domingo, 4 de octubre de 2009

Las 4 dimensiones de la energia curativa


El comprender la naturaleza de sus energías creativas, qué hacen y cómo funcionan, le ayuda a liberar sus energías creativas para conservar la salud, sanar o crear algo nuevo en su vida. También es importante entender la relación entre sus energías creativas y el flujo y reflujo natural del proceso creativo universal en su interior. Los campos de energía vital son el vehículo del proceso creativo. Es a través de los campos de energía vital como se crean las situaciones, los eventos y las experiencias de su vida, así como su mundo material.
Las fuerzas creativas tienen varias dimensiones. Nuestro lenguaje es demasiado limitado para describir
adecuadamente las diferencias entre esas dimensiones, que se experimentan personalmente a medida que
usted discurre por el proceso creativo. A falta de otros mejores, yo utilizaré los términos energía y dimensión, en
un sentido no científico, para explicarlas. Cuantos más individuos tomen conciencia de estas experiencias
creativas, tengo la seguridad de que incorporaremos las palabras necesarias para comunicarnos mejor acerca de ellas. Desde mi punto de vista, hay por lo menos cuatro dimensiones en cada ser humano. Cada uno de esos niveles puede percibirse mediante la EPS y puede ser manipulado directamente por un sanador experimentado con fines curativos.
La primera dimensión es el conocido mundo físico. Nuestro mundo fisico se mantiene intacto merced a los mundos subyacentes de energía y conciencia. Directamente bajo el mundo fisico está la dimensión de los campos de energía universal o vital, en los que reside el aura o campo energético humano. Este niveles la estructura o el entramado sobre el que se sustenta el mundo fisico. Todo lo creado en el mundo fisico debe existir antes, o ser creado, en el mundo de la energía vital. Cada forma existente debe formarse primero en los niveles estructurados de los campos de energía. Esta dimensión contiene asimismo las energías de nuestra personalidad. Cada sentimiento que poseemos existe en el nivel de los campos de energía vital. El cuerpo fisico expresa los niveles variables del-campo en manifestaciones tales como sonrisas afectuosas, muecas de desaprobación, el modo de andar, de sentarse, de estar de pie... Bajo el campo energético humano yace el nivel del hara, en el que almacenamos nuestras intenciones. Éstas tienen una importancia enorme en el proceso creativo. Cuando poseemos intenciones inconscientes, mixtas u opuestas, luchamos contra nosotros mismos e interrumpimos el proceso creativo. Cuando aprendemos a alinear nuestras intenciones no sólo con nosotros, sino también con el grupo próximo de personas con las que trabajamos, alineamos las intenciones de nuestro grupo próximo con las del grupo más amplio al que sirve y así sucesivamente, sacando partido a unas aptitudes creativas enormes.
Debajo del nivel del hara está la dimensión del núcleo central de nuestro ser, o lo que yo llamo el nivel de la estrella del núcleo. Éste es el nivel de nuestra fuente interna, o de la divinidad localizada dentro de nosotros. Es de esta fuente interior de donde mana toda la creatividad. Todo el proceso creativo natural requiere la salida de energías y conciencia de la estrella del núcleo hacia esas cuatro dimensiones. Un cambio permanente en cualquier dimensión exige un cambio en su base, que reside en la dimensión inmediatamente inferior. En consecuencia, desde la perspectiva de la curación, si deseamos pasar nuestro cuerpo o cualquier parte del mismo, como por ejemplo un órgano, desde un estado
insano a un estado sano, debemos trabajar con las energías subyacentes que constituyen los cimientos del cuerpo. Debemos trabajar con cada una de las cuatro dimensiones. Para efectuar ese trabajo, antes tendremos que explorar cada una de las cuatro dimensiones. Empezaremos por el nivel aural, el campo energético humano.
Este campo de energía vital ha sido explorado, investigado y utilizado con fines diversos a lo largo de la historia. Esta exploración comenzó mucho antes de que aprendiéramos el método científico, y ha continuado desde entonces.
Los científicos de hoy en día llaman a los campos de energía medible asociados a sistemas biológicos
«campos bioenergéticos». Por otro lado, los términos «aura» y «campo energético humano» son utilizados por los sanadores para designar esos campos energéticos humanos. Es importante efectuar aquí una distinción, por cuanto se han medido los campos bioenergéticos en laboratorios, mientras que el aura o campos energéticos humanos se conocen a partir de las observaciones personales y clínicas de personas que recurrieron a la elevada percepción sensorial. En el primer caso, la información medida está limitada por el estado del instrumental, mientras que en el segundo, la información medida está limitada por la claridad y coherencia del observador con la EPS. En mi opinión, las mediciones del campo bioenergético mantienen una intensa correlación con las observaciones de la EPS. Se han efectuado algunos experimentos que los relacionan claramente. También los estudiaremos en este capítulo, pero antes debemos contemplar la perspectiva científica.

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