viernes, 19 de noviembre de 2010

La Masturbacion



“¿Como encarar a la luz del Espiritismo la masturbación?”

Respuesta: La autora espírita Dalva Silva Souza, en su libro “Los Caminos de la Libertad”, afirma que la Naturaleza, sabiamente, asoció la sensación de placer a las actividades necesarias a la sobrevivencia de los animales: Alimentación, reposo y reproducción, exactamente porque esos seres precisan ser movidos para realizar esas actividades para que haya la auto preservación. Mientras, el hombre ha procurado coger el máximo de placer que pueda venir del sexo, aprovechándose sólo de las fuerzas instintivas localizadas en su ser, así como de todas las sensaciones nacidas de la irritabilidad que el complejo somático proporciona.

El Espíritu Emmanuel, en el libro “El Consolador”, psicografiado por Chico Xavier, nos orienta que, al revés de la educación sexual por la satisfacción de los instintos, es imprescindible que los hombres eduquen su alma para comprender lo sagrado del sexo.

El Espíritu André Luiz, en el libro “Misioneros de la Luz”, psicografiado por Chico Xavier, enseña que, entre las criaturas que se encaminan a la elevación, a la unión sexual traducen el intercambio sublime de las energías periespirituales, simbolizando un alimento divino para la inteligencia y para el corazón, y fuerza creadora no solamente para los hijos carnales, sino también de obras y realizaciones generosas del alma para la vida eterna.

El Espíritu Joanna de Angelis, en el libro “El Hombre Integral”, psicografiado por Divaldo P. Franco, afirma que el concepto de que “el hombre es un animal sexual”, es exagerado. Naturalmente, las herencias atávicas imponen al ser humano la fuerza del instinto sobre la razón, llevándolo a estados ansiosos o depresivos.

Todavia, la necesidad del amor le es superior. Por falta de una equilibrada comprensión de la afectividad, deriva para las engañosas sensaciones del deseo, en detrimento de las compensaciones de la emoción.

El uso indebido de cualquier función produce disturbios, desajustes, carencias que solamente la educación del hábito consigue armonizar. Al final, el hombre no es sólo un eje de sensaciones, es, también, de emociones, que puede y debe canalizar para objetivos que lo promuevan, en los cuales centralice sus intereses, motivándolo a esfuerzos que serán compensados por los resultados benéficos. La vida saludable en el área del sexo transcurre de la educación mental, de la canalización correcta de las energías, de la acción física, por el trabajo, por el deporte, por las conversaciones edificantes que proporcionan resistencia contra los derivados, auxiliando al individuo en la elección de actitudes que proporcionan bienestar donde quiera que se encuentre.

No basta satisfacer el sexo, pues toda hambre y sed, saciadas de momento, vuelven en ocasión propia. Cumple armonizarse emocionalmente, viviendo en paz de conciencia, aunque con algún hambre, perfectamente soportable, al revés de un constante conflicto de la insatisfacción derivada de la imaginación fértil, que programa placeres continuos.

Joanna de Angelis, en el libro “Amor, Imbatible Amor”, psicografiado por el mismo médium, recuerda que el placer legítimo deriva del amor pleno, generador de la felicidad, en cuanto lo normal es devorador de energías y de formación angustiante.

El placer se presenta bajo varios aspectos: orgánicos, emocional, intelectual, espiritual, siendo, ahora físico, material, y en otros momentos de naturaleza abstracta, estético, efímero o duradero, pero que debe ser registrado fuertemente en el psiquismo, para que la existencia humana exprese su significado.

Muchas personas consideran el placer solo como una expresión de lascivia, y se olvidan de aquel que es transmitido de los ideales conquistados, de la belleza que se expande en todas partes y puede ser contemplada, de las encantadoras alegrías del sentimiento afectuoso, sin posición, sin exigencias, sin el condicionamiento carnal.

En fin, la búsqueda intensa de los placeres físicos, sean proporcionados por la gula, por las drogas, por el ocio, o por el sexo exagerado, refleja un estado de espíritu aun muy preso a las sensaciones materiales, y distante de los valores espirituales.

Muchas personas consideran el placer solo como una expresión de lascivia, y se olvidan de aquel que es transmitido de los ideales conquistados, de la belleza que se expande en todas partes y puede ser contemplada, de las encantadoras alegrías del sentimiento afectuoso, sin posición, sin exigencias, sin el condicionamiento carnal.

Está lejos ya el tiempo en que se proclamaba que la masturbación conducía a la locura y al infierno. Normal en el adolescente que está descubriendo la sexualidad, frecuente en los corazones solitarios, el problema es que ella favorece la viciación, perturbando el psiquismo del individuo con una sexualidad exacerbada. Por otro lado compromete la sublimación de las energías sexuales cuando las circunstancias nos convocan a la castidad, invitándonos a canalizarlas para las realizaciones más nobles.

Que Dios bendiga nuestro propósito de entendimiento para ayudar.”

COMENTARIO:

¡¿Será que debemos desprender que el Espiritismo prohíbe toda la actividad sexual?!

De modo alguno. El Espiritismo nada prohíbe. Nos deja a nuestro libre albedrío, a la decisión consciente de cada uno la actitud a tomar. Se limita a dar orientación y a demostrar que actitudes mal tomadas dan intranquilidad e insatisfacción y nos coloca delante de la realidad y ventajas del uso consciente de la vida.

Todos tenemos presente que hay satisfacciones demasiado fugaces que merecerán un análisis profundo en el sentido de las satisfacciones o no, en detrimento de otras más duraderas.

diseccion de cadaveres


Curioso episodio relatado por el prof. Paul Gibier – Golpes invisibles contra el anatomista y un médium – Experiencia médiumnica en una sala de anatomía.
¿Cuál es la situación de los espíritus que ven sus cuerpos disecados en las salas de anatomía? Anualmente, en ciertas escuelas superiores, se celebran ceremonias religiosas especiales, para esos espíritus. Hoy mismo, los periódicos cuentan la celebración de la llamada "Misa del cadáver", en la Facultad de Farmacia de la Universidad de São Paulo. ¿Podría el Espiritismo explicarnos algo sobre el asunto, que naturalmente interesa a todos los espiritualistas?


"El Libro de los Espíritus", obra básica de la doctrina, nos informa acerca de las distintas situaciones espirituales del hombre, después de la muerte. En el capítulo sexto de la segunda parte del libro, Kardec insertó, como ítem cuarto, un "Ensayo teórico sobre la sensación en los Espíritus", que nos esclarece el problema. El espíritu consciente de su estado, pero preso a las sensaciones materiales y aún ligado al cuerpo, es afectado por lo que le hacen al cadáver, aunque no sienta los dolores físicos de la disección. Muchas veces se rebela y se encoleriza. Por eso mismo, antes de los trabajos de esa naturaleza, profesores y alumnos deberían reunirse en oración en favor de los espíritus que aún estuviesen ligados a los cuerpos que van a ser disecados.
Las ceremonias religiosas posteriores son homenajes, casi siempre simbólicas, mientras que las oraciones y vibraciones mentales anteriores constituirían ayuda eficiente. Sabemos muy bien que esto aún no es posible en el ambiente materialista en que vivemos. Sabemos también que muchos profesores y alumnos encogerían los hombros ante lo que estamos diciendo, por considerar nuestra actitud puramente supersticiosa y sin ningún fundamento científico.Sin embargo, así no piensan los grandes científicos que se interesan por las experiencias espíritas. Y algunos de ellos, como el prof. Paul Gibier, ex-internista de los hospitales de Paris, ayudante naturalista del Museo de Historia Natural y Oficial de la Academia, pueden ofrecernos datos curiosos al respecto.
En su ensayo sobre "Fisiología Trascendente", o "Ensayo sobre la ciencia futura", como él mismo lo llamó, el prof. Gibier nos cuenta lo que le sucedió en una experiencia psíquica realizada en la sala de anatomía. El libro en que aparece este relato tiene el título de "Análisis de las Cosas", lanzado en traducción portuguesa por la Librería de la Federación Espírita Brasilera. Uno de los más lúcidos y bellos trabajos sobre el Espiritismo, de orden científico, ya publicados en el mundo.
El prof. Gibier realiza sesiones, casi diariamente, por la noche, para hacer observaciones sobre "la fuerza anímica", en una sala de laboratorio próxima a los anfiteatros de disección de la Escuela Práctica de la Facultad de Medicina de Paris. Poco antes de la noche de una de las sesiones, realizara estudios de cirugía en un cadáver, en el laboratorio. Durante los trabajos, que debían producir fenómenos de materialización y efectos físicos, se consiguió muy poco. El médium se quejaba de influencias, que intentaban dominarlo. Al retirarse, — cuenta el prof. Gibier, — "de camino, por la calle Lhomond hacia la calle Claude Bernard, fuimos repentinamente agredidos por una lluvia de golpes, que oíamos y sentíamos muy bien, y que alcanzaban principalmente al médium".
Una semana después, se reunían nuevamente, el prof. Gibier y sus amigos, con el médium, en la misma sala. Apenas entraron allí, comenzaron los fenómenos físicos, de naturaleza violenta. Y poco después el médium era "tomado" por un espíritu vengativo, que intentó agredir al experimentador. Aún sin experiencia, el prof. Gibier llegó a trabar una lucha con el médium. Sin embargo, cuando recordó, por las instrucciones de una persona "muy al día con esas cosas", tomó una actitud diferente. A través de las vibraciones y de los pases, consiguió que la entidad se retirase, dejando al médium. Se trataba del espíritu del cadáver disecado, que deseaba vengarse de lo que consideraba una profanación.
Este ejemplo, que nos es dado por un médico, un sabio, un investigador concienzudo y leal, nos muestra que no estamos hablando de duendes o fantasmas y si de principios vitales, que no pueden ser olvidados por profesores y alumnos de medicina.
Dejemos que el propio prof. Gibier explique lo que hay de natural, de positivo, y no de imaginación y superstición, en este problema. "La vida, tal como la observamos, — dice el maestro, — se muestra en el punto de convergencia de tres principios. O, si prefieres: “El Espíritu animó la Energía y organizó la Materia, para hacer actuar una sobre la otra y dar vida al ser".
En otras palabras, en términos de la Doctrina Espírita: El Espíritu anima al periespíritu, cuerpo espiritual, y este organiza el Cuerpo u organismo material. Al disecar un cadáver, estamos lidiando con una parte del ser, que, lejos de encontrarse extinto, permanece en todo su poder energético y espiritual. Podemos hacerlo en beneficio de la ciencia, pero no podemos olvidar el respeto que nos merece el ser espiritual a él ligado.
Tomado del libro “El Hombre Nuevo” de José Herculano Pires.

Gen Humano


“El conocimiento de los genes va a acabar de una vez por todas con los argumentos racistas”, declaró Craig Venter, uno de los científicos que ha impulsado el mapa del Genoma Humano.

Este ambicioso proyecto revela que los seres humanos somos más similares aun de lo que se creía y también más próximos al resto de las criaturas de lo que nunca se había pensado.

Francis Collins, el otro gran impulsor del proyecto desde el Instituto del Genoma Humano, una iniciativa pública, aseguró que todo el equipo científico está “encantado con lo descubierto, pero también preocupado”.

Collins ha definido el momento que atraviesa la genética como el “final del principio”, porque se ha logrado el gran paso esperado durante décadas, aunque ese logro ha abierto un horizonte sin límite a la investigación médica.

El mapa del Genoma se ha permitido descifrar y ordenar la información contenida, en forma de genes, dentro del ADN, la doble hélice del acido desoxirribonucleico, que forma los cromosomas y las instrucciones para la formación de las células. Pero en definitiva, entre las lecciones de humildad que el conocimiento del genoma ha aportado está la de que todos los seres humanos, de cualquier raza, compartimos un mismo y antiguo código y el color de la piel o las diferencias físicas apenas tienen relevancia.

¡La Humanidad no es tan compleja como se creía!

El ser humano no es un organismo tan especial como se suponía y comparte numeroso material genético, no sólo con el resto de los mamíferos, sino con microorganismos tan simples como la levadura.

Estamos formados por tan sólo unos 30 mil genes, un tercio de lo que pensábamos hasta hoy.

Según los datos revelados por los científicos del Proyecto Genoma Humano (PGH), que presentaron los primeros análisis descifrado del mapa de la vida, nuestros genes ( 30 mil aproximadamente) representan tan sólo 1% más que los ratones o un tercio más que los de la lombriz intestinal.

El ser humano comparte también mucho material genético con organismos extremadamente simples, como la levadura (una quinta parte) o con la mosca del vinagre, la mitad.

Mucho de los genes con los que cuenta el ser humano, proveniente de intercambios con bacterias en fases muy tempranas de la evolución. De hecho, según el PGH, es uno de estos genes intercambiados” el que hace a una persona propensa a la depresión.

Lo que nos diferencia de esos organismos más simples, es el modo en el que funcionan nuestros genes, más complejos y con un mayor número de ellos dedicados a “controlar” las funciones del resto.

En este punto particular podría jugar una diferencia fundamental el material genético conocido como “ADN basura”, que forma el 97% del genoma – los genes componen el restante 3% - y cuya función se desconocía hasta ahora.

Los científicos creen que este “material basura” puede desempeñar un papel importante de la transmisión de información entre los genes o de protección de estos.

(Extraído del Boletín Perseverancia, de Bolivia.)