lunes, 22 de diciembre de 2008

Cuento para navidad


Un aldeano ruso, muy devoto, había pedido en sus oraciones, durante algunos años, que Jesús lo viniese a visitar, aunque fuese solo una vez, en su humilde choza.

Una noche, soño que el Señor, al día siguiente, se le aparecía; y tan cierto estuvo de que así sucedería que, apenas desperto, se levanto inmediatamente, entregandose al trabajo de poner en orden la choza, para que en ella pudiese ser recibido el huesped celeste tan deseado. A pesar de una violenta tempestad de granizo y nieve, que duro todo el día, no por eso el pobre aldeano abandono los preparativos domesticos, cuidando tambien de la sopa de col, que era su plato predilecto, y mirando, de vez en cuando, para la carretera, siempre a la espera de la feliz ocasion, no obstante la tempestad continuaba implacable...

Transcurrido poco tiempo, el aldeano vio que caminaba por la carretera, en lucha con el temporal de nieve que lo cegaba, un pobre vendedor ambulante que llevaba en las espaldas un fardo bastante pesado. ¡Compadecido, salio de la casa y fue al encuentro del vendedor... lo llevo para la choza, le puso la ropa para secar al fuego de la chimenea y compartio con él la sopa de coles, y solo lo dejo que se fuera despues de ver que él ya tenia fuerzas para continuar la jornada!

Mirando, de nuevo, a través de la vidriera, divisó una pobre mujer toda embarazosa, en busca del camino, en la carretera cubierta de nieve. ¡Fue a buscarla, y también la abrigó en la choza, la mandó a calentarse al lumbre benéfico del hogar, le dio de comer, la envolvió en su propia capa, y no la dejó partir mientras no readquirió fuerzas bastantes para la caminada!

La noche empezaba a caer. ¡Entretanto, nada habia que pudiese anunciar la venida de Jesus! Ya casi sin esperanzas, el pobre aldeano abrio la puerta, mas una vez, y extendiendo los ojos por la carretera, distinguio a un niño y se certifico que se encontraba perdido en el camino, de tan ciego que estaba por el granizo y por la nieve... Salio más una vez, tomo al niño casi helado, lo llevo para la cabaña, le dio de comer, y no demoro mucho para que verlo adormecido al calor de la chimenea... ¡Sensiblemente impresionado, el aldeano se sento y adormeció tambien al fuego del hogar, pero... de repente, una luz radiosa, que no provenía de la lumbre de la chimenea, ilumino todo! ¡Y delante del pobre aldeano, surgió risueño el Señor, envuelto en una túnica blanca!

-Ah! Señor! Lo espere todo el dia y Usted no aparecio, se lamento el aldeano...y Jesus le respondio:

"¡Ya por tres veces, hoy, visite tu choza; el pobre vendedor ambulante, que socorriste,calentaste y le distes de comer... era Yo!

¡La pobre mujer, a quien le diste la capa... era Yo!

Y ese niño, a quien salvaste de la tempestad... también era Yo..."

"¡El Bien que a cada uno de ellos hiciste,a mi mismo lo hiciste!"

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