sábado, 27 de diciembre de 2008

El Signo de Piscis


Pregunta: Al finalizar vuestras explicaciones sobre las influencias astrológicas, hicisteis referencia al magnetismo donado por el signo de Piscis para la manifestación del Cristo en nuestro planeta. ¿Nos podéis decir cuáles son las virtudes de ese signo?
Ramatís: El poético lenguaje astrológico dice que Piscis da a sus protegidos las siguientes características: son profundamente emotivos e irradian mucha simpatía, sean débiles o fuertes; investigan con inquietud el origen psíquico de la vida; son receptivos a los mensajes elevados; hospitalarios y desinteresados; son románticos, soñadores y médium; sufren y se amargan cuando ofenden o perjudican a alguien; hablan rápidamente del ideal superior; corrigen sus indecisiones, a veces con sacrificio de su propia vida.
Aún existen otros detalles que no enumeraremos por lo restringido de este trabajo- Lo importante es que observéis y comprendáis que esas virtudes fueron exactamente las que revelaron con más intensidad y energía los discípulos de Jesús y sus sinceros seguidores. La efervescencia Crística, avivada por el Divino Cordero de Dios, bajo la vigorosa influencia de Piscis, continúa manifestándose aún en vuestros días.
A medida que la humanidad terrícola se desajusta, en el umbral del "fin de los tiempos", les verdaderos devotos del Cristo revelan con más fuerza su vivacidad y ansiedad por servir y salvar a sus hermanos desesperados. Los siervos de Jesús, inquietos, contemplativos, ingenuos delante del mundo utilitarista del lucro provisorio, se sintonizan en vigorosa conexión con las influencias astrológicas finales del signo de Piscis, que hizo la etapa astrológica de todo el evento cristiano, afirmándose como una insignia zodiacal saturada de la más agradable contextura magnética que contribuyó a la liberación del espíritu del mundo de la materia.
Al contrario del pueblo hebreo, que, sometido a la férrea dirección de Moisés, aún no estaba maduro para comprender la misión sacrificial del Cristo, bajo la simbólica "arremetida" del signo de Aries —que inspiraba a todos los pueblos antiguos, que se esparcieron por territorios desconocidos—los cristianos, dominados por el simbolismo sacrificial del pez (que muere ni bien lo sacan de su "hábitat"), se dejaron torturar y matar por el advenimiento del Mesías. La era del Cristo encerró la contradicción pagana, bajo el mensaje admirable deL suave Jesús, con la idea de un Dios Magnánimo descendiendo a la Tierra, atenuando la discordancia alrededor de los dioses, que generaban terribles conflictos, primero en las regiones celestes, para después divertirse con la destrucción de los seres en sus inspiraciones maléficas destinadas a las guerras fratricidas.
El Sol, por el proceso de los equinoccios, se derrumba con fulgente claridad en la constelación pisceriana, mientras Jesús, refulgiendo junto a las olas de los lagos de Galilea, se ponía en divino contacto con los futuros "pescadores de hombres".

Pregunta: Cierta vez hicisteis alusión a unas "nupcias" planetarias de Júpiter, Saturno y Marte, realizadas bajo el signo de Piscis. ¿Nos podríais decir si ese signo también estaba previsto en los planos de la Ingeniería Sideral para el advenimiento de Jesús?
Ramatís: Sí, el signo de Piscis estaba previsto en los planos de la Ingeniería Sideral e inspiró la suave denominación dada a Jesús como "Pescador de Almas", constituyendo, además, la influen¬cia electiva sobre los pescadores que se hicieron apóstoles del Señor.

Pregunta: Comprendemos el simbolismo del título dado a Jesús, por ser de hecho un Pescador de Almas, pero no atribuimos su venida a la Tierra por una influencia como la del signo de Piscis. Consideramos los temas astrológicos como muy dudosos, porque escapan a las investigaciones seguras y lógicas de la ciencia experimental. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?
Ramatís: Los astros como ya os hemos dicho en varias oportunidades, predisponen pero no disponen. Los conceptos básicos de la Astrología deben considerarse con mejor criterio por todas las personas sensatas y dignas. Los astros establecen campos magnéticos favorables o desfavorables, que pueden estimular o reprimir las pasiones humanas. La continua expansión del espíritu hacia una mayor área de conciencia espiritual lo libera gradualmente de las influencias magnéticas nefastas, porque elimina en el hombre su cortejo de pasiones inferiores, que hacen de él un verdadero "condensador" de vibraciones astrológicas perjudiciales. Las almas decididas, de voluntad poderosa, realizan destinos superiores aun bajo las malas influencias de los astros, así como el lirio, que está bajo el influjo deletéreo del charco, se transforma en flor inmaculada.

Pregunta: Según vuestra respuesta, deducimos que Jesús, sien¬do un espíritu Angélico, debería, por lógica dispensar de todo tipo de conjunción astrológica favorable para descender a la Tierra. ¿No lo creéis así?
Ramatís: El Sol, aunque se baste por sí mismo, o sea que se inmunice de las influencias exteriores, refulge más en el lago sereno y cristalino, que en el pantano nauseabundo. Jesús, resplandeciente Ser Angélico, descendió a la forma humana, exigiendo para ello un campo vibratorio favorable para lograr el éxito integral de su gloriosa misión. Debía aprovechar el mejor magnetismo terráqueo, porque su tarea consistía en hacer aflorar a la superficie de vuestro orbe un más intenso y expansivo contenido de luz Crística. Aunque era impermeable por sí mismo a las influencias astrológicas inferiores, el mayor éxito de su presencia en vuestro ambiente dependería, lógicamente, de las mejores emanaciones procedentes de esos astros benéficos, bajo la inspirada conjunción. Hay que observar que Jesús era un Misionero y no un Alma en aprendizaje; bajo tales condiciones debía quedar libre de cualquier influencia coercitiva en su misión, justificándose así su objetivo que era el de consolidar el Evangelio a través de su misión sacrificial.

Pregunta: ¿No os parece paradójico que el sublime estado angélico de Jesús, que por sí solo tenía garantía espiritual, necesitara influencias astrológicas favorables para el mejor desempeño de su misión?
Ramatís: Aunque Francisco de Asís y Teresita de Jesús fuesen portadores de "auras angélicas", creemos que ambos serían mejor secundados si actuaran mesiánicamente en el ambiente sedativo de un templo religioso y no en la atmósfera sofocante de un presidio o un matadero, cuyo ambiente astral es constrictivo y repugnante. El campo magnético de vuestro orbe, en la efervescencia de las pasiones humanas indisciplinadas, en donde aún impera el trato inhumano para los animales, nos recuerda a los sublimes mensajeros Crísticos, actuando en la atmósfera nauseabunda de los mataderos y carnicerías.
Cuando tenéis que recibir la visita de vuestros conductores espirituales o superiores jerárquicos, providenciáis rápidamente el mayor aseo y arreglo de los locales donde serán presentados; mientras tanto, os despreocupan de la profilaxis del magnetismo terráqueo para atender la visita del sublime ángel del Señor de los Mundos.

Pregunta: ¿Fue realmente el signo de Piscis el más conveniente para el mejor desempeño de la misión de Jesús en la Tierra? ¿Le tocaba a ese signo fatalmente a causa de su disposición astrológica— legar al Cristo la denominación de "Pescador de Almas"?
Ramatís: Os recordamos una vez más que tales eventos obedecen a la rigurosa sucesión de providencias previstas en el "Gran Plano Cósmico", elaborado por los Ingenieros Siderales a través del tiempo y circunstancias inaccesibles a vuestro entendimiento. El campo magnético que componía el escenario astronómico de vuestro orbe, bajo las influencias benéficas de las auras de Saturno, Marte y Júpiter preparaba la naturaleza angélica de Jesús en sintonía dinámica con los eventos superiores, que se ajustaban a su gloriosa misión en la Tierra.
Sirviéndonos de ejemplos rutinarios de vuestro mundo, os recordamos que los días de sol os predisponen a las realizaciones eufóricas, poéticas y de éxtasis espirituales, mientras que en los días nublados, húmedos y tristes la pluma del poeta sólo produce composiciones melancólicas, llenas de compungidos recuerdos. En la región glacial europea no progresa el santo yoga, con la simple vestidura de algodón, pues necesita del ardiente sol de la India para inspirarse en los misterios de la vida. En el mundo de la materia se manifestaba el Cristo planetario por intermedio de Jesús, que bajo los estímulos sublimes permitía la mayor afloración de luz interna, hacia la superficie de vuestro orbe. La maravillosa y rarísima conjunción de astros que se produjo en el regazo del suave magnetismo de Piscis se transformó en incesante convite de inspiración hacia la sublime contextura vibratoria del Cristo, que se transformaba en luz para vuestra salvación espiritual-
El signo de Piscis en el plano sideral, fue una secuencia natu¬ra! del año astrológico o "Gran Año", que se divide en doce ciclos o signos, contando cada uno 2.160 años terrestres, lo que hace un total de 25.920 años, por el cual se cumple toda la trayectoria del Sol por las casas zodiacales. Ese año astrológico de 25.920 años terráqueos era conocido desde tiempos inmemoriales por los cientificistas y sacerdotes lemurianos, atlantes, aztecas, incas, semurianos, babilonios, caldeos, persas, egipcios e hindúes, cuyos estudios y tradiciones han llegado hasta vuestros días.
El nacimiento de Jesús como sintetizador crístico de todos los precursores espirituales que actuaron en vuestro orbe, en obediencia a los planos definitivos de los "Ingenieros Siderales", se con¬cretó exactamente cuando el mes astrológico de Pises gobernaba el magnetismo cósmico de la bóveda terrestre. El inconfundible Instructor Crístico realizaba la conexión de los trabajos esparcidos por todos sus antecesores, cuyas bases se encontraban diseminadas por todas las latitudes geográficas del orbe. Ese acontecimiento se registró en el momento exacto y previsto por los planos remotos de los Legisladores Siderales del sistema, que habían considerado que el signo de Piscis era el que mejor favorecía la misión de Jesús, en virtud de ofrecerle un campo magnético y astrológico apropiado a la tradicional inquietud espiritual del Cristianismo.

Pregunta: ¿Cómo hemos de concebir que los Ingenieros Side¬rales hayan previsto herméticamente, con inconcebible antecedencia, el feliz ajuste de Saturno, Júpiter y Marte, en el signo de Piscis, en perfecta conexión con las necesidades de nuestra humanidad, para recibir a Cristo?
Ramatís: El indescriptible conocimiento cósmico de los Ingenieros Siderales es fruto de sus copiosas experimentaciones, realizadas en otros planetas ya extinguidos, que formaban parte de la infinita escala de la evolución humana. Ellos se orientan segu¬ios, y dentro de una lógica muy perfecta, para estructurar los proyectos de los futuros mundos a surgir en el espacio, así como el plan del profesor escolar fundamenta las futuras lecciones que deberá dictar a los nuevos alumnos. La sabiduría ilimitada —inconcebible para vuestro entendimiento— permite a los Constructores Siderales prever con exactitud la figura de cada cortejo solar que ha de balancearse en el Espacio, ajustándolos astronómicamente a los eventos sociales y necesidades espirituales de sus humanidades.
Mientras señaláis en vuestros compendios científicos los centros fijos, los ejes imaginarios o puntos de apoyo necesarios, que atribuís a los sistemas solares y satélites, ellos fijan esas sustentaciones en "puntos cósmicos", intermediarios, producidos por el cruzamiento de las fuerzas magnéticas turbillantes. En esos cruzamientos se mezclan y chocan poderosos campos magnéticos "altos y bajos", que forman "centros" o "ruedas" exuberantes de energías, provenientes de las regiones estelares, denominadas "chakras cósmicos", que establecen las bases para esas sustentaciones constelatorias o planetarias.
Si os fuese posible tener una visión global del Cosmos verificaríais la existencia de indescriptibles "redes de coordenadas", en cuyas mallas o puntos de intersección palpitan orbes y soles, planetas y mundículos, semejantes a incontables puñados de lentejuelas refulgentes, que conforman un fascinante y raro bordado, extendido por la bóveda del Infinito. Se asemeja, en su conformación, a un maravilloso tapete en cuya superficie se diseñan los más soberbios matices de colores radiactivos, que nos recuerda una inmensa tela de araña, centelleante de gotas gigantescas, que son los soles policrómicos, unidos por fluidos ondulatorios. Oirías excéntricas sinfonías a la menor ondulación, como si manos invisibles de hadas las ejecutasen, para belleza y encanto de la vida sideral.
Vuestra ciencia sabe que el vórtice magnético de vuestro Sol o "chakra constelatorio", o también centro de fuerzas de sustentación, en ese turbillante cruzamiento de corrientes cósmicas, se encuentra suavemente apartado del centro físico conocido. En realidad, cada astro o sistema oscila suavemente alrededor de su "punto magnético", produciendo la más indescriptible pulsación sinfónica en todo el Universo.
La transitoriedad de los sistemas de mundos físicos, que son creados y disueltos en el espacio, fuera de vuestra comprensión, resulta un aspecto vulgar para sus constructores que, debido a la disciplina de las leyes inmutables, pueden prever correctamente todas las modificaciones y procesos astrológicos en los intercambios con los astros, con relación a sus sistemas solares.

Pregunta: ¿Se ajustaba específicamente el signo de Piscis a la denominación simbólica de "Pescador de Almas", para el insigne Jesús?
Ramatís: A pesar de vuestras dudas al respecto, el Cristianismo es una secuencia producida y desenvuelta progresivamente bajo el signo de Piscis, siendo realmente el inspirador del título de "Pescador de Almas", atribuido a Jesús.
Actualmente el Sol se encuentra dentro del signo de Piscis, completando casi los 2.160 años en vísperas de pasar al signo de Acuario, que es de extrema significación para los dos próximos milenios; que ha de ser un verdadero consolidador de las fermentaciones espirituales, que se forjaron con la esencia fundamental del Cristianismo naciente en vuestro orbe. En el pintoresco lenguaje astrológico, Acuario, en la técnica de los astros, preside a sus tutelados desenvolviéndoles el sentido hacia las artes, la elevación espiritual constante, firmeza en las sublimes afecciones y perseverancia hacia el amor altruista por excelencia; desenvuelve también la decisión del carácter, en forma persistente y sumamente paciente, así como el gusto pronunciado por los conocimientos extra-físicos y gran capacidad de apreciación mental del conjunto creador.
Esas cualidades inspiradas por Acuario ya se revelan fuertemente en las criaturas en vía de completa cristificación; serán, por lo tanto, las características del gobierno filosófico, científico, religioso y social del tercer milenio, como finales complementos de las admirables virtudes desenvueltas por el signo de Piscis, el gran inspirador del Cristianismo.

Pregunta: ¿Las religiones de hoy aceptarán y comprenderán ese ajuste del signo de Piscis al evento del Cristianismo o al nacimiento de Jesús? ¿Admitirán que el "pez" encierra un profundo simbolismo cristiano?
Ramatís: La iglesia aún conserva en las mitras de sus obispos la forma exacta de una cabeza de pez; el Papa ostenta el sagrado y tradicional anillo que simboliza al "Pescador de Almas". La costumbre simpática de la iglesia de comer carne de peces en cuaresma, en lugar de carne de vaca (relación con el signo de Tauro), comprueba la influencia del signo de Piscis en el terreno religioso. El propio Jesús aconsejó a los apóstoles que arrojasen las redes al mar, para recoger peces; pero nunca supimos que hubiera cortado un trozo de carne para distribuirlo a los apóstoles en la última cena...
Mientras que durante el paganismo hebraico, egipcio y oriental se adoraban fanáticamente al Becerro de oro a través del Buey Apis o la Serpiente Sagrada, bajo signos violentos, los cristianos consideraban la figura del pez como símbolo de pureza genética, de trabajo incesante y activo, moviéndose dentro del océano —reino del agua—, fuente principal de la vida y de la cual "el hombre tendrá que renacer", en el lenguaje de Jesús. Es por eso que la iglesia, aun en vuestro tiempo, se sirve del agua y la sal —símbolo del océano— en la ceremonia del bautismo.

Pregunta: ¿La denominación de "Pescador de Almas" atribuida a Jesús no habría sido un símbolo de su preferencia hacia los pescadores por sus prédicas junto al mar y lagos, que eran viveros de peces?
Ramatís: La Ley de correspondencia vibratoria, de la cual aún no podéis hacer juicio, crea el estilo vibratorio y establece la misma correlación, tanto en las manifestaciones de la vida física como en la vida espiritual. Hay siempre una perfecta correlación entre la influencia astrológica de una época y las modificaciones físicas, morales, sociales y económicas, que se sincronizan por la presencia excepcional de los Instructores Siderales y la composición de sus nuevas doctrinas a desenvolver. La naturaleza de la misión de Jesús, con su colegio apostólico compuesto de pescadores, se ajusta perfectamente en lo espiritual y en lo físico a la índole mística, inquieta y dinámica que el lenguaje astrológico atribuye al signo de Piscis. Las características actuantes en el movimiento del Cristianismo, con respecto a los esfuerzos apostólicos, como así también a la naturaleza doctrinaria mística, siempre se relacionaron admirablemente con el modo de vida de los peces. El pez no es un símbolo relacionado con el advenimiento crístico a través de coincidencias discutibles o de fortuitos ajustes a los ascendientes astrológicos del signo de Piscis. Ese signo imprimió su cuño psicológico en todos los valores decisivos del Cristianismo y marcó, con su figura dinámica y excéntrica todos los instantes de suma importancia en el movimiento nazarénico. Los discípulos de Jesús, en general, fueron pescadores y su seña secreta, en las horas difíciles, fue la figura del pez o de dos peces entrelazados, conforme podréis observarlos aún en los signos grabados en las ennegrecidas paredes de las catacumbas de Roma. El pez está continuamente relacionado con los actos de Jesús. En los relatos bíblicos del Nuevo Testamento se multiplican las pruebas de particular preferencia hacia el maestro, por medio de ese símbolo. Aproximándose a Pedro, Jesús le mandó arrojar las redes al mar, las que recogieron llenas de peces; uno de los simbólicos milagros fue la multiplicación de los peces; y su divino convite hacia el trabajo evangélico, se hizo primeramente entre los pescadores, en las zonas ribereñas de los lagos o junto al mar, siempre poblados de peces. Posando el manso mirar sobre Pedro, Jesús le dijo textualmente: "Pedro, de ahora en adelante serás pescador de hombres". En otra circunstan¬cia dice aludiendo a Pedro y Andrés: "Yo os haré pescadores de hombres". La tradición cuenta que el Divino Rabí enriquecía sus enseñanzas demostrando el agrado que tenía por el "reino de los peces", caminando sobre las aguas y calmando la fura de los mares. Francisco de Asís —tal vez por ser un íntegro seguidor del Maestro— como reverenciando la insignia de Piscis tenía por há¬bito hacer largas palestras para los peces,' que al decir de la leyenda religiosa le oían con éxtasis.

Pregunta: ¿Debemos creer que el pez simboliza, en realidad, el fundamento de la libertad espiritual, que es la característica del Cristianismo? ¿Hay en la configuración material del pez algo de ligazón con la naturaleza del signo de Piscis o que lo identifique con las enseñanzas de Jesús? ¿Todo eso no será un loable ajuste simbólico?
Ramatís: Sería muy largo daros minuciosas explicaciones sobre aquello que se ajusta herméticamente a la figura material del pez con relación a su signo astrológico y de su comprobada influencia en el evento Cristiano. Podéis notar en la configuración "psico-física" del pez admirables simbolismos herméticos de la mística profundidad espiritual, que se identifican con la mayoría de los propósitos Crísticos. Notad: Su modo de procrear, independiente de los contactos directos entre machos y hembras, que recuerdan el esfuerzo de los primeros cristianos, inclusive Pablo, en el sentido de ahorrar las fuerzas sexuales para alcanzar mejor el Aura de Cristo.
La actividad continua y la insistencia con que el pez busca mayor espacio para sus movimientos se asemejan a la ansiedad y excitación psíquica de los primeros cristianos, que revelaban a través de su misticismo el deseo de alcanzar la Verdad en el Infinito Océano de Dios. Igualmente, el magnetismo dinámico del signo de piscis, interpenetrando los vehículos "extracorpóreos" de los convertidos a Jesús, que se movían incesantemente impelidos hacia ese Océano Divino, donde hay hartura del "agua de la vida" que tanto mencionaba Jesús. Los movimientos lépidos de los peces, en el mundo acuático, nos recuerdan las actividades del hombre sometido a las contingencias de la vida material, que, al decir de Jesús y de los escritores bíblicos, es del agua de donde el espíritu renace para nuevas reencarnaciones.
Esas contingencias de la vida, influenciadas por les ascendientes astrológicos de sus signos, conducen al hombre hacia la conquista espiritual en el medio que vive, despertándole el deseo de perfeccionamiento y disposiciones para escoger un ideal más elevado. La capacidad de sacrificio por el ideal escogido, que es uno de los ascendientes más fuertes de los piscerianos, fue demostrada por los adeptos a Jesús, cuando se dejaron torturar en los circos romanos y en las ejecuciones aisladas, como las de Pedro, Pablo y Tiago.
Los cristianos remanecientes no dejaron extinguir aquel proverbial movimiento espiritual prefiriendo un continuo estado militante, dinámico y peligroso para la integridad física —que forma parte de las virtudes de Piscis— antes de renegar a su doctrina a cambio de una sobrevivencia sin gloria. Tocados por el extraño magnetismo que se fundía en la sublime aura del Cristo, aquellas criaturas simples materializaban en la Tierra las indiscutibles características astrológicas del signo en examen.

(Mensajes del Astral, Ramatis)

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