martes, 5 de enero de 2010

El primer Rayo


El Rayo de la Personalidad.
Tal como ya lo mencionamos, el Primer Rayo trabaja destruyendo las formas caducas y preparando el terreno para la llegada de los sembradores.

El contacto de la Jerarquía.
El trabajo de la Jerarquía oculta del planeta, no se limita exclusivamente a entrenar discípulos en el conocimiento espiritual; la Jerarquía mantiene contactos con diferentes seres humanos avanzados en su evolución personal y que se desenvuelven en distintos campos de actividades humanas.
El Primer Rayo, entonces, trabaja con las mismas características en cada uno de los campos en que el ser humano se desenvuelve; así pues, es interesante notar, cómo es que el discípulo del Primer Rayo, va estableciendo ese contacto interno con nosotros. Aun cuando ya se ha mencionado, que en los círculos exteriores de la Jerarquía se establecen los primeros contactos con aquellos humanos que se encuentran preparados para recibirlos, existen otras formas de establecer los primeros contactos con personas.

Los Rayos de cada ser humano.
En el mundo interno del hombre, existen mecanismos mediante los cuales, el ser puede, momentáneamente, conectarse a la fuente de su propio Rayo inspirador. Cada ser humano se ve impulsado en su vida, principalmente, por dos Rayos: El Rayo que dirige su personalidad y que específicamente lo ha orientado en su vida externa y, por otra parte, el Rayo que gobierna la evolución de su ser interior, el Rayo del Alma.
Cuando el Rayo del Alma es el primero, entonces, el ser recibe impulsos momentáneos que son sumamente poderosos y lo pueden llevar a cambiar el rumbo de su vida, en repetidas ocasiones, en el transcurso de la misma. Cuando es la personalidad la que está gobernada por el Primer Rayo, entonces, el ser manifestará tendencias, hasta cierto punto, violentas, o bien, con un alto sentido de justicia social.
Cuando hablamos del Rayo de la Personalidad, tenemos invariablemente que referirnos a las personas no entrenadas y a las personas entrenadas, como dos aspectos distintos de manifestación de este Rayo, propios de la naturaleza del hombre. En el Rayo del Alma, esta distinción no es necesaria, puesto que en las personas no entrenadas, o poco evolucionadas, el Rayo del Alma no tiene mayor influencia en su vida.

El Rayo del Alma y el Rayo de la Personalidad.
Cuando el ser ha alcanzado un cierto nivel de despertar espiritual, entonces, el Rayo del Alma compite, hasta cierto punto, con el de la personalidad, para tomar el dominio o control de la vida del discípulo. Esta lucha se mantiene por un largo tiempo, hasta que el discípulo se convierte en un iniciado y, entonces, el Rayo del Alma empieza a dirigir su trabajo en el mundo de las personalidades. El Primer Rayo concede características, como lo mencionamos anteriormente, que pueden determinar el curso de la vida de una persona; sin embargo, el Rayo de la Personalidad, aun cuando tiene ciertas influencias cósmicas, es un Rayo que ha sido desarrollado por la propia evolución material del individuo, es decir: si bien, el Rayo del Alma se determina en el momento mismo de la creación de un ser humano, el Rayo de la Personalidad va cambiando en cada una de las diferentes venidas del hombre a la tierra.

¿Qué determina el Rayo a que pertenecerá la personalidad de un individuo?
La respuesta es: ciertos momentos cósmicos que acontecen en el instante del nacimiento y, por otra parte, la educación que recibe en su familia. Estos dos factores tendrán una gran influencia en el Rayo de la Personalidad. En ocasiones el ser nace con determinado Rayo por influencias astrológicas, pero, la educación que recibe, inhibe totalmente las características de ese Rayo del nacimiento y lo impulsan a trabajar sobre otro, teniendo, entonces, un Rayo de personalidad distinto al que tenía en el momento de su nacimiento.
No pasa lo mismo con el Rayo del Alma, pues éste, es una característica propia, del individuo, por el momento mismo de su nacimiento como ser espiritual. Recordemos que la creación de seres humanos y de prácticamente cada criatura del universo, son hechas en oleadas de energía y semillas emanadas desde el centro de nuestra galaxia; así pues, el Rayo del Alma es invariable, inmutable y, tarde o temprano, el discípulo, al reconocerlo, intentará acercarse al grupo que corresponde a su evolución espiritual, al ashram de su maestro, el director de su Rayo. En las primeras etapas del discipulado, los estudiantes deben dominar el Rayo de la Personalidad; deben descubrirlo, encauzarlo, hacer una perfecta expresión de su vida en la tierra, utilizar los aspectos positivos del mismo y neutralizar aquellos que tienen que ver con los aspectos negativos.

Manifestaciones del Primer Rayo en el ser inconsciente y en el ser consciente.
En el Primer Rayo, tenemos una diferenciación muy clara: por una parte, la persona inconsciente, no preparada, el Primer Rayo la transforma en un ser violento, en un ser autocrático, en un ser decidido a cumplir su voluntad a pesar de todo y de todos, mientras que un ser entrenado, un estudiante de la luz, el Primer Rayo le conferirá el poder conocer y adentrarse en los misterios de la voluntad divina; manifestará un criterio sumamente amplio y equilibrado acerca de la justicia y del amor, como dos pilares indispensables en la vida de los seres humanos; manifestará una fuerza de voluntad a prueba de todo y su vida, muchas veces, será un ejemplo de lo que los más altos principios de justicia pueden lograr en la tierra; llegan a ser grandes líderes, porque su vida es un ejemplo difícilmente seguido por el resto de las personas. Este es el caso de los discípulos del Primer Rayo, revolucionarios por naturaleza, con aspiraciones de libertad por encima de cualquier otro ser humano. La libertad, para un discípulo del Primer Rayo, no es negociable jamás, constituye su más alto tesoro y por él, dar la vida, no significa sino pagar un precio que está muy por debajo del real. Esas son las cualidades de los discípulos del Primer Rayo. La forma como la Jerarquía trabaja en este departamento, es, por una parte, contactando a los discípulos y, por la otra, inspirando a las mentes iluminadas de la humanidad. Los grandes estadistas, los grandes estrategas, aquellos que imponen decisiones dolorosas, muchas veces, son inspirados por este Rayo. El trabajo de esta energía, sobre el campo de la política, se traduce, invariablemente, en movimientos de revoluciones sociales e independencia de grandes colectividades humanas. Bajo este Primer Rayo se crean los tribunales internacionales; bajo este Primer Rayo, igualmente, se toman las decisiones dentro de los grandes foros de países; bajo este Primer Rayo, se toman decisiones que tienen que ver con la guerra o con la paz en los países del mundo. Muchos de los movimientos separatistas que están sufriendo algunos países del mundo, son motivados por las energías de este Rayo. La incursión de terceros países, en las guerras internas de otros, son inspiradas por otro de nuestros Rayos.

Diferencia entre el Primer y el Tercer Rayo.
Como más adelante veremos, el Tercer Rayo de la inteligencia activa, es el motor que mantiene en movimiento a la sociedad humana. No piensen que todo lo que signifique guerra, revoluciones o transformaciones, son el fruto del Primer Rayo. Para identificar específicamente cuáles son las acciones impulsadas por el primero y cuáles son por el Tercero, simplemente analicen los objetivos de cada uno de los movimientos. Cuando el objetivo es destruir las formas que ya no son aplicables a los tiempos modernos, estamos hablando del Primer Rayo. Cuando el objetivo es restablecer la armonía y el orden de las sociedades, puede ser que estemos hablando del fruto del Tercer Rayo.

¿Quiénes determinan el cómo y el porqué de estos movimientos de las sociedades humanas?
La Jerarquía de Maestros, en sus grandes concilios, analiza cuidadosamente cada una de las actividades que está desarrollando el ser humano en la tierra; nosotros observamos los impulsos que yacen detrás de cada una de las revoluciones y movimientos bélicos del planeta. El porqué, lo tenemos pefectamente claro, puesto que podemos leer los motivos que cada uno pueda tener. El cómo es lo que nosotros cuestionamos. Si bien, un movimiento puede tener repercusiones negativas o contrarias a la voluntad divina, la Jerarquía, entonces, impulsa, a través de las mentes adelantadas de la tierra, nuevas opciones, nuevas formas de trabajar, o bien, acciones tendientes a neutralizar un movimiento que empieza a gestarse y que puede ser de consecuencias negativas para la trayectoria que la humanidad deba seguir. Por otro lado, cuando la Jerarquía observa estancamiento en el progreso humano, condiciones que, por un lado llevan a la degradación del hombre y, por otro, lo mantienen sumido en una inconsciencia; la Jerarquía también puede decidir experimentar, algún tipo de actividad revolucionaria, con el objeto de sacar a un pueblo del marasmo y reintegrarlo a la espiral evolucionista de la humanidad.

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