jueves, 12 de febrero de 2009

Espiritus Sufridores


1. ¿Qué significa la expresión “Espíritu sufridor”?
Es alguien preso a las impresiones y angustias de la vida física. Se siente perplejo y afligido, y
no es raro que sea inconsciente de su situación, vagando sin rumbo.

2. ¿Cuál es la utilidad de su manifestación?
Esos Espíritus se sitúan como sonámbulos, alienados de la realidad espiritual. En contacto con
las energías del ambiente y del médium, experimentan una revitalización y un despertar,
capacitándose para dialogar con el adoctrinador.

3. ¿Por qué “adoctrinador”?
En verdad, ese término es inadecuado, ya que, en base a su perturbación mental, la entidad no
tiene condiciones para recibir informaciones doctrinarias. Mientras, está consagrado por el
uso. El adoctrinador es alguien que conversa con los Espíritus manifestantes. Puede ser el
dirigente de la reunión o uno de los participantes, debidamente entrenado.

4. ¿Y qué hace el adoctrinador?
El primer paso es sacar al Espíritu del trauma, relacionado con el llamado “pasaje”. Si
desencarnó en un accidente, por ejemplo, conserva las impresiones del momento de la
muerte, sufre como quien vive indefinidamente un tormento. Hablando firme, con cariñosa
insistencia, procurará demostrarle que no está más en aquella situación. Se encuentra en un
puesto de socorro, fue medicado y está en recuperación.

5. ¿Y lo informará de qué murió?
Es el error cometido por muchos adoctrinadores. Llegan a recomendar al Espíritu: ¡Suba,
hermano! ¡Usted ya no pertenece más al mundo de los vivos!” ¿Subir adónde? ¡Una expresión
equivocada! El plano espiritual es una proyección del plano físico, una dimensión que
interpenetra la nuestra. Y decirle que murió podrá dejarlo en una situación peor. El susto será
grande.

6. ¿Cuándo será informado el Espíritu?
En el libro Y la Vida Continúa, psicografiado por Francisco Cándido Xavier, André Luiz explica
que debemos dejar al propio Espíritu que lo perciba. Él describe un hospital, donde los
pacientes están internados hace meses, sin conocimiento de que desencarnó. Eso no significa
que nunca debamos informarlo, pero que lo hagamos con carácter de excepción, cuando
sintamos que está “maduro” para encarar la realidad espiritual.
7. ¿Ese trabajo de asistencia no puede ser hecho por los mentores espirituales con mayor eficiencia?
Sí, cuando haya condiciones favorables. Ocurre que, cuando el desencarnado se encuentra en
perturbación, en la fase de adaptación a la vida espiritual, no tiene condiciones para percibir la
presencia de los mentores. De ahí la utilidad de la de la manifestación en el Centro Espírita.

8. Considerando la cantidad de personas que mueren, diariamente, en el Mundo, los grupos mediúmnicos probablemente no atienden ni a un por ciento de ese contingente. ¿Cómo quedan los demás?
Si alguien sufre una quemadura y no hay hospital para el tratamiento adecuado, el médico lo
atenderá en el consultorio, precariamente. Lo mismo ocurre con los desencarnados, cuando
están alineados de la realidad espiritual. Si no hay equipos mediúmnicos especializados, no por
eso dejan de ser socorridos por los mentores, pero sin el magnetismo humano de que carecen.
Por eso, grupos bien estructurados son puestos avanzados de asistencia. Atienden a una
minoría, hoy; atenderán una multitud mañana, a medida que se amplíen esos servicios.

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