martes, 1 de junio de 2010

Ejercicios de Amor Propio


amor propio También es bueno practicar el amor propio directo. Aquí veremos algunos ejercicios estupendos para aprender a quererse. Si tiene problemas para generar sentimientos de amor con el primer ejercicio, el segundo podría ayudarle. Pruébelos todos y escoja los que más le gusten. Dedique todos los días una parte de su tiempo a quererse activamente. Puede hacerlo reservando quince minutos por la mañana y por la noche. Otra opción es reservarse un minuto de cada hora. Estos ejercicios pueden no ser tan sencillos como parecen. Por lo general, tan pronto como empezamos a concentrarnos en nosotros mismos, empezamos a analizar, acceder, poner condiciones, juzgar y censurar todas las formas de conducta interna negativa hacia nosotros mismos. Esto no es amor propio. Si se siente negativo, deje de estarlo y vuelva a la actitud positiva. No es egoísta quererse a sí mismo. En cambio, piense en usted como un vaso que puede llenarse. Cuando su vaso se desborda, el amor se vierte a los que le rodean. Usted debe amarse a sí mismo para poder dar amor a los demás. Recuerde que todas las cosas negativas que se hace a sí mismo también se las hace a los demás, quizá inconscientemente, y todas las cosas buenas que se hace a sí mismo, también se las hace a los demás. Llenar el cuerpo y el ser con amor: Tal vez prefiera empezar por una parte de su cuerpo, ya que es más fácil. Elija una parte de su cuerpo que necesite ayuda, o que le disguste, le avergüence o lo rechace. Concéntrese simplemente en esa parte de su cuerpo y dirija amor hacia ella. Llénela de energía; háblele amablemente. Si siente dolor en alguna parte de su cuerpo, dedíquele más amor. En lugar de tratar de apartarse de ella (lo que hacemos todos cuando sufrimos dolor), entre en esa parte de su cuerpo con su conciencia. Ocúpela con la conciencia y con una bondad afectuosa. Ahora haga lo propio con todo su ser. Concéntrese en sí mismo y diríjase amor, como hace con las personas que quiere. Si le gusta utilizar colores, primero use el verde, luego el rosa, después el dorado y el blanco. Llene todo su cuerpo con esos colores. Inicie los sentimientos de amor con algo que sea fácil: Concéntrese en una cosa o persona, como una rosa, un animal o un niño, que le resulte fácil de querer. Acceda a un estado de amor hacia él, y entréguele su amor. Por ejemplo, si es una rosa, observe y aprecie su belleza. Palpe su textura. Deléitese con su fragancia. Sienta su conexión con ella. Sienta cuánto la quiere y le gusta. Después de generar sentimientos intensos de amor dentro de usted, transfiera esos sentimientos hacia sí mismo. Haga con usted lo mismo que hizo con la rosa. Observe directamente su cuerpo. No utilice un espejo. Admire su cuerpo. Mire la parte favorita de su cuerpo, y luego todas las demás. Tóquelo. Palpe su textura. Siéntase a sí mismo dentro de él. Acarícielo suavemente. Huela las distintas partes de su cuerpo. Sienta cuánto placer le ha proporcionado su cuerpo. Ame su cuerpo. Háblele amablemente. Practique este ejercicio a diario hasta que le resulte sencillo. Lo será. El siguiente ejercicio es un poco más dificil, pero muy efectivo. Hágalo por etapas, y se convertirá en un maestro en el arte de amarse a sí mismo. Empiece por una sesión breve, y vaya aumentando el tiempo hasta diez minutos. Amar a la persona del espejo: Sitúese frente a un espejo, mírese a los ojos y quiérase. Durante ese tiempo, no se permita juzgarse ni herirse. Como debe de saber, la mayoría de la gente se mira en el espejo y ve de inmediato todas las cosas que consideran defectuosas y las juzgan. Si se sorprende haciendo esto, transforme inmediatamente la autocrítica en un pensamiento y una acción afectuosos respecto a su ser. Háblese amablemente a sí mismo. Mírese intensamente a los ojos, y vea el espíritu, el anhelo, el amor y la vida que luchan allí. Fíjese en lo bonitos que son sus ojos. Repare en los aspectos positivos de su pelo y de sus rasgos faciales. Compruebe que son una expresión de su espíritu. Busque al niño interno. Vea su alegría, su asombro y su amor. Ahora busque todos los demás aspectos de esa persona. Observe qué le gusta hacer. Vea cómo esos pasatiempos favoritos han ayudado a formar esa persona en lo que hoy es usted. Vea el conocimiento del que usted es portador. ¿Para qué ha venido esa persona al mundo? ¿Cuáles son los anhelos más profundos de la persona del espejo? ¿Cómo puede ayudar a esa persona a satisfacer sus anhelos? Ame a esa persona, y todo lo que es usted. Después de dominar este ejercicio, estará listo para pasar al cuarto. a la persona y el cuerpo del espejo: Sitúese desnudo frente a un espejo de cuerpo entero. Quiera y acepte todas las partes de su ser y de su cuerpo. Concéntrese en cada parte de su cuerpo, como hizo antes. Concentre su conciencia en él. O imagínese un ser diminuto idéntico a usted, entre en esa parte de su cuerpo y limítese a permanecer allí. Acaricie la parte del cuerpo en la que se ha concentrado y mírela. Quiérala. Ame a la persona que está en esa parte del cuerpo. Cuando surjan sus autocríticas negativas, pronúncielas en voz alta y sienta su respuesta emocional a ellas. Esto es lo que se hace a sí mismo cada vez que efectúa una crítica similar. Ahora sustituya el juicio negativo por una declaración positiva sobre la zona de su cuerpo. Luego llénela con simple bondad afectuosa. Cubra todo su cuerpo de este modo. Primero, deje que lo negativo sea pronunciado en voz alta para poder ser plenamente consciente de ello y de los sentimientos que provoca. A continuación, sustitúyalo por lo positivo. Recuerde: concéntrese primero en la parte del cuerpo y luego en la persona que está en esa parte del cuerpo. Cuando lo haga, compruebe cómo ha tratado cada parte de su cuerpo y a sí mismo respecto a ésta. ¿Ha sido amable y respetuoso? ¿O ha tratado a su cuerpo y a sí mismo como un tirano, exigiendo perfección y rendimiento y desconsiderando los mensajes que le ha enviado? Observará que hay partes de su cuerpo y de sí mismo que usted rechaza continuamente, probablemente muchas veces al día. Cure este proceso negativo en usted tomando conciencia de él y dando más amor a esas partes de su cuerpo y de sí mismo. Remplace todas las declaraciones que encuentre hacia su cuerpo y hacia usted por otras positivas. Amar las partes de su cuerpo que están enfermas o deformes: Cuando haya cubierto todas las partes de su cuerpo, devuelva su atención a las partes que están enfermas o dañadas. Présteles más atención afectuosa, aceptándolas exactamente como son, llenándolas con amor incondicional y con su esencia interna. Devuelva esa parte de su cuerpo a la nación que es usted. Una clave para hacer esto y para amar la parte de su cuerpo que usted considera que le ha traicionado consiste en descubrir qué objetivo en la vida ha servido esa parte. Le garantizo que esa parte del cuerpo le está enseñando una lección o ha asumido alguna forma de responsabilidad que usted no era capaz de asumir. Le ha ayudado a sobrevivir. Le ha ayudado a tolerar algunas experiencias de la vida que usted no habría podido tolerar sin ella. Así, por ejemplo, los tumores llevan a veces la energíaconciencia de llenar una cavidad o hueco en la vida de una persona. Llenan a las personas cuando se sienten vacías. Las piernas débiles ayudan a la gente a sentarse cuando ya no puede sostenerse en pie por sí misma. Las desviaciones de espalda y cuello ayudan a la gente a controlar su ira porque amortiguan la energía roja que podría roerle la columna vertebral de cólera. Cuando esta clase de problemas confina a las personas en la cama durante unas semanas, es porque necesitan paz, tranquilidad y reposo. Una vez que haya aceptado esa parte alienada en sí mismo y esté unido a ella, puede brindarle una visualización positiva. Dígale cómo mejorará. Si tiene un tumor, y ha servido el objetivo de llenarle, diga al tumor que ya no lo necesita para que le llene. Dígale que ya puede disolverse e integrarse con el resto del cuerpo. Diga al resto del cuerpo que rodea el tumor que acepte su integración en el conjunto. Si tiene un hueso roto que no termina de sanar, visualícelo soldándose y creciendo normalmente, un proceso de lo más natural para él. Si tiene una desviación crónica, visualice los músculos relajándose y fortaleciéndose de tal modo que mantienen los huesos en su lugar y eliminando el miedo o los sentimientos negativos asociados al problema físico. Una persona a quien llamaré Bob rechazaba su cuello continuamente. Tenía un cuello más bien ancho y papada. Este rechazo se mantuvo durante años. Sufrió varias lesiones de cuello y contrajo hipotiroidismo. Su cuello se desalineaba una y otra vez, causando mucho dolor y a veces incluso confusión mental. Bob empezó a practicar frente al espejo, y más tarde trabajó consigo mismo tendido en la cama cuando se disponía a dormir por la noche. Cuando Bob empezó a curar su cuello, se concentró en amar todas las partes del mismo, papada incluida. Cada noche, al acostarse, colocaba los dedos sobre el cuello en la zona debilitada o dolorida y le hablaba afectuosamente. Dejaba que la energía de sus dedos entrara en su cuello. Cuando despejó los bloqueos de energía que había en su cuello, descubrió allí muchas voces atemorizadas y quejosas. En el segundo nivel del campo estaban todas las cosas que Bob no se había permitido decir a los demás. Pero cuando se activó su bloqueo, repitió constantemente para sí mismo las cosas que no podía expresar a los demás. Así, trató de encontrar una manera aceptable de decir lo que necesitaba expresar sin evocar su miedo, que estaba aprisionado también en la misma zona de su cuello. No dio resultado. Lo único que consiguió fue reforzar los bloqueos que tenía en el cuello. desde la perspectiva del campo aural, Bob tomaba continuamente energía del cuarto nivel, el nivel de interacción «yo-tú», que estaba en las cosas que quería decir a los demás, y la hacía bajar al segundo nivel, diciéndolas para sí mismo. En consecuencia, estaba obstruyendo el segundo nivel. Durante el proceso curativo, Bob tuvo que devolver la energía al cuarto nivel y liberarla gritando lo que no se había permitido decir. De este modo, liberó las voces atascadas en su garganta. Esto, naturalmente, también le indujo al miedo, que fue liberado al sentirlo.Parte de ese miedo procedía de su temprana niñez, cuando no se le había permitido «responder» a sus padres. Debajo de todo ello yacía una incapacidad de pedir por sus necesidades. El chakra de la garganta está relacionado con decir la verdad. En el caso de Bob, se trataba de decir la verdad sobre sus necesidades. Se dio cuenta de que la única forma en que podía satisfacer sus necesidades en la infancia era suplicar por ellas. Luego, tras una larga espera, algunas de ellas se veían cumplidas. Bob comprendió que la dilatación de su tiroides estaba relacionada con llenar el hueco del hambre en su cuello, que existía allí por haber tenido que esperar tanto tiempo para ser alimentado. A medida que su proceso curativo se prolongaba durante varios meses, fue capaz de decir la verdad sobre sus necesidades, los bloqueos de energía en su garganta se despejaron y su cuello se fortaleció. Entonces descubrió un aspecto interesante en el que no había pensado nunca. En varias ocasiones se encontró en determinadas situaciones en las que de repente se sentía muy irritado con alguien. Cuando su ira empezaba a subirle por la columna vertebral, la detenía pellizcándose los músculos del cuello con tanta fuerza,que sacaba el cuello de sitio. Entonces se dio cuenta de que la desviación de su cuello le ayudaba a controlar su ira. Le ayudaba a reprimirse de hacer daño a la gente. En otras palabras, optaba por hacerse daño a sí mismo en lugar de la persona con la que estaba irritado. Cuando comprendió el servicio que había cumplido su cuello desviado, empezó a apreciarlo mejor. También desarrolló mejores formas de controlar su ira observando cómo creaba o se metía en situaciones que la provocaban, al no pedir por sus necesidades ni ocuparse de sí mismo. Su enojo brotaba siempre en situaciones en las que los demás no respetaban sus necesidades. Cuando él mismo comenzó a respetar sus propias necesidades, las situaciones dejaron de presentarse, o ya no provocaban la ira. Cada noche, Bob tocaba su cuerpo y decía a los bloqueos que se disiparan, a la tiroides que se encogiera a su tamaño normal, y al cuello que se fortaleciera. Los músculos cervicales adquirieron más fuerza. Pronto pudo realizar ejercicios con el cuello que no había podido hacer durante años. Su cuello abandonó su desviación. Bob tomó Synthroid durante varios meses, y el funcionamiento de su tiroides recuperó la normalidad. Ya no ha contraído más lesiones durante años. Cuando realice los ejercicios ante el espejo, le evocarán muchos sentimientos. Déjelos fluir libremente; aquí tiene algunas orientaciones para hacerlo.
Cómo dejar que fluyan sus sentimientos Permitirse experimentar sus sentimientos es quizá una de las tareas más dificiles de conseguir en el proceso de autocuración, si no lo ha practicado antes. Recuerde que la energía-conciencia del segundo nivel se experimenta en forma de sentimientos hacia sí mismo. Si quiere que el segundo nivel del campo esté equilibrado, despejado, cargado y sano, debe dejar que sus sentimientos hacia sí mismo fluyan libremente. Durante una enfermedad, sus sentimientos oscilarán de la tristeza a la felicidad, a la serenidad, a la ira, al miedo, a un intenso terror, a la debilidad, a la culpabilidad, al disgusto, a la exigencia, a laautocompasión, a la soledad, a la envidia, al amor, y así sucesivamente. Todos estos sentimientos tienen correlación con la energía del segundo nivel del campo, y cuanto más los deje salir de usted, más despejado quedará el campo. Una parte del proceso curativo consiste simplemente en dejarlos fluir, ya que han permanecido bloqueados tanto tiempo. Dio resultado en los casos de Jeffrey y Bob, y lo dará en el suyo. Yo he trabajado con muchas personas, y no he conocido a nadie que fuera una excepción. Todos somos muy ágiles a la hora de eludir las emociones negativas que contenemos. Muchos de nosotros no nos hemos dado cuenta de cómo el hecho de bloquear los sentimientos obstruye la fuerza creativa y contribuye activamente a que aquello que tememos sea más posible. Por otro lado, el hecho de afrontar los sentimientos y experimentarlos nos libera para crear aquello que queremos en la vida. Ahora es la oportunidad de soltarlos. Acéptelos tal y como son. No son más que sentimientos de los que desprenderse para limpiarse. No tema expresar sentimientos negativos. Las personas enfermas que han es- tudiado la visualización positiva conciben a veces la idea de que no deben tener sentimientos negativos, por temor a que esos sentimientos o pensamientos se conviertan en una visualización negativa y empeore su dolencia. Debido a este miedo, acceden de vez en cuando a nuevos niveles de rechazo de su negatividad. Puede que decidan admitir sólo una determinada cantidad de ella. Después de expresarla, se empeñan en rechazar el resto de esa negatividad. Yo no he visto que la expresión de sentimientos o pensamientos negativos cause perjuicio alguno si se efectúa según determinados parámetros. El primero es que la expresión de la negatividad no ha de ser habitual. Tan pronto como se vuelve habitual, pierde su propiedad catártica. La otra condición es que debe hacerse con una intención positiva y consiente de sanar. Si usted deja que todos los pensamientos negativos accedan a la conciencia y que los sentimientos negativos fluyan con la intención positiva de curarse, no quedará atrapado en una negatividad que le perjudique. Lo importante aquí es una intención nítida. Exprese los sentimientos negativos con la intención de liberarlos, déjelos marchar y vaya más lejos de ellos. Esto contribuirá a su curación. Si se empeña en rechazar sus sentimientos negativos, seguirán contribuyendo a su enfermedad. No se irán con sólo cubrirlos con una capa de azúcar La mejor manera de remplazar lo negativo por un desarrollo positivo consiste en combinar la expresión de lo negativo para su liberación con la visualización positiva. Primero despeje lo negativo del campo, y luego, en el espacio vaciado, sustituirlo por los colores vivos y positivos de la visualización. Lo que queremos suele ser lo contrario del propio miedo que eludimos. En otras palabras, existe una conexión directamente inversa entre lo que tememos y lo que queremos crear. El hermoso poema que sigue lo expresa claramente.

1 comentario:

  1. es excelente, logre muchas cosas con estas tecnicas para llegar a mí misma y me llenaron de armonía. es necesario hacerlas siempre. muy bueno tu post

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