miércoles, 14 de enero de 2009

Los cielos que brillan


Brillan los cielos, sembrados de estrellas, en la dimensión que podemos ver, sintiendo irradiar el amor de Dios, a nosotros dotar de paz el corazón y de esperanza y conciencia. Como negar al Creador, que refleja todo Su poder en la extensión del infinito. Quien fue que hizo lo que contemplamos fuera del alcance de los hombres? Quien hizo el aire que visita todos los lugares, en el silencio de la naturaleza? Quien hizo las aguas, que tiene la misma misión en el seno de la tierra y en su superficie? Quien hizo a los árboles, en su gigantesca estructura, para servir de instrumento de vida para las criaturas? Quien hizo la Tierra, gigantesca nave a nuestros ojos, viajando en nuestros espacios en comparación con otros hermanos, en la cadena de la armonía estelar? Si no fueron los hombres, fue una inteligencia superior que denominamos Dios Él es nuestra vida, Él es el amor, Él es la luz que sustenta todo lo que vive.
¿Quien desea conocer a Dios? Muchos de Sus hijos, pues ese conocimiento es graduativo: Él pasa a surgir en nuestras perquisiciónes, en la medida de los escalones que subimos, en la escalera del progreso. Por lo tanto, conocer al Señor en Su totalidad, solamente él se conoce A si mismo, en la intimidad del gran desconocido. Lo que la naturaleza nos muestra del Padre que está en los cielos es grandioso, es materia para ser estudiada por millares y millares de años, en las líneas del enriquecimiento de nuestras investigaciones. Aun somos analfabetos anta la sabiduría de los grandes arcanos de la naturaleza, el propio cerebro del ser humano no se desenvuelve, en su total capacidad, para entregar al espíritu las posibilidades de conocer más allá de aquello que conoce sobre la vida, sobre Dios y Su Creación. Los astros que se hacen visibles a nosotros respondemos muchas interrogaciones, pues nos llevan a la meditación, son mundos que podemos llamar de casa de Dios, habitadas o deshabitadas, que cumplen una misión en la orquestación del infinito. Pero, con todas esas grandezas y es por ellas que queremos mostrar el amor del Gran Arquitecto del Universo, del universo que representa al alma, no compramos a la naturaleza con poco que nos muestra la astronomía moderna, con sus modernas lentes, nos parece que esta deja de existir. Entretanto, el Señor vuelve a mirar para esa área del saber con el mismo cariño, con el mismo amor, conque nos hace sonreír todas las células del cuerpo somático, como siendo estrellas, por brillar dentro de una constelación de vida, comandada por el espíritu inmortal, como Seresteiro de la eternidad, eternidad que existe dentro y fuera de nosotros, que por vez nos confunde los sentidos, pero nos amplia la esperanza en aquella que es nuestra vida, o nuestro amor.
Si conoceremos con más profundidad el amor, el nos mostrará el desconocido dentro de nosotros, todas las ciencias, en nuestras manos, toda la sabiduría en nuestros propios caminos... La noche es una invitación para meditaciones. Y cuantos meditan observando las estrellas!? Multitudes de personas! Lágrimas hartas acostumbran recorrer en los rostros de los que muestran los sentimientos a la flor de las actividades espirituales. Y eso es bueno, bueno para mostrar a los espíritus desencarnados a quien deben inspirar, transmitir la esperanza en las renovaciones de los propios sentimientos. Quien mira hacia las estrellas en el silencio que ellas imponen, piensa siempre en la felicidad de que, porventura, alguien disfruta, viviendo en sus entrañas y viviendo en las regiones celestiales. Pero, para llegarnos en esa estancias de luz, habremos de subir la escalera de mostrando por Jaco que, para subir, se debe hacer fuerza, con innumeros cambios de comportamientos. Y, para tal desempeño, Jesús, el amable Nazareno, nos muestra los caminos, en que vivió en los cuales se inspiran los que escribieron sobre Su vida, en los cuales hablo a la claridad de las estrellas, entregando Su boca a la palabra de Dios. No perdamos más tiempo, aprovechemos el llamado, porque somos elegidos, pasando a hacer parte del gran rebaño, rebaño de obreros para el entendimiento del Evangelio y la vivencia de los preceptos en el contenidos y por el ofrecidos, como manjar de los Cielos las criaturas de la Tierra. La Buena Nueva es luz que no deja ninguna de las ovejas en las tinieblas... Procuremos el amor, porque el es él alimento de todas las vidas
Vamos anotar aquí una gota de esperanza de la naturaleza, a favor de lo que sufren:

1.- Hierba Cidreira: (te)

*Valor Terapéutico: afecciones gástricas y nerviosas * amenorrrea * eructo * calambres intestinales y de la matriz * debilidad general * desmayos * dolores de cabeza * epilepsia * jaqueca * espasmos * flatulencias * hipocondría * histeria * ictericia * mala circulación de la sangre * palpitación del corazón * pericarditis * parálisis * resfriado * tos.

COLÓQUENOS SIEMPRE A DIOS COMO NUESTRA LUZ.

(Kahena)

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