lunes, 5 de enero de 2009

El Mal de ojo


Pregunta: ¿Es posible que ciertas personas sean portadoras del "mal de ojo"?
Ramatís: El "mal de ojo" es un hecho bastante común en algunas regiones de Europa, cuyas personas de instintos muy primitivos y vengativos, se asemejan a verdaderos generadores de malos fluidos.

Pregunta: ¿Qué diferencia existe entre las personas que tienen "yeta" o "mala suerte" y las que padecen del mal de ojo?
Ramatís: En ambos casos, el fenómeno es el mismo. Yeta o "Yettatura" es palabra derivada del latín jectitare, que significa lanzar, pero sinonimiza hechizo o mala influencia, que algunas personas ejercen sobre otras por medio de la mirada. Antiguamente era un fenómeno muy temido por el pueblo griego e italiano.

Pregunta: ¿En qué se fundamenta el "mal de ojo"?
Ramatís: Es una consecuencia de la proyección del rayo infrarrojo, de naturaleza primaria y penetrante, resultante del cúmulo de fluidos nocivos alrededor de la región ocular de ciertas personas. Es una condensación mórbida que se acentúa en el área de la visión periespiritual, produciendo una carga aniquilante u ofensiva, conforme al potencial y al tiempo que llevó para acumularse.

Pregunta: ¿Nos podéis ejemplificar el aspecto de ese potencial y del efecto que produce el "mal de ojo"?
Ramatís: Se sabe que los insectos y reptiles venenosos se vuelven inofensivos, una vez que han descargado su veneno sobre alguna víctima, pues la virulencia de la picadura, también depende de la cantidad del veneno acumulado en el momento de la acción agresiva. De ahí, que algunas personas que han sido picadas por cobras y arañas venenosas no les sucede nada, mientras que otras, mueren irremediablemente bajo la picadura de esos mismos reptiles. El hecho se explica fácilmente, pues mientras las primeras fueron alcanzadas por una diminuta carga, las segundas tuvieron la infelicidad de sufrir el impacto de una carga tóxica de gran poder. Eso mismo sucede con las personas que son portadoras del "mal de ojo", cuyo efecto ofensivo también depende de la mayor o menor cantidad de fluido nocivo, que ellas retienen en su mirar en el momento de la descarga fluídica. El mal de ojo parece una cosa legendaria, supersticiosa o una creencia, pero su poder ofensivo es capaz de aniquilar plantas, flores, aves o animales de pequeño porte, mas sólo es positivo cuando su proyección coincide con la mayor descarga de los fluidos acumulados. Considerando que un pollito bebé, una planta de hermosas flores o un pájaro delicado pueden exterminarse por efecto del mal de ojo o por hechos comunes, de ahí que resulta muy difícil determinar si en realidad se debe a uno u otro factor el percance sufrido por esas especies.
Sin lugar a dudas, que las personas escépticas y de mentalidad científica son capaces de argumentar cualquier motivo, a fin de desairar las posibilidades que pudieran darse con el fenómeno del "Mal de ojo". La planta puede decaer en su lozanía por falta de abono o por el ataque de insectos venenosos, el pájaro puede padecer de una enfermedad desconocida y el pollito, frágil e indefenso puede morir con suma facilidad.

Pregunta: El "mal de ojo" ¿es una condición mórbida y permanente en aquellos que la poseen o puede surgir accidentalmente?
Ramatís: Puede surgir accidentalmente en algunas personas por demás envidiosas o celosas que se molestan con suma facilidad. Esas personas generan una carga fluídica perniciosa, que por ley de equilibrio vibratorio necesita descargarla sobre algo que atraiga su atención o le impresione fuera de lo normal. Además y en base al grado primario en lo espiritual de vuestra humanidad terrícola, es muy común el intercambio de esas cargas fluídicas, emitidas por los ojos y originadas por el odio, celo, envidia o venganza. El hombre es como una poderosa usina viva y creadora cuando se sintoniza a la frecuencia angélica, pero destruye y siembra infelicidad cuando se nivela a las fajas diabólicas de la vida inferior.

Pregunta: ¿Podríamos conocer el proceso y la acción que genera el "mal de ojo"?
Ramatís: La mente humana es una estación emisora. En la persona estigmatizada por el "mal de ojo" la sustancia mental se excita fácilmente cuando se encuentra bajo la fuerza de un deseo vehemente, emoción violenta o sentimiento incontrolable. Los fluidos constrictivos forman un círculo magnético y descargan su potencial sobre los objetos, sean éstos, vegetales, aves, animales o seres humanos. Bajo el impulso detonador de la mente, esa descarga fluídica, cual chorro maléfico, alcanza el campo etéreo magnético de los objetos y seres, adhiriéndose y penetrando de a poco en su constitución física. Se sabe que ciertas personas excitan las lombrices intestinales y enferman cuando son frustrados por algún deseo, debido a ciertas golosinas o caprichos excéntricos. Todo eso prueba, que un deseo ferviente, reforzado por una fuerte emoción, también puede producir y arrojar impactos fluídicos y dañinos sobre la misma persona, a punto tal, que llega a desequilibrarle el aspecto vital de las colectividades microbianas, responsables por la organización carnal. Es obvio, que una carga fluídica violenta, arrojada sobre otros seres delicados, como son las aves, pájaros, animales de pequeño porte o niños dé corta edad, pueden causarles perturbaciones mucho más graves, además se les incorpora las emanaciones mentales de odio, cólera, envidia y celos. Conforme sea la cantidad de fluidos nocivos que se acumulan a la altura de la región visual de las personas de "mirada maligna", de allí resulta el grado de intoxicación magnética y fluídica donde ese mirar incide. La carga maciza del rayo rojo, proyectada por el "mal de ojo", se reviste de energía mental, astral y etéreo de su portador, y en su descarga afecta al doble etérico de las aves, plantas o seres, incorporando el fluido dañino y productor de los efectos letárgicos y opresivos, desarmónicos y hasta destructivos

Pregunta: ¿El "mal de ojo" es una consecuencia de las personas malignas?
Ramatís: El "mal de ojo", ya hemos explicado, puede originarse accidentalmente por aquellos estados de espíritus censurables, como es la ambición, envidia, celos, despecho, ira, cólera o venganza, cuyo potencial de fluidos causa tanto mal. Sin embargo, hay personas de muy buenos sentimientos que son portadores del "mal de ojo" y sufren atrozmente por causa de las modificaciones y perjuicios involuntarios que siembran en la vida del prójimo. Basta, a veces, el deseo muy natural de poseer una planta, ave o animal, que otros tienen, para que la carga fluídica acumulada en sus ojos se descargue en esos seres y cosas, produciéndoles efectos nefastos, como son las enfermedades, melancolía y en algunos casos la muerte.

Pregunta: ¿Por qué causa las personas de muy buenos sentimientos pueden ser portadoras de ese mirar tan dañino?
Ramatís: Conforme preceptúa la Ley Kármica, la "siembra es libre, pero la cosecha obligatoria". Por consecuencia y aun después de haber norteados nuestras vidas hacia el Cristo, debemos recoger los frutos que hemos sembrado imprudentemente en el pasado.

Pregunta: Sin embargo conocemos a personas magnánimas y santificadas, que nos parece un verdadero sacrilegio que padezcan del "mal de ojo" ¿Qué opináis al respecto?
Ramatís: Todavía no transitan sobre la tierra "inocentes", "santos" o "corazones puros", injustamente estigmatizados por el "mal de ojo", la enfermedad del cáncer o el hechizamiento. A pesar de la sorpresa que causa, la afección sufrida a esas personas de condición santificada, aparentemente injustificada, no es más que estar recogiendo los frutos corrompidos de las semillas arrojadas en el pasado. Y, aunque esas personas se entregaran totalmente a las obras de bien, lo mismo serían portadoras del "mal de ojo", cuyo fluido pernicioso todavía es el residual que portan de sus existencias anteriores. Sin lugar a dudas, que sufren y se mortifican en sus remordimientos por el perjuicio que siembran involuntariamente. Además, perciben el temor ajeno hacia su amistad y soportan toda clase de comentarios malignos sobre su persona, puesto que son el blanco de las conjeturas hostiles por su "mirar maligno"

Pregunta: Esas personas, ¿qué podrían hacer para disminuir o neutralizar los efectos que provocan?
Ramatís: Bajo la continuidad de una vida amorosa y sacrifical hacia el prójimo, podrían reducir el efecto de su mirar dañino. Ese fluido, acumulado en la región periespiritual, adyacente a la visión humana, nos recuerda al fenómeno del agua sucia en la cisterna, donde debe extraerse constantemente para que surja el agua limpia. En el caso de esa "mirada dañina' son dos las cosas pera hacer; en primer lugar, la persona que tiene esa condición deberá aportar mayor cuota de luz interior por medio de la renuncia, el amor y el perdón incondicional a todas las ofensas que recibe del mundo, y segundo, dirigir el fluido pernicioso que provoca "su mirada" en algunos objetos que sirvan a propósito para la descarga preventiva. Además, la carga maléfica se debilita por su agotamiento natural o se purifica por medio del sufrimiento.

Pregunta: El "mal de ojo", ¿puede afectar a los niños?
Ramatís: La proyección de esa mirada en los niños puede provocar una postración, debilidad o desgano. Las personas mayores, en su generalidad, presienten cuando se trata de una carga fluídica, pues si comienzan a bostezar seguido, es señal de estar influenciadas. En nuestra esfera espiritual, esos síntomas comúnmente señalados en la tierra como "quebrantos", se les denomina "anemia etérica", pues el doble etérico, o vehículo intermediario entre el periespíritu y el cuerpo físico, es el que recibe el impacto fluídico de esa "mirada", sufriendo la desvitalización local.
Existen personas que provocan el quebranto a causa de la envidia, celos o frustración, debido a que los hijos ajenos son más fuertes, inteligentes o despiertos que los suyos. Por causa de esa inconformidad e infelicidad, los padres o madres de hijos enfermos, deformados o retardados pueden arrojar fluidos mórbidos contra los hijos ajenos.

Pregunta: Llámanos a sorpresa la existencia de ese poder maléfico, provocado por las causas que el hermano nos mencionó anteriormente. ¿Podéis elucidar mejor ese aspecto?
Ramatís: El poder benéfico o maléfico del espirita humano se efectúa por medio de los pensamientos y el cuerpo astral, incentivado por los sentimientos y emociones. Particularmente en los ojos se acumula ese bueno o deteriorado fluido mental, que emana a cada momento de las buenas o malas acciones del alma. Los poetas y literatos del mundo gastaron toneladas de tinta y papel para decir que los "ojos son el espejo del alma". Por su intermedio se proyectan todos los matices de los sentimientos y pensamientos de las personas, por eso, la literatura romántica y tradicional atribuye a sus personajes "ojos felinos, astutos, codiciosos, balsámicos, fríos, llenos de amargura o de amor" y otras decenas de definiciones rebuscadas a fin de identificar la multiplicidad de sentimientos que anima a su personaje en sus relaciones íntimas con el mundo exterior. El fluido elaborado y potencializado en lo íntimo del ser, trae las características de su persona, y cuando fluye por la mirada, es energía que vitaliza, conforta y anima al prójimo, o de lo contrario, debilita, arruina o desanima. La mirada misteriosa e hipnótica del mago, impone su voluntad creadora en las almas débiles, es un símbolo tradicional de las fuerzas existentes en los ojos, es en definitiva, la revelación de la vivencia íntima del espíritu. El quebranto, por lo tanto, es el resultado del impacto mental y astralino que en forma de fluidos es lanzado por los ojos de alguien, que puede ser mórbido o inofensivo, conforme sea el potencial y la naturaleza psíquica de su autor.

Pregunta: ¿Existe algún poder en las cintas rojas, comúnmente colocadas en el cuello de algunas criaturas, aves o animales?
Ramatís: Os recordamos, una vez más, que "los semejantes atraen a los semejantes", por cuyo motivo, las cintas o cualquier objeto de color rojizo tiene por función absorber la cuota nociva de las personas que tienen "mirada mala". De acuerdo a los principios de la cromosofía, la ciencia del color, el rojo es la tonalidad de una vibración intensa en el plano físico, que excita y se destaca sobre otro color cualquiera, llamando poderosamente la atención. Si hacemos girar rápidamente un ramo de flores seleccionadas con todos los colores existentes, sin dudas, que atraerá vuestra atención el que prima, y éste ha de ser el rojo. La sangre, linfa de la vida, es roja, indicando el color primario, físico y excitante. Los clarividentes pueden confirmar, que en el mundo astralino inferior, todo aquello que es vigoroso, hostil, impresionante, explosivo o dominante es de color rojizo, en el simbolismo flameante del fuego con tonos encarnados, característico de las pasiones primarias. Los espíritus desencarnados enguates y esclavos de las bajas pasiones en el mundo carnal, se manifiestan con sus auras color rojizo oscuro, expresión característica de los matices del ser poco evolucionado y encadenado a las pasiones descriptas anteriormente. En las corridas de toros, el rojo es la tonalidad preferida para excitarlos y descontrolarlos, hasta volverlos ciegos de rabia. El color rojizo se fija con facilidad en la retina humana e influye poderosamente a los seres humanos, siendo muy preferido por los salvajes y para las fantasías del carnaval. Algo mórbido e hipnótico emana de ese color debido a la predominancia de sus vibraciones poderosas en cualquier plano adyacente a la tierra. Bajo nuestra visión espiritual, hemos observado que la nota primaria "do" es rojiza, dominando fuertemente sobre las demás notas en la ejecución de las piezas musicales. Esa "mirada nociva" se descarga rápidamente en la primera persona o cosa que se interponga o que en realidad, le llame más la atención, por eso, las cintas u objetos rojizos, tienen la virtud de atraerlos y condensar o absorber inmediatamente la carga tóxica y fluídica en su doble etérico, liberándolo de la acción perniciosa.

Pregunta: ¿Por qué los recién nacidos o las criaturas de corta edad, son los blancos más comunes de esos quebrantos? Hermano Ramatís, ¿es justo que esas criaturas, que mal despiertan a la vida física, sean vulnerables a tanto mal?
Ramatís: La criatura es el cuerpo físico del espíritu que renace en la materia para recuperarse de los débitos de sus vidas anteriores, cuyo acreedor es el planeta donde habita. Tratándose de un espíritu endeudado por los desaciertos espirituales cometidos en el pasado, aunque sea criaturita, ya está expuesta a las hostilidades del medio físico. Algunas de esas criaturas nacen marcadas por el estigma de la enfermedad congénita; otras, desde la cuna, son atormentadas por los viejos adversarios y víctima de las cargas fluídicas malignas del mundo. Difícilmente consigan oponer defensas eficientes para combatir la causa del "mal de ojo", tal como sucede con la planta tierna ante el impacto demoledor del viento helado. La criatura, bajo ese impacto se abate, empalidece y se postra, como si estuviera desligada de la vida física. La medicina común emplea los recursos tradicionales de la vitaminoterapia para restablecer el equilibrio, pero resulta impotente para eliminar el mal que proviene de lo etéreo y astral. En tales casos, el tratamiento recomendado por las personas entendidas, es la mejor terapia para reactivar los buenos fluidos.

Pregunta: ¿Qué recursos serían los más apropiados para proteger a los niños, en esa fase tan delicada?
Ramatís: Hasta los siete años de edad la criatura está amparada por el espíritu del técnico que presidió la reencarnación y además le vigila la glándula timo a fin de ultimar su función fisiológica. La tradición católica lo llama el "ángel de la guarda", como figura protectora y que la terminología espirita enseña que es el guía, cuyo éxito depende del fardo o cargo kármica que posea él espíritu reencarnante. Sin embargo, es la vigilancia espiritual de la madre, la verdadera médium de la vida, la defensa más vigorosa y positiva que tiene la criatura contra los fluidos malos del mundo oculto, en el medio ambiente que le tocó reencarnar. En su fase infantil el espíritu encarnado absorbe las características propias del espíritu materno y se alimenta de sus emanaciones protectoras.

Pregunta: ¿El color rojizo, es el único que se interpone al mal de ojo?
Ramatís: Los objetos y cosas de color rojo pueden desempeñar dos funciones provechosas contra el "mal de ojo"; primero absorbe las emanaciones nocivas y concentra los rayos rojizos, mientras que por su aspecto y naturaleza excéntrica, atrae y desvía el mirar nocivo, que debería incidir sobre el blanco determinado. Sin embargo, no es el color rojizo el único que se presta para neutralizar el rayo rojo, sino, cualquier objeto de aspecto llamativo e incomún que logre atraer la atención de las personas, haciéndoles descargar sus dosis nocivas. Por eso, es muy común encontrar herraduras, cuernos de animales, amuletos gigantescos, caretas burlescas, imágenes excéntricas y otros objetos insólitos colocados sobre los portones o en las puertas de las residencias del interior, cuyos objetos tienen la función de atraer la atención del que posee la mirada dañina. Se trata de una simple defensa magnética a los fines de desviar el fluido pernicioso, siendo eficaz por la condensación de la carga maléfica, evitando que incida y perjudique a los pájaros, plantas, flores, animales y personas delicadas.

(Ramatis).

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