jueves, 22 de noviembre de 2012

¿Que Es una Escuela Esoterica? Parte I

En la actualidad existen muchas escuelas, supuestamente esotéricas, que son relativamente modernas y se establecieron durante los últimos sesenta años. No me refiero a esa Escuela Esotérica que siempre ha existido y que está presente en todas partes del mundo, que ni posee un nombre determinado, ni está representada por una organización exotérica, ni tiene directores.
Esta única y verdadera Escuela, ha llenado siempre la necesidad de esos buscadores que a través de las épocas han solicitado ser admitidos en los misterios, y lo han logrado después de cumplir con los requisitos. Me refiero, en cambio, a las innumerables escuelas místicas, metafísicas, teosóficas, rosacruces y a las órdenes ocultas, que existen en todas partes. Tales organizaciones están compuestas por personas que poseen una devota intención espiritual, que están animadas por grandes aspiraciones, y que se reúnen alrededor de un instructor y de ciertas enseñanzas. El instructor imparte su interpretación personal de la enseñanza académica ocultista y acentúa la necesidad de hollar el sendero y lograr la pureza y formación del carácter, adoptando por lo general la posición de única y máxima autoridad.
Esta etapa, en la historia del esoterismo, ha sido un buen trabajo de preparación, porque presentó al público la naturaleza de la doctrina secreta, la enseñanza esotérica y el gobierno interno del mundo. La realidad de la existencia de los Maestros de Sabiduría -que trabajan con la Jerarquía planetaria bajo la dirección de Cristo- ha sido ampliamente difundida, ya sea en términos de la teosofía ortodoxa y de las conjeturas metafísicas hindúes, o bajo la terminología cristiana. Ya se ha impartido mucho conocimiento. El complicado proceso de la creación divina y la consiguiente manifestación de Dios, constituye un gran estímulo para el desenvolvimiento mental, pero con frecuencia trae muy poca comprensión. Las Escuelas esotéricas se ocupan de desarrollar la comprensión. Han difundido últimamente ciertas reglas elementales destinadas, en primer lugar, a purificar la naturaleza emocional o de deseos; han tratado extensamente temas como la diversidad de planos, los fuegos creadores y la diferenciación de la sustancia, así como los diversos septenarios que condicionan la vida, la conciencia y la forma. ¡Nada de esto es enseñanza esotérica! Han enseñado la devoción a los Maestros, pero presentándolos inadecuadamente. Expresando que tales Maestros se interesan especialmente al instructor del grupo, y a los amigos personales del instructor, con frecuencia se les dice que el Maestro, los ha aceptado en el círculo interno de sus discípulos. Dentro de estos grupos se erige, casi sin excepción, un círculo íntimo de adherentes, devotos del instructor, quienes lo obedecen ciegamente así que a los supuestos mandatos del Maestro, transmitidos por su intermedio, violando así la ley oculta de que un Maestro no debe dar órdenes, ni esperar obediencia. Por lo general, los grupos esotéricos son organizaciones herméticas, con miembros seleccionados; que fomentan un malsano sentido de misterio y presentan únicamente a medias esas verdades, que sirven sólo al propósito de testimoniar la existencia de lo real.
Por lo tanto, no existe hasta ahora una auténtica escuela esotérica. Su formación es todavía una esperanza -esperanza que ha llegado a la etapa en que puede hacerse la debida preparación para su establecimiento.
Lo antedicho no constituye una condenación al servicio lealmente prestado, pero sin inspiración. Los estudiantes deben saber que las Escuelas con las cuales están familiarizados son de carácter preparatorio únicamente, teniendo de muchos fallos, basados en la debilidad o fortaleza de los instructores que las fundaron; en consecuencia, prepondera el énfasis en la personalidad, la exigencia de lealtad y la errónea interpretación y aplicación de la enseñanza. No obstante, han sido jalones útiles para el futuro.
En verdad, aún no la llegado el momento de establecer verdaderas escuelas esotéricas. La humanidad no está aún preparada. Sin embargo, actualmente, hay muchas personas inteligentes que justifican la formación de escuelas de entrenamiento más avanzadas, que sentarán las bases para las futuras escuelas, que irán apareciendo de acuerdo a la Ley de Evolución. Las escuelas esotéricas no son una excepción en el proceso evolutivo, aparecen siempre como respuesta a la demanda de la humanidad y cuando su desarrollo mental lo requiere. En los próximos setenta anos, se fundarán las nuevas escuelas. Las actuales deben empezar a renovarse, abandonar lo no esencial y aislar las verdades realmente esotéricas, para tener una clara visión del objetivo del entrenamiento esotérico, lo cual aún no se ha hecho. Debe conocerse la disciplina a la que se someterá el neófito en el futuro, y también impartirse las técnicas correctas; todo ello elevado a un nivel superior, del alcanzado en el presente. La enseñanza tiene que independizarse de su actual tendencia teológica y pronunciamiento autocráticos. Las numerosas escuelas ocultistas internas y las diversas secciones esotéricas, han sido, desgraciadamente, culpables de los pronunciamientos dogmáticos.
Más adelante aparecerán instructores que tendrán una verdadera comprensión de la naturaleza espiritual de la autoridad, que no se basará en pretensiones, ni en el misterio, sino en una vida vivida de acuerdo con los ideales más elevados y en la presentación de una enseñanza que evocará el respeto y la respuesta intuitiva del discípulo. El instructor del futuro señalará simplemente el camino, lo recorrerá con el discípulo, y destacará las antiguas reglas, pero con una nueva interpretación, y no (como sucede con frecuencia) colocándose entre el grupo y la luz, o entre el aspirante y el Maestro.
Estas Escuelas preparatorias ya están en proceso de formación. A principios del siglo XXI surgirá, de dichas escuelas, la primera verdadera Escuela de Iniciación.
Hasta la fecha, las llamadas escuelas esotéricas se ocuparon de los aspirantes que están en el sendero de probación o purificación. Las que ahora se forman, se ocupan de entrenar discípulos y prepararlos para hollar el sendero del discipulado y, en fecha posterior, ponerlos en contacto directo con los Maestros. Las nuevas escuelas que se establezcan en el siglo XXI admitirán y prepararán discípulos para hollar el sendero de iniciación.

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