viernes, 19 de diciembre de 2008
Mas sobre Mediumnidad
Recordando que la cuestión fenoménica es accesoria y no más constituye punto esencial para las propuestas doctrinarias. Emmanuel amonesta: Son muy pocas las casa espiritas que se pueden entregar al ejercicio de la mediumnidad. Los dirigentes vigilantes deben intensificar reuniones de estudios teóricos, meditación y debates racionales para entendimientos seguros, huyendo de un prematuro intercambio con las fuerzas advenidas más allá del túmulo.
Para comprender mejor los objetivos de la mediumnidad en sus matices básicos, tenemos que separar, con discernimiento, el ejercicio mediúmnico, de los postulados Espiritas y definiremos fenómeno, por el elemento material de análisis y Espiritismo, como la base teórica que esclarece los fenómenos. Ese comportamiento es para liberarnos de las fantasías, mitos y supersticiones. Cara a eso, resaltamos la urgente necesidad del estudio continuado del El Libro de los Mediúms, un compendio insuperable para el entendimiento de la sensibilidad mediumnica.
La palabra médium adviene del latín, médium, o sea: medio, intermediario. Persona que pude servir de intermediario entre los Espíritus y los hombres conforme instruye Allan Kardec.
Incurriremos en grave distorsión doctrinaria si concluyéramos que todos nosotros somos más o menos mediúms en el sentido restricto de la palabra, o sea, si juzgáramos que todos pueden producir manifestaciones ostensivas, tales como la psicofonia, psicografía, efectos físicos, etc.… Un aspecto central, relativo a la naturaleza de la mediumnidad, se aya expuesto en la respuesta a la pregunta que Kardec dirigió a los Espíritus: “¿El desenvolvimiento de la mediumnidad guarda proporción con el desenvolvimiento moral de los mediums? No; la facultad propiamente dicha se prende al organismo; independe de lo moral. Lo mismo, sin embargo, no se da con su uso, que puede ser bueno o malo, conforme a las cualidades del médium”.
Se infiere, de lo expuesto, que mediumnidad (ostensiva) es facultad especial que ciertas personas poseen para servir de intermediaria entre los Espíritus y los hombres. Es de origen orgánico e independe de la condición moral del médium, de sus creencias, de su desenvolvimiento intelectual.
En el párrafo 200, del Libro de los Espíritus, Allan Kardec deja claro que no hay sino un único medio de constatar la existencia de la facultad mediúmnica en alguien: la experimentación. O sea, solo podremos saber si una persona es médium, observando si ella es, efectivamente, capaz de servir de intermediaria a los Espíritus desencarnados. Eso, naturalmente, nos remite a la importante cuestión de estudio y educación de la mediumnidad.
El desenvolvimiento de la facultad mediumnica depende de la naturaleza más o menos expansible del periespiritu del médium y de la mayor o menos facilidad de asimilación de las energías de los Espíritus; depende, por tanto, del organismo y puede ser desenvuelta cuando existiera un relación fluídico entre el médium y el espíritu comunicante; en el caso contrario, no hay formula sacramental para desenvolver ese don de Dios.
Incurre en error grave quien quiera forzar, a toda costa, el desenvolvimiento de una facultad que aun no afloró, pues, como sabemos todos los hombres tienen su grado de mediumnidad, en las más variadas posiciones evolutivas (…) Emmanuel explica la cuestión384 en el libro el Consolador: ¿Se debe provocar el desenvolvimiento de la mediumnidad? Nadie deberá forzar el desenvolvimiento de esa o aquella facultad, porque, en ese terreno, toda la espontaneidad es necesaria; observándose con todo, la floración mediumnica espontánea, en las expresiones más simples, de debe aceptar el evento con las mejores disposiciones de trabajo y buena voluntad (…) Y reitera: La mediumnidad no debe ser fruto de precipitación en ese u aquel sector de la actividad doctrinaria, por cuanto, en tal asunto, toda espontaneidad es indispensable, considerándose que las tareas mediumnicas son dirigidas por los mentores del plano espiritual.
Estemos, pues, vigilantes en cuanto a la aplicación practica de la mediumnidad, lamentablemente tan mal conducida en nuestras huestes. Las personas cuando procuran los centros espiritas, más tarde o más temprano, son encaminadas, irreflexivamente, a la llamadas reuniones de desenvolvimientos mediúmnico, aun antes mismo de evangelizarse y sin aun mismo presentar indicios rudimentarios de esa facultad. Los orientadores argumentan que, son personas que presentan desequilibrios multiples de salud que desafían la pericia médica, o revelan disturbios de comportamiento que, de alguna forma, huyen de las costumbres estipuladas por la sociedad, deben entregarse, inmediatamente, al desenvolvimiento de la mediumnidad, lo que es un absurdo. Sugieren aun, si alguien tiene gran interés por el Espiritismo, el tiene todas las condiciones para el ejercicio del sublime mandato mediúmnico, incurriendo en otro gran error.
Recordemos, sin embargo, que la educación mediúmnica promovida en los centros espiritas no debe, jamás, ser entendida como aprendizaje de técnicas y métodos para hacer surgir la mediumnidad, más, exclusivamente, como perfeccionamiento y dirección eficaz para el equilibrio de las facultades brotadas naturalmente, lo que conduce al perfeccionamiento moral del médium por medio del estudio serio y de sus esfuerzos continuados para el ajuste de sus practicas a las recomendaciones evangélicas.
¿Los mediúms que hacen mal uso de sus facultades, que no se sirven de ellas para el bien, los que no las aprovechan para instruirse, sufrirán las consecuencias de esa falta? Si, si de ellas hicieran un mal uso, serna punidos doblemente, porque han tenido un medio más para esclarecerse y no lo aprovechan. Aquel que ve claro y tropieza es más censurable que el ciego que cae en el foso.”
Emmanuel aun nos alerta: El ejercicio de la mediumnidad en las tareas espiritas exige larga disciplina mental, moral y física, así como gran equilibrio de las emociones.
Por tanto, la mediumnidad mal ejercida significará sufrimiento para el médium, pues, la invigilancia por falta de conocimiento previo de sus mecanismos, fatalmente, lo conducirá a la confusión, a la duda, a la mentira, insuflando el egoísmo, el orgullo, la vanidad y el personalismo. Mediumnidad sin estudio de la doctrina y sin Jesús sedimenta la emisión de fuerzas mentales deletéreas, abriendo espacio a persecuciones de Espíritus que insisten en permanecer en las tinieblas.
*El periespiritu desempeña papel de suma importancia en el proceso, siendo el mismo el agente de todos los fenómenos mediumnicos, y estos solo pueden producirse por la acción reciproca de los fluidos que emiten el médium y el Espíritu, tenemos como regla sin excepciones que, ocurriendo un fenómeno de comunicación con el mundo en ciertas manifestaciones de efectos físicos, no se nota la presencia del mediúms, más no podemos estar ciertos de que habrá alguien, en algún lugar, sirviendo de médium, aun mismo que este no esté consciente del papel que desempeña.
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