miércoles, 28 de abril de 2010

hechizamiento del aura humana


Pregunta: ¿De qué forma el hechizamiento penetra en el aura humana?
Ramatís: Toda puesta en marcha de energías para fines destructivos es un acto de hechizamiento. El ser humano absorbe y esparce energías radiantes en todas las fajas vibratorias del Cosmos; en el plano físico, en forma de calor o electricidad animal; en lo etérico, en fuerzas imponderables y vitalizadoras impregnadas de éter físico y químico, proyectadas por el doble etérico. El pensamiento propaga ondas mentales, que accionan y reaccionan en otros seres, afectándoles el carácter, la voluntad y el temperamento. Funciona como si fuera una especie de usina creadora de fuerza en todos los campos de la vida oculta, por eso, el hombre es un receptor y transformador de energías, absorbiendo y elaborando la carga que recibe del exterior y devolviéndola conforme a su mentalidad, moral y emotividad. Existe una interpenetración constante entre todas las personas, que se procesa a través de sus expresiones mentales, etéricas y eléctricas. Nada existe se¬parado, todo es interligado por una inmensa red de vibraciones, que pulsan conforme a las influencias y reacciones recíprocas entre las personas.
La mente humana, por lo tanto, se asemeja a una poderosa estación receptora y emisora, creando alrededor del hombre una atmósfera buena o mala, la que varía según su conducta y pensamientos. El metabolismo en el cambio áurico se hace por afinidad electiva o en simpatía con las vibraciones provenientes de las fuerzas mentales, astrales, etéricas o electromagnéticas, emitidas por otros seres, pues la mente humana vibra en absoluta sintonía con la naturaleza substancial de las energías que provienen del exterior. Así como una simple copa de agua es el vehículo conveniente para disolver la mortífera gota de veneno, las mentes humanas debilitadas por la desarmonía psíquica, pueden volverse propicias y diseminadoras del tóxico magnético del hechizamiento.

Pregunta: ¿Cuál es la configuración del aura humana, vista por los sensitivos?
Ramatís: El aura humana se observa para la vista de los clarividentes semejante a un enorme huevo evanescente, resultante de la irradiación psíquica del individuo. Su forma característica, comúnmente oval, circunda a la persona hasta ochenta o noventa centímetros, esféricamente alrededor de su cuerpo. El aura humana no es propiamente el mismo individuo, apenas su irradiación; la síntesis de los efluvios de varios principios energéticos que funcionan en varios planos, inclusive es también la suma de las radiaciones del desgaste y residuos del doble etérico.
Todas las cosas y seres creados por Dios son centros de energías condensadas y comprimidas conforme enseñó Einstein. Pero, esas energías condensadas no son una perennidad material de la vida, es un estado "antinatural", puesto que ella intenta continuamente retornar a su plano original de energía libre, realmente, donde se manifiesta en su plenitud integral. De esa forma, el mundo exterior o físico se desmaterializa, segundo por segundo, ante la fuerza de esas energías, inherente al aura de cada objeto, planta, ave, animal u hombre, variando apenas el tiempo o plazo para su liberación. Existen minerales como el radium, que se acaban con más rapidez en la vida terrena, pues al poco tiempo, pasa a ser una energía desintegrada y pierde su forma transitoria en la materia. Sin embargo, continúa existiendo con más viveza y poder en su verdadero reino oculto del Cosmos. Todas las sustancias, cosas y seres tienen su aura de irradiación, oriunda de sus principios elementales constitutivos, pues la expansividad y la fuga energética es su determinismo de vida. La materia, figuradamente, es una cosa "anormal"; todas las for¬mas del mundo palpitan en alta tensión, pues no dejan de ser energías aprisionadas, las cuales se esfuerzan constantemente por retornar a su plano de origen. El contenido íntimo de cualquier objeto, forma o ser, en el mundo físico, vibra en una especie de rebeldía constante para huir de su condición incómoda y anormal de materia. Es un esfuerzo expansivo y constante de su condición energética. Por eso, los hindúes aconsejan al hombre a liberarse de "Maya", la gran ilusión representada por el mundo material, efímero, e inestable, donde los más atrayentes aspectos y fascinantes placeres, no pasan de formas transitorias en camino a su disolución en energía.
La desintegración atómica es la liberación prematura de la energía prisionera de la condición materia; esto es, gracias a la intervención violenta de la ciencia humana en el campo de la fuerza nuclear, se realiza en forma apresurada, aquello que debe hacerse a largo plazo. La configuración exterior del Cosmos, es apenas energía comprimida, la cual escapa o se sublima para retornar a su fuente real. De todo ello resulta el aura esferoide u ovalada que se irradia, ultrapasando siempre el espacio ocupado por las cosas y seres vivos. El aura se asemeja a la llama esférica del pabilo que arde en la vela, al calor irradiado por una estufa, al perfume emanado de, una flor o a la luz de una lámpara.

Pregunta: ¿Queréis decir que el aura es la irradiación del ser o del conjunto de las cosas del mundo? Ramatís: El aura es la irradiación de núcleo, vehículo o cuerpo central, que genera o moviliza las energías en constante desgaste. Todos los seres vivos, inclusive los vegetales, están dotados de su doble etérico que les configura la forma y también les demarca los límites de su crecimiento y expansividad. Así como el hombre es portador de un periespíritu, que le da la forma humana y lo mantiene equilibradamente en el medio donde habita, las especies vegetales también tienen un cuerpo etérico provisorio alimentado por un prana o vitalidad, el cual se desarrolla al germinar la semilla y se expande hasta su límite peculiar. Si el hombre no fuese limitado por su periespíritu en su configuración humana, es obvio que crecería indeterminadamente en todos los sentidos 1 y durante su existencia física, la humanidad se transformaría en un conjunto de gigantes en relación a su estatura tradicional. Muy pronto el orbe terráqueo estaría saturado y superpoblado por tales gigantes y cubiertos por una vegetación inmensa, en constante crecimiento. Mientras tanto, gracias al periespíritu, que funciona como si fuera un "cartucho" o "molde" invisible, impide el crecimiento anormal del hombre; y las cosas que lo rodean, como así también, los vegetales, obedecen a la conformación peculiar que les impone su doble etérico.

Pregunta: ¿Nos podéis dar la descripción detallada de los principios que conforman el aura humana?
Ramatís: El aura humana es el resultado de la amalgama o de la fusión de siete principios fundamentales, que conforman al hombre y varían en su masa de luz, color, energía y olor, conforme sea el carácter, temperamento y graduación espiritual del ser. Además, se funden en el total áurico del hombre, otras emanaciones provenientes del cuerpo físico, como son el magnetismo, calor y la electricidad biológica. Como la carga hechizante y proyectada por el proceso de brujería alcanza primero, la llamada "aura de la salud", emanada del cuerpo físico, y en segundo lugar afecta al "aura pránica" o vital, trataremos entonces, estas dos enunciadas. Por otra parte, el aura de la salud, conformada por los efluvios pránicos o vitales, se entremezcla, por así decir, con el aura física, que se haya revestida de calor y olor humano, especificidad magnética y electrización del hombre, formando un conjunto compacto para la visión periesperitual. Por otro lado, debe considerarse, que ese aura irradia las exudaciones de los minerales organogénicos en actividad en el cuerpo carnal, como son el hierro, flúor, cobre, titanio, calcio y otros más, e inclusive, lo que podríamos denominar como de "trasmigración nerviosa". Aún existe un centelleo que va desde el color aluminio oscuro, por momentos rosado, hasta el tono de plata o níquel, que emana directamente del doble etérico y de los "chakras" o centros de fuerzas que interligan al periespíritu a la sensibilidad humana. Esa aura de la salud, la más grosera del hombre, se manifiesta según la .persona de un color blanco azulado, de un matiz metálico y brillante o comúnmente, parecida al agua clara. Tiene un aspecto de huevo vaporoso y estriado, cuya cáscara se asemeja a una gran cantidad de agujas luminosas y centellantes.

Pregunta: ¿Toda carga hechizada penetra en el aura de las personas?
Ramatís: En otras oportunidades hemos dicho, que el éxito de la brujería obedece únicamente al desequilibrio que porta la humanidad, puesto que vive indiferente a los mensajes y enseñanzas liberadoras entregadas por los grandes instructores de la Espiritualidad Superior. Las personas aún confunden espiritualismo con espiritualidad, o prácticas religiosas con evangelitud. Juzgan que la creencia o el vivir simplemente en los ambientes religiosos y esotéricos, son más que suficiente para inmunizarlos contra las ofensivas maliciosas, y además, descuidan su iniciación interior y el pulimento constante que deben afectar como ciudadano espiritual. El hombre cristiano, es aquel que sigue las enseñanzas dejadas por Jesús de Nazaret en la parte Occidental del globo terráqueo, siendo adverso a las prescripciones morales de Buda, Confucio, Krisnha, Hermes y otros líderes siderales. Todo ello produce una línea separativista en el cuerpo del Cristo, el cual es incondicionalmente Amor y Efusión Espiritual sin límites de creencias o preferencias religiosas. Mientras el cristiano sigue una ética que lo aisla de los hombres afectados a otras ideas espiritualistas, la criatura cristificada es universalista y jamás discute, crítica o impone restricciones a cualquier iniciativa, esfuerzos, preferencias doctrinarias religiosas y espiritualistas de sus hermanos. He ahí, el porqué de la defensa e inmunidad natural de la persona contra el hechizamiento mental, verbal o físico, que varía según sea el potencial de "cristificación" y no conforme a su adhesión a determinado credo.

Pregunta: Considerando que son muy pocas las personas con esa graduación crística tan elevada, como las entidades citadas anteriormente, entonces, ¿debemos aceptar que el hechizo impacta a toda la humanidad restante?
Ramatis: En verdad, el hechizamiento es practicado por la humanidad desde muchos milenios atrás, a causa de su primarismo espiritual. Considerando que todas las personas pasan por la etapa natural de primarismo y que forman el basamento de la con¬ciencia humana, obviamente, todos nosotros, en cierta época, hemos practicado el hechizo. Y como la humanidad terrena aún es de graduación primaria, guerrera, vengativa, viciada y carnívora, la brujería predomina en la tierra en base al intercambio de las fuerzas empleadas para el pillaje, despecho, celos y venganzas que predomina entre los hombres. Es un proceso que ejercen los vivos encarnados y los muertos sin cuerpos, puesto que los hombres dejan la tumba para ingresar en el Más allá portando en sus almas las pasiones y vicios que cultivaban ávidamente en su existencia carnal.
Por esa causa, aún existe el abominable círculo vicioso donde los "muertos" vampirizan a los "vivos" hasta procesarse la sustitución natural en que los nuevos muertos pasan a explotar a sus antiguos verdugos, renacidos en la carne. Es un culto constante donde las emociones y pasiones inferiores de la materia, siembran angustias y desventuras e imbecilidades a causa de la venganza recíproca, bajo el clima enfermizo que sustenta la obsesión, hechicería y el vampirismo sobre los seres vivos. Dentro de cincuenta u ochenta años, la actual humanidad encarnada será sustituida por la reserva, que en estos momentos, habita el mundo astral en donde los hechiceros de hoy, serán los hechizados del mañana, apenas disfrazados por el cambio de la prenda carnal y la posición de sus respectivos planos. En ese intercambio funesto y despreciativo en que millones de almas encarnadas y desencarnadas rinden guardia al culto febril de las pasiones, tal como se realiza el cambio de los centinelas militares, la estupidez y la tozudez, lleva a los espíritus a vivir como criaturas dañinas, donde una escupe el agua de la otra. ¿Cuántos milenios de años los hombres tontos, vivirán escupiéndose recíprocamente sus copas de agua y contaminando la preciosa linfa de la vida espiritual? ¿Cuántos hombres despertarán en el transcurso de los próximos milenios, bajo la enseñanza erística de los instructores espirituales, y se liberarán de la manada humana, ciega e instintiva, que se golpea y daña mutuamente, para roer el menguado y amarillento pasto del mundo carnal? Es evidente, pues, que el hechizo persiste inevitablemente en toda la humanidad.

Preguntas: ¿Cómo es que penetra el hechizo en el aura humana?
Ramatís: La carga hechizante proyectada por los objetos transformados en acumuladores de fuerzas, están saturados de fluidos electromagnéticos y etéricos en el campo atómico de esos objetos, que son potencializados por el hechicero o los espíritus desencarnados. En consecuencia, esa carga "trienergética" produce un impacto ofensivo y perturbador sobre la víctima, actuando sobre su naturaleza electrónica, magnética y etérica. Alcanza primero el aura de la salud, después penetra hasta el doble etérico y perturba luego el delicado metabolismo de los chakras.
Cada centro de fuerza etérica, además de su trabajo individual de captar el prana destinado a cierta región orgánica y sustentar el sistema nervioso, endocrino y sanguíneo, también debe atender las relaciones entre el periespíritu y el sector físico correspondiente. Cuando ese metabolismo etérico es adulterado por el impacto hechizante, dificulta la recomposición vital de los principales órganos del cuerpo físico y su respectivo control por el espíritu. Nos recuerda al cochero, que no consigue mantener con seguridad el carruaje en el camino, debido, a que el caballo, es como la energía intermedia, se vuelve indócil y violenta. El espíritu bajo el descontrol de los chakras, comete desatinos y perturbase en el rumbo eficiente de la salud, optando por la alimentación viciosa o alérgica, y resultando consecuente la enfermedad física. Y, bajo el trabajo obsesivo de los obsesores desencarnados, fallan los diagnósticos médicos, las radiografías, los exámenes de sangre o los sedimentos orgánicos, aunque el clínico compruebe la manifestación de los síntomas patogénicos. Mientras la Ciencia aún duda de la posibilidad de las proyecciones de las cargas fluídicas y hechizado sobre los seres humanos a la distancia, esa misma ciencia proyecta energía eléctrica que alumbra ciudades, envía radiofotos u orienta aviones en medio de las tormentas. El "control remoto" en el campo de las ondas electromagnéticas, ¿no es similar al proceso aplicado por el hechicero a través de la distancia y el fluido "od" des¬cubierto por Reichenbacker —fluido electromagnético generado por los cuerpos minerales, vegetales y animales— justifica la posibilidad de acumular cargas beneficiosas o dañinas, que más tarde pueden proyectarse sobre determinadas personas.

Pregunta: Los colores áuricos, ¿también influyen respecto a la defensa con relación a los impacto hechizantes?
Ramatís: Los colores son efluvios resultantes de los pensamientos y sentimientos humanos, pero no es una energía especifica que puedan dinamizar o proteger a los seres contra los impactos hechizantes. Son campos vibratorios resultantes de las revelaciones emotivas y mentales de los seres, que los clarividentes pueden ver muy bien.
Los sentimientos amorosos y pacíficos, el deseo ardiente de proteger y servir al prójimo, crean un aura benéfica y protectora matizada de colores agradables, nítidos, claros y calientes. Los "pensamientos formas" y las ondas mentales de alta vibración espiritual, además de presentar cierta belleza en colores para la visión trascendental, se transforman en verdaderos guardianes luminosos alrededor del ser. Cuando las madres se dedican amorosamente a sus hijos y los vigilan atentamente, producen una hermosa aura de color liláceo y rosado, refulgente, que encanta por su belleza poco común. Los pensamientos y sentimientos se mueven revestidos de colores inherentes a su origen, bueno o malo; una persona, cuando se encuentra dedicada puramente a la oración, lo rodea un color azul claro y atrayente que predomina sobre los demás matices do su aura; los impulsos de simpatía producen tonos agradables de color verde seda, brillante y afable, mientras que el raciocinio elevado vibra en matices de amarillo puro con franjas doradas. De ahí, entonces, la necesidad de que el hombre domine el cuerpo mental y astralino, a los fines de evitar la creación de las formas pensamientos desagradables y ofensivas, porque las mismas fluc¬túan en busca de otras mentes afines, para después retornar centuplicadas a su fuerza perniciosa de origen. La insistente pro¬yección de un determinado color sobre una persona, puede crearle estímulos y asociaciones de ideas, simpáticas a ese color.

Pregunta: ¿Por qué el doble etérico y los chakras no ofrecen resistencia a los impactos de las fuerzas nocivas, proyectadas por los objetos hechizados?
Ramatís: Hemos explicado en otra obra de nuestra autoridad , que el prana o energía vital emanada del sol, indispensable para la construcción de las formas del mundo material y de toda manifestación de "vida en el Cosmos, también sustenta la vivencia mental, astral y etérica en el mundo oculto. No podría existir vida sin el prana, soplo de vida o energía vital, que se encuentra en cualquier latitud cósmica. Cuando el hombre se embebe del prana, de muy buena calidad, se inmuniza contra los impactos de las energías inferiores; pero siendo de orden inferior, es incapaz de reaccionar a las ofensivas del hechizo u otras cargas de orden subversivo.
Sin embargo, es necesario no olvidar, que únicamente los pensamientos y emociones sublimes atraen el prana de elevado potencial energético, que asegura la circulación del doble etérico, el dinamismo de los chakras, así como también la armonía del conjunto carnal.

Pregunta: ¿De qué forma la carga hechizante puede provocar ciertas enfermedades, dado que es de origen microbiano o virulento?
Ramatis: Así como el fuego durante las noches atemoriza a las fieras y protege a los cazadores, el aura humana, cuando tiene hermosos colores debido a su elevado energismo pránico, también forma una zona protectora alrededor de la persona, manteniendo a distancia la fauna mórbida de los bacilos, larvas y miasmas psíquicas e invisible. En base a la intimidad relacionada entre el doble etérico y el sistema nervioso, cualquier acción ejercida sobre el aura etérica repercute inmediatamente sobre éste e inmediatamente alcanza al sistema endocrino y la circulación sanguínea. Cuando se produce ruptura en el aura etérica por debilitamiento es inevitable la invasión de las especies microbianas astralinas y enfermizas con la consecuente alteración en la dirección del sistema nervioso. Tales gérmenes se alimentan y fortifican penetrando en la circulación sanguínea, provocando la desarmonía fisiológica y las conocidas enfermedades orgánicas. Obviamente, es la armonía emotiva, mental y espiritual lo que asegura la estabilidad física y fortifica el aura vital contra las arremetidas peligrosas del mundo astralino inferior.
Las virtudes dinamizan el prana o la vitalidad humana, los pecados bajan la calidad y debilitan el tono defensivo, estableciendo las condiciones mórbidas. Los excesos de alimentación, de alcohol y vicios degradantes, inferiorizan la red pránica de sustentación energética en la organización psicofísica de la persona.

Pregunta: Necesitamos comprender mejor ese proceso del aura humana, en función de atraer los gérmenes psíquicos, que luego se fortalecen con los fluidos mórbidos del hechizamiento y que penetran en la fisiología del ser, causando perturbaciones y enfermedades fatales.
Ramatís: Considerando que no existen milagros, sino hechos incomunes, supeditados a la Ley de Dios, entonces existe un fundamento científico en la intimidad de los fenómenos, que la ciencia —por ahora— las tilda de fantasioso o supersticioso. Cuando la carga del hechizamiento alcanza la percepción física del individuo, ella recorre y se manifiesta gradativamente en los demás planos que conforman al hombre invisible, alimen¬tándose de las fuerzas primarias que sustentan a la materia. También es muy evidente, que Dios no creó seres deliberadamen¬te maléficos o enfermizos, como el caso del sapo, que es utilizado para el hechizamiento, ni las faunas microbianas de orden psíquico o físico que producen las enfermedades en los seres humanos. El bacilo de Koch y el de Hansen, por ejemplo, no son específicamente tuberculinos o morféticos, pero proliferan en el organismo de las víctimas que presentan las condiciones electivas para la procreación de la enfermedad. Los microbios, bacilos y miasmas convergen hambrientos, hacia las zonas orgánicas del hombre o animal, que les permite condiciones favorables para nutrirse y procrear su especie, en forma independiente del hechizamiento, ley del Karma o descontrol emotivo y mental. Accionan impelidos por el sagrado impulso de la vida que Dios les concedió, aunque de ello pueda resultar perjudicial para sus portadores.

Pregunta: En anteriores pasajes nos manifestasteis "momentos de animalidad" y "momentos de angelitud", que demuestran las condiciones defensivas del aura humana, ¿Nos podéis ampliar ese concepto?
Ramatís; La impaciencia, envidia, ira, intolerancia, maledicencia, celos, orgullo, despecho, odio, egoísmo, amor propio y demás pecados semejantes, generan una sustancia mental perniciosa y de mala calidad. Cuando las personas viven "momentos de animalidad", sus periespíritus están afectados por las energías inferiores, que además de provocar un descenso vibratorio en el campo de las defensas electromagnéticas, se vuelve una fuente de atracción para los fluidos semejantes. En tales casos, las cargas hechizantes accionan a voluntad y son estimuladas por la ley de "los semejantes atraen a los semejantes". En los "momentos angélicos", la persona vive las emociones y sentimientos superiores, como son el amor, altruismo, renuncia, bondad, tolerancia, humildad, alegría y confianza, conformando una especie de coraza mental y protectora, que rechaza los impactos malévolos del hechizamiento. La misma ley vibratorial, que impide a los rayos del sol fijarse en el vaso de lodo, también evita que los pensamientos sublimes se infiltren en las auras sucias, viscosas, densas y alimentadas por el magnetismo primario de los hombres animalizados. Así como el lodo nauseabundo no puede oscurecer los rayos solares, debido a su elevada frecuencia, los fluidos dañinos, de baja vibración, no pueden afectar al aura refulgente de los espíritus excelsos.

Pregunta: Considerando que los estados pecaminosos permiten que el aura de la persona sea el blanco de los impactos hechizantes o pensamientos negativos, ¿por ventura, el hombre no tiene un sentido innato de orientación, que debería librarlo de la hipnosis maléfica del hechizo?
Ramatís: Bajo la carga de fluidos inferiores proyectados por el hechizo, la persona lleva la peor parte en el terreno de la competición de la vida cotidiana, pues su aura densa le impide captar las intuiciones y sugestiones beneficiosas de su guía espiritual. De ahí, que es víctima de las circunstancias desfavorables y cometa los peores equívocos contra sí mismo; ejemplificando, cuando necesita de un buen médico para atenderse de cualquier enfermedad, su mala suerte, como se dice acostumbradamente, lo encamina hacia un facultativo sin experiencia, o es mal asistido, cuyo diagnóstico, además de falso, le da medicación inocua. El hechizado es un verdadero mundo de incoherencias bajo la acción sarcástica del mundo oculto; es la víctima irremediable y accio¬nada a gusto por ese plano maléfico que se ensaña cuando se presenta la ocasión de destruir. Mientras los espíritus malévolos tratan de infiltrar sus pensamientos nocivos, ideas enfermizas y sugestiones imbéciles, los amigos verdaderos y benefactores, luchan denodadamente para accionar a través de su campo vibratorio letárgico.

Pregunta: Cuando los pensamientos hechizantes, llenos de maldad y odio alcanza a las personas altamente evangelizadas, ¿qué sucede?
Ramatís: Los pensamientos malignos, que chocan con las auras de las personas altamente evangelizadas, refráctanse y retornan inmediatamente por la línea de menor resistencia a la imprudente criatura que la envió, recibiendo la carga mortífera centuplicada, bajo el viejo axioma de que el "hechizo se vuelve contra el hechicero". Los hechiceros experimentados jamás se arriesgan a hechizar a las personas de elevado padrón espiritual, puesto que saben sobradamente que el rechazo es inmediato y tan violento, como sea la energía defensiva de la fuente que lo repele. Infeliz del espíritu o hechicero, que tenga la osadía de proyectar su carga maléfica sobre cualquier núcleo de fuerzas de alto voltaje espiritual, pues jamás se volvería a reacondicionar psíquicamente para intentar otra operación semejante.

(Ramatis)

3 comentarios:

  1. Lol nadie cree en estas cosas = nadie comenta
    Mejor estudiar los espectros electromagneticos

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  2. Este blog es muy interesante y educativo. Tenga o no comentarios. ;D

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  3. Me gustaría aprender a defenderme de energías de baja densidad para que mi aura esté fuerte y sea capaz de repeler cualquier ataque o mala suerte, para atraer personas de alta vibración espiritual y evitar a quien me hace daño por envidia o prejuicios. Por favor quien sea un buen samaritano y tenga conocimiento, escríbame a felinayo@yahoo.com, si no comentan es porque son lecciones que no son fáciles de asimilar pero para quien lee y estudia el tema, no es tan complicado.

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