jueves, 18 de diciembre de 2008

Somos Eternos


Estamos compuestos por un espíritu, un cuerpo que reviste a este espíritu (al que llamamos periespíritu) y un cuerpo físico que es el que podemos ver y tocar ahora mismo. Somos eternos…si, así es. Nuestra esencia nunca va a morir. Nuestra mente permanecerá siempre viva. Perecerá nuestro cuerpo físico cuando llegue el momento, morirá la materia mas pesada, pero seguiremos pensando y sintiendo exactamente igual que lo hacemos ahora.
Somos espíritus evolucionando hacia Dios, depurándonos poco a poco.

Necesitamos evolucionar moral e intelectualmente. Aprender, y para ello debemos de asistir a la escuela; y en ella estamos ahora mismo. La Tierra es una de las innumerables escuelas planetarias de aprendizaje de los espíritus.

Morimos y volvemos a renacer con un plan determinado y programado, especial para cada caso. Cada uno con las pruebas necesarias para su aprendizaje. Cada uno con su libre albedrío para decidir lo que hacer, cada uno sembrando libremente lo que quiera, para luego recoger la cosecha, los resultados, las notas finales.

Una de las principales leyes que nos enseñan los espíritus es la ley de causa y efecto. El mal rico, deberá encarnar y sufrir la pobreza, el que abusó de su inteligencia para hacer el mal, encarnará con un cerebro que lo limite, etc. Esto no sucede por maldad o castigo de Dios, sino para que aprendamos en nuestras carnes lo que hemos hecho sufrir a los demás, para que comprendamos, desgraciadamente sólo aprendemos cuando lo sufrimos, no nos basta con que nos lo expliquen…
Así pues, el espiritismo nos consuela y nos ayuda a razonar el por qué de las aparentes injusticias que vemos en los demás o que sufrimos en nuestras propias vidas.

La ley fundamental, ya nos la adelantó Jesús hace más de 2000 años. El amor y la caridad… ser bondadosos, indulgentes con los demás. La caridad no solamente es una limosna de lo que nos sobra. La caridad sincera es dar lo mejor de nosotros a los demás. Escuchar a alguien que lo necesita, perdonar una mala contestación, no criticar los defectos de los demás, ser pacientes cuando nos montamos en el coche. Este tipo de pequeñas cosas, son la caridad más cercana a nosotros y en la que podemos trabajar mejor.

El objetivo pues es evolucionar, realizar una autoreforma. Mejorarse cada día. Un buen ejercicio es recapacitar cada noche por unos instantes todos nuestros actos del día, reflexionar sobre lo malo que hemos hecho y decirnos que la próxima vez que nos venga una situación parecida, vamos a hacerlo mejor. Decimos que se conoce al buen espirita por el esfuerzo diario de auto reforma, de luchar constantemente contra sus malos hábitos y malas inclinaciones.

Afortunadamente, para este trabajo de autoreforma no estamos solos. Además de las personas encarnadas que nos quieren y nos pueden ayudar, también tenemos guías espirituales que nos asisten y nos consuelan cuando lo necesitamos. Nos enseñan el poder benéfico de la oración. La oración no como discurso de palabras bonitas, sino la petición, el agradecimiento sincero que ha de partir de nuestro corazón.

El amor es la fuerza más poderosa, el pensamiento positivo nos hace mas felices y nos atrae buenas compañías. Por eso, es importante la vigilancia de los pensamientos que emitimos. Es fundamental tener una buena higiene mental para tener una buena salud física y espiritual…¿Tú que eliges?

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