ONDINAS O NINFAS
De apariencia femenina, siempre desnudas y con cuerpos delicadamente moldeados.
No tienen cuerpo eterico permanente, pero capaces de adoptar uno temporal para hacer contacto con el plano físico. El centro de su conciencia parece ser una llama brillante que arde en su cabeza mientras alegremente se bañan en el poderoso magnetismo del mar, absorbiendo parte de la fuerza magnética, y después de asimilarla durante un momento, la descargan.
La vida de las ondinas parece consistir en una repetición incesante de lo que Hodson llama los 3 procesos esenciales de la naturaleza: absorción, asimilación y liberación.
Casi todas las ondinas tienen la facultad de alzarse de su peculiar elemento y flotar o volar un corto trecho por el aire.
Se complace en juguetear entre la espuma o en cabalgar sobre los escollos. No sienten tanta repugnancia por el hombre como sus hermanas terrestres, acaso por las menores ocasiones que el hombre trata con ellas. No descienden a mucha profundidad del agua y nunca se sumergen mas allá del alcance de la luz, de modo que siempre queda considerable espacio entre sus dominios y los de las menos evolucionadas criaturas de entre 2 aguas.
Una interesante variedad de ondinas son los espíritus de las nubes, que pasan casi toda su vida en las aguas del firmamento. Se considera el eslabón de transito entre los espíritus del agua y los del aire. Sus cuerpos son etéreos.
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