martes, 24 de febrero de 2009

El Ojo De Horus 1°Parte "La Escuela de Misterios"


La Escuela De Misterios

Esta historia comienza antes de la destrucción total causada por el diluvio universal, cuando aun existía otra civilización sobre la tierra, la que hoy convertida en leyenda llamamos La Atlántida.
Tenían una sabiduría producto de la evolución de la conciencia del hombre durante miles de años, de las verdades comprendidas sobre el funcionamiento del universo en el proceso que llamamos vida. El estudio de las constelaciones les reveló que la humanidad era una unión viviente entre el cielo y la tierra, que las estrellas y los soles la afectaban formando estaciones, ciclos y ritmos.
Sabios sacerdotes de la Escuela de Conocimiento de Naacal en la Atlántida, descubrieron que el planeta estaba en los momentos finales de uno de estos ciclos. Advirtieron, sin ser oídos, que una catástrofe inminente destruiría las estructuras que organizaban la vida del hombre. Sin apoyo del grueso de la población, construyeron unos pocos barcos cerrados por todos los lados y los protegieron con campos electromagnéticos de fuerzas que podían penetrar y disolver la materia. Dirigidos por el sumo sacerdote Chiquitec Arelich Vomalites subieron a bordo con sus familias, unos pocos instrumentos, algunos animales domésticos y hacia el este se alejaron de La Atlántida.
El planeta se estremeció, los cielos se derritieron y las aguas arrasaron los continentes borrando casi todo rastro de su civilización. Como evidencia en dos lugares muy cerca a Egipto se encontraron unas gigantescas losas de piedra llamadas megalitos que por su enorme tamaño, peso y difícil ensamblaje demuestran una tecnología desaparecida, seguramente de la civilización atlante.
La primera evidencia está en Baalbek, Líbano. Allí se encuentran las tres losas cortadas de piedra más grandes y más pesadas del mundo. Son llamadas los Trilitones. Cada gigantesca losa pesa 1200 T, mide 25 m de largo, 8 m de ancho y 5 m de alto. Hoy el peso más grande que se puede levantar con una grúa, el transportador espacial Discovery sólo pesa 150 T, 1/10 parte del peso de los Trilitones. Hoy no existe la tecnología para levantarlas y mucho menos para colocarlas con tan extrema precisión. Fueron movidas a su lugar desde 3 Km. de distancia donde fueron talladas y donde aun se encuentra una losa de igual tamaño que nunca fue utilizada por los constructores originales.
La misteriosa plataforma, por su enorme tamaño se convirtió en un sitio sagrado para las futuras culturas que después del diluvio se asentaron en la zona. Asirios, persas, griegos y por último romanos construyeron sus templos más importantes sobre la plataforma.
La segunda evidencia está en Jerusalén, la ciudad sagrada para tres religiones. Allí existen otros de estos megalitos, unas gigantescas losas de piedra cada una con un peso mayor a 800 T. Por su enorme e inexplicable tamaño, también se convirtieron en sitios sagrados alrededor de los cuales creció Jerusalén, forman parte de la enorme plataforma que sostuvo al templo de los judíos y que hoy soporta a la Mezquita de El Aksa y el Domo de la Roca. Las losas son parte de los cimientos del mismo Muro de los Lamentos. Hoy se llega hasta allí por un túnel que descubrió las enormes piedras.
Los megalitos de Baalbek y Jerusalén formaban parte de construcciones desaparecidas por el cataclismo universal, lograron permanecer en el sitio por ser tan masivas. Este cataclismo destruyó la civilización Atlante. Sucedió alrededor del año 10.900 AC cuando el sistema solar atravesaba la Constelación de Leo y quedó registrado en los libros sagrados de todas las culturas del mundo. Cuando el equilibrio se recuperó, los sacerdotes sobrevivientes al cataclismo desembarcaron en el centro de la superficie terrestre, en el sitio donde sabían que confluyen las fuerzas telúricas del planeta.
Esperaban utilizar estas fuerzas para impulsar el pensamiento del hombre, construyendo masivas formas piramidales que resonaban, concentraban y transformaban la vibración fundamental del planeta en energía. Seres muy avanzados espiritualmente, tenían un concepto de progreso que no estaba basado en la adquisición de comodidades materiales sino en lograr la paz y la armonía interior, en transformar un limitado hombre animal en un superhombre. Estos sacerdotes, en un momento que llamaron el Zep Tepi ,el tiempo nuevo, vieron resurgir de las aguas un largo y estrecho oasis, una fértil tierra rodeada por un desierto protector bordeando un largo río. Lo llamaron Egipto, la tierra que emerge de las aguas, el país de un solo río, el Nilo. Con las mejores condiciones para gestar una nueva civilización.
Los sacerdotes vieron al cataclismo como una oportunidad para orientar a la humanidad hacia un destino más alto y estructuraron en este nuevo ciclo una sociedad dedicada al perfeccionamiento espiritual. La Esfinge nos muestra los enormes ciclos de tiempo que consideraban en sus planes. Su forma de león con cabeza de hombre resalta el ciclo comprendido entre la Era de Leo y la de Acuario los tiempos de influencia de la nueva civilización. Veían la vida como un proceso diseñado por Dios en el que el hombre reencarna sucesivamente para perfeccionarse y ascender en la jerarquía del universo. El espíritu del hombre que no comprende al Creador ni la razón del universo ni de su propia existencia, se encarna en el cuerpo para tener experiencias que le permiten adquirir sabiduría y comprensión.
En el sitio donde reencarna y experimenta todo tiene dos extremos opuestos. Es un universo polarizado y dual que permite la comparación entre las partes para comprender cual es verdad. Se aprende a vivir en carne propia el resultado de cada decisión y comportamiento en la vida. El sufrimiento permite entender la felicidad, la angustia permite entender la paz. A lo largo de muchas vidas, de comparar los dos extremos se comprende que lo único verdadero está en el centro, en la neutralidad del amor. A través de la reencarnación el hombre comprende poco a poco, se transforma en un ser respetuoso de todo lo que existe, comprende que todo tiene su función, acepta que todas las circunstancias, aun las más difíciles son perfectas, que son lecciones para el perfeccionamiento espiritual.
Vida tras vida, el hombre va ascendiendo de nivel, tiene más información, permanece en paz y armonía, maneja más energía vital, se transforma en un ser tolerante y respetuoso que accede a mayores poderes. Comprende que en el universo dual, en las circunstancias contradictorias, lo único que no tiene polaridad es el amor. El amor es neutro, como Dios.
Con el Zodíaco de Denderah enseñaron que este proceso de aprendizaje toma a cada espíritu un ciclo cósmico, 12 eras zodiacales, un giro completo del sistema solar recibiendo las radiaciones de cada una de las constelaciones. Durante estos 25.920 años reencarna 700 veces en distintos cuerpos. Lugares, tiempos, circunstancias, condiciones y personalidades. En cada vida aprende algo distinto, cada vez más influenciado de distinta manera por las fuerzas que irradian las estrellas. Así, todo ser vivo cumple un ciclo cósmico en el que recibe la energía de las doce constelaciones, la influencia de los cielos que marcan ritmos y producen distintos estados. Conociendo la relación de este proceso de aprendizaje de las vidas del hombre en la tierra, con el movimiento del planeta y del sistema solar a través de las constelaciones rigieron sus planes por las estrellas. Estructuraron un método para revelar información sobre Dios, el universo y el proceso de perfeccionamiento durante miles de años. Una forma para mostrar al hombre qué es la vida y para qué existe. Establecieron unas fases para revelar información sobre Dios a su pueblo, unas etapas que cambiarían con las eras zodiacales en la bóveda celeste. Epocas dedicadas a estudiar cómo Dios creó el universo y luego la conciencia del hombre. Cada fase de la revelación estuvo dirigida por un centro religioso que se construyó a lo largo de la columna vertebral de Egipto, el Nilo. Actuaron como las chakras o centros de transformación y distribución de energía e información al cuerpo del país.

Desarrollaron en cuatro épocas cuatro centros religiosos, cada uno dedicado a explicar y lograr comprensión en el pueblo sobre una fase del génesis. Cada uno dedicado a un momento distinto del único Dios, con nombres y formas simbólicas distintas. El primer centro religioso fue establecido en Annu, llamada Heliópolis por los griegos, al comenzar la era de Géminis en el año 6.620 AC en la época pre-dinástica de Egipto. Una era dedicada a la simetría en el arte y en la arquitectura. Fue dedicado a revelar información sobre las características, cualidades y significado de un Dios absoluto, el único Dios, la Causa Original, el Todo, al que llamaron Atum Ra, la unidad homogénea, estática, antes de manifestar el universo.
El segundo centro religioso fue establecido en Memfis, al comenzar la Era de Tauro, en el año 4.460 AC. Fue dedicado a revelar información de otro momento de Dios, cuando manifiesta al universo, los planetas y los soles, cuando activa su voluntad, su energía divina y crea la materia. Llamaron Ptah a esta característica creadora de Dios. Durante esta época se nota la influencia de Mentu el toro que representa la Era de Tauro en todo Egipto, aun en los nombre de los faraones.
El tercer centro religioso fue creado en Hermópolis, dedicado a Thoth. Así llamaron al único Dios cuando multiplica la creación sobre la tierra con la diversidad de la naturaleza, las plantas y los animales. El cuarto centro religioso fue establecido en Tebas, con la llegada de la época de Aries el Ram, en el año 2300 AC. Fue dedicado a revelar información sobre las características, cualidades y significado de Dios cuando crea a su imagen y semejanza la conciencia del hombre, lo llamaron Amon-Ra. En esa época se da el momento culminante de la civilización. Se construyen cientos de templos donde las figuras de carneros predominan y los faraones incorporan Amon y Ram a su nombre.
Los cambios de era o constelación zodiacal determinaron la duración de cada fase de la revelación. El pueblo comprendió, poco a poco, que existe un solo Dios, que por sus características y momentos distintos en que crea el universo y al hombre, tiene nombres distintos. Crearon una Escuela de Misterios para transmitir su conocimiento, garantizando sacerdotes sucesores de su casta que continuaran el proceso de revelación. Alrededor de los templos y centros religiosos desarrollaron el país. En su interior se dedicaron a transformar a los iniciados en seres respetuosos, capaces de guiar a su pueblo y manejar las fuerzas fundamentales de la naturaleza. Escogieron sus discípulos entre todos los niños de Egipto por el nivel de conciencia y sensibilidad que demostraban, dándoles la posibilidad de dedicarse a una vida de sacerdocio. Recibieron información sobre el proceso de perfeccionamiento a través de la reencarnación, sobre Dios y el universo. Les enseñaron ciencias, arte, religión y filosofía.
Los entrenaron a ejercitar su autocontrol, aprendieron a conservar su energía vital, a comprender la importancia del respeto y el libre albedrío, acelerándoles el proceso evolutivo.
Los convirtieron en los sucesores de su casta, sacerdotes con el conocimiento del poder que éste produce y la misión de guiar al pueblo en un camino de perfeccionamiento general.
Se han encontrado estatuas de sacerdotes, unas saliendo de un cubo, otras representados como escribas, seres con el conocimiento. A unos pocos le adicionaron a su nombre la palabra Hotep que significa sabio, como Ainhotep Amenhotep, hijo de Afu, como reconocimiento a su sabiduría. Es en los templos donde concentraron el conocimiento, el poder, la riqueza material y espiritual. Desde allí impulsaron la organización desde la nada de la civilización egipcia. Utilizaron El Ojo de Horus como símbolo de esta cerrada organización de sacerdotes que dirigió los destinos de Egipto por miles de años, desde las sombras detrás del faraón.
La Escuela de Misterios utilizó El Ojo de Horus como su símbolo. Una firma que aparece en los muros de todos los templos de Egipto. Un símbolo trae a la mente, evoca lo comprendido de su forma, su acción principal, transmite una idea de manera muy simple, más allá de las palabras. Su significado puede ser entendido miles de años después de haber sido dibujado. Los ojos son el sentido del sol, el origen de la vida. Actúan percibiendo su luz y las vibraciones de color, transmiten a la mente la intensidad y la fuerza del fuego. Los ojos son las terminaciones nerviosas que perciben la voluntad divina, la intensidad de la luz, la fuerza de Dios, que los egipcios llamaban Phi. La fuerza que condensa el espíritu en la materia dando lugar al universo, el sitio de experimentación de la conciencia. Son los únicos nervios que salen a la superficie del cuerpo y que podemos observar en su funcionamiento vital. Florecen dentro de esferas llenas de un líquido blanco cristalino. Los ojos simbolizan la dualidad, el ojo izquierdo es solar, sensible a lo negativo. El derecho es lunar, sensible a lo positivo y afirmativo. Cruzan su información para producir la imagen mental correcta del espacio. Simbolizan la experimentación de la conciencia en un universo de contraste para encontrar la verdad por comparación entre Las partes opuestas. Reaccionan a la luz activa del sol, produciendo en la mente la verdadera luz, la energía vital luminosa, una luz invisible que hace posible la inteligencia y la comprensión de la realidad. Los pájaros evocan la acción de volar, la libertad sin limitaciones materiales. El halcón es el pájaro que mejor ve. Horus, el halcón, representa el espíritu cuando completa su aprendizaje en la vida mortal y limitada. Cuando comprende las verdades del universo porque las ha verificado en muchas vidas y se eleva sobre las limitaciones materiales, sobre el tiempo y el espacio. El Ojo de Horus es la conciencia inmortal que todo lo sabe, que todo lo ve. Puede volar muy alto sobre todo lo que existe o fijar su atención en cualquier detalle. Evidentemente los sabios sacerdotes se veían como los observadores y los guías de un proceso de perfeccionamiento hacia la luz. Por eso, su símbolo era el Ojo de Horus, el ojo que todo lo ve.

Desde los templos los sacerdotes de El Ojo de Horus guiaron en paz y armonía el perfeccionamiento espiritual del pueblo, revelando información sobre Dios, el universo y el proceso que sufre la conciencia del hombre. Protegidos del exterior por altísimos muros, cada templo era un enorme complejo donde vivieron miles de personas, hombres y mujeres por igual, pues no había distinción de sexo. Dedicaban por lo menos 21 años de su vida a recibir información y entrenamiento para convertirse en sacerdotes o sacerdotisas. El proceso de aprendizaje se realizó en distintos templos, donde permanecían por largos períodos mientras recibían la información que contenían. El entrenamiento correspondiente a ese nivel y las pruebas de auto control para avanzar al siguiente nivel en otro de los templos sobre el Nilo.
Cada templo fue una biblioteca viva con información especializada. Cada uno tenía una lección distinta sobre el universo o la razón de la existencia. Cada templo contenía en su interior un tema sagrado distinto, con información que da sentido a todo lo creado. El nivel básico se realizaba durante los primeros 7 años, cuando recibían información general sobre el universo y entrenamiento para manejar los centros energéticos más bajos del cuerpo.
Tenían templos como el de Kom Ombo dedicados a entender la necesidad de un universo dual y polarizado para permitir a la mente comparar entre extremos opuestos y así comprender qué es verdad. En su interior aprendieron a controlar el miedo a perder, a entender que se tiene lo que corresponde en cada vida para vivir las experiencias de aprendizaje que se necesitan. Tenían instalaciones para despertar el miedo a la muerte, aprender a controlarlo y entender que la muerte es sólo un paso a otra experiencia de aprendizaje. En túneles con agua y cocodrilos, grandes alturas, sitios cerrados con serpientes, los iniciados probaban su determinación. Allí recibieron información para superar el miedo al ser abandonado, los instintos de agresión y defensa. A entender la existencia de programas mentales inconscientes que generan reacciones automáticas para poder controlarlos. En el Templo de Luxor, en Tebas, se transmitieron los conocimientos que tenían sobre el funcionamiento del cuerpo y entrenamiento para lograr que la conciencia no se identificara con él. El templo entero era como un organismo humano, cada salón representaba un órgano con información en sus muros sobre su función principal, el beneficio que el organismo total obtenía al realizarla y su relación con otros órganos. En su interior realizaron ejercicios de concentración y de movimiento, guiando su mente a cada órgano, hasta que hicieron consciente el cuerpo entero y lo manejaron a voluntad como un excelente instrumento.
Varios templos con sacerdotisas de Nephtys e Isis estaban dedicados a transmitir información y entrenamiento sobre las percepciones físicas, las emociones y deseos carnales del cuerpo. Su diferencia con las emociones superiores, la intuición y la inspiración.
Aprendieron a transmutar las pasiones y las sensaciones del cuerpo con el poder del espíritu, a elevar su conciencia y su vibración vital, a solicitar canalizar la energía e inspiración de espíritus en planos más evolucionados para despertar su creatividad.
Muchos templos como el de Hathor en Denderah, estaban dedicados a las ciencias, a la astronomía, a la astrología y a las matemáticas. En su azotea se dedicaron a registrar los cielos, a entender las distintas energías que emite cada constelación y los efectos que produce. Siguieron día a día los designios de las estrellas, controlando la duración del año solar, la fecha exacta del desbordamiento del Nilo, el momento en que la tierra cambió de la Era de Tauro a la de Aries, los ciclos que afectan el proceso de evolución. Luego de recibir información dirigida a la razón y entrenamiento para controlar sensaciones, emociones y pensamientos, dedicaban otros 7 años al lado derecho del cerebro, a la inteligencia del corazón, a encontrar la diferencia entre el pensar y el meditar. El templo de Karnak, el más grande de Egipto, estaba dedicado a la conciencia, a analizar las fuerzas que la moldean, a entender el proceso de evolución y a acelerarlo utilizando la concentración en conceptos, palabras, sensaciones, puntos exactos o movimientos. Aprendieron a concentrarse en sí mismos a diferenciar entre él yo superior y el ego, a identificarse con un ser u objeto externo hasta sentir y transformarse en lo que se piensa. Realizaron ejercicios de telepatía en cercanía física, luego a distancia en un momento determinado del día hasta aprender a comunicarse mentalmente en cualquier momento. Recibieron información sobre el tiempo y entrenamiento para vivirlo como un eterno presente. Entendieron que pensar es comparar para conocer y que cuando todo se sabe ya no se piensa ni se compara. Aprendieron a cambiar de estado o nivel vibratorio, a manejar las circunstancias externas, logrando el equilibrio emocional como una decisión mental interna.
Cada templo contenía 3 niveles de información. Era una manera para revelar información simultáneamente a hombres con distintos niveles o estados evolutivos.
El primer nivel transmitía información básica dirigida al pueblo. Cada templo contaba una sencilla historia llena de símbolos y personajes fantásticos, un drama sagrado fácilmente comprensible. Las ideas eran expresadas como mitos en forma de historia. El mito, la historia fantástica, fue utilizada como un método para revelar al hombre un mundo que sólo entiende imperfectamente. Los mitos cobran vida con sólo creer en ellos. Inventaron personajes con características simbólicas con formas que traen a la mente su función y actividad principal que participaban en sencillas historias, parábolas que cuentan verdades sobre la naturaleza humana sin lo árido o lo abstracto de la filosofía o la metafísica. El pueblo recibió información sobre cada tema sagrado al escuchar la historia central de cada templo, al conocer las debilidades y fortaleza de cada personaje, las circunstancias que atraviesa y la manera como se resuelven.
Utilizaron un segundo nivel de información dirigido a los discípulos, seres con un nivel espiritual más elevado y a los que se les explicaba directamente el mismo tema sagrado de una manera más concreta y profunda. Para ello utilizaron las escenas descriptivas del mito talladas en los muros del templo, se les explicaba cada personaje, lo que simboliza en el universo, la parte del proceso de perfeccionamiento que representa, él por qué de su forma, su comportamiento y su función principal. La sabiduría de los sacerdotes de El Ojo de Horus es evidente en la historia que cuenta cada templo, en las formas que utilizaron como símbolos. El sólo verlos, trae a la mente la acción vital que representan, con la cualidad que se gana al hacerla. Al utilizar hombres con cabeza de animal como símbolos los transforman en ideas que evocan la característica vital del animal, traen a la mente la función que el animal cumple en el universo. Un hombre con cabeza de chacal adquiere sus características, su instinto de orientación en el desierto, siguiendo sus huellas siempre se llega a tierra cultivada. Es entonces, un excelente guía. Cada símbolo evoca una comprensión. La forma simple de un pájaro evoca en la mente el vuelo, la libertad. Un disco solar sobre la cabeza de un hombre habla de su claridad, de la sabiduría que irradia, de la información que tiene, del nivel de su conciencia.
Estudiaron detenidamente los animales e insectos. Así recolectaron un profundo conocimiento sobre su vida, sobre su actividad principal, sobre sus características vitales, los hábitos que desarrollaba para lograrlo, su dieta alimenticia, la duración de su gestación, sus hábitos sexuales, el sentido principal de su existencia. Escogieron los animales más idóneos para representar una acción vital y lo que logra el universo cuando se ejecutan. El proceso del gusano que se arrastra y teje para luego transformarse en mariposa. Entre todos los pájaros, el halcón es el que mejor ve. Tiene un cerebro óptico con la vista más perfecta y desarrollada. Por eso es escogido como símbolo para representar esa función vital, el sentido de la vista. Una figura humana con cabeza de halcón es un ser que todo lo ve, que domina el panorama, viendo perfectamente cada uno de los detalles en los que enfoca su atención.
Estas figuras llamadas dioses o Neters por los egiptólogos que creen que Egipto era panteísta y que adoraba a los animales, sólo representan una acción vital, un comportamiento que transforma y perfecciona. Cada acción importante de la vida tiene un símbolo que la representa, comunica la transformación que ocurre en la esencia del individuo que la ejecuta, lo que se obtiene. Un par de brazos indican adoración, unas piernas, la acción de caminar; una boca, la acción de hablar.
Y por último, en un tercer nivel de información, cada templo guardó un código secreto embebido en el símbolo mismo, sólo conocido por los altos sacerdotes y maestros con información sobre fuerzas y energías fundamentales, cómo controlarlas y utilizarlas para prestar servicio a su pueblo. En templos como en el de Horus en Edfu, el sumo sacerdote dirigió a los discípulos más evolucionados a desplazar su conciencia en el tiempo, abriendo el inconsciente para revivir y comprender las vidas pasadas en su proceso de reencarnación.
El sumo sacerdote siempre fue un ser muy avanzado en el camino espiritual, no se identificaba con el cuerpo, conocía perfectamente su funcionamiento y que energías utilizar para equilibrarlo. Controlaba desde su centro nervioso en la corona, él más alto nivel de energía vital, permanecía en un eterno presente irradiando amor, guiando y sirviendo con su divino poder.
La materia sólo recibe, se contrae, el dar es radiar, es una característica vibracional del espíritu. Los seres de cada nivel reciben y transmiten a los niveles inferiores. En sus salones entendieron que la realidad está compuesta de siete niveles de energía vibracional, siete corrientes energéticas con siete distintos niveles de poder o fuerza. El cuerpo tiene siete chakras o centros de transformación de la energía fundamental del universo. Cada ser humano en su vida presente utiliza uno de esos siete centros, dependiendo del nivel de evolución de su conciencia. A mayor comprensión del universo, más respeto. Más alto el chakra o centro nervioso que utiliza para transformar la energía, mayor cantidad de energía procesa diariamente y más poderes trascendentales tiene. El sumo sacerdote podía controlar las fuerzas fundamentales por el altísimo nivel de energía vital en que permanecía su organismo. Su sistema neural tenía una resistencia correspondiente con ese nivel de energía.
Así, en todos los templos de Egipto, los iniciados recibieron información y entrenamiento. Aumentaron paulatinamente su nivel de energía vital y de manera correspondiente el nivel de resistencia de los nervios de su cuerpo. Aprendieron a mantenerse en paz, armonía, a respetar todo lo que existe, a aceptar la perfección del universo para conservar sus niveles de energía vital en el camino de perfeccionamiento que lleva a la omnipotencia, al control de fuerzas y energías superiores. Una intensa preparación física, mental y espiritual que terminaba con el momento que terminaba con el momento de experimentar la totalidad y la nada, lo manifestado y la inmanifestado y recibir en una pirámide una poderosa energía que permite vislumbrar el séptimo nivel de conciencia. Durante la Era de Tauro se dedicaron a experimentar con una forma piramidal de tecnología resonante que transformaba las vibraciones del planeta en energía, un conocimiento heredado que había de llevar a la práctica.
Colocaron masivas formas piramidales que pesaban millones de toneladas en puntos neurálgicos sobre la malla electromagnética del planeta. La masa piramidal que contenía millones de partículas de cuarzo, vibraba con la tierra produciendo energía por la fricción de sus moléculas en un fenómeno que hoy llamamos piezoeléctrico. Construyeron muchas pirámides hasta llegar al modelo que funcionaba perfectamente en la Pirámide de Keops. En sus corredores, galerías y cámaras, transformaron esa energía en sonido, haciendo vibrar en niveles cada vez más altos el iniciado física, mental y espiritualmente preparado. Esta fuerza impulsaba a la mente del hombre a percibir otras dimensiones, logrando estados especiales de conciencia. Con esta ayuda externa, los iniciados vislumbraban el séptimo nivel de conciencia. Regresaban recordando el éxtasis obtenido, las verdades verificadas, para transmitirlas a sus compañeros con sus palabras y acciones. En sus meditaciones posteriores, obtendrían nuevamente ese estado de unidad sin movimiento, hasta que se consolide esta situación definitivamente y se encuentren de manera permanente en estado de Dios-hombre, siempre radiando energía positiva de amor.
Los conocimientos sobre las formas puras del universo, los bloques básicos con los que se organiza la energía y la materia fueron fundamentales para el desarrollo de la civilización egipcia. Hoy llamamos a esas formas puras sólidos platónicos. Cinco polígonos con sus lados y ángulos iguales, basados en triángulos equiláteros, la forma divina que no tiene tensiones. Utilizando estas formas, pudieron producir efectos de resonancia y concentración energética para elevar la percepción de la conciencia, para lograr efecto de superconductividad con los que se anula la fuerza de gravedad. Hoy se ha descubierto que el planeta tiene puntos neurálgicos llamados nodos diamagnéticos, donde se puede controlar la fuerza de gravedad del planeta y producir fenómeno de superconductividad. La superconductividad permite amplificar o disminuir la fuerza de gravedad. Al aumentar el peso de las losas de piedra se enterraban como cimiento sin necesidad de excavar para lograrlo. Al disminuirla, las hicieron livianas para empujarlas y moverlas fácilmente desde lejanas canteras.
En la isla de Sehel se encontraron hieroglífos con fórmulas e ingredientes para producir una especie de concreto que parece roca. Científicos franceses lo han descifrado parcialmente. Sus experimentos confirman que se trata de geopolímeros que al solidificarse producen un tipo de piedra. Esto explica la facilidad para hacer juntas tan exactas entre las piedras de sus templos, logrando utilizar los bloques ya fundidos como formaleta de los nuevos.
Pero lo más importante fue su visión de que la vida es un proceso diseñado por Dios para ampliar la conciencia del hombre, que el espíritu del hombre se encarna repetidamente en un cuerpo para comprender la armonía por los resultados de sus decisiones. Al vivir muchas vidas con experiencias opuestas, de angustia y paz, de depresión y felicidad, de riqueza y pobreza, de salud y enfermedad, comprende la razón de su existencia y termina con las limitaciones materiales transformándose en un superhombre inmortal. Un ser que no pierde en la muerte la conciencia o la información acumulada. Un espíritu sabio al final de un proceso que sube otro peldaño más en la perfección del universo.

El hombre reencarna muchas veces, al principio su animalidad es dominante, la intolerancia y la agresión, determinan una vida de sufrimiento. Poco a poco se satura del dolor, y al buscar remediarlo, deja de atacar. Encuentra la paz y con ella altos niveles de energía vital. Con la información del proceso de perfeccionamiento y de las leyes que lo regulan, los egipcios mejoraron su vida, aceptaron los momentos difíciles como parte de su camino de aprendizaje, logrando permanecer en paz y armonía. Los templos revelaron cómo hombres en un mundo de dolor podían transformarse en seres sin limitaciones físicas, con conocimientos para transmutar la materia y trasladarse libremente en el tiempo y en el espacio. En medio de las contradicciones de cada vida se aprende algo y se renace un poco más sabio. En la polaridad entre la luz y la oscuridad, entre el miedo y el amor, se aprende a encontrar la paz y la armonía, a mantener la energía vital.
Al experimentar en carne propia los tormentos y la angustia que producen la ira, el odio, el rencor o la venganza, se comprende el valor de la armonía. Al comprender que cada decisión produce paz o sufrimiento se puede pasar del infierno de la vida al cielo de la misma. El pueblo entendió que todas las acciones de la vida diaria, pescar, sembrar, cosechar, son una manera de acercarse a Dios, de ser más perfectos cada día, lograron una comunicad en paz y una felicidad tal que cuando el historiador griego Herodoto visitó Egipto en el año 500 AC no pudo menos que afirmar: “de todas las naciones de la tierra los egipcios son los más felices, sanos y religiosos”. Sin embargo, no tenían una palabra en su idioma que significara religión, no veían ninguna diferencia entre lo sacro y lo mundano. Se veían como los encargados de comprender que Dios, el universo y el hombre forman una unidad manifestada por amor.
Todos los hombres avanzan por un camino de perfeccionamiento que toma muchas vidas. Unos están más evolucionados que otros, pero todos llegarán a la inmortalidad y a la conciencia permanente, sólo aprendiendo a ser flexibles, a aceptar las circunstancias y a respetar a todos los seres que nos rodean. El camino puede ser de sufrimiento o de paz y armonía, depende que se valore lo que se tiene y se agradezca la oportunidad de estar vivos para tomar conciencia que fuimos creados por amor.

(Escuela del Misterio)

La Cremación


¿El espíritu desencarnado sufre cuando su cuerpo es quemado? ¿Cuáles son los motivos que están haciendo cada vez más un número mayor de personas a optar por la cremación? ¿Qué aconseja el Espiritismo?

Cuando se estudia el comportamiento de la Humanidad a lo largo de los milenios, se observa la nítida preocupación del hombre con su futuro después de la muerte. Un individuo es declarado oficialmente muerto en el momento que cesan sus funciones vitales. Como cada grupo recibe la herencia social y religiosa de las tradiciones cultivadas por las generaciones anteriores, cabe a los miembros del grupo que el individuo pertenece cumplir los ritos tradicionales hasta la instalación definitiva del cuerpo en su morada.

INHUMACIÓN Y CREMACIÓN

La Inhumación es el ritual más practicado. Consiste en el entierro del cadáver en un nicho, generalmente en el cementerio de la comunidad. La cremación, es el acto de quemar el cadáver reduciéndolo a cenizas colocadas en una urna y enseguida sepultadas o esparcidas en un lugar previamente determinado. Sin embargo, conocida y practicada desde la más remota antigüedad por los pueblos primitivos de la Tierra no es muy utilizada.
El fuego pasó a ser utilizado por el hombre en la Edad de Piedra Fragmentada y, por su pureza y actividad, era considerado por los Antiguos como el más noble de los elementos, aquel que más se aproximaba a la Divinidad. Con la eclosión de la religiosidad, el ser humano fue descubriendo que había algo entre el Cielo y la Tierra y el fuego pasó a ser utilizado en rituales religiosos.
Predominaba la creencia que al quemar el cadáver, con él serían quemados todos sus defectos y al mismo tiempo el alma se liberaría definitivamente del cuerpo, llegando al cielo purificada y no volvería a la Tierra en forma de "apariciones" asustando a los vivos.
La cremación tuvo como base la fuerza purificadora del fuego. En los últimos tiempos, en todo el continente europeo han sido encontradas vasijas del Periodo Neolítico (Edad de la Piedra Pulida), llenas de cenizas de los individuos. Esos indicios revelan que la cremación ya era practicada en los principios de la Civilización de la Tierra.
Con el paso de los siglos la cremación se fue volviendo una práctica consagrada en el oriente (India, Japón, etc.), regiones de Grecia y la Antigua Roma donde vivían civilizaciones adelantadas que utilizaban el proceso gracias a los "status". Entre los pueblos ibéricos se hizo un rito generalizado, precedido de músicas, bailes y hasta banquetes. Con estas ceremonias se esperaba obtener actitudes benévolas de los dioses, buscando conducir las almas al Reino de los Muertos y allí cuando llegara sería recibida y cuidada con cariño.


LA INFLUENCIA DEL CRISTIANISMO

La evolución natural de la Humanidad y el ciclo iniciado con Jesús hace 2000 años modelando una nueva mentalidad, influenciaban sensiblemente en las costumbres culturales y religiosas de los pueblos. Con la expansión del cristianismo, en el intento de solidificar la fe, se fueron estableciendo dogmas, entre ellos, el de la Resurrección. Jesús, como descendiente de una de las doce tribus de Judá, fue sepultado conforme las tradiciones de la Ley Mosaica. La Iglesia proclamó como Dogma de fe que el Mesías resucitó en cuerpo y alma.
Con excepción de los países orientales donde la práctica es normal, el rito de la cremación quedó olvidado hasta el año 1876, cuando en Washington, en los Estados Unidos, en el intento de verificar el proceso, fue establecido el primer horno crematorio de los días actuales, provocando polémicas y controversias, sobre todo de la Iglesia que se posicionó contra la destrucción voluntaria del cadáver. Sólo a partir de 1963, mediante la propagación del proceso en diversos países del planeta, el Vaticano a través del Papa Pablo VI presentó una abertura, pero no posicionándose claramente cuando se expresó que no prohibía la cremación, pero recomendaba a los cristianos, piadosa y tradicional costumbre de la sepultura. La Iglesia tuvo sus razones para defender la Inhumación. Probar plenamente la cremación sería negar el dogma por ella establecido.
En esa secuencia histórica se observa que en la cultura religiosa de todos los pueblos siempre flotó una nebulosa noción de espiritualidad y en ella la preocupación del hombre con su destino después de la muerte. Hasta que a mediados del siglo XIX, el francés Allan Kardec, codificador de la doctrina espírita, lanzó una nueva luz en los horizontes mentales del hombre cuando entreveía un mundo de inteligencias incorpóreas.

Los espíritus son los seres inteligentes de la Creación que habitan ese mundo. Simples e ignorantes en su punto de partida, caminan para el progreso indefinido reencarnando sucesivamente. En la encarnación, la unión entre el periespíritu y el cuerpo es hecha a través de un cordón fluídico. Siendo la existencia terrena una fase temporal, después del cumplimiento de la misión moral, con la muerte del cuerpo físico, el espíritu vuelve a su lugar de origen conservando la individualidad.


LA DESUNIÓN NO ES SÚBITA

Los lazos que unen el espíritu al cuerpo se deshacen lentamente. De una forma general todos sienten esa transición que se convierte en un periodo de perturbaciones variando de acuerdo con el estadio evolutivo de cada uno. Para algunos se presenta como un bálsamo de liberación, en cuanto que para otros son momentos de terribles convulsiones. El desligamiento sólo ocurre cuando el lazo fluídico se rompe definitivamente.
Delante de la Nueva Revelación presentada por la doctrina de los espíritus y teniendo en consideración la perturbación que envuelve el periodo de transición, se preguntó: ¿incinerado el cuerpo cómo es la situación del espíritu? Consultado, el mundo espiritual se expresó así: "Es un proceso legítimo. Como espíritu y cuerpo físico estuvieron unidos mucho tiempo, permanecen hilos de sensibilidad que precisan ser respetados".

Esas palabras revelan que aunque el cuerpo muerto no transmita ninguna sensación física al espíritu, sin embargo, la impresión de lo ocurrido es percibida por este, teniendo la posibilidad de surgir traumas psíquicos. Se recomienda a los adeptos de la doctrina espírita que desean optar por el proceso de incineración prolongue el acto en un tiempo de 72 horas, después de la desencarnación.

Aunque la Inhumación continúe siendo el proceso más utilizado, la milenaria cremación, por mucho tiempo olvidada, volvió a ser practicada en los tiempos modernos. Este procedimiento se viene difundiendo ampliamente hasta en función de la falta de espacio en las grandes ciudades. Con el crecimiento de la población las áreas que antes eran destinadas para ser un cementerio se volvieron escasas.


CREMACIÓN: UNA CUESTIÓN DE ECONOMÍA

Adeptos de todas las sectas están optando por la operación de la incineración. Sus partidarios se fundan en diversas consideraciones. Para algunos está ligada a factores sanitarios, porque algunos cementerios pueden estar causando serio daño al medio ambiente y a la calidad de la vida de la población, en cuanto que para muchos usuarios de la cremación el proceso disminuye los encargos básicos económicos, entre ellos, la manutención de la tumba.

Actualmente Brasil cuenta con cuatro áreas de cremación y está en fase de expansión. El área de la Vila Alpina, en la ciudad de San Pablo, fue fundada en 1974. Es la primera área de cremación del país y cuenta con cuatro hornos importados de Inglaterra. Pertenece a la Prefectura Municipal y lleva el nombre de su idealizador, Dr. Jayme Augusto Lopes. Las otras tres áreas son particulares y están localizadas en la ciudad de Santos, en el Estado de Río de Janeiro y en Estado de Río Grande del Sur.
Según la Ley, la cremación sólo será efectuada después de pasar 24 horas, contadas a partir del fallecimiento y, que sean atendidas las exigencias prescritas. La prueba relativa a la manifestación del fallecido en ser incinerado debe estar expresada en una Declaración de documento público o particular.
Las cenizas resultantes de la cremación del cuerpo serán recogidas en una urna individual y la familia dará el destino que el fallecido
determinó. Muchos países ya cuentan con Jardines Memorables y edificios llamados "Columbarios", con unas cajas para ser depositadas las urnas con las cenizas de los fallecidos pudiendo ser visitadas por los parientes.

Kardec, el codificador dijo: "El hombre no tiene miedo de la muerte sino de la transición".

A la medida que hubiera madurez y comprensión para la extensión de la vida, el ser humano sabrá valorar cada momento de la vida terrena y dedicará al cuerpo el debido valor que él merece. A través del cuerpo, el espíritu se iluminará. Se rescata el pasado, se vive el presente y se prepara el futuro. En la desencarnación es restituida la libertad relativa al espíritu en cuanto el cuerpo permanece en la Tierra con otros bienes materiales.
El espíritu preexiste y sobrevive al cuerpo. Tanto inhumación como cremación son formas de acomodar el cadáver. Expresan el libre albedrío de cada uno. Los procesos destruyen el cuerpo. Para optar por la cremación es necesario tener un cierto desapego a los lazos materiales e incluso con la inhumación, en el caso que el espíritu no estuviese debidamente preparado moralmente, menos dolorosa será la separación.

(Artículo de Maria Aparecida Romano)

Curación por la mente


Todo es cuestión de mantener la mente calmada, la espina dorsal erecta y el corazón tranquilo, cantaba Walter Franco en los años 70, en lo que era una síntesis del modo de vida hippie. Hoy esos versos cabrían en un informe médico. Investigaciones recientes dan respaldo científico a una creencia que fue divulgada en Occidente por quienes propagaron la vivencia de la paz y el amor, y que está en la base de filosofías orientales milenarias — la de que una mente apaciguada ayuda a prevenir enfermedades, acelera la recuperación física y hasta logra la curación. Lo contrario también se reveló verdadero. Pensamientos y sentimientos negativos contribuyen para la manifestación de molestias y dificultan el restablecimiento de un enfermo. Rencor, hostilidad, resentimientos y angustia pueden estar en el origen de disturbios cardíacos, hipertensión, depresión, ansiedad, insomnio, jaquecas e infertilidad.
Más allá de eso, el peso de los sentimientos ruines debilita el sistema inmunológico, permitiendo que el organismo se torne un blanco fácil de infecciones, alergias y enfermedades como la artritis reumática. A partir de esa constatación, los investigadores resolvieron examinar a fondo los métodos de perfeccionamiento mental que, hace poco más de dos décadas, venían embalados en un aura de puro misticismo, yoga, meditación y relajamiento y que ahora son objeto de innumerables estudios con respecto a su eficacia terapéutica.
Hasta el momento, las conclusiones son bastante positivas. "Después de analizar rigurosamente el alcance de esas técnicas, pasamos a utilizar tales métodos como línea auxiliar de algunos tratamientos", dice el psicólogo José Roberto Leite, coordinador de la Unidad de Medicina del Comportamiento de la Universidad Federal de São Paulo.
Uno de los mayores investigadores del poder de la mente sobre la salud es el cardiólogo norteamericano Herbert Benson, de la Universidad Harvard, autor del libro Medicina Espiritual.
Investigaciones conducidas por él muestran que, en promedio, 60% de las consultas médicas podrían ser evitadas, si las personas usasen su capacidad mental para combatir naturalmente las tensiones causantes de problemas físicos. La meditación, demuestra Benson, figura entre las maneras más efectivas de fortalecer. La mente. (…)

"Se debe orar para tener mente sana en cuerpo sano"

El célebre proverbio "mens sana in corpore sano" (mente sana en cuerpo sano), atribuido al poeta latino Juvenal, del inicio de la era cristiana, resumía una convicción de los médicos de la Antigüedad —la de que existía una estrecha relación entre pensamientos y emociones y salud orgánica. Tal noción perdió fuerza en Occidente en el siglo XVII con la aparición del racionalismo exacerbado, que separó la mente del cuerpo. Lo que hacen los médicos actuales es recuperar esa antigua percepción. Poca gente sabe que la frase entera de Juvenal, en verdad es: "Se debe orar para tener mente sana en cuerpo sano". Este detalle gana relevancia porque los científicos se muestran ahora muy interesados en saber cuál es el impacto de la fe en la actividad mental. Uno de los más famosos estudios sobre el asunto es de autoría de Andrew Newberg de la Universidad de Pennsylvania. Él demostró que el trance religioso interfiere en el funcionamiento de ciertas estructuras cerebrales. Newberg, monitoreó, a través de tomografías computarizadas y usó de contraste, el momento exacto en que monjes budistas y monjas católicas mostraban estar en contacto con lo que consideraban una esfera divina — ellos, por medio de la más profunda meditación: ellas, por medio de fervorosas oraciones. El investigador notó una desactivación casi total del área del cerebro responsable por el sentido de orientación. Eso es consecuencia de la sensación placentera de que uno se está desprendiendo del cuerpo físico. Este desprendimiento cerebral captado por Newberg es la prueba material más cercana posible al nirvana budista y éxtasis de los que la literatura católica está repleta. Desde el punto de vista médico, una de las grandes ventajas de las técnicas que trabajan la mente es que no existe contraindicación. "Pero es importante dejar claro que ningún especialista serio minimizaría la importancia de los remedios", dice el cardiólogo Herbert Benson. Según él, la longevidad y el bienestar de las personas están basados en una tríada: remedios (por ejemplo, no existen substitutos para la penicilina); cirugías (la única salida para una gran cantidad de problemas) y los cuidados personales (que incluyen ejercicios para el cuerpo y para la mente).
O sea, la medicina preventiva prescribe ahora no solo dieta y gimnasia, sino también el cultivo de las emociones y de los pensamientos positivos.

(Artículo de Anna Paula Buchalla)

domingo, 22 de febrero de 2009

El Matrimonio en el Mas Allá


1-¿El matrimonio es planificado en el Mas Allá?
Generalmente la unión matrimonial implica una armonización que no sólo involucra a la pareja, sino también a los Espíritus que reencarnarán como hijos. Obviamente, es preciso planificar.

2- ¿Lo hacen los propios interesados?
Eso sería lo ideal, ya que tendemos a encarar con mayor seriedad los compromisos que asumimos por iniciativa propia. Sin embargo, no siempre los Espíritus que reencarnan tienen suficiente madurez y discernimiento para ello. La planificación queda por cuenta de mentores espirituales.

3- ¿ Un eventual segundo matrimonio, también obedece a una planificación?
Cuando los compañeros de la vida conyugal se separan de forma irreversible, en virtud de conflictos insuperables, es justo que procuren recomponer su vida afectiva, buscando una nueva experiencia. Si hay seriedad en la intención y no mero ejercicio de promiscuidad sexual, tan frecuente en los días actuales, los mentores espirituales pueden ayudarlos en ese propósito y orientan una nueva unión.

4-Si existe una sucesión de problemas o conflictos ¿habrá siempre nuevas planificaciones?
Los mentores procuran ayudarnos, al mostrar caminos, pero jamás son conniventes con nuestros desatinos. La sucesión de uniones indica la incapacidad de asumir compromisos y de convivir. En estos casos, es natural que se aparten y retiren los escudos de su protección para que los tutelados aprendan con sus propios errores.

5-¿Por tanto lo ideal seria «soportar» al cónyuge para merecer el apoyo de la espiritualidad?
Ese es, tal vez, el mayor equívoco. Las personas «soportan» al cónyuge por amor a los hijos o respeto a la religión, olvidándose de que están juntos para armonizarse, al aprender a convivir fraternalmente. Eso implica el cambiar de pronombre en el verbo de la acción conyugal: de la primera persona del singular, yo poseo, yo quiero, yo hago, hacia la primera del plural: nosotros podemos, nosotros queremos, nosotros hacemos. Cultivar el individualismo en el matrimonio es condenarlo al fracaso.

6-¿Sería eso suficiente para ser felices?
Hay algo más. Las personas esperan que el matrimonio salga bien para que sean felices, sin comprender que es preciso que sean felices para que el casamiento salga bien. Un corazón amargado, un carácter impertinente, una vocación hacia la agresividad, todo eso amarga la existencia y nos hace incapaces de convivir, particularmente en el hogar, donde no existen las máscaras de la sociedad.

7-¿Cómo alcanzarla felicidad con un matrimonio exitoso?
Hay que tener siempre presente que la felicidad no está subordinada a la satisfacción de nuestros deseos ante la Vida, sino al empeño por atender lo que ella espera de nosotros. No se necesita mucho para ello. Basta observar la lección fundamental de Jesús: haced a nuestro semejante el bien que deseamos que él nos haga. Funciona admirablemente cuando se trata de armonizar a las personas, particularmente en el hogar.

(Reunión Mediumnica, Centro Espirita de Brasil, 2007)

Sobre la Incorporación


1.¿Qué es la mediumnidad de incorporación?
Aunque consagrado por el uso, ese término es erróneo. Sugiere que el Espíritu manifestante entra en el cuerpo del médium para transmitir su pensamiento, lo que no ocurre. Nuestro cuerpo es inalienable, no es posible de tener substituto o de, eventualmente, albergar a un Espíritu. Como mucho, podemos decir que el médium “incorpora” las impresiones, ideas y sensaciones de la entidad.

2. ¿Cuál sería el término adecuado?
Kardec habla de médiums parlantes. No se expandió en Brasil. Se usa la expresión psicofonía. También está equivocado, sugiere que estaría hablando el alma del médium, algo más próximo al animismo. No obstante, tanto incorporación como psicofonía están consagrados por el uso.

3. ¿Todos los médiums psicofónicos trabajan de forma idéntica?
Obviamente, todos transmiten el pensamiento de los Espíritus por la palabra articulada. Lo que varia es la profundidad del trance mediúmnico. En este aspecto podemos dividir la psicofonía en tres tipos: consciente, semiinconsciente e inconsciente.

4. ¿Cómo distinguirlos?
El médium consciente se conserva despierto, captando el pensamiento del Espíritu y transmitiéndolo por la palabra articulada. El médium inconsciente entra en trance más profundo y se aparta del cuerpo; el comunicante puede manifestarse de forma más directa, como si hubiese una verdadera incorporación. En cuanto al médium semiinconsciente, reúne algo de las otras modalidades. El trance no es tan profundo que produzca la inconsciencia, ni tan superficial que lo mantenga plenamente despierto. Mal comparado, diríamos que el médium consciente piensa para hablar; el inconsciente habla sin pensar; el semiinconsciente piensa y habla simultáneamente.

5. ¿Por qué, siendo la psicofonía inconsciente más auténtica, es tan rara en la actualidad?
Ocurre que, aunque más adecuada a la experimentación, es problemática. Generalmente el médium duerme al inicio de la reunión y despierta al final, sin envolverse, sin un compromiso con las labores mediúmnicas. Si no tuviera cuidado, podría ser conducido por mistificadores.

6. ¿No tiene control sobre las manifestaciones?
Debe de tenerla. Aun, si no estuviese atento a sus responsabilidades, y realmente integrado en la labor mediúmnica, permanecerá en estado de sopor que inhibirá cualquier posibilidad en ese sentido.

7. ¿El ideal sería el médium semiinconsciente?
No se trata de la modalidad ideal, y sí del médium ideal, aquel que esté convencido de sus responsabilidades, asumiendo los compromisos inherentes a ese servicio.

8. Se nota que en la actualidad los médiums, en mayoría, son consciente. ¿Es una tendencia?
Sí. Aunque implique una mayor dificultad para el médium, él sale beneficiado. La psicofonía consciente exige mejor envolvimiento con el estudio, la disciplina, la reforma íntima, habilitándolo a transmitir con mayor eficiencia las manifestaciones, sean de obsesores, sufridores o mentores.

Sobre la Videncia


1.¿Cómo definiríamos la videncia?
Conforme ocurre, frecuentemente, en nuestro idioma, el término videncia tiene varias acepciones. Vidente es todo aquel que ejercita el sentido de la visión, utilizando los ojos. Es, también, el que adivina el futuro, el dotado de la visión a distancia, el individuo perspicaz…Bajo el punto de vista espírita, es la persona que ve el mundo espiritual.

2.Personas en estado de perturbación, enfrentando problemas existenciales o de salud, no es de extrañar que tengan videncia. ¿Es una facultad a ser desarrollada?
No necesariamente. Así como ocurre en relación a otros fenómenos envolviendo el mundo espiritual, la persona podrá tener videncias en hechos de una superexcitación psíquica. Después de someterse al tratamiento espiritual, tenderá a desaparecer.

3.Es común que los pacientes terminales comenten presencias de familiares desencarnados. Los médicos dicen que se trata de alucinaciones, determinada por la debilidad. ¿Será eso?
La Medicina tantea en esas cuestiones, dando las explicaciones reducidas, esto es, reducir todos los fenómenos envolviendo el cerebro. Lo que ocurre es que, con el aflojamiento de los lazos que prenden al paciente terminal al cuerpo, se agudiza la percepción espiritual. El pasa a tener visiones relacionadas con la presencia de familiares desencarnados. Estos acostumbran a asistir a sus amados, en el retorno a la vida espiritual. Esteban, el primer mártir del Cristianismo, experimentó ese fenómeno. Abierta su visión espiritual, cuando expiraba, apedreado, percibió la presencia de Jesús, que vino a ampararlo.

4.¿Cualquier persona puede desenvolver la videncia?
Con entrenamiento adecuado y determinadas disciplinas y ejercicios es posible coger experiencias elementales en ese sentido. Para que el fenómeno ocurra de forma más intensa, es fundamental que exista la facultad.

5.El médium describe una gran catarata y un inmenso río, o un grupo de caballeros. ¿Cómo es posible formarse esas imágenes en pleno recinto de la reunión?
Hay dos tipos de videncia, la objetiva y la subjetiva. La subjetiva surge en la mente del médium, como una imagen ideoplástica o idealizada. Entonces, cuando él dice que está teniendo esas visiones, se trata de algo que se formó en su tela mental.

6.¿Cuál es la utilidad de ese tipo de videncia?
Atienden a las ideas sugeridas por los mentores espirituales, a las cuales el médium reviste, en la forma, de acuerdo con su cultura y conocimiento, con riqueza mayor o menor de detalles. Surgen como simbolismos. Compete al grupo interpretar.

7.¿Es la videncia objetiva?
El médium contempla el ambiente espiritual y a los Espíritus presentes. En estado más claro, el médium llega a ver con los ojos abiertos, sin concentración o trance. Jesús tenía esa facultad. En varios pasajes evangélicos lo vemos hablando con Espíritus perturbadores, ordenándoles que se apartaran de sus víctimas. Chico Xavier también poseía esa videncia, transmitiendo con frecuencia recados de desencarnados a sus familiares presentes en las reuniones donde participaban.

8.¿Sería útil contar con un médium vidente en la reunión mediúmnica, para ayudar al adoctrinador?
Es algo complicado, considerando que la mayor parte de las videncias son subjetivas. Incluso los que tienen la visión objetiva pueden equivocarse, no es de extrañar, bajo la influencia de Espíritus astutos que los envuelven. Y la interferencia del vidente, en pleno proceso de adoctrinación, puede confundir al adoctrinador. Es preferible que las informaciones de los videntes sean hechas después del final de la reunión, ayudando en la evaluación de las comunicaciones. En cuanto al adoctrinador, sus mejores fuentes de referencia son la intuición, el conocimiento y la práctica.

Jesús ¿Ya reencarnó en la tierra?


1– ¿Hubo reencarnaciones anteriores de Jesús?
Jesús no reencarnó. Fue, más apropiadamente, un Espíritu encarnado. Vivió en la Tierra una única encarnación.

2 – ¿No estaba, entonces, vinculado a la Humanidad?
Nadie más vinculado que él. Es, conforme revela Emmanuel, en A Camino de la Luz, psicografía de Francisco Cándido Xavier, el gobernador de nuestro planeta. Tiene la tarea de conducir las colectividades que aquí evolucionan

3 – ¿Desde cuándo?
Según Emmanuel, desde que la Tierra se desprendió del Sol, masa de fuego incandescente, existe hace aproximadamente cuatro billones quinientos millones de años. A propuesta de Dios, Jesús fue convocado por el Creador para esa elevada misión.

4 – ¿Fue creado puro y perfecto?
Sería una injusticia si Dios crear a Espíritus puros y perfectos, mientras nosotros, en la Tierra, venimos trabajando hace milenios. Jesús está donde llegaremos un día, pero estuvo, un día, donde estamos hoy. Vivió su aprendizaje en otros lugares, en otros mundos.

5 – ¿Hay quien diga que Jesús evolucionó en línea recta, sin los desvíos que caracterizan el comportamiento humano. ¿No estaría ahí el origen de su elevada posición junto al Creador?
Los desaciertos son parte de nuestro aprendizaje. Aprendemos con los propios errores, observada la ley de causa y efecto. Un Espíritu que «subiera en línea recta» sugiere que no fue creado simple e ignorante, como está en El Libro de los Espíritus; presupone que hay algo que lo distingue de los demás. Eso es tan absurdo como la teoría de las gracias, de la teología ortodoxa, según la cual Dios tendría sus elegidos.

6 – Si Jesús es nuestro Gobernador, Espíritu puro y perfecto, propuesto por Dios, ¿por qué dejó sus elevadas atribuciones y se sometió a las limitaciones impuestas por la encarnación? ¿No podría enviar mensajeros que orientasen la Humanidad en su nombre?
Eso lo ha hecho siempre. Los Espíritus iluminados que vienen a la Tierra, vanguardistas del Bien y de la Verdad, son enviados suyos, que se manifiestan en el seno de todas las culturas y de todas las religiones.

7 – ¿Por qué vino, entonces?
El mensaje cristiano se sintetiza en el Amor, ley suprema de Dios. Fue el momento culminante en la historia humana. Natural, por tanto, que el gobernador del planeta decidiese traerlo personalmente, a fin de presentarla y ejemplificarla en plenitud.

8 – ¿No sería más oportuno que Jesús hubiera encarnado junto a los que detentaban los poderes del Mundo? Como hijo del César, por ejemplo, ¿no habría mayor facilidad para hacer resonar su mensaje en el alma de los pueblos?
Es inútil hacer propaganda del amor o pretender imponerlo de arriba hacia abajo, a partir de las cátedras y de los palacios. Para ser diseminado él pide la fuerza del ejemplo e infinita capacidad de darse en favor del bien común. Fue junto al pueblo, viviendo sus dramas, condoliéndose de sus limitaciones, que Jesús pudo demostrar la fuerza redentora del amor. Por eso, será recordado para siempre como la mayor figura de la Humanidad, alguien muy grande que se hizo pequeño para enseñar que amar es sinónimo de servir.

(Richard S.)

Amar hasta el dolor


Adiestramiento materno
La noche estaba tranquila y algunas nubes sueltas, plateadas por la luna de setiembre, corrían con apacible tranquilidad por el límpido cielo. En el caserón de Don Genaro, hombre que había emigrado muy joven de Italia, reinaba inmensa alegría para toda la familia y parientes cercanos.
Cristina, joven bellísima, contaba con diecisiete años y se casaba con Jamur, muchacho jovencito y muy presentable, pero un poco suelto de bolsillo para sus gastos, que mal había conseguido algunos muebles de pino para armar su casa. Jamur, descendiente de sirios, no fue bien recibido por Genaro y algunos miembros de la familia. Genaro deseaba un partido mejor para Cristina, tan linda de ojos y de cutis de porcelana, que parecía pétalos de rosas. Genaro casaba a su última hija, y conforme decía: “pagaba todo doble”.
De acuerdo a la tradicional fertilidad de la raza italiana, tenía once hijos; tres hombres, fuertes y bien dispuestos y ocho mujeres, siendo Cristina la última en casarse. Don Genaro, que así gustaba que lo llamaran, tenía setenta años de edad y esperaba pasar el resto de su vida sosegadamente, junto a su esposa Carolina. Mientras tanto, hasta el presente, ese placer le fue imposible alcanzarlo, pues a medida que aumentaban los yernos, las nueras y los nietos, se le creaban nuevos compromisos que no le dejaban cumplir ese sueño dorado de la vida apacible de abuelo.
Alrededor del gran caserón de don Genaro, como queriendo matizar la fiesta, los árboles llenos de flores, exhalaban delicados perfumes, que hacían el ambiente muy encantador. Las mujeres corrían, de un lado para otro, preparando lo necesario para la comida, abrían cajones, armarios y a su vez destapaban botellas. De la cocina provenía un aroma apetitoso del “rissotto” condimentado al gusto italiano, que a su vez se mezclaba con el olor de los lechones y pollos, por un lado, más los asadores que en fila abrasaban los costillares.

-¡Quien desea vino, lo tiene en la heladera; quien no agrada del vino, tiene “chopes” en el barril, allá en el patio! -avisaba don Genaro, todo eufórico.

Se demostraba muy feliz cumpliendo como anfitrión, haciendo gala de sus abundantes recursos, en forma un tanto ingenua:

-Ustedes, ¿qué hacen ahí? -exclamaba, a la vez que las señalaba con el dedo, mientras que las mujeres no le prestaban la mínima atención.
- ¿Quién dijo que va a faltar comida? ¡Miren bien! ¡Porque en mi casa no va a faltar nada, y la gente se va a enfermar de tanto comer!

Doña Carolina sacudía la cabeza, como censurando a su marido, mientras le decía, en tono muy decidido:

-¡Genaro, vaya para adentro, hombre de Dios! ¡No se meta en la cocina, que son cosas de mujeres!

Se preparó para responder desaforadamente, cuando de pronto vio la figura encorvada del viejo turco Abrahán, que llegaba por detrás de la casa; después de haber saludado a los presentes, Genaro le sonrió jocosamente mientras asomaba un brillo sádico en sus ojos, pues el turco Abrahán, siempre conforme y bueno de genio, era el hilo a tierra de su carga sarcástica. Pero también era su mejor amigo y compañero para jugar al “truco”, “tres siete” y a la “escoba de quince”. Ambos pasaban los sábados por la tarde y los domingos, jugando en el fondo de la casa, mientras bebían vino del bueno y pellizcaban queso, aceitunas y algunos “bocadillos” preparados por la familia de don Genaro. Genaro miró atentamente al viejo Abrahán, vestido con ropa negra y se notaba, fuera de lo común, que se había peinado de tal forma, que sus cabellos estaban extremadamente duros. Don Genaro, lo volvió a mirar en dos oportunidades, examinándolo detenidamente, de arriba abajo. Después en un tono juicioso, largó la acostumbrada sorna, diciendo:

-¡Esto sí que está bueno! ¡Tuve que casar a la Cristina, para que vos tomaras un baño y te cambiaras de ropas! -Y resonó una intencionada risita, mientras el turco encogía los hombros, indiferente y acostumbrado, aparentemente satisfecho por aquellas ironías, que nada tenían de injurias, pero demostraban una amistad sincera. Don Genaro también vestía un traje negro, que olía a naftalina, amenazando romperse a causa del cuerpo voluminoso de su dueño. Su rostro, estaba arrebatado por causa del buen vino.

Acostumbraba a meterse las manos en los bolsillos del pantalón, tal como lo hacía cuando iba a ver las corridas de caballos. Estaba muy alegre con el bullicio de la gente, sintiéndose dueño de aquel gran motivo que a todos hacía felices, dado que era su última piedra colocada en la obra de su vida.

- ¡Papá! Saque las manos de los bolsillos. ¡Qué costumbre, censuró Clarita, la penúltima de las hijas casadas, que pasaba riendo delante de él con una bandeja de aperitivos.

El viejo se dio vuelta con tono brusco, pero al reconocer a su hija, apenas se dio por enterado.

- ¡Ah! ¡Sí! ¿Por qué no mandas a tu marido?

Y con gesto de desafío y molestia, encajó aun más las manos en el pantalón.

-La fiesta de Cristina, está sobresaliente -comentó el turco Abrahán sacudiendo la cabeza y mirando insistentemente la hilera de los asadores, que en ese momento el entendido clavaba el pinche reiteradamente sobre los lechones y pollos asados.
-¡Así es, hombre! -contestó Don Genaro, con amplia satisfacción. Y, eso que es un casamiento de gente pobre, de mucho trabajo. Conmigo no se da el caso que ningún convidado se vuelva a su casa con hambre y hable mal de la fiesta. Gusto de ver comer a la gente hasta que reviente, pues casamiento sin holgura, es comienzo de vida miserable.

Hablaba con tono petulante y capaz de escandalizar a cualquier persona extraña, que no le conociera su tono de chanza.

-Yo no voy a esos casamientos de alta sociedad -continuó diciendo, donde dan una copa de vino, unos pastelitos pequeños y unos bombones, para terminar. -Y, riendo ampliamente, sarcástico, sumamente divertido, y lleno de alegría continuó:
-Después del casamiento de los “finos”, dicen que los invitados, al terminar la fiesta, se van al restaurante a reforzar la dieta recibida.

Minutos después, las mesas estaban abarrotadas de alimentos. Comenzaron sirviendo la famosa “menestra”, sopa hecha con queso “parmesano” rallado -tan al gusto italiano, acompañado de pan casero y manteca fresca. Después la gustosa mayonesa de nuevo, aderezada con el exquisito aceite italiano, aceitunas, papas fritas, etc., etc. Finalmente tocó el turno a los costillares, pollos y lechones asados. Acompañando a los suculentos platos, se agregó ensaladas de tomates, lechuga, palmitos, pepinos y coliflor en conserva, reforzadas con aceitunas preparadas a la griega. La mesa daba para hartarse y el vino blanco, preparado por Don Genaro, hacía la delicia de los comensales.

- ¡Qué diablos de gente! -gritaba Don Genaro. ¿Dónde está la cerveza?

¿Escondieron los refrescos de uva, naranja y maracujá, para las mujeres y los niños?
Después que se terminó la prolongada comida, se colocaron las sillas contra la pared, rebatieron las mesas improvisadas con tablas de pino, para dejar el lugar previsto para el baile.
Don Lorenzo, el acordeonista avezado y de más renombre de los alrededores, se preparó para sus ejecuciones musicales, cuando Don Genaro, lo interrumpió:

-Vamos Lorenzo, toque algo bueno, que sirva para bailar de verdad. Toca algunos “chotis” para los amigos madrileños, unas “polkas” de las mejores y las “cuadrillas”, en vez de esa música que sólo se compone de “zambas”, “tangos” y “fox-trots”.

Lorenzo echó una mirada a los jóvenes y vio la cara de desagrado que las palabras de Don Genaro había ocasionado, al recomendar esa música anticuada para ellos. En un gesto compenetrado de artista y autoridad en la materia, replicó decisivamente:

-Los chotis y las polkas vendrán después, cuando los viejos quieran bailar; ahora vamos a tocar el vals para los novios y seguidamente, música para los jóvenes.

Cruzó las piernas, indiferente a la cara de desagrado de Don Genaro, inclinó la cabeza sobre el “acordeón” y “comenzó a tocar, mientras Jamur y Cristina, tomados del brazo y de la cintura comenzaron a bailar el vals. Como los novios habían decidido viajar muy temprano para la hacienda del “Rosedal”, se despidieron en lo mejor de la fiesta. Buscaron a Don Genaro y lo encontraron con el tío Clemente, bastante tocado por el vino y cantando desatinadamente una cancioneta italiana. A su alrededor estaban los amigos, de su edad, con los ojos llenos de lágrimas, recordando a su vieja Italia, la patria querida.
Don Genaro al despedirse, no pudo con su espíritu mordaz, diciéndole a Jamur, en un tono paternal, pero algo inquisidor:

-Debe asentar cabeza. ¡La vida de casado no es ir de fiesta!

Después, retribuyendo el abrazo cariñoso de Cristina, secó sus lágrimas en un pañuelo rosado, exclamando, serio y conmovido:

- ¡Dios te acompañe, hija mía, que seas muy feliz! -De repente, un poco alarmado, pasó la mano por la frente de Cristina y le preguntó: Cristina, ¿tienes fiebre?
-¡No es nada papá, es por los nervios del día!

La fiesta se prolongó hasta el amanecer. El cielo límpido anunciaba un día hermoso y lleno de sol. La suave brisa sacudía los árboles en flor, haciendo caer los pétalos suavemente sobre el césped. El caserón estaba casi vacío. Sólo quedaban algunos familiares y conocidos más íntimos, que intentaban tararear algunos pasajes de la ópera “II Trovatore”, donde Don Genaro hacía esfuerzos para hacer la parte de barítono. En ese momento estacionó frente al caserón un auto de alquiler, bajando Dogoberto, yerno de Don Genaro, aun con cara de sueño y con la fisonomía desencajada.

-¡Cristina está mal! -Dijo bruscamente-, Jamur la llevó a la Santa Casa. El caso parece muy serio.

La sorpresa y la desesperación quitó el brillo a los últimos encantos de la fiesta; y cuando los últimos parientes llegaron al hospital, Cristina estaba inconsciente y ardiendo a causa de la elevada fiebre. El cuerpo rígido y los pies extendidos, como si quisiera empujar algo hacia el frente. Los médicos le habían extraído un poco del líquido cerebroespinal y esperaban los exámenes del laboratorio. A las nueve de la mañana, y con dolorosa expectativa, el médico diagnosticó: ¡meningitis!
La desesperación se vio en todos los rostros de los familiares, pues Cristina era muy querida por todos sus familiares y vecinos. Cuando el médico le informó a Don Genaro, que su hija podría salvarse, pero que su cerebro quedaría perturbado, o paralítica para el resto de su vida, el efecto del vino pareció disiparse, pues comenzó a llorar irremediablemente. Pero, su hija querida, era joven y muy sana, de muy buena sangre y contrariando todo lo que el médico había dicho, sólo quedó con el brazo izquierdo defectuoso.
Pasaban los meses y ella sufría decepcionada porque no tenía ningún síntoma de gravidez, cosa que la hubiera hecho muy feliz. Se prestó a toda clase de “tests” ginecológicos y exámenes apropiados al caso, dando por resultado, que no podría gestar, pues la meningitis le había afectado los elementos y genes responsables para tener hijos. Después de dos años de esterilidad, ella y Jamur decidieron adoptar una criatura y fueron a escogerla en la “Maternidad Víctor de Amaral”. Era un niño fuerte, con unos pocos días de vida. Don Genaro, fanático por el “bel canto”, escogió para el niño, el nombre de Manrique, en honor al personaje principal de “II Trovatore”.

El niño creció sano, y de una belleza algo rara, muy afable de genio, tenía un singular parecido a Cristina, que le daba el toque de ternura y amor. Desgraciadamente, al regresar de una fiestita íntima de la familia, en una noche oscura, fría y desagradable, en medio de una persistente lluvia, propia del mes de junio, Manrique enfermó de una fuerte neumonía. A pesar de todos los esfuerzos médicos y recursos terapéuticos de la época, falleció, dejando a Cristina enloquecida de dolor y Jamur, pensaba en la forma cruel que el destino se ensañaba con él.
La desolación volvió de nuevo al hogar y por dos años no resolvieron hacer nada, pero Cristina, super-excitada por su amor materno, sintió necesidad de volver a ocupar el vacío dejado por Manrique. Ambos se consultaron al respecto y nuevamente adoptaron otro niño, que compensaría la desaparición prematura del primero.
Trajeron para el hogar otro recién nacido, extraordinariamente parecido a Manrique. En esta oportunidad, Cristina le puso el nombre de Eduardo, contrariando la preferencia de Don Genaro, que ya había escogido otro nombre del personaje de otra ópera. Nuevamente vieron crecer al hijo adoptivo, sano y alegre, siendo tan tierno y dócil como lo había sido Manrique.
Cuando Eduardito alcanzó los cuatro años de edad, la fiesta de su aniversario coincidió con un domingo espléndido, rebosante de sol. Los niños de la vecindad corrían bulliciosamente por el jardín. En la mesa del festejado, había una enorme torta, decorada en forma de castillo con cuatro velas y una gran cantidad de confituras que serían la delicia de los niños.
Cristina se movía muy feliz en medio de los convidados, amigos y vecinos, agradeciendo los cumplidos por el cuarto aniversario de su niño, tan querido por la vecindad.
Eran casi las seis de la tarde, el sol se escondía y plasmaba un bello paisaje en el horizonte, recortado por las casas, que parecían poner un broche de oro, a ese día tan feliz para Cristina. Jamur volvía del partido de fútbol que su club favorito había tenido esa tarde. Descendió del ómnibus dos cuadras más allá de su casa. Desde allí vio correr a los niños por el jardín y la vereda, haciéndole señas a Eduardito, como acostumbraba. El niño, en un arranque impetuoso y lleno de entusiasmo, corrió al encuentro de su padre adoptivo, con una sonrisa en la cara y los brazos en alto. Jamur se agachó a la entrada del puente de cemento que atravesaba el pequeño río Tibagi, en el centro de la calle, a media cuadra de su hogar, y levantó los brazos para recibir afectuosamente a Eduardito. De repente, un grito desgarrador, Jamur saltó hacia el frente; pero, ya era demasiado tarde. Eduardito, con el afán de correr hacia Jamur para abrazarlo, al salir de las sombras de las casas, recibió los rayos solares de golpe, que lo cegaron momentáneamente, errando por muy pocos centímetros al puente, cayendo al lecho del río tres metros abajo, destrozándose la cabeza. Cuando Jamur gritó desesperadamente y corrió para ayudar al niño, ya estaba en los últimos estertores de vida. No se había ahogado, pues allí corría poca agua, sino, que se había destrozado el cráneo contra las piedras. El agua continuaba corriendo tranquilamente, pero manchada de sangre y con algunos restos de sesos del hermoso niño. Los gritos de los niños atrajeron a Cristina, la que corrió desesperadamente hacia el puente; se paró y miraba con ojos fuera de las órbitas, sin soltar una sola lágrima, viendo caminar por el lecho del río a Jamur con el cadáver del niño querido, con los brazos totalmente manchados de sangre. Cristina llevó su mano al pecho y se desmayó, y desde ese momento le sobrevino un estado de crisis nerviosa, que amenazaba quitarle la vida.
La existencia de Cristina fue una desventura y nunca más se conformó con la impiadosa fatalidad del destino. Perdió el gusto por la vida y se volvió apática ante las emociones más excitantes. A pesar de todos los esfuerzos que hacía Jamur para consolarla, Cristina se transformó en una compañera desolada, pero sin negarle el justo afecto de esposa. Tres años después, sus familiares intentaron despertarle nuevamente el interés por la vida. Para tales efectos, Don Genaro, Jamur y otros de la familia, colocaron en la puerta de la casa, a altas horas de la noche, un niño que habían retirado de un orfanato espirita. Cristina al principio lo rechazó, luego, la posibilidad de criar un nuevo hijo, en base a que su amor materno no la abandonaba, terminó por aceptarlo. Inmediatamente comenzó a vibrarle en su alma, el instinto de madre, haciéndole comprender íntimamente, que ella jamás viviría tranquila si no ofrecía su sentimiento materno a alguien.
Esta vez Jamur puso al niño el nombre de Elías, en memoria de su abuelo paterno. Ese niño tuvo una infancia común a todos los niños, con las enfermedades propias de su desarrollo y que también son las preliminares, para aprender a soportar los dolores futuros. Infelizmente, al poco tiempo, Elías demostró ser un niño de mal genio, irritable y destructivo, sin parecerse en nada a los dos anteriores. Además de tener el mal carácter, cada vez se volvía más antipático para todos en general, pues castigaba a perros y gatos, mataba a los pájaros que estaban a su alcance y destruía nidos, insectos y gusanos. Era un enorme placer arrancarle los botones a las flores y los frutos verdes. Rompía los juguetes de sus compañeros y destrozaba todo cuanto sus manos tocaban. Era brusco, intolerante y obstinado en sus hazañas malévolas. A los trece años comenzó a demostrar adversidad por sus padres y mal lograba contenerse ante las suaves advertencias de Cristina. Jamur puso en juego toda su inteligencia y le hizo mil promesas de recompensas para inducir a Elías a que estudiara o trabajara. Todo era en vano, pues el niño era totalmente negativo y cultivaba las peores amistades de su barrio. Cuando llegó a los dieciocho años, los padres estaban extenuados por el esfuerzo realizado, de criar aquel hijo bruto, indócil e inescrupuloso. Cristina había vendido todas sus joyas para cubrir el pago de algunas facturas y cheques falsos de Elías, mientras que Jamur, había empeñado algunos sueldos para evitar la infamante prisión de su hijo adoptivo. Elías, sin escrúpulos de ninguna especie, tomaba todos los valores y bienes de su padre, para gastarlos en fiestas nocturnas en los prostíbulos de más baja ralea de la ciudad. Finalmente, en un “día aciago”, descubrió que no era hijo legítimo de Cristina y Jamur, tornándose rebelde y vengativo. Aprovechando la ausencia de sus padres, un buen día cargó con todas las cosas de más valor del hogar, y huyó en compañía de una mujer de pésima reputación, hacia el norte de Paraná. Allá comenzó a cometer toda clase de delitos, hasta que fue prendido y condenado a cinco años de cárcel.
Cristina, la mujer hermosa de tan lindos ojos y de piel muy fina, se transformó en una persona de cara enfermiza, cabellos blanquecinos y con aire de tristeza; su alma se dejó llevar por un dolor invencible e inmensurable. Su espíritu dudaba de toda posibilidad de bien para su persona, ya no cantaba con aquella voz dulce y cristalina, ni tampoco se la veía reír más.
La Ley espiritual que es magnánima, en un momento oportuno le proporcionó el esclarecimiento que tanto necesitaba, para poder comprender el móvil de su triste existencia. Cierta noche Se gran tormenta, fue obligada a pernoctar en la casa de Nilza, su hermana, casada con Dagoberto -devoto espirita- en la misma noche que tocaba sesión mediúmnica. Aunque poco le importaba aquella reunión espirita, se vio obligada a participar por consideración a sus familiares y por otra parte, por educación y amor a su hermana carnal. Salustiano, el espíritu mentor de los trabajos mediúmnicos, después de transmitir su mensaje inicial, se dirigió a Cristina y le dijo: “Fui encomendado para darle un poco de consuelo y también algunas explicaciones sobre la desventura de vuestra vida y dolores en el mundo terreno. En estos momentos, algunos amigos espirituales le están suministrando fluidos sedativos y avivan vuestra memoria espiritual del pasado, para que comprenda el significado de la historia que voy a exponerle.”
A pesar de su incredulidad, Cristina se sintió reanimada por primera vez, después de muchos años de sufrimientos cruciales. Salustiano pronunció algunas palabras afectuosas y continuó diciendo:

-En el siglo pasado, en Catania, ciudad de la provincia de Sicilia, en Italia, una joven muy hermosa, llamada Angelita se casó con un tal Marcelo, joven noble y honesto y de un alma excelente. Cinco años después, ambos tenían algunos bienes y joyas, cuyos valores esperaban convertirlos para hacer el hogar soñado. Sin embargo, entre los dos cónyuges, día a día se observaba una diferencia emotiva y espiritual, pues mientras Marcelo adoraba el calor del hogar y el entretenimiento de los hijos, Angelita, disconforme e indócil, se rebelaba contra los deberes comunes y domésticos, inclinándose, de a poco, hacia una vida improductiva y caprichosa. Se ausentaba del hogar en compañía de vecinas volubles, buscando diversiones tontas y peligrosas, olvidando el cariño materno hacia los hijos, o interpretando como timidez y servilismo, la tolerancia espiritual del esposo. Se irritaba con frecuencia, tratando de justificar su evasión del hogar y su compostura incorrecta.

En esa época, se instaló en Catania una compañía de espectáculos de variedades, donde sobresalía un joven intérprete de “cancionetas” regionales. Era un mozo de porte vistoso, muy preocupado por su apariencia física. Amanerado en sus gestos, trataba de impresionar favorablemente a las jóvenes casaderas del pueblo. Su voz no era lo que realmente trataba de aparentar, pero su habilidad de combinar la mímica a los fragmentos románticos, algunas veces le favorecía y lograba conmover a la platea femenina. Mientras tanto, el cantor no gozaba de muy buena fama; lo criticaban de mujeriego, atrevido y responsable por destrozar la felicidad de algunas jóvenes imprudentes y sin experiencia alguna de la vida.
Angelita, disconforme con la existencia que llevaba junto al marido y sus dos hijos, no prestó atención a las malas noticias respecto al cantor. Ansiosa de liberarse de los deberes humillantes y prosaicos del hogar, pasó a corresponder a los requerimientos amorosos y capciosos. El, mientras tanto, veía una excelente presa para explotar.
Un buen día, valiéndose de la ausencia del esposo, tomó todas sus joyas y cosas fáciles de llevar y huyó de Catania con el joven galanteador. Vivieron juntos el tiempo necesario para disipar la pequeña fortuna, robada a su esposo. Después la abandonó en una ciudad extraña y lejos de su hogar. Desesperada y en la miseria, Angelita terminó por entregarse a la prostitución, arrepentida de la falta de amor materno hacia sus dos hijos y de la traición cometida contra su fiel esposo.
El guía Salustiano hizo una pausa en su narración, pareciendo medir el efecto de las palabras:

-El espíritu de Angelita encarnó en la tierra, en la ciudad de Curitiba, a fin de rehacerse del pasado delictuoso y poder despertar nuevamente el sentimiento materno atrofiado en el pasado. Bajo la regencia de la Ley Kármica, que le preparó la rectificación espiritual, Angelita fue atacada de meningitis en su noche de casamiento y fue imposibilitada de procrear hijos, cuya causa materna no justificó en su vida anterior. Desilusionada por la falta de hijos en el hogar triste y vacío, ella fue al encuentro de la maternidad, adoptando un niño atrayente, que le avivó los sentimientos de madre y propio de toda mujer. Mas la Ley es justa e implacable, le arrebató el hijo a los tres años de edad, víctima de una enfermedad pulmonar e incurable. A pesar del dolor irrecuperable por la pérdida del niño, pero excitada en su primera experiencia maternal, Angelita adoptó el segundo niño, semejante al primero en sus condiciones espirituales.

Desgraciadamente, el segundo hijo terminó su existencia a los cuatro años de edad, después de adiestrarla en sus sentimientos maternos, cada vez más intensos, y definitivamente preparada para la prueba kármica y drástica de adoptar el tercer e inadaptado lujo, colmado de defectos y faltas. Los dos primeros, bellos y buenos le activaron la pasión de madre, hasta la medida de poder soportar la crianza de un tercer hijo.
Salustiano se detuvo unos instantes, mientras Cristina se sentía aplastada en lo íntimo de su ser. A pesar de no creer en el Espiritismo, preguntó decididamente:

-Los dos hijos primeros de la desventurada Angelita, ¿tuvieron que morir para que su madre fuera castigada por sus pecados, cometidos en el pasado?
-Es conveniente recordar, querida hermana, que no existe castigo en el proceso de rectificación kármica, sólo reeducación de nuestros sentimientos a fin de recuperarnos, a la ventura perdida, por medio de nuestra inteligencia espiritual. Los dos niños desencarnados prematuramente, eran encarnaciones del mismo espíritu, que a través de los pocos años de vida física, descendió a la carne para efectuar la “descarga” de los fluidos tóxicos que estaban adheridos a su periespíritu y transferirlo para el “secante” o “cuerpo absorbente” que es el cuerpo humano. Era una entidad amiga de Angelita, que había aceptado el encargo de incentivar el sentimiento materno de la madre adoptiva, a fin de ayudarla a pasar la prueba kármica de reajuste espiritual.
-Sin embargo, el esposo de Angelita, en esa existencia ¿no sufrió la dolorosa prueba de perder los hijos adoptivos, cuando sólo le cabía la responsabilidad de adiestramiento materno a la esposa?

Hermana Cristina, no hay injusticia en la pedagogía espiritual, pues el esposo de Angelita, en aquel trance doloroso, también rescató sus imperfecciones espirituales del pasado, debido a culpas semejantes.
Cristina quedó en silencio, algunos momentos, totalmente confusa por haber querido justipreciar inadecuadamente algo que le era desconocido, pero sufría los impactos espirituales, ante la claridad y lógica de la historia narrada, que se debía a culpas semejantes a las suyas y que estaba reviviendo en el drama terreno.

-Díganme entonces, ¿por qué sobrevivió el tercer hijo, malo, cruel e inescrupuloso?

Salustiano parecía meditar profundamente, antes de responder. Después se decidió, esclareciendo con tono de advertencia espiritual:

-En nuestro peregrinar terreno, no estamos obligados a ligarnos a los espíritus imperfectos, primarios y faltos de discernimiento; pero seremos irremediablemente imantados a la órbita de esas criaturas, que acceden a nuestros caprichos o imprudencias. Escogemos los compañeros y tenemos que soportar pacientemente las ingratitudes y tropelías, propias de su padrón espiritual inferior, a las cuales unimos a nuestros destinos. Después de silenciosa expectativa, Salustiano terminó diciendo:
-El tercer hijo de Angelita, inescrupuloso y cruel, era el cantor de Catania, que ella imprudentemente ligó a su vida anterior, cuando abandonó a sus hijos y marido fiel. Espíritu primario y defectuoso, que la perjudicó seriamente por la seducción física, nuevamente vino a su encuentro, en la actual existencia, atraído por la ley, que dice ‘la siembra es libre, la cosecha obligatoria”.

Mientras Salustiano callaba conmovido, Cristina no conseguía sostener dos lágrimas, que le rodaron por el rostro torturado.

El Sexo


Pregunta: ¿Cuál es la forma de energía usada por el hombre, que le causa demora y que el espíritu sufre a través de los ciclos de las encarnaciones en el mundo físico?
Ramatís: Sin duda alguna, es la energía sexual. Es el más importante recurso que la ley posee para la atracción entre los seres, cuya finalidad es perpetuar la vida en los orbes físicos. En su potencial creativo, es una fuerza catalítica de las cargas magnéticas estimulantes de la energía creadora, responsable por el crecimiento y propagación de las especies humanas, para su evolución espiritual.

Pregunta: ¿Por qué es tan cuestionado el sexo en el mundo, por las diversas religiones, pues le atribuyen el origen de casi todos los males, partiendo de Adán y Eva?
Ramatís: Se trata de una fuerza indomable, que fija al hombre al instinto animal. El periespíritu humano guarda en su intimidad las cargas deletéreas de los actos, cuya vibración nociva, degradante, lo atrae a la vida primitiva. Cuando la criatura es más emocional que sensata y de poco raciocinio, se vuelve un juguete descontrolado en el vórtice de la fuerza sexual desencadenada por un erotismo incontrolable. Después de los instantes intempestivos donde se sacrifican todas las manifestaciones de la superioridad humana bajo el ardor de la sensualidad carnal, el espíritu del hombre, todavía con algún raciocinio o sensibilidad espiritual, se muestra algo deprimido e inquieto al sentirse culpable por no haberse resistido ante el dominio de la animalidad. De ahí que exista cierta aprensión en lo íntimo del alma humana, de un inexplicable temor por no poder triunfar sobre los impulsos del deseo animal, y continuar entregándose a las intensas vibraciones de bajo tenor.

Pregunta: Nos parece que el alma humana trae ese estigma, desde el período legendario de la pareja de Adán y Eva, ¿no es verdad?
Ramatís: Adán y Eva simbolizan el comienzo de la vida física en la tierra, cuando desobedeciendo las órdenes divinas se volvieron creadores, como queriendo igualarse a Dios, ¡de ahí el anatema sexual! El caballo salvaje del deseo carnal, de origen animal con sus instintos indomables pero creativos, cuya razón era dar forma al psiquismo naciente, metamorfoseando la conciencia individual. El carácter animal ancestral se desarrolla y modifica hasta la configuración hominal; el hombre comienza a liberarse de las formas animales, tomando la forma vertical y, espiritualmente, trata de alcanzar la escala evolutiva, impulsado por el magnetismo íntimo del futuro ángel.

Pregunta: ¿Podríais darnos motivos fundamentales de por qué el hombre sufre por largo tiempo la acción del sexo, y si hay otros motivos que atenúen esa fuerza poderosa, exceptuando la ambición, el orgullo o el egoísmo?
Ramatís: La energía sexual es la fuerza propulsora de la vida humana, pues como siempre venimos diciendo, es la fuente de la creatividad en sus diversos aspectos y frecuencias conforme con los planos donde acciona. Es como el fuego: controlado, calienta y crea, pero descontrolado ¡produce incendio! En consecuencia, abusando del sexo consume indebidamente esa energía creadora que, a veces, se manifiesta como ambición, orgullo y egoísmo y, usada con armonía, según las necesidades equilibra, pero jamás practicada en forma insensata.

Pregunta: Por el abuso de la energía creada por Dios, el que la consume indebidamente ¿es castigado?
Ramatís: En el Universo no existe la noción humana del tiempo. Citaremos un ejemplo: un conductor de coche, cuando abusa sobrepasando la velocidad admitida, es multado por infractor, porque puede causar perjuicio y peligro para los demás conductores en la misma ruta o simplemente porque arriesga su vida. Lógicamente que, a causa de la infracción en sí, no fue castigado, pero sí por las consecuencias de su desobediencia, imprudencia y porque sabía de antemano los resultados que provocaría. Ese conductor no podría alegar ignorancia, porque fue advertido por las autoridades de tránsito. A su vez, el infractor del sexo, por abuso, no podrá alegar ignorancia, porque viene siendo advertido, a través de los instructores, principios religiosos y filosóficos, de que el hombre siempre será infractor por el abuso del sexo y no por el uso. Según lo expuesto, el infractor no podrá quejarse cuando deba ajustarse disciplinadamente a la técnica del correcto empleo de la energía sexual.

Pregunta: ¿Cuáles serían los peores resultados para el hombre, por el exceso de actividad sexual, en la actual graduación espiritual terrenal?
Ramatís: La energía sexual es un elemento creador en la composición física y fuente de otras manifestaciones anímicas, según el Yoga esa energía puede sublimarse o activarse por valores morales superiores que, además, vitalizan e irrigan el cerebro del hombre, proporcionándole la mayor capacidad creativa en sus tendencias estéticas en el campo de la música, pintura, escultura, poesía o literatura. Su abuso tiende a rebajarlo mental y evolutivamente al nivel del animal. He ahí por qué muchos estudiantes del Yoga aprenden a controlar y dominar la energía del fluido sexual del "chakra" Kundalíneo y lo activan mentalmente hacia el cerebro en conjugación con el "chakra" coronario. Así obtienen energía de frecuencia superior y capaz de irrigarles el sistema neurocerebral en una actividad superior. Con esa práctica, dirigida por el intelecto disciplinado y dinamizado por el control espiritual, se verifica que el fluido sexual es una energía beneficiosa por su uso selectivo, pero también capaz de esclavizar al hombre por exceso en el campo de las pasiones subalternas.A medida que el espíritu evoluciona, tomando conocimiento de la vida inmortal, superior y definitiva, cuyo sentido crítico, discernimiento y responsabilidad son muy importantes, entonces pasa a moderarse en la práctica sexual, porque sus intereses le demandan mayor cuota de energía para suplir las necesidades mentales y movilizarse con el reservorio creativo del metabolismo sexual.

Pregunta: Para el alma desencarnada, ¿cuáles son los trastornos graves, si cuando vivía en la tierra dedicó su existencia exclusivamente a satisfacer abusivamente sus actividades sexuales?
Ramatís: Se debe considerar que el sexo no es solamente un simple mecanismo fisiológico de los órganos genitales, sino una fuerza creadora sexual que no tiene su sede en el cuerpo físico, pues forma parte de la organización periespiritual preexistente y sobrevive al cuerpo físico. Por supuesto, los hombres y mujeres que abusaron, sufren en el mundo espiritual los delirios y alucinaciones; en verdad, es una ¡verdadera locura! La atracción del residual sexual, propio de las actividades puramente animales, acciona de forma perjudicial en los delicados centros periespirituales, creando angustias indescriptibles y transformando el maleable cuerpo periespiritual, dándole configuraciones repulsivas y abominables. En los casos de cierta gravedad, pueden ser amparados por las instituciones de ayuda, a partir de algún bien practicado, proporcionándoles algún auxilio, pues esas almas sufren mentalmente en medio de los fluidos atormentadores, por el abuso sexual. Y, en vez de tener alucinaciones orgiásticas, sin satisfacciones de locura erótica, que les provienen desde las más íntimas fibras periespirituales; son segregadas en alojamientos o cubículos para preservación de las escenas causantes de la deformación teratológica de los centros energéticos expuestos a la ignominiosa abyección. En estas especies de celdas se produce la filtración y drenación terapéutica en forma aparente; existen crisis convulsivas y la posterior postración, hasta el estado recuperativo.

Pregunta: Habéis dicho anteriormente "que las almas pueden ser amparadas por instituciones de ayuda", por ventura, ¿debemos imaginar que existen otros espíritus en absoluto desequilibrio sexual o que sufren delirios extremos debidos a los efectos de la profunda indisciplina y abyección sexual?
Ramatís: Vosotros no desconocéis los cuadros infernales de la iglesia católica, donde las figuras de los diablos presentan rostros de cinismo y obscenidad, riendo placenteramente, mientras torturan a las almas incautas, las que pasan por la tierra amparadas por esa especie de satanismo protector, pero implacable, exigiendo la "venta de su alma" a fin de usufructuar satisfacciones censurables. No obstante, esas estampas no hacen más que verificar una analogía con la realidad, de una gran multitud de almas abyectas y diabólicas que, después de la desencarnación, son esclavizadas por almas perversas y maquiavélicas, que arrebatan a los infelices viciados para incrementar sus huestes obsesivas, alimentadas por el metabolismo sexual descontrolado, en el astral inferior, en la abominable explotación de esos infelices indisciplinados sexuales en la tierra, que desencarnan sin una mínima protección espiritual. Existen falanges de un gobierno oculto, cuya tarea es seducir a las criaturas incautas, subyugadas por un incontrolable deseo de actividades sexuales, que luego se transforman en verdaderos alimentos de los seres inferiores del astral, cayendo en el peor de los sufrimientos De esa forma en los prostíbulos, en los centros o moteles, donde las criaturas acostumbran satisfacerse, ajenas a sus compromisos conyugales, en el ímpetu de sus pasiones animales, allí justamente, se concentran esos legendarios vampiros, pero sexuales, marcando su seducción erótica, llevando a los pobres encarnados a padecer delirios pasionales. Es de lamentar ese intercambio vicioso entre los seres vivos y los muertos, entre esos seres sin cuerpo físico, que prolongan su nefasta condición esclavizante basada en la fuerza sexual, de puro dominio animal. De esa forma, se repiten las viejas y fantásticas escenas del Diablo y el hombre vendiendo su alma. No obstante, la misma fuerza sexual usada con disciplina como energía creadora en cualquier nivel de vida, fundamenta la ternura, la humildad, el afecto sincero, el poder, la inteligencia, sabiduría y hasta el amor, ayudando al hombre a conseguir el supremo equilibrio que lo ajusta definitivamente a la angelitud. A través del trabajo perseverante de los milenios, el instinto sexual se manifiesta en los pueblos primitivos como posesión absoluta, transformándose de a poco en fuerza creadora en los diversos sectores de la vida humana, por medio de las criaturas conscientes de la realidad inmortal y conseguida por la constante búsqueda de la perfección y belleza.

Pregunta: ¿Podríamos llegar a entender esa sublimación de la fuerza sexual del hombre?
Ramatís: A través de la sucesión interminable de los milenios, el orgasmo del bruto se sublimó en el éxtasis del santo, comprobando que el sexo es más fuerza creadora y de inspiración superior, y actúa según el sentido que se le da racionalmente, suplantando la primaria aparición del sexo físico.

Pregunta: ¿El hombre debería evitar el abuso del sexo, de cualquier forma, a fin de lograr a la brevedad la liberación de la materia?
Ramatís: Es necesario esclarecer, primero, que no es la castidad la única condición para la evolución espiritual, sino que ella es consecuencia de una estructura anterior y perseverante, cuya acción es la evolución de los sentimientos y del intelecto, en una convivencia cada vez más digna y dentro de una ética mayor, pero sólo es válida, cuando se trate de una condición espontánea y loable; también puede ser el fruto del fanatismo que existe en el hombre cruel. En consecuencia, el hombre que no es casto, pero sí bueno, se eleva más pronto al cielo, que el hombre cruel y casto. Huir de los vicios o de las acciones juzgadas abominables, no despierta cualidades; pueden pasar algunos siglos antes de que se despierten. El hombre no se gradúa para la vida superior, por simples estadísticas de su mayor o menor desgaste sexual; sino que es el fruto de las vivencias, aprovechando los estados de espíritu, el que lo aleja de la materia y en consecuencia, del yugo animal.

Pregunta: ¿No encontráis algo censurable o aun deprimente, el comportamiento sexual del hombre?
Ramatís: Sería absurdo que el hombre intente realizar programas de angelitud, sin antes pasar por las etapas de liberación y sentir los inconvenientes de llegar a ser santo. Jesús, el Maestro Amado, hizo su trayectoria santificante a través de todas las experiencias deprimentes, para alcanzar la consagración superior, demostrando que el alma humana alcanza sensatamente la sublimación divina por la saturación de los deseos mundanos, antes que por huir de ellos. Ninguna persona sensata exigiría del negro africano e inculto, reacciones civilizadas de un estudioso en derecho. Tendría que cursar las escuelas de aprendizaje, desde el alfabeto hasta llegar al conocimiento de una vida superior espiritual. ¿Cómo se le podría exigir al labrador ignorante y de costumbres rústicas, sin sentido de lo ridículo o noción de la civilidad, que se comporte refinadamente, como el hidalgo heredero de avanzado linaje educativo? Nada existe de humillación en la conducta del troglodita, en sus actividades semihumanas, su comportamiento animal e inconsciente de la realidad espiritual; pero bajo el prisma de la razón desarrollada, se debe censurar, cuando la criatura practica actos inferiores y posee conocimientos superiores.
La propia Naturaleza ampara desde la cicuta letal a la hierba medicinal, al gusano de feo aspecto introducido en el lodo de la tierra y al colibrí de diversos colores volando sobre las flores, así como tiene cuidado y cariño tanto por la hiena cazadora que posee el instinto depredador, como por la inofensiva oveja. Ante este razonamiento, sería absurdo exigir al terrícola, criatura todavía primaria que deletrea mal el abecé espiritual, un comportamiento sexual rígido y dentro de los patrones avanzados de la espiritualidad, cuando aún se siente dominado por la fuerza poderosa y creadora de la naturaleza en sus manifestaciones. El mayor porcentaje de los habitantes de la tierra aún no pasa de ser viejos trogloditas, salvajes hotentotes ensayando a través de sucesivas encarnaciones un comportamiento que los lleve a incorporar un cierto nivel humano. De ahí los motivos de las guerras, conflictos, celos, venganzas, lujurias, glotonerías, agresividades, avaricias, y las tontas vanidades de poseer objetos, arreglos y pendientes que representan el atavismo de los primitivos adornos de piedras, huesos en los labios y orejas de animales muy estimados por los caciques de sus tribus.

Pregunta: Entonces, ¿por qué todas las religiones y aun las doctrinas espiritualistas anatematizan como pecadores a aquellos que inevitablemente, según ellos, van al infierno? ¿Será la tierra un mundo tan desajustado que sólo vive una humanidad condenada irremediablemente?
Ramatís: Bajo el manto religioso se ocultan los hombres iguales o peores de los que son condenados desde los pulpitos, tribunas y sesiones doctrinarias. En verdad, el hombre todavía cree ser el Dios Creador del Universo, pero verificó que cometía tantos errores en su empresa creativa, que resolvió corregirlos lo más rápido posible, así como lo hace el autor de una obra literaria o científica, cuando verifica la serie de equívocos tipográficos, e incluso trata de destacarlos en una "fe de erratas", después del epílogo de la obra. De ahí los esfuerzos heroicos de muchos religiosos espiritualistas y filántropos, que se agotan en un trabajo caritativo de corregir los errores, supuestamente, por considerarse representantes legítimos ante Dios. Aun los reencarnacionistas, entendidos en la mecánica de la evolución espiritual de los renacimientos en la tierra, quieren deshacer los equívocos de la supuesta "salvación" de los infelices que nacen desprotegidos, deformados o estigmatizados en el mundo, porque ese aspecto no les parece que "sea la cosecha propicia, tocante a recoger los frutos de una siembra ruin y que luego es arrojada en cualquier lugar", sino que eso, siempre sucede por alguna negligencia divina. A partir de que la criatura pretende "ganar el cielo" por la actuación competitiva y deliberada para mejorar la sociedad, ven en ese procedimiento, la posibilidad breve de combatir agresivamente los pecados que antes también poseía, como el individuo temeroso de volver a caer en el vicio de fumar, que vive huyendo del humo y del olor del cigarro. De ahí la elocuencia de pastores, sacerdotes y adoctrinadores cuando predican desde lo alto de sus tribunas, contra los pecadores que afrentan y ofenden a Dios, porque aún practican cosas tan naturales conforme con su condición espiritual, como sucede con los niños celosos, que descargan su ira contra los juguetes de su predilección. Mientras tanto, íntimamente sienten que no están liberados de los impulsos instintivos, pero los "santos tapados" se defienden de esas pulsiones internas, señalando minuto tras minuto al peligroso enemigo que ronda sus almas primarias, saturadas de impulsos primitivos. Sin duda, la tierra es una eficiente escuela de educación espiritual, como cualquier institución educacional, capaz de conducir el aprendizaje de sus alumnos. Los alumnos que la frecuentan son espíritus encarnados, buscando una conducta mejor y la sabiduría eterna, que logran comprender mal, pues sólo deletrean las primeras letras del alfabeto divino, con cierta irregularidad.
Hay pseudo santos tan preocupados por su salvación del mar de vicios, que se entretienen en hacer estadísticas de las actividades sórdidas en el mundo, atraídos por sus intimidades psíquicas de deseo y fuga hacia las cavernas de los ermitaños, porque condenan todos los placeres del mundo: el carnaval, el fútbol, los concursos de belleza, el turf, la diversión, el juego, el beso en público, el divorcio, el homosexualismo y la prostitución, confundiendo todo eso con "pecados", que muchas veces son la expresión de los hombres, todavía "pecadores" buscando un momento de alegría, camino a su futuro espiritual, pero a través de duras pruebas.

Pregunta: ¿Sería propicio que las criaturas, en vez de reconocer los equívocos de un comportamiento sexual dañino para su integridad física, fueran estimuladas para que tuviesen una conducta disciplinada?
Ramatís: Hasta los perros y gatos saben distinguir el alimento nutritivo y sano, evitando ingerir la comida nociva. En consecuencia, el espíritu del hombre posee, en sí mismo, un "sexto sentido", una facultad intuitiva que le hace distinguir claramente sus conveniencias e inconveniencias. Ninguno precisa indagar si el abuso del alcohol perjudica; basta tomar droga y al día siguiente podrá meditar sobre el malestar ocasionado por los efectos tóxicos, como cefaleas y otras perturbaciones. Cualquier criatura necesita nutrirse, y para eso, usa los tipos de alimentos de su agrado y de mayor valor nutritivo. Hasta el más primitivo de los seres humanos, no mezcla sal con azúcar, ni pone hielo en el agua hirviendo. Sabe saciar su hambre, sin excederse en la cantidad de alimento, porque si incurre en gula, pronto termina consultando al médico, para eliminar los efectos de la "imprudencia" de la glotonería. El animal, cuando quiere descansar, sabe distinguir muy bien su preferencia, entre la sombra fresca del árbol frondoso o la exposición al Sol del verano. Es evidente que el propio hombre "sabe" y "siente", por fuerza de su graduación espiritual, cuál debe ser su comportamiento sexual, respetando el pensamiento conyugal o traicionándolo; si goza del concepto superior como criatura digna, respetuoso de las doncellas casaderas, o de ser el "conquistador de baja vibración" que siembra infelicidades y perjuicios para las jóvenes incautas, engañando a los amigos y deshonrando hogares. Mientras Nerón se hundía en orgías, rodeado de una aristocracia tan baja como él, los cristianos morían cantando Hosannas a Dios, porque escogieron al Cristo, que es Amor y Pureza.

Pregunta: ¿Lo manifestado no sería tomado como ana justificación del "que yerra", como si fuera inducido en el caso de su equivocado comportamiento sexual, en una especie de "preabsolución"?
Ramatís: Perdonar o justificar al imprudente o equivocado, no es promoverlo, pues quien yerra ya es un perjudicado por el acto cometido, y sin duda, por la tendencia e insistencia en practicar los mismos actos. El espíritu del hombre evoluciona de un estado casi grupal hacia una conciencia individual. Es entonces cuando reconoce que los motivos e impulsos instintivos necesarios para su evolución en la infancia espiritual, podrían ser virtudes, y después errores, al llegar a adulto. Siendo así, es admisible que el niño robe fruta de la heladera, pero es censurable que el adulto lo haga en el árbol del vecino. La criatura puede ser mal educada: tener un comportamiento impropio en la mesa, ponerle cara fea a los visitantes, hacer sus necesidades fisiológicas en público (orinar), fumar fingidos cigarros, tirar piedras a los árboles frutales, besarse y abrazarse jugando frente a los padres, casi irrespetuosamente y hasta mostrar sus órganos sexuales, por una curiosidad propia de su edad. En tanto todas esas formas de actuar estimulan el procedimiento mental y son virtudes en la criatura cuando se trata de adultos, son reprochables y generan pésimos resultados. El hombre es fuertemente impulsado por la curiosidad, desde la infancia simbólica de la época del sólex; su naturaleza lo lleva a experimentar, ver de cerca, sentir reacción por las cosas y los seres, lo que implica una serie de ventajas y perjuicios, cuando de esa curiosidad aparecen el vicio y la degradación o el perjuicio a terceros.
En consecuencia, no existe una "preabsolución" por el hecho de justificar el mal comportamiento sexual como efecto de la graduación espiritual primaria del terrícola, principalmente, teniendo conocimiento anticipado de los principios físicos, morales y espirituales transgredidos, por lo cual tendrá el recíproco efecto punitivo. Cualquier ciudadano impúdico sabe que es contrario a las leyes desviarse de la vida, máxime cuando gracias a su capacidad y discernimiento reconoce en la configuración de la mujer a la que pretende explotar para satisfacer su lubricidad, la imagen de su hermana, madre, futura esposa y probable hija. No pretendemos sugerir cualquier actividad y relaciones en un pecaminoso régimen de inconsciencia; pero tampoco queremos señalar normas rigurosas, proclamando un artificialismo de virtudes, para un mundo de vivencia y aprendizaje espiritual primario, como es la tierra. Sería absurdo exigir a la criatura, en sus juegos, una disciplina rígida como la de un cuartel. Todo lo que recordamos, por nuestra parte, es el sentido de una mayor comprensión entre los hombres y un entendimiento de los valores que ayudan rápidamente a su ventura espiritual. A través de las agradables o desagradables experiencias en la vida física, el espíritu inmortal despierta y desarrolla sus virtudes humanas sobre el instinto animal, hasta llegar a las cualidades excelsas de la inteligencia, sentimiento, sabiduría, poder, cortesía, intuición y sobre todo, el amor, adquisiciones finales de todas las almas creadas por Dios.

Pregunta: ¿Cuál sería el sentido más censurable en la práctica sexual, que merecería el severo correctivo kármico?
Ramatís: Si el amor es esencia de las comunidades evangelizadas, evidentemente el odio es el accesorio más degradante porque genera siempre crueldad. En consecuencia, todos los actos y actividades humanas cuyo trasfondo sea la crueldad, exigen recursos bastante drásticos, correctivos severos y erradicación rápida; por el contrario, es más beneficioso y provechoso que se irradie el amor creador y renovador, en vez del odio y la crueldad destructiva e involutiva. Bajo el imperio de la Ley del Amor, fundamento de la creación, exige la lucha contra el odio, que es el fundamento de la destrucción. La exteriorización del instinto sexual por el abuso, puede ser condenable y pasible de una inmediata corrección, cuando su agravante puede ser producto de crueldad, resultante del abuso o de esa actividad irresponsable. La variedad de atenuantes tolerados por la ley, para todos los actos y actividades humanas, permite a la Administración Espiritual juzgar o decidir a favor o en contra del que yerra, conforme sea su acto, menos cruel o más cruel, menos o más perjudicial para otros, porque si ya fue juzgado, la pena vendrá a su debido tiempo.

Pregunta: ¿Nos podéis explicar mejor ese aspecto?
Ramatís: Todo acto sexual del hombre que pretende solamente su satisfacción y al que poco le importan las consecuencias o el sufrimiento del otro, se caracteriza por la crueldad, porque es de ley aquello de: "No hagáis a los demás, lo que no deseáis para vosotros". La responsabilidad del hombre es muy severa, en el caso de que cause perjuicio a una joven inexperta, para su satisfacción sexual, siendo responsable por el sufrimiento de llegar a ser una mujer marcada socialmente, madre soltera, o incluso puede conducirla a la prostitución, cayendo en una vida indisciplinada e infeliz. Mientras tanto, a pesar de no ser recomendables las ligazones con las prostitutas, a causa de las enfermedades sexualmente transmisibles, pues en el mundo astral puede darse una ligazón nada agradable como entidades gozadoras que buscan el placer sexual a través de los cuerpos encarnados, existe menos gravedad en ese sentido, porque no se verifican otros daños a la mujer, debido a la condición semiprotegida por el orden social actual. Aunque os parezca censurable o paradójico, hay hombres generosos que concurren contributivamente para la sobrevivencia de las mujeres mundanas, remunerándolas mejor, en el inevitable mercado de la carne humana, mientras que otros, egoístas y crueles, explotan o engañan por complejos del pasado o por la cobardía de saber que esas infelices hermanas, no teniendo medios para defenderse o sobrevivir sin ese mercado, cada vez se prostituyen más.

Pregunta: ¿Hay mérito para los hombres o mujeres que se retiran a la vida religiosa en los conventos, buscando el recogimiento espiritual y la abstinencia sexual, como formas redentoras espirituales?
Ramatís: No hay mérito para la criatura que huye deliberadamente de la práctica sexual, así como para el hombre aparentemente virtuoso, que evita pasar frente a un bar o lugares de vida alegre. El sexo no fue creado para ser condenado como un considerable pecado, como no se creó el alcohol para ocasionar la embriaguez, sino para servir al hombre como energía beneficiosa, que mueve motores o como valioso antiséptico en los hospitales. La sexualidad está destinada al objetivo más importante de la vida: procrear. No es crimen ni pecado la práctica sexual, pero sí las anomalías generadas por la indisciplina y el abuso, cuyos efectos recaen en el propio indisciplinado. Ninguna aberración o defecto en el mundo ofende a Dios, porque está por encima del buen o mal efecto de cualquier criatura, una vez que la ley es clara y simple: en cualquier pecado, el que lo sufre es el pecador. Así como puede existir en el alma un impulso, una inspiración o un plano de "redención kármica", al recogerse en un convento, como es el caso de Francisco de Asís, o de Teresita de Jesús, están los que lo hacen por temor a cometer pecado, porque aún sienten en el periespíritu los impulsos sexuales indisciplinados. Cuando el enclaustramiento no se da por un sentimiento de absoluta renuncia, todo el que huye de la vida profana es un pusilánime, tratando de salvarse en su barco corporal que naufraga, y además, es un egoísta que sólo cuida de su salvación. Si los conventos, las iglesias y los demás tipos de manifestaciones religiosas de todos los pueblos donde se exige el celibato, fueran un acopio de almas puras e iniciadas, el mundo terrenal sería un paraíso. Mientras tanto, la historia religiosa revela crueldades, venganzas, martirios, cruzadas, inquisiciones, emparedamientos y enterramientos vivos, practicados por los cleros de todas las sectas. Bien hubiera sido si todos hubieran cometido menos crímenes, pues lo único que consiguieron fue herir la Ley del Amor para alcanzar la Vida Inmortal. Además, muchos, cansados de la especulación humana, y al mismo tiempo deseando reunir lo útil y agradable, se recogen en la vida monástica y célibe, cubriéndose a la sombra de un convento, y bajo nuestros ojos espirituales, practican el sexo en las altas horas de las noches fugándose a las ocultas casas donde se practica muy escogidamente la prostitución, o aprovechando su condición en la sociedad y no respetando a mujeres ni criaturas que están bajo su custodia pastoral.

Pregunta: ¿Hay alguna razón que justifique la vieja costumbre de Oriente, donde los sultanes poseen harenes con decenas de mujeres y algunos con centenas de hijos? ¿No es un abuso de la práctica sexual?
Ramatís: En las adyacencias del planeta Tierra, en las zonas astralinas de convergencia con la superficie física, existen más de 10 billones de espíritus desencarnados, con problemas aflictivos, ansiosos por conseguir un organismo carnal y poder apagar, o por lo menos atenuar, los recuerdos dolorosos de sus desaciertos e indisciplinas espirituales anteriores. En consecuencia, un "organismo carnal" es la más apreciada de las dádivas que se les ofrece, como medio para transitar en el mundo físico, no sólo para reparar las faltas del pasado sino para aumentar el índice de conciencia bajo un nuevo aprendizaje terrícola. En esa espera, hay incluso almas cuyas culpas no son inquisidoras, por eso no están tan angustiadas por la expectativa de una nueva materialización terrestre; pero el mayor porcentaje es de espíritus de tal grado de desesperación, que los lleva a aceptar cualquier tipo de organismo carnal, en cualquier latitud geográfica, tanto sea en una descendencia aristocrática o marginal, rica o pobre, sana o enferma, culta o no. No les importan las convenciones del mundo, sea la condición de hijo legítimo o espúreo, de una progenitura venerable o meretriz, de una familia amiga o kármicamente adversa. La solución de su problema aflictivo es reencarnarse, de cualquier modo y forma, y poder ocultar bajo el manto del olvido, el estado de su conciencia culpable o el remordimiento inquietante, para apagar temporalmente de la memoria periespiritual, el pasado. Los más desesperados y descreídos se vuelven almas impiadosas y, sedientas de venganza, resuelven abortar, impidiendo al reencarnante aliviar sus dolores y calmar sus remordimientos en una organización carnal. Infeliz de la mujer que practica el aborto innecesario, cuando se anidaba en el útero materno para renacer, un alma todavía embrutecida, feroz y capaz de todas las perversidades, movilizada por una venganza deliberada y aplastante. Le sería muy difícil al escritor melodramático describir los acontecimientos puestos en movimiento en el mundo oculto, contra la desdichada abortadora. El resto de su existencia física será un calvario de dolores cuando le falte la asistencia espiritual superior, y una vez desligada de su cuerpo físico irá desamparada al encuentro del verdugo impiadoso y satánico, que estará feliz de castigar cruelmente a su víctima. A partir de esa necesidad de organismos carnales para atender el exceso de almas, aun con fuertes tendencias reencarnatorias, los tradicionales harenes de Oriente son cunas colectivas para los renacimientos, por cuanto los sultanes y sus descendientes, en una poligamia sin límites, procrean y procrean decenas o centenas de hijos. Aunque se verifica una fuerte sensualidad, aun en ese caso, la Ley funciona buscando el equilibrio, debido a la escasez de hijos en el régimen monogámico, para una mejor solución de las necesidades de los desencarnados en el Más Allá. En cuanto a los renacientes, poco les importa su descendencia, sino la dádiva de tener un cuerpo. Tampoco podemos olvidar las tradiciones sociales de la poligamia milenaria, entre los viejos patriarcas bíblicos.

Pregunta: ¿Queréis decir que la limitación de los hijos es un mal para la rectificación espiritual y kármica?
Ramatís: En una obra anterior de nuestra autoría, expusimos detalladamente ese problema, de modo que, apenas lo tocaremos resumidamente, siendo la procreación dirigida y controlada, no un crimen doloso sino el libre ejercicio humano. Sin duda, la "cantidad" de hijos puede ocasionar problemas en la educación, en el equilibrio financiero de la familia y otras justificaciones, inclusive la explosión demográfica en la actual sociedad. No obstante, quien conoce el problema espiritual y se siente como un miembro de la familia universal, sabe la importancia que tiene para el alma desesperada, que vive en un mundo espiritual el problema de sus imperfecciones, crímenes y débitos del pasado, esperar un cuerpo carnal donde pueda disminuir sus culpas y reiniciar un nuevo peregrinaje educativo en el mundo de las formas. De esa manera, no nos restringimos al problema si el hombre "debe o no" limitar sus hijos u organizar su prole conforme con las posibilidades financieras y recursos educativos. Observando la historia, no es difícil para el terrícola comprobar que muchos de los maestros de la vida fueron oriundos de hogares pobres, y aunque enfrentaron inmensas dificultades para sobrevivir, cumplieron fielmente sus tareas. Basta citar a Jesús, como símbolo principal. Por lo tanto, apenas exponemos la realidad del problema fundamental y de la responsabilidad de todos los espíritus encarnados o desencarnados, a cumplir con lo que se afirma en el siguiente "eslogan": Cuanto más cuerpos en la Tierra, más venturas en el Más Allá; cuanto menos hijos, menos oportunidades de redención espiritual de los hermanos afligidos. Y no se debe olvidar la Ley: "Haced al prójimo lo que quisierais que os hagan" o, a cada uno según sus obras, quedando aclarado que, cuantos más hijos, más cuerpos para el prójimo. Y, según la Ley; "A cada uno le será dado según sus obras", quien limita la prole, lógicamente, queda más tiempo esperando turno en la simbólica fila del Más Allá, para reencarnar.

Pregunta: Aún nos agradaría hacer una pregunta más sobre el control de la natalidad, ¿cuál es el medio digno o justificable para evitar los hijos?
Ramatís: Parecerá radical, pero indiscutiblemente, que la manera más digna de limitar el nacimiento de los hijos, aún es la continencia sexual. Porque cabe a toda criatura del mundo, aceptar o crear el fruto de su satisfacción sexual.

Pregunta: ¿Qué nos podéis decir de la violenta modificación de los usos y costumbres sociales, liberando completamente la conducta sexual? ¿Estaremos regresando a los estados primitivos de la evolución?
Ramatís: Si queremos parafrasear a los profetas populares, diremos que eso es una señal de los tiempos. No prolongaremos un tema ventilado en otras obras, sobre el asunto de los "Tiempos son Llegados", "El Juicio Final" y "La Bestia del Apocalipsis". Expusimos en otros lugares, que el planeta está en acelerada metamorfosis de una educación espiritual de almas primarias, para alcanzar un secundario escolar de mediana responsabilidad, confirmando la terminología de los 'Tiempos son Llegados" o el "Fin de los Tiempos", en que la humanidad terrícola está siendo sometida a riguroso examen espiritual, después de millares de años de vivencias reencarnatorias. Se gradúan los "buenos alumnos", a la derecha del Cristo, y los "malos alumnos" a su izquierda; luego estos emigran a un orbe inferior y adecuado a cada grado espiritual. Por analogía, lo Alto escogió llamarlo "Juicio Final", a semejanza de lo que se usa en la Tierra, en los exámenes escolares, donde los alumnos deben someterse a las respuestas y test de un tema sorteado, para comprobar su aprovechamiento o negligencia escolar. La Administración Sideral de la Tierra, conforme con las predicciones de los genuinos profetas bíblicos y de Jesús, hace dos milenios, advirtió a la humanidad sobre los tiempos llegados, el juicio final y en consecuencia, el tema sorteado por ese juicio, que es la "Bestia" del Apocalipsis de Juan, o sea, el dominio de la carne, eclosión del sexo y ¡el camino definitivo para santificarse o degradarse! Diremos que la energía sexual como expresión creadora, se volvió incontrolable para toda la humanidad; por lo tanto, causa enormes perjuicios y disturbios con sus manifestaciones variadas, cabiéndole al espíritu escoger entre la luz y las tinieblas. Además, todos los procesos y actividades del mundo profano, principalmente los medios de comunicación, concurren, actualmente, para la difusión de la hipocresía sexual de los antiguos. Ninguno podrá alegar ignorancia. Podrá escoger entre el cielo y el infierno, pues hay un clima de máxima libertad en la lascivia humana -el sexo grupal-, la terapéutica sexológica donde el erotismo se confunde con la técnica del aspecto creador. Existe todo un clima indisciplinado de satisfacción hasta la saturación de los deseos y pasiones como solución de los problemas humanos para la sociedad. Hoy, en el seno de la humanidad terrícola, el sexo es un producto de primera necesidad, y es plenamente justificado por sí mismo, derrumbando tabúes, restricciones, pudores y contenciones, que pasan a ser artificialismo o falsa moral. Los seres se buscan atraídos en la misma faja de satisfacción erótica. Abundan las obras en que la pornografía y la exposición científica se fundieron en su línea divisoria y, difícilmente, se podrán identificar los mensajes verdaderos, transformándose en "best-seller" mundiales. Escritores que ignoran la realidad espiritual de la función educativa en el orbe y la finalidad de los renacimientos carnales, consumen toneladas de tinta sobre el papel, difundiendo corrupción, como absoluta libertad de expresión oral, dando una nueva forma psicológica a las prácticas sexuales, como medio de sublimación superior. En realidad, la "Bestia ríe", porque bajo la cortina de una falsa erudición, y ante el desconocimiento científico sexual, los vasallos de la Bestia usufructúan tan sólo los frutos económicos de las constantes ediciones. Y así, la violenta y absoluta metamorfosis de la conducta sexual en los días presentes, bajo la justificación de abolir los "tabúes", contenciones, falsa moralidad, etc., hace creer que hay una nueva moral, más sincera y sensata. Jesús previo muy bien esa hora de controversia de la humanidad y advirtió así: "El sucio quedará más sucio, y el santo más santo".

Pregunta: ¿Qué nos podéis decir sobre el "amor libre", que parece norma de vida en planetas superiores? (Ver La Vida en el Planeta Marte.)
Ramatís: No vemos razones lógicas para comprobar que la satisfacción genética sea tenida en cuenta como "afinidad" en la búsqueda masculina y femenina, como sucede con la cohesión entre las sustancias y el amor entre los hombres. La simple conjunción carnal no es prueba de afecto, sino una transitoria satisfacción que dispensa de cualquier deber y responsabilidad recíproca. En las relaciones sexuales fundamentalmente procreativas, debe existir el planeamiento de la responsabilidad mutua con referencia al futuro, porque la Tierra no es un simple escenario de diversiones o cambio de sensaciones sin motivos superiores. El hombre terrícola aún no se encuentra satisfactoriamente al tanto de los compromisos del "amor libre", porque en el campo de los intereses humanos, tanto el hombre como la mujer actúan separadamente en lo tocante a sus intereses personales, y sería bueno un poco más de sentido afectuoso y fidelidad mutua. De allí, también podría surgir la licensiosidad y evasión, en un simple cambio sexual y de experimento erótico por la variedad y falta de nexo afectivo. Bajo cualquier condición, no es la relación sexual la que debe predominar como motivo responsable por la unión entre el hombre y la mujer, sino por encima de todo, el vínculo del amor, del afecto, de la amistad, y después, la satisfacción corriente de la acción normal de las leyes de la Naturaleza.

Pregunta: Eliminando el vínculo del matrimonio legalizado por las leyes humanas, existen casos en que se está absolutamente separado en espíritu, de modo que lo único que se busca es el placer en las relaciones sexuales. ¿Eso no es una especie de amor libre?
Ramatís: Refiriéndonos al "amor libre" como una costumbre generalizada para atender solamente el impulso genético, bajo el lazo matrimonial, malgrado se encuentren separados los espíritus y su convivencia, sea sólo para la unión corporal, aun permanecen las exigencias de los deberes mutuos y la fidelidad que, traicionadas, serían adulterio. Las leyes monogámicas en la Tierra fueron debidamente establecidas por espíritus con innumerables experimentaciones en la materia, a fin de asegurar tanto como fuera posible a los cónyuges, la mutua responsabilidad para asegurar el hogar y la familia. Es en el ambiente protector de la familia donde el respeto y la fidelidad conyugal son como los ladrillos del edificio de seguridad de la sociedad. Cuando los cónyuges se desajustan y empiezan una aventura menos digna, eso no es "amor libre", sino algo incorrecto y una práctica censurable, porque traicionan los principios aceptados con sana conciencia a la hora de unirse en casamiento. En el caso del matrimonio, se forma como una institución con deberes recíprocos de los cónyuges, en que el amor sexual es condición primordial y procreativa, mientras que en el caso del amor libre, sólo se busca la satisfacción sexual.

Pregunta: ¿Cuál es vuestra opinión sobre la poligamia y la monogamia? ¿Cuál es la más compatible con las leyes de la Naturaleza?
Ramatís: Es evidente que el objetivo del matrimonio legalizado en el mundo, es establecer deberes y derechos entre ambos esposos, en el sentido de que la seguridad del hogar y la constitución de las familias, sea el sustentáculo de los afectos de los hijos a los padres y de ellos a sus hijos. La unión conyugal debe tener la garantía afectiva, más allá de una pura sensualidad. De ese modo, en la poligamia predomina la sensación pura, donde se unen las partes por la emoción erótica, mientras que en la monogamia debe existir afecto real, despertado y ampliado por la convivencia de dos seres. En los casamientos monogámicos hay más compromiso y menos sensualidad, mientras que en la poligamia, prepondera la satisfacción carnal y menos la responsabilidad mutua.

Pregunta: ¿Nos podríais dar un resumen sobre este delicado asunto?
Ramatís: Todos los resúmenes son insuficientes, por la complejidad del asunto tratado, mientras tanto, observando la Naturaleza, vemos que las uniones de los seres tienen por objetivo la perpetuación de las especies, por lo tanto es un objetivo procreativo, siendo esa la principal razón de la relación sexual, pero el hombre transformó las emociones, sentimientos e instinto como instrumento de su placer y desde allí, pasó a formar parte de su experiencia milenaria. Por lo tanto, debe retornar a la antigua finalidad, hasta que aprenda a expresarla y aceptarla como normal sin excesos, los cuales no se deben denominar "de animales", pues esos llamados animales, sí cumplen con fidelidad las leyes naturales. Bajo La Luz del Espiritismo

(Ramatís, "Bajo la luz del espiritismo")