viernes, 16 de octubre de 2009

¿Porque celebramos el 25 de Diciembre?


La Biblia no presenta ninguna referencia relativa a la fecha del nacimiento de Jesús Cristo. No es una cuestión de olvido, y mucho menos de ser tratado como un hecho irrelevante. ¡Por el contrario! En realidad los antiguos calendarios romanos eran muy poco confiables, y Roma, a través de Julio César había recién presentado en el año 45 AC, un nuevo modelo, que incluía el mes de Julio, en su propio homenaje. Posteriormente el Emperador Augusto, que le sucedió, incluyó Agosto, también con 31 días, por considerarlo igualmente importante. Por eso hasta hoy Febrero, huérfano en el invierno europeo, tiene menos días que los demás meses del año. Los antiguos calendarios romanos tenían a veces, semanas de quince días y meses de diez días, de acuerdo con el humor del Emperador reinante. Los antiguos, no tenían el privilegio de saber las fechas de nacimiento, casamiento o fallecimiento, pues estas simplemente no estaban disponibles para los menos pudientes. Esos registros sólo fueron tratados de forma sistemática, por la Iglesia Católica, a partir de 1640. No existen registros históricos al respecto de ”Fiestas de Aniversario” en la Antigüedad. No es de suponer que existiesen. Por lo menos nada contribuyó para que así se piense.
Además de eso, el tiempo era tratado de forma cíclica y repetitiva, bajo la perspectiva lunar dirigida más hacia la agricultura, y la pequeña cría de animales domésticos. Bajo ese aspecto, los solsticios de la Primavera y del Invierno, eran reverenciados con cierto grado de importancia.
Los Celtas, descendientes probablemente de los Hititas y que inmigraron del Oriente Medio para el norte de Europa en dos etapas, entre 7.000 y 5.000 AC, trataban el Solsticio del Invierno, el 25 de diciembre, como un momento extremamente importante en sus vidas. El ingreso en el túnel largo y oscuro del invierno, no decía quien regresaría del viaje insólita. Largas noches de frío, por veces con pocos géneros alimenticios y raciones, para sí y para los animales con que convivían en un mismo acomodo, para mantener la temperatura más amena. Al gran banquete de despedida, el día 25 de diciembre, seguían 12 días de fiestas terminando en el día 6 de Enero. Esos rituales paganos recibieron, en el discurrir de los tiempos, otros nombres, en otras sociedades.
En Roma, el Solsticio del Invierno era celebrado, muchos siglos antes del nacimiento de Cristo. Los Romanos le llamaban de Saturnálias (Ferias de Invierno), en homenaje a Saturno, el Dios de la Agricultura, que permitía el descanso de la tierra. en 274, el Emperador (270-275) Aureliano (214-275), proclamó el día 25 de diciembre, como “Dies Natalis Invicti Solis” (El Día del Nacimiento del Sol Invicto). El Sol reinando con su calor en el espacio, muy por encima del frío invierno en la Tierra. El Papa (337-352) Julio I (280-352), decretó en 350, que el nacimiento de Cristo, debería ser conmemorado en el día 25 de Diciembre, pues el calor de su amor eterno, era más importante que cualquier otra forma de protección. San Agustín (354-430), hijo de Santa Mónica, y Obispo en Numídia, en el norte de África, fue el primer gran Teólogo de la Iglesia Católica, y que escribió “Ciudad de Dios” y “Confesiones”, fue el primer sacerdote de la Iglesia Católica en dedicarse al estudio del tiempo, bajo la perspectiva platónica. Sus analogías entre la “Ciudad de Dios” y la “Ciudad de los Hombres”, guiaron el pensamiento de la cristiandad hasta la Edad Media. Santo Tomás de Aquino, apenas lo reorientó, basado en la lógica aristotélica.
No obstante el Calendario Juliano, elaborado bajo la orientación del Cónsul Romano Julio César, tenía el defecto de perder un día a cada 128 años, haciendo el “Año Tropical” desplazarse cada vez más hacia atrás.
Posteriormente el Papa (1572-1585) Gregorio XIII (1502-1585) a través de la Bula Papal, "Inter Gravissimus", las firmadas el 24 de febrero de 1582 presentó un nuevo calendario, con un “Año Tropical”, de 365.2524 días (365 97/400), haciendo con que el error de un día fuese diluido por 3,300 años. La propuesta fue formulada por Aloysius Lilius, un físico napolitano, y aprobada en el Concilio de Trento (1545/1563). El error fue corregido, haciendo que al día 4 de octubre de 1582, sucediese inmediatamente el día 15 de octubre del mismo año.
¡Once días de errores acumulados, desaparecieron del mapa! En esos períodos de tiempo, nadie nació, se casó o falleció en las Penínsulas Itálica e Ibérica, incluyendo ahí las colonias portuguesas y españolas en las Américas. Otros países lo adoptaron posteriormente. Rumania en 1919 y Rusia en 1918, fueron los últimos.
Pero el hecho interesante de esta corrección, es que la distribución del error por el transcurrir del año, hizo que el Solsticio de Invierno, cambiase de fecha, pasando a acontecer, dependiendo del año, entre el día 21 y el día 23 de diciembre. Esta era la razón fundamental para la conmemoración del Nacimiento de Jesús, en el día 25 de Diciembre, la puerta de entrada de la estación del invierno en el Hemisferio Norte.
¡La Navidad continuó a ser conmemorada en el día 25 de Diciembre!
Otros problemas persisten aún sin solución. Inclusive el del año en que vivimos actualmente. Cuando Cristo nació, estábamos bajo el Calendario Juliano, que sólo comenzó a ser seguido fielmente a partir del año 8. Hoy en día, sabemos que hay por lo menos una diferencia de en el mínimo 6 años, en relación al año correcto del nacimiento de Cristo. Antiguamente los años eran contados a partir de la fundación de Roma. Pero la fecha de la fundación de Roma, no es correctamente conocida. La más comúnmente aceptada, es el 21 de Abril del tercer año, de la 6ª Olimpíada, que correspondería a 753 AC, según los cálculos de Varro (116-27 AC). En la era Varroniana, 753 AC es conocido como el año 1 AUC, “Ab Urbe Condita” (Desde la fundación de la ciudad).
Dionisio el Exiguo, que vivió en el 6º siglo DC, procuró establecer una sucesión secuencial de los gobernantes romanos, para fijar el año del nacimiento de Cristo. Cometió no obstante dos grandes errores conocidos;
a. no computó que César Augusto, sobrino-nieto de Julio César, gobernó cuatro años bajo el nombre de “Octaviano”, como parte de un triunvirato.
b. consideró como el año anterior al año 1 DC, el año 1 AC. con esto hay un año más, el “año cero”, dejó de ser incluido en el conteo. ¡Por tanto la Navidad no es conmemorada en el día del Solsticio de Invierno, como se pretendía, ni estamos en el año 2005! Consecuentemente Cristo nació, según se sabe hasta ahora, en el año 6 AC, lo que es una grave incoherencia. Mas lo que importa es que nuestros corazones estén dispuestos a ofrecer Amor. Esta es la verdadera lección que El nos legó.

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