lunes, 28 de junio de 2010

Los centros de fuerza del periespiritu


Entre los Centros de Fuerzas del Periespiritu, que son estables más allá de ser también núcleos de fuerzas psíquicas y mentales, acumulados de existencias anteriores, se destaca el coronario instalado en la región del diencéfalo, donde está situada la sede de la Mente; asimila los estímulos del Plano Espiritual Superior, orienta la forma, la estabilidad, el movimiento, el metabolismo orgánico y la vida consciente del alma.
Supervisa los demás centros y a ellos transmite los impulsos venidos del Espíritu emite las energías de sustentación del sistema nervioso y de las células del pensamiento. Transmite a los centros de fuerza del Cuerpo Etéreo las energías manipuladas por el Periespiritu.
Proveedor de todos los recursos electromagnéticos indispensables a la estabilidad orgánica, entre los cuales citamos los armonios.
Es la sede de las más avanzada decisiones del Espíritu encarnado y por su intermedio, la mente controla el cuerpo físico a través del centro de fuerza frontal. Aglutina, transmite y disemina energías en la corteza Cerebral para el funcionamiento normal del sistema nervioso.
Es tan amplia a su acción que representa casi todo el periespiritu. El punto de concentración de fuerza determinante del Espíritu y de las fuerzas psíquicas y físicas de nuestro ambiente de vida.
Irradia energías vitalizantes y corrientes magnéticas.
Se sitúa en la cúpula del periespiritu, influye en los sentimientos, ideas y acciones que circulan en esa área, intelectuales, instintivas o etéreas y todo el metabolismo del Espíritu encarnado, del cual es el, órgano dinámico y a este se liga directamente porque la Mente se sobrepone a ella.
Recibe del Espíritu y lleva a los centros de fuerzas del periespiritu los estímulos referidos que aquí se enriquecen con la carga mental que de el se irradia.
Por intermedio del centro de fuerza coronaria la Mente administra su vehículo de exteriorización (el pensamiento). El frontal le recoge los estímulos transmitiendo impulsos, avisos, ordenes y sugestiones mentales al cuerpo físico.
En cuanto el frontal, como ya dijimos, se presenta en la corteza. El centro coronario a través del diencéfalo (punto de confluencia de todas las vías aferentes y eferentes) “ejerce un vasto sistema de gobernancia del Espíritu” (A. Luiz – Evolución en Dos Mundos).
Del diencefalo verte el pensamiento, secreción de la Mente y no del cerebro, que a través del frontal viene a estimular la región cortical, y en seguida, como dice André Luiz, atendiendo al propio continuismo del flujo incesante, se explaya en torno de cuerpo físico.
“Los centros coronarios y frontal funcionan en perfecto sincronismo. Emitiendo la onda de indagación y trabajo que nos diga respecto, a través del coronario conjugado al frontal recibiéndola de vuelta en circuito de rayos substanciales de nuestra propia fuerza mental, para que nuestra consciencia, por si, apreciada por la esencia de los resultados o reflejos de nuestras propias acciones” (André Luiz – Evolución en Dos Mundos).

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