Olofi, para apartarle todo lo malo, para radiarle la inocencia de un niño y que así pueda iniciar proyectos con imaginación, creatividad y expectativas de éxito.
El collar de Ochún, da al ahijado la dulzura necesaria para ser feliz. Le ayuda a encontrar a la pareja, le hace ser elegante y astuto en las conversaciones, además de aumentar su atractivo.
El collar de Changó da valor a quien lo porta y le ayuda cuando tiene guerras y batallas en la vida diaria. Le ayuda a encontrar buenos amigos y le protege de los vicios.
El collar de Yemayá asiste en cuestiones de maternidad, de estabilidad mental y da ashé para los negocios y los viajes de ultramar.
El collar de Obbatalá da salud y cabeza al ahijado para que obre de forma meditada y justa conforme a la voluntad de Olofi. Es el santo al que se trata como Ángel de la Guarda del ahijado hasta que hace la ceremonia de Kari Ocha y se revela el Santo que le corona.
Cuando un collar después de entregado se parte, esto puede significar varias cosas:
- La primera que viene advirtiendo de que algo malo va a pasar y que hay que hablar con el padrino para que consulte de que está advirtiendo el santo.
- La segunda, en ocasiones el santo ayuda al ahijado haciendo que parta el collar, en vez de que parta él o alguna de sus situaciones.
Cuando esto ocurre, conviene volver a darles humiero del santo que ha de tener el padrino. Si por circunstancias no hubiera humiero, ha de ponerse al pie del santo y rezarle y a ser posible darle de comer al santo que gobierna el collar.
Una vez entregados, los collares deben llevarse consigo siempre que se pueda. Si no se llevar puestos por las cuestiones que sean, se pueden llevar en el bolsillo izquierdo. Y si no se pueden llevar los cinco, se lleva el collar del santo del que se desee protección.
Por las noches, cuando se va a dormir, se meten en una bolsita blanca debajo de la almohada (vale un calcetín blanco).
No se pueden llevar los collares cuando se practica el sexo, o se hacen actos de delincuencia o vicio, pues el santo se revela. Tras practicar sexo hay que ducharse antes de ponerse los collares, y quitárselos antes de hacerlo.
He escrito este artículo, sobre todo, para que la gente no se deje estafar cuando entra en una tienda de santería, o da una vuelta por ebay. Los collares que entrega el santero son un poco mas caros, pero realmente valen lo que se está cobrando por ellos.
La primera decisión para recibir los collares es elegir a un buen padrino que admita en su casa a un nuevo ahijado y lo trate con respeto y carácter protector.
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