miércoles, 28 de abril de 2010

Influencia animica en trabajos mediumnicos


Pregunta: Los médiums que comienzan los trabajos mediúmnicos usando fórmulas o palabrerío particular, especie de prefijos sin sentido doctrinario y vacíos de significado, como ser: "queden entre vosotros las bendiciones de las infinitas alturas", "bajen las luces de los pies de Dios sobre vosotros", "que la bandera blanca corone vuestras cabezas" o "el manto de la humildad se descorra sobre vuestros hombros". ¿Son convenciones particulares de los espíritus comunicantes, o es el fruto del animismo de los médiums?
Ramatís: Eso es muy común entre los candidatos al desenvolvimiento mediúmnico, o de aquellos que se anquilosaron en un mediumnismo improductivo. Ciertos vicios anímicos se propagan por varios médiums, que por estar en la etapa de desarrollo se copian del médium oficial o principal de la institución espirita donde inicia sus primeros pasos, para despertar su facultad. Es un animismo colectivo, propio a determinados trabajos espiritas doctrinarios o mediúmnicos aún incipientes. Cuando los candidatos a médium tienen la suerte de colocarse bajo la dirección de otros médiums estudiosos, serios y adversos a las fórmulas, símbolos, llaves convencionales o frases pomposas, desenvuelven su facultad sin las excrecencias anímicas que oscurecen y ridiculizan las prácticas mediúmnicas. Existen médiums que debido al estudio constante de las obras espiritas e indagaciones esclarecedoras, progresan tan rápidamente en el primer año de su ejercicio mediúmnico, que ultrapasan en conocimientos y experiencias a sus compañeros cómodos, prejuiciosos o displicentes que no alcanzaron ese progreso ni en veinte años de trabajo. Estos últimos viven repitiendo las comunicaciones fastidiosas, usando los viejos términos y la elocuencia sentenciosa de siempre, mientras carece de provecho espiritual el mensaje que transmiten. Pensando que el desarrollo mediúmnico se resume en la exclusiva operación de "recibir" espíritus desencarnados, se habitúan a la modalidad mediúmnica usada durante varios años, mientras se cristalizan en una práctica improductiva, que impide a los guías exponer los temas nuevos a los encarnados, por la imposibilidad de atravesar el paredón granítico de un acondicionamiento tan pobre de recursos intelectivos y de conocimientos espirituales. De ahí el caso de esas extensas frases sin sentido lógico, que los médiums repiten en forma lacrimosa o bajo la afectada elocuencia, cuando abren los trabajos espiritas. Tal como sucede en los demás sectores de la vida humana, los "alumnos novicios" siempre imitan a los veteranos, cosa que también es justificable en el ambiente espirítico. Los candidatos a médiums y los neófitos del ambiente espirita raramente conocen las obras de Allan Kardec, León Denis, Gabriel Delanne, Ernesto Bozzano, Pablo Gibier, Dale Oven, William Crookes, César Lambroso, Albert de Rochas, Aksakoff, y otros que sería extenso enumerar, pero suficientemente buenos para esclarecer los modos de extirpar los ridículos, trivialidades o manifestaciones mediúmnicas que con¬trarían el buen sentido. En consecuencia, a los displicentes sólo les queda seguir al pie de la letra todo aquello que observan en el médium desenvuelto e instrumento del guía director de los trabajos del Centro espirita. En base al "tabú" inescrutable, especie de dogma espirita, todo aquello que dice y enseña el guía debe observarse religiosamente, tal como sucede con los fieles católicos según el padre; los médiums novatos también aceptan ciegamente y sin reparo alguno lo que expone el médium señor del trabajo, que también puede enseñar tonterías a cuenta de conceptos de elevada filosofía espiritual. Consecuentemente, pronto surge el animismo colectivo, resultando ser copia fiel de las mismas formas y palabreríos usados en la apertura del trabajo, sin faltar el tono de voz dramática que dará elocuencia al dictado del comunicante.

Pregunta: El hermano Ramatís, ¿encuentra razonable esa conducta por parte de los médiums novatos en el desarrollo mediúmnico?
Ramatís: Eso es humano y bastante justificable, pues la mitad de la humanidad le gustaría imitar a la otra mitad. Es regla general que en cualquier experiencia del mundo, los neófitos se guíen por los veteranos, porque desconocen el camino, pues deben seguir los pasos de quienes van adelante. El artista, el cantante, el escritor o el orador famoso caminan por la vida con el cortejo de imitadores que en ansiosa emulación, buscan la fama y la celebridad del imitado. Es verdad que algunos de los imitadores, con el transcurso del tiempo, también consiguen imponerse por alguna creación original; pero al comienzo, el candidato incipiente precisa apoyarse en aquellos que alcanzaron éxito. Sucede lo mismo en el campo de la mediumnidad, en donde los novicios tratan de asimilar las cualidades de los veteranos, aunque en el futuro hasta puedan superarlos ventajosamente. Pero desde que los candidatos a médiums olviden el estudio, la investigación provechosa y recelen para enfrentar los "tabúes" supersticiosos, prefiriendo la cómoda posición del misticismo suspirante e improductivo, no hay dudas que se cristalizarán como ruines imitadores de los buenos o malos médiums en que se inspiraron. De esa forma se viciarán también con las llaves sentenciosas, señas sibilinas y las metáforas ridículas que se prefieren bajo la elocuencia imitadora de los viejos tribunos romanos. Bajo el conocimiento profundo de la bibliografía espirita, por la parte doctrinaria o la práctica mediúmnica, sólo ahí tendrán la base para reducir las interferencias anímicas del médium en las comunicaciones de los espíritus, ayudándolo a eliminar gradualmente los datismos, imitaciones, redundancias y formas indeseables en el intercambio con las entidades del Espacio. En algunos trabajos espiritas de nivel intelectual muy pobre, donde los componentes se limitan a una interpretación tristona y lacrimosa del Evangelio, se llega a exaltar el "tabú" del médium analfabeto, el que compensa su ignorancia, apenas por su buena intención. Es natural que solo la buena intención no basta para alcanzar el éxito completo durante la vida humana, pues muchos acontecimientos indeseables y trágicos del mundo son fruto de la ignorancia de aquellos que lo provocan, aunque sean bien intencionados. Y el médium, que es un intermediario de las enseñanzas y derroteros del mundo espiritual para los encarnados, no puede eximirse del estudio doctrinario de la investigación mediúmnica y de la cultura del mundo que vive, aunque alegue que actúa con buena intención, pues ésta debe basarse en los conocimientos seguros y sensatos para no producir perjuicios irreparables a la fe y confianza del prójimo.

Pregunta: Esa falta de instrucción que induce a los médiums incipientes a copiar el modo de hablar, la voz, la manera y el estilo del médium principal, ¿puede perjudicar los trabajos del centro donde actúa?
Ramatís: Aún son pocos los trabajos mediúmnicos que están liberados de ciertas prácticas contraproducentes y que sería de mucho agrado para los espíritus comunicantes eliminarlas. Los médiums, en gran parte, conforme os dijimos, se dedican forzosamente a la práctica mediúmnica, porque viven acicateados por la necesidad de desarrollarse a fin de recuperar la salud o liberarse de incómodas opresiones psíquicas que constantemente actúan sobre ellos. Les falta al comienzo el sentido heroico de renuncia a sus intereses personales, el placer de servir al prójimo o el ideal de divulgar la doctrina espirita. Entonces claudican por muchos años, cambian constantemente de centros espiritas, siempre insatisfechos, procurando las "corrientes afines" de los "buenos trabajos" o "reuniones elevadas", donde puedan obtener el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo. Muchos de esos médiums incultos e inquietos se olvidan de que al participar en las mejores corrientes y en los mejores trabajos espiritas, algunas veces logran desarmonizar los trabajos mediúmnicos ajenos. La solución, por lo tanto, no está en buscar grupos espiritas más simpáticos o eficientes para alcanzar el desenvolvimiento mediúmnico, pues el médium debe promover la renovación íntima de su espíritu en el mismo ambiente donde la bondad de los presentes les toleran su bagaje aún bastante defectuoso. He ahí la causa del por qué, a falta de otros recursos, los benefactores desencarnados se dan por muy satisfechos cuando consiguen actuar a través de los médiums de buena voluntad, trabajadores y sin complicaciones, aunque no sean muy preparados. Por eso también son pacientes y tolerantes con la incapacidad de sus mediadores encarnados, soportándoles el animismo, la histeria, el automatismo psicológico, la imaginación indisciplinada, los largos circunloquios, las frases pomposas y vacías, la manifestación neurótica y los caprichos llevados a cuenta de las cualidades mediúmnicas. Cuando encuentran alguna docilidad en sus intérpretes, hacen todo lo posible para apartarlos de los ambientes perniciosos, de las compañías degradantes, encaminándolos hacia las conversaciones elevadas, lecturas provechosas que los ajusten gradualmente al imperativo superior del trabajo mediúmnico junto a la mesa espirita. Como dijéramos anteriormente, es mucho más importante para el guía que el médium se rehabilite espiritualmente, antes de volcarse como un gran intérprete de la revelación del Espacio... Cuando afirme su conducta espiritual y se decida por el rumbo provechoso, se volverá el candidato que se gradúa para recibir los mensajes de los espíritus de buena estirpe. Los médiums, en gran parte, ignoran que los espíritus responsables y conscientes de sus tareas son concisos, sensatos y parsimoniosos en sus comunicaciones hacia la materia, despreocupados por impresionar a los encarnados por la oratoria pomposa, pero carente de beneficios. El animismo colectivo, que generaliza en un mismo patrón anímico a los médiums en sus comunicaciones, es el resultado de la displicencia de quienes se creen muy bien desarrollados pero que por comodidad prefieren extraer los conocimientos y orienta¬ciones espirituales de la fuente más próxima y favorable, que en ese caso es el médium principal donde ellos actúan. Si el médium escogido como modelo, resulta ser también anímico, lleno de ma¬nías, prevenciones y superficialidades a cuenta del "estilo" mediúmnico, entonces sus imitadores se vuelven otros multiplicadores de las mismas incongruencias en nuevos papeles carbónicos, cuan¬do actúan en otros centros espiritas. De esta forma quedan vi¬ciadas las más sencillas comunicaciones de "este lado" debido a la excesiva repetición de modismos, aperturas de trabajos con palabras pomposas y huecas, mientras el guía aguarda paciente, junto al médium indisciplinado, para poder saludar a los presentes con un fraternal "buenas noches".

Pregunta: Hace poco os referisteis a las "prolongadas aperturas" de los trabajos mediúmnicos, lo que nos induce a preguntar si es razonable la costumbre adoptada en ciertas reuniones espiritas, donde todos los médiums, uno por uno, deben recibir a su "protector" para hacer la apertura de los trabajos y saludar a los presentes. ¿Son verdaderamente "protectores" o es la interferencia anímica de los médiums?
Ramatís: El buen sentido recomienda que en los trabajos doctrinarios o de desenvolvimiento mediúmnico, sus realizadores aprovechen al máximo posible los minutos disponibles, para tratar los asuntos importantes y de esclarecimiento público. Conviene evitar esa improductiva práctica de que todos los médiums, uno a uno, invoquen al protector en el trabajo mediúmnico, imitando a los soldados que responden al llamado de revista en el cuartel. Se consume gran parte de la valiosa y milimetrada hora de trabajo espirita en saludos sin provecho, que en forma alguna com¬pensan el sacrificio de los guías que abandonan sus tareas espirituales para esperar su actuación en la materia. Los dirigentes formales de los trabajos espiritas y que se destinan principalmente al público, deben trazar un programa orientado por el guía de la casa o por la dirección responsable de la institución, graduando las comunicaciones de cada médium conforme a su progreso y provecho. Considerando que las sesiones mediúmnicas se limitan apenas a una hora de trabajo, controlado rigurosamente por el péndulo del reloj, es evidente, que los frecuentadores semanales más asiduos habrán participado de 48 horas de trabajos mediúmnicos durante el año. Sin dudas que si los médiums gastan la mitad de esas valiosas horas en saludos y cumplimientos formales, quedan apenas 24 horas de servicio efectivo y provechoso en ese año, lo que nos parece de muy poca oportunidad para el esclarecimiento espiritual. Debemos considerar que muchos asistentes a las reuniones duermen, otros hablan o se desinteresan de las lecciones de los espíritus, por ser cansadoras, desarticuladas y molestas, a causa de la inter¬ferencia improductiva y muy anímicas de sus médiums. Es necesario eliminar de los trabajos mediúmnicos todas las manifestaciones que roben el tiempo precioso destinado a los asuntos útiles, así como los espíritus sensatos dispensan de las etiquetas y preconceptos del mundo físico, evitando las competiciones que lo destaquen personalmente en la apertura de los trabajos citados. En las sesiones mediúmnicas disciplinadas por las enseñanzas de Allan Kardec la regla general es permitir a la entidad responsable de la casa que delinee el programa de servicio para la noche, que exponga el asunto esencial de beneficio colectivo y después hacer efectivas las demás comunicaciones de los espíritus, aprovechando magníficamente el tiempo sin tantas demoras por los extensos saludos y que, además, son improductivos. Con respecto a ciertos oradores que agotan gran porcentaje del tiempo en los trabajos espíritas, podrían utilizar provechosamente esos minutos radiando pensamientos benefactores a los enfermos, a para esclarecer el Evangelio al público.

Pregunta: ¿Cómo se explica la aflicción que generalmente embarga' a los médiums novatos, cuando se les insiste para que "abran" los trabajos mediúmnicos con la palabra de sus "guías", que comúnmente denominan "protectores"?
Ramatís: Los médiums novatos creen que su desenvolvimiento mediúmnico depende de la "cantidad" de comunicaciones de los espíritus, que de la "calidad" del estudio del espiritualismo y de su urgente renovación moral. Entonces se afanan para aprovechar todas las oportunidades favorables que tuvieren en los trabajos espiritas, para transmitir su comunicación, pues se sienten malogrados cuando no pueden concretar tal deseo. Basta recordaros que en los trabajos mediúmnicos, donde la dirección de la mesa no tiene experiencia o posee excesiva condescendencia, hay momentos en que varias comunicaciones se reciben simultáneamente o alguien se comunica después de cerrados los trabajos; tal es la fiebre de los novicios por transmitir la palabra de sus guías, aunque éstos no sean tan atrevidos. Si el éxito dependiera del mayor número de comunicaciones de los espíritus, es evidente que los tipos populares, obsecados de las calles y los infelices encerrados en el manicomio, deberían ser considerados "excelentes" médiums y en completo desarrollo, pues comunican fielmente y en todos los instantes las palabras y deseos de sus obsesores. Por lo tanto deben evitarse los excesos de saludos en los comienzos de los trabajos mediúmnicos, las lecciones triviales, las pronunciadas oratorias y los comunicados excéntricos que cansan al público, como frutos del animismo exacerbado de los médiums nuevos. Que se aproveche al máximo posible el tiempo disponible para esclarecer a los "vivos" en vez de estimular el estéril convencionalismo de los "muertos".

Pregunta: Esa preocupación febril y anímica de algunos médiums en "abrir" los trabajos mediúmnicos, en usar formas convencionales y frases típicas que preludian a las comunicaciones de los espíritus, ¿deben ser blanco de nuestra censura en la siembra espirita?
Ramatís: Deseamos aclararos que nuestro principal interés en esta obra es enfrentar el problema anímico en su esencia, sin recelos de "tabúes" o misticismo lacrimoso que favorezca la institución de dogmas en el seno del Espiritismo. Muchos factores indeseables que rebajan el nivel de las comunicaciones pueden ser corregidas a tiempo, a fin de estimular el progreso mediúmnico. No podemos censurar a los médiums anímicos, porque el animismo es fruto natural y lógico del desenvolvimiento mediúmnico, aunque muchos continúen estacionados en esa improductividad, después de considerarse completamente desarrollados. El médium en desenvolvimiento es como la hoja que arrastra el viento, algunas veces copia las veleidades y contradicciones de aquellos que juzga más competentes. En verdad el médium evoluciona o se cristaliza; se estaciona entre las excrecencias anímicas copiadas del "modelo" veterano en quien se inspiró,' o entonces estudia, investiga y desenvuelve el sentido de la autocrítica, suficiente para comprender mejor su propio temperamento y carácter, a fin de liberarse rápidamente de las anomalías del animismo improductivo. No importa los tropiezos de los primeros pasos, aunque predominen las fórmulas típicas, las comunicaciones tontas, pomposas o improductivas, que significan para el candidato a médium como el "a - b - c" para el analfabeto. La base del mediumnismo aún es el animismo; sin éste no existe aquél. Los rasgos de la oratoria genial, con que ciertos médiums experimentados terminan por deslumbrar a sus oyentes, tuvieron por bases las manifestaciones mediúmnicas incipientes de los primeros días.

Pregunta: Vuestro médium, que parece ágil y desprovisto de convenciones mediúmnicas, ¿también atravesó la fase anímica y contradictoria, transmitiendo el pensamiento de los encarnados a través de las comunicaciones ridículas, ingenuas y superficiales?
Ramatís: La base primaria de su desenvolvimiento la realizó comunicando las ideas de los espíritus a través de frases entrecortadas, de los dísticos supersticiosos o redundancias sin provecho doctrinario. Por mucho tiempo nos mantuvimos a la expectativa, aguardando pacientemente que atravesase el período de los desbordes orales, de los datismos propios de los intelectos desenvueltos, pero indisciplinados, fruto natural de su animismo e in¬experiencia. Él también profirió extensos saludos de apertura en los trabajos espiritas, copió los gestos, exclamaciones y el tono de voz de los médiums a quienes él atribuía mayores quilates; mu¬chas veces exageró las pronunciaciones provincianas, intentando impresionar al público por la exposición de conceptos triviales, que juzgaba eran de elevada filosofía espiritual. Cuando temíamos que se cristalizase en el mediumnismo improductivo y convencional, se mostró inconformado con la situación y deseó nuevos conocimientos; se dedicó incondicionalmente al estudio de todo aquello que le pudiese dar un concepto superior de la vida creada por Dios. Vimos cómo rompía las fronteras ortodoxas de su creencia e investigaba en los esfuerzos ajenos, de otros hombres que sinceramente buscaban la Verdad, consolidándose con las enseñanzas de la ciencia y psicología del mundo material. En su investigación incondicional sobre la inmortalidad del espíritu, nuestro médium terminó por comprender que Dios es íntegro en su Obra, por cuya causa la materia también es una creación divina, como condición provisoria para que el alma despierte su conciencia. Sin mayores aflicciones examinó cuidadosamente sus propias incongruencias y estigmas anímicos, que interferían en las comu¬nicaciones, investigó su subconsciente bajo el método freudiano y terminó por identificar innumerables anomalías que se interponían durante su trance mediúmnico. Investigando el fenómeno de la mediumnidad sin la mística religiosa que dogmatiza, poco a poco fue eliminando muchas intervenciones anímicas que oscurecían nuestro intercambio espiritual, pasando a facilitarnos las comunicaciones por su intermedio.

Pregunta: No deseamos censurar los trabajos de los médiums noveles que son sinceros y entusiastas, pero observamos ciertas competiciones de oratoria mediúmnica, que parecen contrariar las recomendaciones hechas por Allan Kardec en el Libro de los Médiums. ¿Qué decís al respecto?
Ramatís: Lógicamente, la solución del animismo, que se manifiesta en sus más variados aspectos, no se conseguirá a través de la censura; pero sí es necesario afrontar ese problema sin recelos de "tabúes" o de herir susceptibilidades sujetas al misticismo improductivo. El Espiritismo es una doctrina sensata, seria y evolutiva y no puede endosar las anomalías que aparecen en el ejercicio mediúmnico y que pueden ser el blanco de los adversarios mal¬intencionados. El médium, que es uno de los elementos de mayor importancia en la propaganda del Espiritismo práctico, debe destacarse por su modestia, conducta moral superior y en el servicio mediúmnico exceptuado de las excrecencias ridículas. Los médiums son hombres, y por eso también imperfectos; mientras tanto, siempre que estudien conscientemente las obras codificadas de Allan Kardec, quedarán esclarecidos desde su co¬mienzo en el trabajo mediúmnico con respecto a las incongruencias que necesitan evitar en nombre de la doctrina espirita, como ser los desajustes de los médiums en lo tocante a sus cualidades morales conforme se expresa claramente en el Libro de los Médiums Los médiums nuevos son tímidos, cuidadosos y temen al ridículo; al comienzo, mal disimulan la ansiedad de sobrepasar a los compañeros más experimentados, oportunidad ésta que no desechan cuando se les presenta. Algunos alcanzan buenos éxitos en el ambiente más confuso; otros se perturban en los trabajos mediúmnicos más armónicos. Obviamente se gradúan por los matices más variados y conforme a la mayor o menor influencia anímica; en unos predomina un elevado lenguaje, el potencial intelectivo superior o el sentimiento de tolerancia evangélica; en otros, la trivialidad, el mental primario o el empeño decidido de "decir la verdad" a los demás. Conforme cita Allan Kardec, en el Libro de los Médiums, aún es el médium exhibicionista el que más se preocupa en competir e imponerse sobre sus compañeros de traba¬jos mediúmnicos, así no pierde la oportunidad de atraer al público y teatralizar las más sencillas comunicaciones. Hace del ambiente espirita la moldura que le adorna las actitudes rebuscadas, los efectos pirotécnicos o las exclamaciones dramáticas.

Pregunta: En algunos trabajos oímos comunicaciones de buena índole por parte de sensitivos constructivos, pero nos extrañó ciertos convencionalismos o modismos, repetidos constantemente por el comunicante, en una lengua típica de otras razas. Algunos colegas nos explican que ciertos espíritus usan siglas o saludos particulares, para identificarse con más facilidad al comienzo de su manifestación. ¿Qué nos decís?
Ramatís: El saludo tradicional que utilizan algunos desencarnados al comienzo de sus adoctrinamientos, es propio de su índole peculiar y no representa seña o código que sería rematada tontería aceptar como prueba de identificación espiritual. Nosotros también os saludamos con las palabras “Paz y Amor", al comienzo de nuestras comunicaciones espirituales, sin que nos encontremos sujetos a ningún código de identificación o signo esotérico. Aun¬que no sean palabras sagradas o mántricas, ciertas frases peculiares, al ser manifestadas en las sesiones espiritas, predisponen al público para hacerlo vibrar simpáticamente por el reconocimiento de su presencia.

Pregunta: Y en el caso de los modismos o saludos repetidos de los desencarnados en sánscrito, hebreo, bantú, guaraní, árabe o cualquier otro dialecto extraño, como observamos; ¿cómo lo debemos interpretar?
Ramatís: Sabéis que un 'loado sea Dios", pronunciado con ánimo y convicción sincera, en cualquier dialecto o idioma extraño a vuestra raza, ha de poseer la fuerza espiritual emotiva y ne¬cesaria. Pero no deja de ser un excéntrico el médium intuitivo que saluda en idioma extraño a su raza y luego no consigue transmitir lo restante del mensaje en la misma lengua. Cuando se trata de un médium políglota o xenoglósico, es natural que comunique cualquier mensaje de los desencarnados en la lengua que ellos utilizaban en la vida física, ya sea francés, bantú, turco o chino. Muchas veces, no pasa de ser la escena motivada por parte del médium intuitivo, que en vigilia conoce el fraseado en lengua extraña y lo usa como llave al comienzo de la comunicación. Creemos que os sería bastante extraño si a través del presente médium intuitivo dictásemos el tradicional saludo nuestro de "Paz y Amor" en lengua indochina y después no pudiésemos transmitir en la misma lengua el resto de la comunicación.


(Ramatis)

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