jueves, 14 de enero de 2010
Medicos kardecistas
Junto a la plegaria sanadora y los pases magnéticos, las operaciones espirituales parecen tener tanto tiempo como la humanidad. La ciencia sigue considerando estos fenómenos como sugestión o engaño. Pero hay excepciones, como los médicos espiritistas kardecianos, quienes creen en un camino vinculante entre lo espiritual y lo científico.
Más allá de la ciencia
Chamanes, brujos, curanderos, videntes, médiums, han sido considerados desde el principio de los tiempos como los poseedores de la cuerda mágica que une los saberes del cielo con los de la tierra. Y si la salud estaba ya ligada a la restitución de órdenes violados entre el universo humano y el de los espíritus, algunas de las cosmovisiones más antiguas parecen estar hoy integrándose a la forma en que percibimos. Es habitual que los médicos occidentales integren como saludables la práctica de disciplinas orientales como el Yoga o interactúen con el concepto de energía profesado por los médicos chinos. Y este tipo de integraciones abren el campo para que la ciencia discuta con otros ojos no sólo fenómenos como el conocimiento de ciertas tribus sobre plantas curadoras o hasta la capacidad de sanidad que puede haber en la fe religiosa. También se empieza a plantear explicaciones posibles sobre la cirugía espiritual, aquella practicada durante un trance de mediumnidad, con las manos, elementos cortantes precarios y sin asepsia alguna. Las personas intervenidas suelen decir que no han sentido dolor antes o después del proceso en el que son curadas por entidades espirituales que usan al curador para extirpar tumores, coágulos de sangre o alguna materialización de la enfermedad. En estos tiempos los casos más reconocidos mundialmente han venido del continente americano, en países como Filipinas, Brasil o México. En todos los casos se han realizado investigaciones científicas, con conclusiones variadas, que hablan no sólo de fraudes sino también de la aceptación del misterio ante la carencia de respuestas racionales. Entre los casos más resonantes están los filipinos Tony Agpoa y Virgilio Gutiérrez, los mexicanos Miguel Palentos y Pachita, junto a los brasileros Zé Arigó y João Teixeira de Faria, más conocido como Joao de Deus. La ya desaparecida Pachita diagnosticaba conciente las enfermedades, pero operaba por la noche, cuando su cuerpo era aparentemente tomado por Cuauhtémoc, último rey Azteca. Al despertar del trance, ella no recordaba lo sucedido, pero la persona había sanado. Hay enorme cantidad de casos corroborados, lo mismo que le sucedió en vida al brasileño José Arigó, quien usaba tijeras o cuchillos de cocina para intervenir desde cataratas a extracción de tumores malignos. Dicen que bajo su mano actuaba el espíritu de un médico alemán fallecido durante la primera guerra mundial. Lo concreto es que Arigó llegó a fundar una clínica, donde atendió hasta su muerte a 200 personas por día. Este camino de popularidad está siguiendo hoy Joao de Deus, quien hace casi 50 años que canaliza 33 entidades espirituales que dan sanación a cientos de personas por semana que lo consultan.
Mecánica de la vida
“Desde el punto de vista parapsicológico, la mediumnidad de cura es un fenómeno de Bio-psicokinesis, una acción de la mente sobre procesos fisiológicos sin ninguna forma de mediación”, explica Daniel Gómez Montanelli, psicólogo, parapsicólogo y presidente de la Fundación Allan Kardec, centro argentino dedicado a la atención de pacientes oncológicos bajo el credo espírita. Para el investigador, la Bio-pk es en sí la mecánica de la vida, perceptible si logramos visualizar dónde nace el primer impulso de cualquier movimiento intencional. Al explicar que la mente es una entidad no física que actúa sobre la materia, esta idea le sirve de analogía para dar cuenta de cómo intervienen los espíritus a través de los médiums. “Los Espíritus son hombres que han dejado su cuerpo material, continúan viviendo en una dimensión paralela a la nuestra, donde la mente actúa también sobre la materia”, dice e indica que esta intervención espiritual tiene un claro propósito: “La persona que se curó por esta vía no puede seguir dudando de que hay una dimensión trascendente”. El parasicólogo cita al Evangelio de Juan, donde Cristo cura a un paralítico, al que al reencontralo le dice que no vuelva a pecar, para que no le ocurrieran cosas peores. “Jesús no sólo revela que hay una relación entre los estados mentales y emocionales del hombre con el origen de sus enfermedades, sino que lo invita a realizar una vida más elevada”, explica Gómez Montanelli, para clarificar que estas curas están buscando un despertar espiritual de la humanidad. En cuanto a aspectos como la materialización o desmaterialización de sustancias orgánicas y la aparición espontánea de objetos en los sitios de las operaciones, el investigador dice hallar referencias no sólo en la literatura espírita, metapsíquica y parasicológica, sino también en la Física: “A partir de la Teoría General de la Relatividad sabemos que estos fenómenos no tienen nada de sobrenaturales, conocemos la relación entre masa y energía, además de que vivimos en un universo con más de tres dimensiones. Años antes de los descubrimientos de Albert Einstein, el investigador espírita Johan Karl Friedrich Zöllner (1834-1882) que fuera profesor de Física y de Astronomía de la Universidad de Leipzig, postuló la existencia de una cuarta dimensión, habitada por seres espirituales capaces de entrar, salir y operar dentro de nuestro espacio tridimensional”. El parapsicólogo asegura que debemos hablar de estos casos como hechos objetivos, además de circunscribirlos a apenas un capítulo de la Medicina Espírita, la que, en sus palabras, incluye la preparación para la muerte, el diagnóstico entre psicopatología y paranormalidad, la desobsesión o tratamiento de perturbaciones espirituales, los estados no ordinarios de conciencia y la regresión de la memoria a vidas pasadas.
Neurología de la mediumnidad
Autodefinido como espírita médico, el neurocirujano brasilero Nubor Orlando Facure es director y fundador del Instituto del Cérebro en la localidad de Campinas. Con casi medio siglo de trabajo como neurólogo, su formación espiritual y médica tuvo la marca temprana de una convivencia en su ciudad natal de Uberaba con figuras como el médico Inácio Ferreira, fundador del primer hospital neuropsiquiátrico espírita del mundo, o el mismísimo Francisco Cândido Xavier, uno de los médiums más famosos de toda la historia del espiritismo, a quien supo acompañar en visitas a Uberaba. “Creo que esos contactos me fortalecieron en el conocimiento y la prática espírita”, dice el médico, hoy seguro de que la enfermedad es el principio de la cura, ya que ofrece lecciones útiles para el desarrollo de la vida espiritual.“Siempre alerto a mis pacientes de que mi propósito no será tratar sus enfermedades sino su propia persona, de ahí mi necesidad de conocerlos por entero y preguntarles sobre sus problemas físicos, psicológicos y espirituales”, comenta Facure antes de opinar sobre los casos de cirugía espiritual: “Los percibo como una intervención alternativa de la Medicina y no una substitución, aunque condeno el uso de instrumentos cortantes o las aplicaciones de substancias por inyecciones innecesarias, como hacen algunos médiums. En mi percepción los actuales mediums de cura van a contar en un futuro breve con una asistencia médica que disciplinará sus fuerzas, así como una usina eléctrica direcciona las fuerzas de las cascadas”.
Sobre Joao de Deus, el máximo médium de cura actuando en el presente, el neurólogo dice no conocer de cerca el caso, pero le impresiona la asistencia de tanta gente por años. “Ningún médico mantendría tal clientela si no obtuviese éxito en las sanaciones, imagino que, junto a la multitud que lo busca, debe estar movilizando una densidad fluídica extraordinária que la espiritualidad allí presente aprovecha para modificar el padrón vibratório de los que allí frecuentan”, explica Facure, manejándose con conceptos precisos de la cura según el paradigma espiritista y aclarando que en todos casos siempre sintió a los procedimientos quirúrgicos como una agresión al cuerpo. Claro que, en caso de que fuese obligatorio operarse, dice que lo haría sólo bajo la estructura de la Medicina, la que también está modificando conceptos, con la aparición sostenida de técnicas cada vez menos invasivas. El punto integrador, para el médico, trasciende igualmente el ámbito de lo científico: “Sin redención espiritual, sin transformación interior, sin predisposición para mejorar, sólo estaremos posponiendo compromisos o cambiando la manera de sufrir, la cura sólo traerá progreso efectivo si viene acompañada de iluminación, el conócete a tí mismo es aún muy oportuno”.
¿Todos somos sanadores?
“Todas las personas pueden ayudarse o ayudar a otros a través de la oración o de la imposición de manos, hay muchas investigaciones sobre el poder de la plegaria o el toque terapéutico”, explica Gómez Montanelli y da ejemplos cotidianos de prácticas instintivas de cura: “Cuando ponemos nuestra mano sobre una parte del cuerpo que nos duele, cuando la mamá apoya su mano o acaricia la zona dolorida de su bebé, cuando tomamos entre nuestras manos la mano de un ser querido que sufre, estamos dándonos o transmitiéndole al otro parte de nuestra energía vital”. Eso sí, con la actividad mediúmnica de cura habría importantes grados de diferencia. El sanador mediúmnico no sólo difiere por características específicas y diferenciales de su energía vital, sino por la canalización de entidades espirituales. ”De ahí que un médium de cura obtenga resultados más ostensivos que los puede obtener una persona que carezca de esa facultad”, detalla el investigador, al tiempo que aclara que todos somos capaces de percibir la influencia de lo espiritual, aún sin saberlo concientemente. Luego revela que, según estadísticas mundiales, más de la mitad de la población actual ha tenido al menos en su vida un fenómeno paranormal, aunque se lo olvide o niegue en su total dimensión. “Algunos tienen una mediumnidad ostensiva, otros apenas intuitiva, en algunos se manifiesta para la cura, en otros para el habla, la escritura o la videncia”, comenta por su parte el doctor Facure, seguro de que estas condiciones naturales tendrán un valor sumamente saludable en una nuestra evolución como especie: “Como nosotros aprendimos a controlar las fuerzas de la naturaleza, el Hombre del futuro sabrá conquistar y disciplinar esos recursos”. Enfermedad y Redención.“Kardec postuló la existencia en el hombre de un cuerpo energético informacional, al que llamó periespíritu, que funciona como matriz para el desarrollo, lugar de procesamiento y registro de estados mentales y emocionales”, indica Gómez Montanelli, asegura que se abaló experimentalmente al hallarse campos electrodinámicos en los seres vivos, cuya estructura cambia antes de que se presenten dolencias en el cuerpo físico. Allí recuerda a la doctora espiritista Marlene Nobre, para quien “todo cuerpo enfermo refleja un Espíritu doliente”. Por eso es que considera que “si la causa de la enfermedad está asociada al alma, es ahí donde reside la fuente primaria de todos los medicamentos definitivos”. En este pensamiento se alínea también el doctor Rubor Facure, cuando realiza esta afirmación: “El Espírito está siempre en el origen de todas las enfermedades. Un Espíritu perturbado enferma al cuerpo, el cuerpo enfermo pone a prueba al Espíritu y el Espíritu en prueba es una oportunidad de redención”.
Magnetismo y Cura.
La acción magnética, fuente de cura para Allan Kardec, se puede producir de varias maneras. 1- Magnetismo humano: por el propio fluido del magnetizador, su acción depende de la fuerza y cualidad del fluido, 2- Magnetismo espiritual: el fluido de los Espíritus actúa directamente y sin intermediario sobre un encarnado, para curarlo o calmarle un sufrimiento, para provocarle sueño sonambúlico, para ejercer una influencia física o moral y 3- Magnetismo mixto: ejercido por fluidos que espíritus derramam sobre el magnetizador, imprimiéndole a su propio fluido cualidades de las que éste carece.
Hospitales espiritistas.
En su tesis de doctorado en Salud Colectiva, el médico brasilero Rodolfo Franco Puttini asegura que en Brasil el Espiritismo se tornó durante el siglo XX una doctrina científica, gracias a la Medicina. Hay cientos de hospitales que incluyen un servicio donde espiritistas preparados realizan pases magneticos a pacientes crónicos y agudos. La influencia sería sanadora en cuanto modificadora de las vibraciones del fluido del paciente, elemento en interacción constante con el fluido presente en la naturaleza toda.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
por favor que medicos espiritista debo de envocar para un dolor de oido y tambien ruidos en donde ya estoy volviendome loca, gracias yoly
ResponderEliminarhola donde queda soy de zona norte bueno Aires
ResponderEliminar