domingo, 15 de marzo de 2009

El Ojo De Horus 6°Parte "La Maquina Quántica"


Saqqara - La Máquina Quántica

Saqqara, uno de los sitios más misteriosos de Egipto fue diseñado por el sumo sacerdote Imhotep. Un genio multifacético que fue el primero filósofo de la historia. El padre de la medicina, la arquitectura, la física y la química. Los griegos que estudiaron en Egipto y que le cambiaron el nombre a todo el mundo lo llamaron Asklaepius o Esculapio para marcar sus logros como médico. También lo llamaron Hermes Trismegistus, el tres veces grande por sus dotes como filósofo y físico que reveló las bases de cómo funciona el universo.
Imhotep, el sumo sacerdote de La Escuela de Misterios de El Ojo de Horus, construyó Saqqara. Un enorme esfuerzo en tiempo, mano de obra y recursos que produjo utilidades espirituales y materiales a toda la sociedad. Su tecnología fue fundamental para elevar la frecuencia de vibración de los iniciados, acelerando su evolución espiritual. Permitió a los discípulos verificar que existen otras dimensiones, contactar seres en planos superiores y recibir información de maestros ascendidos. En el plano físico permitió crear avenidas electromagnéticas que facilitaron el movimiento de materiales en la construcción de sus templos. Saqqara produjo energía taquiónica, la energía de más alta frecuencia y vibración del universo. Esta energía es neutra, está compuesta por parejas de partículas que al tener una carga eléctrica contraria, se anulan y equilibran entre sí. Al ser neutra, no genera resistencia y se mueve a 27 veces la velocidad de la luz. Es la energía del pensamiento cuando vibra en la alta frecuencia del amor. Fue la energía que utilizó Jesús para realizar los sucesos extraordinarios que llamamos milagros. Él demostró que vibrando en la altísima frecuencia del amor la mente puede dirigir la energía taquiónica, la energía del pensamiento para elevar la energía vital de los enfermos realizando curaciones extraordinarias y aun levantándolos de la muerte; o para aumentar la frecuencia propia de vibración del agua hasta convertirla en vino. Todas las cosas y seres del universo vibran en distintas frecuencias dependiendo de su nivel evolutivo.
Saqqara generaba un enorme campo electromagnético y sonidos que vibraban en distintas frecuencias. Su forma y diseño producía y captaba energía. Emparejaba las partículas eléctricas convirtiéndolas en una columna ondulatoria estacionaria de energía taquiónica. La pirámide producía distintas frecuencias, permitiendo que discípulos con distintos niveles evolutivos se sintonizaran y vibraran con una frecuencia más alta que la que tenían en el momento. Esto potenciaba sus niveles de energía vital, su aura o campo electromagnético personal. Simultáneamente recibían una intensa preparación que después de 21 años de su vida, les permitía llevar su conciencia a las dimensiones superiores de la realidad.
Al manejar en su interior niveles superiores de energía vital en vibración de amor, se despierta la telepatía, se adquiere la sensibilidad para percibir la música de las esferas, la danza de partículas sub-atómicas que forman el aura, el campo electromagnético que cada ser humano produce alrededor de su cuerpo. La máquina cuántica de Saqqara aceleraba este proceso de perfeccionamiento espiritual, pues permitía que los iniciados que tenían distintos niveles de conciencia experimentaran temporalmente un aumento gradual en su frecuencia de vibración.
Con meditación e información para vivir en paz y armonía, respetando todo lo que existe, al comprender que todo está vivo e interconectado, la vibración experimentada se volvía permanente. Los discípulos más avanzados que permanecían en altos niveles de vibración, podían desplazar su conciencia en el tiempo y en el espacio, ver la cadena de reencarnaciones que le permitieron llegar a su nivel presente. Podían ver y percibir realidades más allá de la tercera dimensión, en el siguiente nivel evolutivo del ser humano, en los mundos de los hermanos superiores, superhombres iluminados, seres que ya pasaron por este nivel evolutivo para recibir su información.
El asomarse a esas realidades, le permitió a Imhotep enunciar en El Kybalion que como es arriba, es abajo, que existe una correspondencia entre los distintos planos de la realidad. Él enseñó que se puede analizar el plano físico, el más evidente a nuestros limitados sentidos, para encontrar verdades sobre otros planos de la realidad que no percibimos.
Los iniciados que sí podían ver el siguiente tramo del camino de perfeccionamiento, verificaban personalmente su existencia, regresando a irradiar amor y trayendo información a todos sus compañeros en niveles más bajos. La verificación en carne propia producía seguridad a todo el esquema piramidal de la sociedad egipcia. Se comprobaba que el universo tiene muchos planos, o como dijo Jesús, “la casa de mi padre tiene muchas mansiones”. Esto convirtió el complejo de Saqqara en un centro de comunicación con las realidades más altas del universo, hecho que dejaron registrado en sus textos religiosos sobre los muros de algunas pirámides de las primeras dinastías.
El cielo no se encuentra en esta dimensión física, pertenece a las dimensiones superiores que permanecen en la alta vibración del amor. La pirámide permitía el acceso a las dimensiones de los superhombres de los hermanos superiores, hombres iluminados que ya pasaron por la tierra y ahora se encuentran en una escala más alta de la realidad.
Otra utilidad que producía el complejo, fue la utilización de las cargas de iones para producir avenidas electromagnéticas por donde desplazaban ingrávidos los bloques de granito que necesitaban para construir sus templos. Una tecnología electromagnética basada en que cargas iguales se repelen utilizada actualmente para mover trenes, como el llamado tren bala en Japón.
En Saqqara se probó que vibrando a tan alta frecuencia, los objetos pierden peso, se vuelven ingrávidos; los seres humanos, levitan.
Los sacerdotes egipcios revelaron que el universo tiene dos polos energéticos, el amor y el miedo. El amor tiene una altísima frecuencia de vibración y el miedo tiene una bajísima frecuencia de vibración. Los seres con poca evolución en su conciencia no han vivido muchas reencarnaciones sobre la tierra, han podido verificar muy poca información, vibran muy bajo y en sus vidas predomina el dolor y el miedo, se encuentran todavía en el infierno de la vida. Los seres que han reencarnado muchas veces, han aprendido con el resultado de sus decisiones y han elevado poco a poco su frecuencia de vibración, su energía vital, aprendiendo a respetar, a no culpar, a vivir en paz y armonía. Al tener más información verificada, entienden el significado del amor, vibran en su frecuencia llegando al cielo de la vida.
Los sacerdotes se dedicaron a acelerar en sus discípulos el camino evolutivo con información, entrenamiento para trascender el ego y sensibilización a las altas frecuencias vibratorias. Muchos años de entrenamiento permitían comprender que la vida es un proceso de verificación de información a través de experiencias en carne propia para entender que el hombre sólo se transforma en superhombre a través del amor. El amor es neutro, no tiene polaridad, vibra en altísima frecuencia, su energía que no tiene masa pertenece al plano espiritual y mental donde existe de acuerdo a la voluntad del observador.
Para entender este sitio misterioso, vamos a devolvernos en el tiempo al momento cuando allí sólo existía un inmenso desierto, cuando Imhotep comenzó la primera etapa de Saqqara, el complejo subterráneo.
Comenzaron cavando en la dura plataforma granítica el pozo vertical, la columna vertebral del complejo. El pozo baja hasta una profundidad de 30 m, la altura de un edificio de 12 pisos y tiene 10 x 10 m. Existe una teoría que afirma que las pirámides producen una imagen espejo, una forma virtual que se proyecta bajo la tierra en que están construidas. Allí se produciría una serie de efectos relacionados con un concepto llamado antimateria. A través de una cámara situada bajo la pirámide, se puede acceder a una realidad paralela, contraria a la del mundo físico, sería su espejo electromagnético. Allí el tiempo avanzaría al contrario del futuro hacia el pasado.
Por cualquier razón, hecho físico o metafísico que buscaran, lo cierto es que el pozo es muy profundo y que a pesar de tener sus lados de piedra maciza, pues estaba tallado en la plataforma granítica, deciden forrarlo con los primeros ladrillos utilizados por el hombre.
Fue la primera vez que se utilizó un módulo repetido uniformemente. Un pequeño ladrillo de roca para la construcción de grandes obras. Lo más extraordinario es que no eran de roca cortada sino fundida. Sobre el río Nilo, muy cerca las cataratas de Assuan, en la isla de Sehel fue descubierta una estela tallada con hieroglífos por el sabio Imhotep. Contiene su fórmula química para fundir un concreto que, al secar, adquiere la apariencia y la consistencia de la roca. Un equipo de científicos franceses dirigidos por el químico Joseph Davidovich, PhD en polímeros, descubrió que la mezcla produce un aglomerado con un gran contenido de cristales de cuarzo, un elemento que tiene la capacidad para producir electricidad si sus moléculas vibran de alguna manera. Los egipcios vertían en moldes conchas trituradas de crustáceos y de fósiles encontrados por doquier en las planicies de Giza, arena con un alto contenido de cuarzo y aluminio, piedra pómez previamente quemada, sales de natron (sodio) y agua. La mezcla produce una soda cáustica que reacciona con el aluminio de la arena del río, produciendo un aluminato de sodio. Se le agregaba crisocola, un sílice que la convierte en un silicato sódico de aluminio y por último, arseniato de cobre como acelerante integral. Con esta mezcla, parcialmente descifrada, fundieron los bloques de piedra para sus templos y pirámides. Utilizaron los primeros bloques como formaleta para los nuevos, logrando esa exactitud en las juntas que no permite introducir ni siguiera la carta de un naipe.
Una vez forrado el pozo, 30 m bajo tierra, perforaron en la roca sólida un inmenso complejo de corredores y cámaras. Tallaron hacia los cuatro puntos cardinales, un número progresivo de cámaras.
La primera, adosada al pozo, dos hacia el este, tres al oeste, cuatro al norte y cinco cámaras hacia el sur. Cada grupo de cámaras producía en su interior una frecuencia distinta de sonido, cada vez más alta, y estaban dentro del campo electromagnético de la pirámide. En cada cámara había miles de cuencos de alabastro que vibraban sintonizándose con una misma nota de la escala musical. La forma de los vasos de alabastro y los líquidos que contenían determinaba en que nota musical o frecuencia de vibración se sintonizaba la cámara. La nota Mi resonaba en cinco cámaras, nivel de entrada para la mayoría de los iniciados. Allí vibraban por encima de la nota Re que era la frecuencia con que llegaban. Fa vibraba en los cuencos de cuatro cámaras. Sol vibraba en tres. La nota La utilizaba las dos cámaras en el lado oeste y en la cámara principal de la pirámide, en un sarcófago de una sola pieza de alabastro, los más altos iniciados alcanzaban la nota Si y desde allí accedían a dimensiones superiores.
Estos espacios son llamados las cámaras azules, pues sus muros están decorados con los primeros baldosines de cerámica de la historia, azulejos en distintos tonos de azul turquesa. En su interior, parejas de iniciados, siempre un hombre y una mujer, meditaban sintonizándose con niveles de vibración cada vez más altos. Imhotep escribió en El Kybalion que la séptima Ley del Universo dice que todo tiene género, tiene su parte femenina y masculina. El género se manifiesta en todos los planos del universo.
Al entrar en las cámaras por parejas, los iniciados de La Escuela de Misterios lograban un balance, una neutralización de sus campos electromagnéticos personales, pues los del hombre giran en el sentido de las agujas del reloj y en la mujer al contrario. Se encontró que los baldosines de cerámica tienen características superconductoras, no ofrecen resistencia a una carga eléctrica. Seguramente, al entrar en operación todo el complejo, la columna ondulatoria modificó sus moléculas y se volvieron neutras. La tecnología y la mezcla química para producir el azul de la cerámica fueron inventada por Imhotep. La famosa pasta egipcia, una mezcla de bicarbonato de sodio, bentonina arcillosa, sílice, potasio y el bicarbonato de cobre que le da el característico color azul turquesa egipcio, utilizada en múltiples objetos cerámicos hasta nuestros días. La cerámica está colocada formando una serie de arcos, sostenidos por la forma que simboliza la columna vertebral de todos los seres vivos, llamada Djeb. La forma lleva la energía a todo el cuerpo, Ptah, el dios creador del universo, la tenía en su vara de poder. La misma forma utilizada en los pilares que transferían la energía de la pirámide para utilizarla en avenidas electromagnéticas por donde levitaban los pesados bloques de piedra.
Los sacerdotes de La Escuela de Misterios de El Ojo de Horus, tenían unos conocimientos tecnológicos muy avanzados para producir estos fenómenos físicos o para cocinar el esmalte de las piezas de cerámica en hornos capaces de alcanzar los 1000ºC.
En esta sala se encontraron imágenes talladas en altorrelieve sobre roca, como esta del faraón Djoser, corriendo ritualmente en el Heb Sed, la ceremonia de renovación, portando la corona blanca que simboliza su poder sobre el Alto Egipto.
También se encontraron en Saqqara esculturas que se destacan por la perfección de sus ojos de cristal, como los escribas sentados o el sacerdote Kaper. Una forma de arte que sólo existió al comienzo de la civilización y que nunca fue repetida en todo el desarrollo posterior.
Hacia el norte, construyeron el acceso al complejo subterráneo. Del fondo del pozo salía una larguísima escalera ascendente, interrumpida por pasajes horizontales que llegaban hasta la superficie. Alrededor del pozo, exactamente sobre el área de las obras subterráneas, construyeron una plataforma maciza con los mismos ladrillos de piedra que forraban los muros del pozo.
En su lado oeste, excavaron once pozos verticales que bajaban 5 m más debajo de las cámaras ya construidas. Allí, a 35 m de profundidad desde los pozos verticales regularmente dispuestos, salen 11 galerías que rematan en cámaras por debajo de puntos clave de las cámaras azules, situadas 5 m más arriba. En estas galerías se encontraron más de 40.000 vasos, frascos de cristal y de alabastro, como este con la figura que representa un millón de años con los dos tronos del Alto y Bajo Egipto.
Uno de los títulos del sabio Imhotep era el de fabricante de vasos. En estas galerías, miles de vasos de alabastro vibraban generando la nota Fa, que es la frecuencia de vibración propia del planeta. Las galerías eran los resonadores de la pirámide. En ellas se producía un sonido que llenaba toda la pirámide. El alabastro es un material capaz de vibrar y entrar en resonancia cuando se ejerce sobre él una fuerza periódica que coincida con su frecuencia de vibración. La vibración producida por los cuencos era elevada de frecuencia, dependiendo del nivel de vibración que se necesitara, poco a poco, por resonancia en las cámaras dispuestas para ello, mientras simultáneamente sucedía lo mismo con la frecuencia electromagnética.
Las parejas de iniciados se introducían en las cámaras azules a meditar con el poderoso campo de fuerza de la pirámide, mientras el sonido de una nota musical vibraba a su alrededor. Cada vez se vibraba más alto, ascendiendo en las notas de la escala musical. Así iban acostumbrándose a frecuencias cada vez más altas de vibración y a campos de fuerza con una longitud de onda menor, despertando nuevos sentidos y haciéndose más sensibles a la luz.
Al meditar dentro de las cámaras azules, sintonizados con el sonido que vibraba en todos los vasos de alabastro y expuestos al poderoso campo electromagnético de la pirámide, los iniciados elevaban su frecuencia de vibración. Esto potenciaba su energía vital, aumentaba su aura y les permitía verificar la existencia de otras realidades. Las diferentes notas y vibraciones se sintonizaban con cada chakra, conduciendo poco a poco a la conciencia a frecuencias más altas y a experiencias más allá de este plano físico.
Una vez terminada la construcción bajo tierra, cierran la boca del pozo con unas plataformas escalonadas convirtiéndolo en un obelisco virtual bajo tierra, cuya punta piramidal se asoma en la superficie. Las plataformas eran parecidas a las mastabas, montículos de tierra, utilizadas como tumbas reales lo que contribuyó a que la pirámide se confundiera con una tumba. Hoy se alcanza a ver la plataforma al quedar descubierta por el paso del tiempo, bajo las capas de ladrillo de la pirámide escalonada.
Así se completó la primera etapa, la de las obras subterráneas. Se construyó la primera parte de un gigantesco procesador tridimensional para acelerar la evolución del ser humano y generar energía taquiónica, utilizando una tecnología fundamentada en la física cuántica. Comienzan la segunda etapa donde construyeron la primera pirámide después del diluvio. Una pirámide escalonada con un 50 % exacto en volumen y peso de la que armaron con el proyecto final. Sobre la plataforma escalonada inicial que cubría el pozo vertical, construyen en ladrillos mucho más grandes, cuatro niveles de 11 m cada uno, dándole forma a una pirámide escalonada. 44 m de altura tenía la masa principal de esta pirámide primera, una gran masa de ladrillos modulares de roca fundida con un gran contenido de cristales de cuarzo. Las moléculas de cuarzo tienen la forma de un tetraedro, una de las cinco formas básicas de la naturaleza, llamadas sólidos platónicos.
La vibración del planeta, su latido regular en uno de los sitios neurales de la malla electromagnética hacía vibrar los cristales de cuarzo en los ladrillos de la pirámide y los cuencos de alabastro en lo profundo de las galerías resonantes, provocando un doble efecto de energía y sonido. La masa de cuarzo, sometida a esta tensión mecánica constante, producía fricción entre la superficie de los tetraedros de cristal generando una carga eléctrica negativa, por un efecto que hoy llamamos piezoeléctrico. La masa de piedra se convertía en un gigantesco condensador de energía negativa. Existen dos tipos de cuarzo, los que al vibrar producen una carga eléctrica negativa, llamados levógiros, utilizados por Imhotep en la gran masa de roca fundida, y los que producen una carga eléctrica positiva, llamados dextrógiros, también utilizados en las losas de granito de Tura que cubrían la superficie de la pirámide.
Imhotep afirmó que la tercera Ley del Universo es que todo vibra, todo se mueve, nada está quieto, todo está en movimiento. Es la frecuencia de vibración de las partículas constitutivas de la energía, la que determina los diferentes estados de la realidad, la densidad de la materia, la mente y la altísima vibración del espíritu. Mientras más alta sea la frecuencia de vibración, más alto el nivel de conciencia, de información y respeto, más avanzado en el camino evolutivo. Todo vibra, desde la más baja y densa material hasta el espíritu puro. Esta es la ley que determina la existencia de distintos tipos de energía, dependiendo de su nivel vibratorio. Energía eléctrica, química, magnética, gravitatoria y energía taquiónica, la que producía Saqqara.
Recubriendo la masa de ladrillos de roca, formaron la superficie exterior con losas de granito de Tura, que tiene cristales de cuarzo dextrógiro, el que produce una carga eléctrica positiva. Cubriendo la masa de ladrillos de roca contra la superficie exterior de cada capa horizontal de piedra, colocaron bloques de piedra pómez, un material eléctricamente aislante, contra el que pegaron las losas de granito de Tura. Estaban cortados con sus caras inclinadas para producir caras verticales con una inclinación de 73º y superficies horizontales con una pendiente de 22º. Estos bloques creaban un aislamiento eléctrico entre las dos cargas eléctricas, la negativa de la masa de roca en vibración y la positiva de las losas de granito de Tura que captaban como una antena la carga eléctrica positiva de la atmósfera que en este sitio de poder era muy fuerte. Tenemos entonces que la pirámide almacena en su forma dos cargas distintas y opuestas. La superficie de sus cuatro caras exteriores cargan sus cristales con la energía positiva de la atmósfera y la gran masa de roca cuarcífera en contacto directo con la corriente telúrica carga sus moléculas con un campo eléctrico negativo.
La cuarta Ley dice que todo es dual, todo tiene polaridad. En esta realidad todo tiene su opuesto que es idéntico en su naturaleza
Pero distinto en grado. Los extremos se tocan. Los dos polos son los extremos de una misma cosa. Calor y frío, opuestos, son realmente lo mismo, los dos polos de una misma cosa llamada temperatura. Luz y oscuridad, largo y pequeño, suave-duro, negro y blanco, ruido y silencio, alto y bajo.
La forma piramidal es determinante para el funcionamiento de la máquina cuántica. Las capas horizontales de piedra al ir disminuyendo su área entre más arriba en la pirámide, acumulan en su interior cargas eléctricas con potencias distintas, lo mismo sucede en la superficie de granito de Tura. Este hecho y los 11 pozos verticales, el obelisco virtual subterráneo de centrado del eje de la pirámide, que por su exacta localización en dirección Norte-Sur sobre un punto neurálgico de la malla electromagnética, sujeta al giro del planeta sobre su eje, induce en la carga eléctrica acumulada un doble movimiento giratorio. Las partículas con cargas positivas giran a favor de las agujas del reloj. Las partículas con carga negativa giran en contra de las agujas del reloj. Esto genera un vórtice electromagnético, un tornado de partículas sub-atómicas que se van acelerando poco a poco, pues al ser la frecuencia constante, debido al palpitar regular del planeta, se produce una resonancia. Las dos fuerzas, la centrípeta y la centrífuga, al llegar a cierta velocidad y frecuencia, producen que dos partículas de carga opuesta y movimientos contrarios, se emparejan neutralizándose y encuentran un nuevo eje de giro a 90º del eje de la pirámide, produciendo una columna ondulatoria estacionaria. La columna ondulatoria estacionaria está formada por partículas sub-atómicas neutralizadas al emparejarse que se mueven en altísima frecuencia. Esta columna de energía, baja hasta el núcleo cristalino del planeta y se eleva cientos de kilómetros sobre su superficie hasta llegar a la ionosfera. Son estas partículas neutras y balanceadas, las que son llamadas energía taquiónica. Su neutralidad no produce resistencia en el material por donde se mueven, son la base de los fenómenos superconductivos.
El vórtice energético en la pirámide, al acelerar la frecuencia de vibración de la energía, la transmutaba en un tipo superior, la energía taquiónica, hoy estudiada por la mecánica cuántica. La energía taquiónica tiene la más alta vibración y frecuencia de la realidad. Es energía consciente, energía información, como la que genera y maneja el hombre en su cerebro con el proceso de sus pensamientos al vibrar en amor.
La energía taquiónica y las columnas ondulatorias estacionarias fueron estudiada por Nikola Tesla. En ellas se basó para inventar la corriente alterna, los motores eléctricos, la radio, la televisión, los rayos X, el radar. Más de 1600 patentes con los inventos que dieron forma al siglo XX. El llamado tesla coil utilizado para encender eléctricamente los motores de los carros, crea este tipo de vórtices para convertir una corriente de 12V aplicada a una espiral de cobre, en miles de voltios al ser inducida a otro espiral. En 1942 Tesla dirigió el “experimento Filadelfia” que utilizó enormes campos electromagnéticos para organizar en pares la energía, convirtiéndola en taquiónica, utilizándola para desaglomerar un objeto sólido, partícula por partícula y volverlo a armar en otro lugar. El proyecto invisibilidad, desintegró el barco USS Elridge y lo volvió a recomponer instantáneamente a 75 Km. pero sus ocupantes estaban muertos o espantosamente adheridos a sus planchas de acero. Tesla sabía un secreto hermético que al reordenar las partículas constituyentes de la energía, se producen cambios en la masa manifestada. En sus estudios, Tesla concluyó que la energía taquiónica se mueve 27 veces más rápido que la luz. Es la energía del pensamiento.
La teoría de Einstein en la que la velocidad máxima de la luz es 300.000 Km./ seg., sólo se aplica a uno de los planos constituyentes de la realidad, al plano físico de la densidad material compuesto por átomos, electrones y protones. Pero el universo tiene tres planos, el físico, el mental y el espiritual. Los taquiones, la base del universo dual, son parejas de partículas sub-atómicas en movimiento constante a altísima vibración y frecuencia que al tener una carga eléctrica opuesta, se neutralizan. Los taquiones son la base de los elementos superconductivos, su neutralidad no produce ninguna resistencia a la carga que avanza por sus moléculas. Un elemento compuesto de estas partículas que vibran a altísima frecuencia se hace ingrávido. Su masa deja de pesar, es pura energía. La mecánica cuántica actual dice que estas partículas sub-atómicas no tienen masa, que son solo una tendencia a existir, que se miden en probabilidades y que depende de la voluntad del observador, del plano mental del hombre. Imhotep sabía todo esto y muchas cosas más que nuestros sabios aun no han descubierto. La mecánica cuántica y la superconductividad son un avance muy reciente de la física.
La pirámide escalonada de cuatro niveles tenía un volumen de 280.000m³ de piedra que pesaban aproximadamente 450.000 T, un 50 % exacto del peso y volumen de la pirámide final. Frente a ella colocaron los pilares de energía para generar la avenida electromagnética que llegó hasta Tura. Desde allí transportaron los materiales necesarios para terminar el proyecto. Agrandaron las plataformas hacia el Norte y el Oeste dejando invariables las caras Sur y Este. La pirámide creció como el cuerpo humano, desde la cabeza. Si esto no hubiera sido planeado de antemano, habría resultado más sencillo agrandarla simétricamente por los cuatro costados como la piel de una cebolla. Con la ampliación, el obelisco virtual subterráneo queda ubicado exactamente sobre el eje Norte-sur de la nueva pirámide, cuya base ahora mide 140 x 100 m. Le adicionan dos niveles más, aumentando la altura a 65 m. Esto duplicó el volumen a 560,000 m³ de piedra que pesan 900.000 T.
Los accesos también confirman que las etapas de expansión fueron planeadas por Imhotep desde el momento inicial. Un túnel es prolongado fácilmente desde la entrada original. Una segunda escalera llega a uno de los patios de un templo adosado que se construye en la cara norte, para disfrazar el acceso. Un aumento al doble exacto en el peso y en el volumen de la masa de piedra no es casual. La producción de energía, el alcance de la pirámide, era graduada dependiendo de la masa en vibración. Las pirámides posteriores fueron cada vez más voluminosas y pesadas, hasta llegar a la Pirámide de Keops, que pesa 6.000.000 de T.
El peso determina la cantidad de energía producida. Este volumen de piedra gira sobre el eje de la tierra a una velocidad constante. Le dieron forma piramidal al volumen de piedra para extraer energía de su masa, aprovechando los movimientos naturales del planeta, su frecuencia constante de vibración y giro. Dentro del obelisco virtual de la pirámide se desplazaba verticalmente un coil móvil, una bobina eléctrica, formado por un alambre de oro enrollado sobre una madera aislante. Al subir y bajar generaba un efecto pulsante en todo el campo electromagnético de la pirámide y podía inducir cambios en la frecuencia de vibración de toda la columna energética. El pozo se convertía en una cavidad resonante.
En las cuatro esquinas superiores del obelisco virtual todavía están unas gruesas vigas de madera dispuestas a 45 º para servir de enganche y permitir a la bobina desplazarse verticalmente. La bobina eléctrica permitía controlar la longitud de las ondas producidas. Las frecuencias de vibración aumentaban al elevarse la bobina hasta llegar a la amplificación máxima. La bobina controlaba el momento de descargar la energía acumulada en las moléculas de cuarzo de la pirámide, en ceremonias programadas, que por razones de equilibrio, hacían en los días del equinoccio.
Los Sacerdotes egipcios probaron que las pirámides son objetos en perpetuo movimiento y que todo movimiento se puede transmutar en energía.
El último paso fue construir el sofisticado muro perimetral y todas las obras de la superficie, las capillas falsas, el Patio de las Serpientes, mientras la representación del faraón Djoser observaba desde su sitio privilegiado.
A esta enorme máquina cuántica diseñada por Imhotep se le dedicó un gran esfuerzo en tiempo, recursos humanos y materiales, retribuyendo con creces a la sociedad la inversión realizada.
El vórtice fue utilizado para acelerar el desarrollo espiritual de los discípulos de La Escuela de Misterios de El Ojo de Horus, los que dirigieron el camino que elevó el nivel de conciencia de todo su pueblo. La energía taquiónica producida por la pirámide al elevar la frecuencia de vibración, acortaba la longitud de las ondas cerebrales, amplificando el poder mental y el campo electromagnético de la persona, su aura. Esto permitió a los iniciados acceder a niveles superiores del universo, pudiendo verificar la existencia de nuevas realidades, dando seguridad en el camino a toda su sociedad. Al sintonizarse en la misma frecuencia de seres más evolucionados, podían establecer comunicación y recibir información. Saqqara fue el primer centro de comunicación con las dimensiones superiores. Las pirámides tienen una tecnología cuántica que hasta ahora comenzamos a descubrir, una tecnología heredada por los egipcios de la desaparecida civilización atlante.
Saqqara es una muestra incomprendida de una tecnología que ni siquiera soñamos y que apenas comenzamos a vislumbrar. Tecnología controlada por la conciencia, dirigida al perfeccionamiento espiritual de todo su pueblo. El enorme circuito electromagnético produjo y aceleró las partículas de energía. Convirtió la energía estática en energía en movimiento para luego transmutarla en energía taquiónica.
En Saqqara utilizaron por primera vez sonido y campos electromagnéticos de manera simultánea para elevar la vibración de los iniciados con una tecnología que perfeccionaron en la Pirámide de Keops.
En el plano físico, utilizaron la energía producida por la pirámide para construir avenidas electromagnéticas y fenómeno de superconductividad. Sentaron las bases de la arquitectura con la utilización de bloques modulares de piedra. Demostraron su sensibilidad en el elaboradísimo muro exterior, en el muro del patio rematado por serpientes, en los refinados detalles arquitectónicos de la escenografía en piedra que disfrazaba a la máquina cuántica. Desarrollaron fórmulas químicas para fundir roca con alto contenido de cuarzo y baldosines de cerámica con los que forraron las sofisticadas galerías subterráneas. Utilizaron la escritura hieroglífica para tallar en piedra la manera como entendieron el universo. Su visión quedó plasmada en las leyes fundamentales que enunció Imhotep y que son la base de los conocimientos herméticos, masones, rosacruces y templarios. Imhotep escribió que toda causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa. Nada existe por casualidad sin causa, pues el azar destruiría el universo. Einstein, pensando en esto, dijo que Dios no jugaba a los dados.

3 comentarios:

  1. Como se aclaran conceptos con éstas lecturas, és magnifico. Se entiende que a Tesla le "suicidaran", porqué además de saber lo que sabia, quiso proporcionar electricidad gratuita para todos, para nosotros, la gente y como sabia como hacerlo, al poder economico, no le pareció conveniente.
    Como me llena ésta información tan detallada, és impagable el servivcio que haces con éste material.Muchas gracias !!

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  2. Albol paraiso estamos vienod lo mismo al mismo tiempo eso es frecuencia opino lo mismo que vos respecto del tema

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  3. desde tiempo en el tiempo ya mi mente conocia que el pasado es presente cuando escuadriñan todas las civilizaciones antiguas, pudiendo decifrar sus grandes legados,en el amor fraternal universal.gracias por permitir el desvelar los misterios antiguos aun presentes.

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