domingo, 12 de julio de 2009

El periespìritu o cuerpo Bioplasmatico II.


EL TERNARIO HUMANO: Consagrado y comprobado por las experiencias espíritas está compuesto por el cuerpo físico, periespíritu y espíritu. Cada uno de estos elementos corresponde a la misma naturaleza de los planetas del Universo, donde habrá de integrarse y ejercer sus actividades: EL CUERPO FÍSICO, para el mundo terrestre, el mundo de las formas y de los fenómenos; EL PERIESPÍRITU, PARA FUNCIONAR EN EL MUNDO ASTRAL Y MUNDOS INTERMEDIARIOS, DONDE SE ELABORAN LAS LEYES; Y EL ESPÍRITU o alma humana, correspondiendo a los mundos espirituales y divinos -- mundos de los principios.

1.- DEFINIENDO EL COMPLEJO TERNARIO


CUERPO FÍSICO: Único elemento visible normalmente, está formado por materia planetaria grosera, estando constituido por órganos, aparatos y sistemas, teniendo por unidad fundamental la célula, en sus máximas modalidades y diferenciaciones, perteneciendo su estudio a la Anatomía, Histología y Fisiología.
El Cuerpo Físico, es la representación de la forma inferior de la evolución, la evolución morfológica o de la forma, siendo transitorio y de duración efímera, sede de la vida vegetativa y orgánica, automática e inconsciente por hábitos ancestrales arraigados, producto de un atavismo o herencias antepasadas. Es un mero y pasivo instrumento de la evolución del alma en la vida de relación terrestre, donde el Espíritu es el agente y motor en sus complejas e ilimitadas virtudes.
PERIESPÍRITU: Encontramos clara su definición en EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, de Allan Kardec preguntas 93, 94 y 95.
ESPÍRITU: Igualmente su definición la encontramos en EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, de Allan Kardec, pregunta No. 76. El Espíritu, en su más alta expresión no se pude reducir a una banal definición, por desconocer su naturaleza íntima, inaccesible a nuestro análisis directo. El Espíritu es la parte noble y divina de nuestra individualidad, inmutable e inmortal, triunfando en el espacio y en el tiempo, actuando en la purificación y progreso del periespíritu que lo reviste y da cuerpo. El Espíritu es el árbitro de la verdadera evolución, - la evolución de la vida -.


2.- NATURALEZA DEL PERIESPÍRITU

El periespíritu o cuerpo fluídico, es uno de los más importantes productos del fluido cósmico universal. Es una condensación de ese fluido en torno de un foco de inteligencia o alma. El cuerpo periespiritual y el cuerpo carnal tienen origen en el mismo elemento primitivo; ambos son materia, aunque en dos estados diferentes. Del medio donde se encuentra es que el Espíritu extrae su periespíritu, esto es, ese envoltorio él lo forma de los fluidos o energías ambientales liberadas de la materia del lugar donde se ubique el Espíritu, resulta entonces, que los elementos constitutivos del periespíritu varían, conforme a los mundos, sutilizándose aquellos en la medida en que los mundos son más evolucionados.
La naturaleza fluídica o vibratoria del periespíritu, en lo que se refiere a densidad o sutilidad de aquella, está en relación directa con el grado de adelanto moral del Espíritu. entre mayor sea la densidad del periespíritu, o sea cuando éste es pesado o grosero, el Espíritu que lo reviste llega a confundirlo con el cuerpo carnal, razón por la cual, ellos creen continuar estando vivos y por lo tanto permanecen en la superficie de la Tierra, como los encarnados, entregados a sus ocupaciones terrenas. Otros, un poco mas desmaterializados, logran elevarse por encima de las regiones terrestres.
Según el medio, donde el Espíritu se ubique para hacer su experiencia física, su periespíritu se formará, por partes mas o menos puras o groseras del fluido allí existente, peculiar al mundo donde reencarna.


3.- CONSTITUCIÓN DEL PERIESPÍRITU


El periespíritu es un equipo complejo, siendo capaz de atender, a las más variadas actividades y deseos del espíritu inmortal. Hoy es posible al hombre recibir instrucciones sobre la contextura verdadera del periespíritu, porque ya está familiarizado con las energías del mundo invisible reveladas por la ciencia, por ejemplo, los rayos ultravioleta e infrarrojo, los rayos X, la radioactividad, la desintegración nuclear, los fenómenos ultrasónicos, la electricidad, el magnetismo, el electrón, la energía cuántica, etc.
Las más modernas experiencias, sobre todo las realizadas a partir e 1.912 comprueban que el periespíritu está constituido de materias fluidicamente diferenciadas, gradualmente sutilizadas, adaptadas a sus más diversas funciones psíquicas, constituyendo departamentos autónomos, desde el emocional al mental, verdadero laboratorio de nuestro dinamismo fisio-psicológico.
El molde del cuerpo físico o periespíritu, contiene fluidicamente las células, los órganos, los aparatos, que se condensan en el cuerpo carnal. Este será el reflejo del periespíritu, que determinará su forma, tamaño, aspecto, estado de perfecta salud, enfermedades conforme a la herencia que el espíritu acumula, en las diversas reencarnaciones y, cuyos frutos, como heredero de sí mismo tendrá, forzosamente que recoger. Durante la vida material mantiene la integridad del cuerpo físico, cuyas células se renuevan constantemente. Se concluye que el periespíritu tiene una naturaleza fisico-anatómica-fisiológica.
Su organización es más valiosa que la física, con una importancia fisiológica y un metabolismo propio. Esos órganos tienen funciones algo semejantes a los de la materia, pero no iguales, pues la nutrición del periespíritu es muy diferente y condicionada al plano espiritual que habita. Su alimentación es pránica, palabra que viene del sánscrito, compuesta de "pra", hacia afuera y de "an", respirar. Vivir, significa respirar y asimilar la energía cósmica universal, fuerza total y dinámica que vitaliza todas las cosas y planos de actividad del Espíritu Inmortal. Donde se manifiesta la vida, ahí existe el prana.
El periespíritu estando bajo la acción de una mente elevada, respira magnetismo purificado, pero si es sometido a la violencia psíquica y emocional, se debilita e intoxica, siendo entonces el punto de convergencia de energías densas del mundo espiritual. Su magnetismo cuando se hace denso aumenta el peso específico, es decir, su peso normal y natural cayendo en el campo de las vibraciones densas,. Produciendo disturbios psíquicos y orgánicos, que se traducen en complicadas manifestaciones enfermizas que la medicina oficial no consigue solucionar por desconocer el origen de las mismas.
Conviene destacar la gran importancia que tiene el periespíritu sobre el cuerpo físico, puesto que es la matriz, el molde, es decir, el origen de la organización de la carne y el principal detonador de todos los fenómenos corporales proyectados por la mente humana.

4.- FUNCIONES DEL PERIESPÍRITU


Son múltiples y algunas de capital importancia para la racional explicación de muchos fenómenos considerados misteriosos e inexplicables, encontrando su explicación natural y lógica en la constitución, naturaleza y dinamismo del periespíritu.
La fisiología nos demuestra con evidencia que consumimos todas las células de nuestro organismo físico, en el proceso de asimilación y desasimilación, resultante de variados y complejos fenómenos físico-químicos y biológicos (metabolismo), destruyendo todos los materiales de nuestro cuerpo en pocos años (excepto las células cerebrales), siendo reparado en su totalidad varias veces, aún en una corta existencia.
Sin embargo no perdemos nuestro tipo físico, porque nuevas células se suceden a las células caducas a una velocidad vertiginosa, debido a la acción orientada del periespíritu, ayudado por el cuerpo vital o doble etérico, en todas las remodelaciones anatómicas y hasta las reparaciones patológicas, fijando e individualizando nuestra personalidad aparente y transitoria.
Por la diferencia de vibraciones, el Espíritu no podría actuar directamente sobre la materia del cuerpo físico, de ahí la necesidad de un cuerpo intermediario, cuyas vibraciones fuesen más intensas junto al Espíritu y más débiles o próximas al cuerpo carnal, permitiendo la acción recíproca de uno sobre el otro, de la cual resulta la vida psíquica consciente, los fenómenos de la vida vegetativa y los de origen mediúmnico. Por lo tanto:
El periespíritu constituye el envoltorio del Espíritu, instrumento de trabajo para los diferentes planos de la naturaleza, para su progreso evolutivo.
Vehículo de unión del Espíritu con el cuerpo físico, estando localizadas en el sistema nervioso sus principales líneas de fuerza, teniendo por misión recibir sensaciones y transmitir actos de la voluntad por intermedio de estados vibratorios especiales y variados.
Tiene la propiedad de exteriorizarse en condiciones particulares (sueño fisiológico, narcotizaciones, hipnosis, autodesdoblamiento, etc.) proyectándose a distancias casi ilimitadas, animado de velocidades vertiginosas, llevando consigo toda su individualidad psíquica, corporizándose a veces, quedando ligado al cuerpo físico por el cordón astral, resistiendo todas las fuerzas físico-químicas y naturales, atravesando todos los obstáculos, por más densos que sean, como la luz atraviesa los cuerpos transparentes. A esta propiedad se le denomina desdoblamiento. La muerte, es el rompimiento completo e integral del cordón astral, para adquirir el Espíritu su libertad ascensional para el mundo espiritual.

Archiva como película todos los acontecimientos de que fuimos protagonistas, registrando y asimilando todos los conocimientos adquiridos a través de nuestra evolución individual, quedando comprimidos en las profundidades de nuestro subconsciente, todos esos acontecimientos innecesarios e incompatibles con la misión progresiva, expiatoria y reparadora de cada reencarnación, pero susceptibles de aflorar a la conciencia normal y cerebral por procesos de hipnosis, fenómenos ya muchas veces experimentados y observados bajo el nombre de Regresión de la Memoria.
Irradia hacia el cuerpo físico, penetrándolo y envolviéndolo en una atmósfera fluidica, de sección ovoide, de diámetros variables de individuo para individuo, policroma, pudiendo ir de la más negra opacidad a la luminosidad más resplandeciente, constituyendo el aura humana. Es en el aura que se dinamizan y se proyectan todas nuestras formas pensamientos y toda la gama de nuestras emociones y sentimientos, quedando allí plasmados todos nuestros vicios y virtudes, todo nuestro progreso o retroceso, todas nuestras aspiraciones e ideales. El aura humana es el espejo de todo nuestro dinamismo síquico, teniendo por agente el Espíritu y por laboratorio e instrumento de acción, el periespíritu.
Ejerce la función organogénica, constituyendo el modelo invisible que estructura el cuerpo físico, dotándolo de una personalidad física típica, y asegurando para cada individuo una directriz y molde uniforme, y relevo personal inconfundible, ya sea durante la vida terrena o durante la vida espiritual donde fluidicamente el Espíritu produce los más delicados trazos fisionómicos y anatómicos, haciéndose reconocibles los desencarnados, esto es, los seres fallecidos. Toda nueva cualidad demostrada en el periespíritu es transferida al cuerpo físico, en la encarnación siguiente, a través de los genes. Sería una hereditariedad síquica, más concreta cuanto más elevada es la entidad reencarnante, que no hereda de otra, mas de sí misma, a no ser caracteres orgánicos determinados por la hereditariedad. El impulso creador se origina en el Espíritu, se proyecta en el periespíritu y después en el cuerpo físico o soma. Soma y periespíritu, en cada encarnación se hacen más flexibles y transparentes. Así, hay una progresiva actualización de las formas, de lo más simple y menos complejo para lo más complejo.
El modus operandi se da por la reencarnación. La forma física es modelada según el periespíritu. Por efecto de su dirección, la materia aún informe del huevo, irá a constituirse y organizarse en el embrión, este en el feto, este en el recién nacido. Sabe la ciencia que ninguna alteración morfológica se transmite del cuerpo para los genes, mas, al contrario, de éstos para aquel (Genética). Las modificaciones del cuerpo se procesan primero en los genes. La creación de una especie nueva, sólo puede provenir por tanto, de la alteración de los genes que le dio origen, para producir la descendencia. Entra en juego, la hereditariedad genética, modificada por el periespíritu, por impulso del Espíritu y el concurso de la Espiritualidad Superior.
La continuidad e integridad de la estructura física, a través del proceso filogenético o desarrollo progresivo de los seres vivos, comenzando por las formas más simples y terminando con las más complejas, sólo es posible gracias a la continuidad e integridad de la estructura periespíritual, a través del proceso reencarnatorio.
Ninguna alteración se fija en el cuerpo físico, para transmitirse por hereditariedad a la descendencia, si primero no se fijó en los genes y ninguna alteración se fija en los genes, si primero no se fijó en el periespíritu.
En razón de la densidad de nuestro siquismo, ejecutamos actos que violentan nuestra organización física, destruyendo órganos, alterando sistemas y desarmonizando las energías, situaciones éstas que se imprimen en el periespíritu, causando los mismos efectos que se dieron en el cuerpo físico. Como los efectos posteriores que se dan en el organismo físico como consecuencia del suicidio, el aborto, el abuso de las drogas, el alcohol, el sexo, etc. Es a través del periespíritu que los desencarnados actúan en los fenómenos de la mediumnidad y en los procesos obsesivos, alcanzando el organismo físico de los encarnados por medio del sistema nervioso que, como se sabe, es considerado hoy como parte material o prolongamiento físico, por así decir, del cuerpo periespiritual. Actúan, sea, directamente en las corrientes vibratorias del periespíritu, ya sea en las zonas físicas de las varias regiones nerviosas, atendiendo a la extrema sensibilidad de sus células.
Por medio del periespíritu obran los Espíritus en la materia inerte y producen los diferente fenómenos de las manifestaciones físicas.
El periespíritu es el órgano de transmisión de todas las sensaciones. Para las que vienen del exterior puede decirse que el cuerpo recibe la impresión, el periespíritu las transmite y el Espíritu, el ser sensible e inteligente, la siente. Cuando el acto parte de la iniciativa del Espíritu, puede decirse que éste quiere, el periespíritu transmite y el cuerpo ejecuta. El periespíritu desempeña un papel importante en todos los fenómenos sicológicos y hasta cierto punto fisiológicos y patológicos. Cuando las ciencia médica tome en consideración la influencia del elemento periespíritual, habrá dado un paso importante y nuevos horizontes se abrirán ante ella; muchas causas de las enfermedades serán explicadas, y se encontrarán poderosos medios para combatirlas. Ejemplo: la epilepsia, la histeria, la artrosis, etc.
El Profesor JORGE ANDREA, en su obra EN LAS BASES DEL INSCONSCIENTE, dice que el periespíritu está constituido de capas vibratorias unidas por contigüidad, que partiendo del centro espiritual del Hombre, se van densificando en la medida que se aproximan al cuerpo físico, transbordándolo, irradiando hacia afuera bajo la forma de aura, variable de acuerdo con el grado de Evolución del Espíritu.
EMMANUEL, en el libro que leva su nombre, en el tema EL SANTUARIO DE LA MEMORIA, capítulo XXIV, afirma categórico: "el cuerpo espiritual (periespíritu) no retiene solamente la prerrogativa de constituir la fuente misteriosa de la vida, en la cual se opera la oxidación orgánica o modelación de la estructura física; es también la sede de las facultades, de los sentimientos, de la inteligencia y sobre todo, el santuario de la memoria, en la que el ser encuentra los elementos comprobatorios de su identidad, a través de todas las mutaciones y transformaciones de la materia".
Así, cuando el Espíritu quiere, el periespíritu vibra y el cuerpo físico ejecuta, de manera más o menos perfecta, las ordenes recibidas. Las vivencias del Espíritu le permiten almacenar, por así decirlo, en el periespíritu, los conocimientos adquiridos y esa memoria ancestral, aunque oculta por pesado velo material, puede ser revelada por procesos propios (regresión de la memoria).
Las investigaciones espíritas ofrecen condiciones para que se determine el papel y naturaleza del periespíritu. Citamos como las más expresivas las realizadas por el propio Kardec, Delanne, Geley, Bozzano, y W. Crookes. Como investigadores hoy, tenemos al Ingeniero Hernani Guimaraes Andrade del Brasil, a Kin Bong Han científico del Corea del Norte y a los soviéticos.

5.- DENOMINACIONES DEL PERIESPIRITU
Conocido por los estudiosos, desde la remota antigüedad, fue identificado con rica nomenclatura, conforme las funciones que le fueron atribuidas en los diversos periodos de investigaciones y conforme a la época y los religiosos que lo hayan tratado. Doctrinas tradicionales como el Rosacruz, la Teosofía, el Esoterismo y el Yoga referencian la existencia de este cuerpo con una estructura anatómica y fisiológica propia que actúa como matriz original y organismo preexistente al nacimiento y a la muerte física. Y esto no es una novedad, puesto que es una materia conocida hace siglos por todas las escuelas iniciaticas del mundo. Es de sentido común que los avanzados conocimientos sobre la inmortalidad del alma partieron de Oriente, principalmente de la India. Por lo tanto, sería ridículo que el espiritualista occidental desprecie el acervo benefactor de esa fuente de Sabiduría Espiritual.
Los vedas, hace más de 4.000 años señalaban detalladamente el cuerpo mental, el cuerpo astral y el doble etérico con el sistema de Chacras, esto se puede comprobar en el poema Ramayana, en los Himnos de los Rig-Veda, el Bahavad Gita y el Dhammapada, cómo a través del simbolismo se disfrazan los conocimientos iniciáticos más importantes del Espíritu.
El periespíritu en las lecciones del Vedanta, aparece como Manú, Maya y Kosha; era conocido en el Budismo esotérico como Kama-rupa, mientras que en el Hermetismo Egipcio, surgió en la condición de Kha o Duplo, igualmente en la Cábala Hebraica como Rouach. Los Chinos lo denominaban Khi, Linga Shirara los Hindúes, Kaleb los Persas, Acasa los Brahmanes, Ochema o Eidolón los Griegos, Ímago en el Tradicionalismo Latino. Hipócrates lo denominaba Ehormon y Pitágoras como Carne Sutil del Alma. Aristóteles lo consideraba como cuerpo sutil y etéreo. Orígenes lo indicaba como Aura y Cuerpo Espiritual el apóstol Paulo. Los antiguos hebreos lo llamaron Nephesch. Igualmente, varias escuelas ocultistas le han dado el nombre de Numia, Arqueu, Enormón. Aerosoma, Cuerpo Astral por Hermetistas y Ocultistas.
Leibniz, después, sustituyendo los conceptos panteístas de Spinoza por la teoría de los "átomos espirituales o mónadas", lo denominó cuerpo fluídico. Aparecen otros referenciándolo como Duplo por Lapage, Evestrum por Parecelso, Duplo por Depag Renour, Alma por el Dr. H. Baraduc, Cuerpo Aroma por Fourier, Aerosoma por los Neognósticos, Cuerpo Astral por los Teosofistas, Idea Directriz o Diseño Vital por Claud Bernard o Fluido Nervioso por el Vidente de Prevorst, Cuerpo Psíquico por Dupuy, Cuerpo Metafísico por Carl Du Prel, Cuerpo Glorioso llamado por los primeros cristianos, Psicosoma, Noosoma, Cuerpo Bioplasmático por los Rusos, Modelo Organizador Biológico o MOB por el Ing. Hernani Guimaraes Andrade. Periespíritu por Allan Kardec.

1 comentario:

  1. Un articulo de verdad maravilloso, enhorabuena para el autor/a que ha hecho una fantastica recerca de todos los conocimientos y estudios referentes a la naturaleza del periespíritu. Genial, no se me ocurre otra cosa, poquito a poco vamos aprendiendo más gracias a gente como tú.

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