miércoles, 31 de diciembre de 2008

Evocación de los animales


¿Puede evocarse el Espíritu de un animal?

Después de la muerte del animal, el principio inteligente que estaba en él, está en un estado latente; al momento es utilizado por ciertos Espíritus encargados de este cuidado para animar nuevos seres, en los cuales continúa la obra de su elaboración.
De este modo en el mundo de los Espíritus no hay Espíritus de animales errantes, sino únicamente Espíritus humanos. Esto contesta a vuestra pregunta.

–¿En qué consiste, pues, que ciertas personas, habiendo evocado a los animales han obtenido contestación?
Evocad a una peña y os responderá. Hay siempre una turba de Espíritus dispuestos a tomar la palabra para todo.

Observación. – Por la misma razón si se evoca un mito, o un personaje alegórico, responderá, es decir, responderán por él, y el Espíritu que se presentará tomará el carácter y las maneras. Uno tuvo un día la idea de evocar a Tartufo y Tartufo vino en seguida; hizo más, habló de Orgón, de Elmira, de Damis y de Valeria, de quienes dio noticias; en cuanto a él, imitó al hipócrita con tanto arte como si Tartufo hubiese sido un personaje real. Más tarde dijo ser el Espíritu de un actor que había hecho este papel.
Los Espíritus ligeros se aprovechan siempre de la inexperiencia de los que preguntan; pero se guardan de dirigirse a aquellos que saben que son ilustrados para descubrir sus imposturas y que no creerían sus cuentos. Lo mismo sucede entre los hombres.
Un caballero tenía en su jardín un nido de jilgueros por los que se interesaba mucho; un día desapareció el nido; persuadido de que nadie de su casa era culpable de este delito, como él era médium, tuvo la idea de evocar a la madre de los pequeñuelos; vino, y le dijo en muy buen francés:
“No culpes a nadie, y sosiégate sobre la suerte de mis pequeños; ha sido el gato que saltando ha hecho caer el nido; lo encontrarás en la yerba, lo mismo que los pequeños que no han sido comidos”. Averiguado, se encontró exacto, ¿Es menester por esto sacar en consecuencia que fue el pájaro el que contestó? Seguramente que no; sino un Espíritu que conocía la historia. Esto prueba cuanto debe uno desconfiar de las apariencias y cuán justa es la respuesta anterior: “Evocad una roca y os responderá”.

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