lunes, 19 de enero de 2009
la Conexión Atlante 1° parte
Esta es la historia de una civilización que entendió al universo a través de ese sexto sentido que todos tenemos, pero pocos sabemos utilizar, la intuición. En el apogeo de su cultura, empleando la intuición, descubrieron siete leyes universales que regulan el universo. Esto les permitió entenderlo como una unidad. El hombre actual organiza la realidad a través de la razón, la fragmenta, la analiza y saca conclusiones que convierte en definiciones con las que forma enciclopedias. Esta fragmentación del universo le impide ver claramente el sentido de su existencia, por eso ve a la realidad como injusta e imperfecta, resultado de un dios que castiga. Conoceremos misteriosos lugares y hechos inexplicables desde el punto de vista de la historia aceptada y descubriremos información que va más allá de la evidencia física descubierta o narrada por escritores antiguos. Cada ser humano tiene una memoria individual; de la misma manera, la naturaleza fotografía y almacena todos los eventos sucedidos en el pasado en una súper memoria colectiva, son los archivos akashicos. Algunos seres humanos pueden acceder voluntariamente a esta memoria de la naturaleza.
Dice Fernando Malkún:
Ellos nos han transmitido historias de La Atlántida que obtuvieron a través de su sexto sentido, esa intuición o forma de obtener conocimientos sin participación de la
razón llamada clarividencia astral. Este viaje estará lleno de sorpresas. Abramos la mente. Dejemos atrás los prejuicios. Esperemos lo inesperado y con seguridad encontraremos
algo para cada uno de nosotros.
Dice la leyenda que en el Océano Atlántico existió una avanzada civilización que lleva su nombre, La Atlántida, destruida en un solo día y una noche por un cataclismo global. Todo indica que su civilización desapareció con el diluvio universal, al final de la Era de Virgo. Hoy se habla de la Nueva Era, del cambio de Piscis a Acuario y de energías que llegan del centro de la galaxia. Hace 12.960 años la actividad del sol aumentó tanto, que la temperatura subió 20º C en sólo 100 años. Esto hizo que terminara el clima glacial del pleistoceno y que al derretirse los hielos, el nivel del mar subiera 130 m. Hoy sentimos como el clima está cambiando. Inundaciones y huracanes son noticia diaria. Enromes glaciares se desprenden de los polos y el calentamiento global de la tierra produce catástrofes naturales.
El filósofo Platón, dijo que los talantes se sumergieron en un materialismo egoísta y buscaron experimentar los placeres del cuerpo. Se dejaron atrapar por poderosas fuerzas involutivas que los hicieron vibrar en densidades cada vez más bajas mientras se maravillaban por su propia creación. Los paralelos entre su tiempo y el nuestro son increíbles. Pareciera tratarse de una segunda oportunidad para los espíritus de los atlantes.
La leyenda asegura que los atlantes convencidos de que la única forma de vivir era la suya se volvieron imperialistas y con su avanzada tecnología quisieron imponer su voluntad a los pueblos vecinos desatando guerras que aparecen registradas en todos los libros. Hoy en nombre de la democracia, la voluntad del país más avanzado de la tierra se impone en todo el mundo como si se tratara de una verdad absoluta.
Los atlantes descendieron desde lo espiritual para experimentar la materia, la sensualidad y la violencia que terminó por destruirlos. En cambio, el hombre actual asciende desde la materia hacia la espiritualidad y está aprendiendo a utilizar la mente para encontrar sus sentidos superiores.
Para la historia oficial La Atlántida es un mito, no se acepta que hayan existido hombres pensantes que desarrollaron una civilización durante 25.000 años y que esa civilización desapareció con el diluvio universal hace 12.960 años.
La historia oficial asegura que el hombre evolucionó del mono en África hace 1.000.000 de años y que el homo sapiens, el hombre pensante, sólo existe como especie dominante del planeta hace 40.000 años. No existen evidencias que indican que civilizaciones muy avanzadas con tecnologías desaparecidas tras un cataclismo universal existieron mucho antes que los Sumerios, la primera civilización aceptada sobre la tierra. Resulta difícil explicar la rápida aparición de esa época tan brillante de la cultura sumeria, si no se contempla la posibilidad de una guía que dirigió su civilización. Los sumerios inventaron y fabricaron el bloque de ladrillo cerámico, construyeron ciudades como Eridu, Ur, Lagash y Nipur, con palacios y acueductos. Crearon una escritura cuneiforme, un sistema de numeración, leyes, un sistema religioso y también inventaron la fundición de cobre y estaño para producir bronce. A ellos se atribuye el conocimiento astronómico más sofisticado de la antigüedad. Esta cultura agrupó a las estrellas en las constelaciones que hoy reconocemos, les dio el nombre que aun usamos y las localizó en el firmamento. Desde el comienzo de los tiempos, el cielo ha sido motivo de fascinación, misterio y estudio para los hombres de las distintas culturas, pero se atribuye a los sumerios los avances más importantes. Llamaron horizonte a la línea donde se encuentran la tierra y el cielo, ese punto de unión donde las estrellas de la noche dan pasó a los rayos del sol. Registraron el movimiento de avance diario del sol en su aparición por ese horizonte y detectaron que hay un momento en el año en el que sale dos días en el mismo sitio. En esos dos días el día y la noche tienen la misma duración. Ese fenómeno se repite regularmente dos veces en cada órbita alrededor del sol y lo convirtieron en un punto de referencia al que llamaron equinoccio. Con ese punto de referencia comenzaron a contar el transcurrir del tiempo de la tierra. Registraron que la bóveda celeste gira alrededor de una estrella a la que llamaron Polar. Dividieron el cielo en doce cuadrantes y registraron perfectamente a cada uno, bautizando a todas sus estrellas con nombres significativos. Encontraron así las posiciones relativas de las estrellas, los planetas, la luna y el sol, con una tierra que avanza inclinada sobre su eje por el espacio celeste. Inventaron todos los conceptos de astronomía esférica, los polos, los ejes de rotación, la eclíptica, los equinoccios, los solsticios y los más increíble es que conocían el ciclo llamado presesión de los equinoccios. Es una medida de tiempo bastante grande, 25.920 años, resultado de giro de todo el sistema solar alrededor de Alción, el sol central de Las Pléyades. La tierra gira 3.600 veces alrededor del sol por cada giro del sistema solar alrededor de Alción. Se supone que encontraron este ciclo al darse cuenta de que la aparición anual del punto de referencia establecido, el día del equinoccio, se retrasaba un poco cada año, el retraso es de 1º cada 72 años y se lo conoce como la presesión de los equinoccios. Con esto los sumerios agregaron al tiempo terrestre el tiempo celeste, una enorme medida que determina ciclos que han sido precursores de gigantescos cambios. Dividieron el círculo de ese recorrido en doce cuadrantes, cada uno con 30º de espacio celestial simbolizado por un animal. Es el círculo de animales o zodíaco, cada cuadrante o era, duraba 2.160 años.
¿Cómo es posible que la primera civilización de la tierra haya podido observar y entender ese fenómeno en tan poco tiempo? ¿Es posible que hayan recibido información de sobrevivientes de una civilización anterior?
El calendario sumerio se comenzó a registrar diariamente desde el año 4.468 AC en la Era de Tauro, sin embargo ellos consideraban que el tiempo había comenzado en el año 10 928 AC, en la Constelación de Leo cuando la tierra se inundó, salvándose sólo Siusudra, el Noé sumerio. Curiosamente los egipcios también comienzan a contar el tiempo a partir de ese mismo momento, cuando su tierra emergió de las aguas. El zodíaco circular encontrado en el Tempo de Dendera así lo confirma. La leyenda dice que La Esfinge tiene cuerpo de león para señalar ese hito cataclísmico y que su cabeza humana es el símbolo de Acuario, la época en que estamos entrando, para señalarnos la duración del ciclo.
Los científicos actuales confirman que en ese momento marcado por egipcios y sumerios, terminó la era glacial del pleistoceno cuando subió 130 m el nivel de las aguas del mar en todo el mundo. Pero esa no es la única información sorprendente. Dejaron registrada la existencia de todos los planetas, inclusive Urano, Neptuno y Plutón, que sólo fueron redescubiertos recientemente por la astronomía moderna. De dónde obtuvieron los sumerios todo ese conocimiento en tan poco tiempo? Hay que tener en cuenta la posibilidad de que hayan tenido una guía superior que dirigió su desarrollo en base a información de una civilización anterior. La respuesta a este interrogante se encuentran en las tablillas de barro sumerias junto con la primera escritura conocida, pero nos negamos a aceptarla, ellos hablan de Utu, un pueblo más antiguo que vivió antes del diluvio, con habitantes muy sanos, que prácticamente no envejecían. Una sociedad modelo de equilibrio y justicia.
También el Rey Amurabi en su famoso código, confirma la existencia de una civilización madre desaparecida. Dice textualmente: que él entiende las enigmáticas palabras talladas en piedra de los días anteriores al diluvio, lo que indicaría que antes existieron escribas, lenguaje y escritura. La información sobre la existencia de La Atlántida está envuelta en el mito. Hay que abrir las fronteras de la mente para aceptar los indicios misteriosos que la historia nos brinda. Escuchemos todas las leyendas y todas las historias, que por raras que parezcan pueden llevarnos a adivinar la mente del Creador y a resolver el enigma más grande de todos, el propósito de nuestra existencia. De dónde venimos? Cómo hemos progresado? Existió realmente La Atlántida? Y sobre todo, hacia dónde nos dirigimos?
Analizaremos el recorrido del alma del hombre, desde la luz más allá del tiempo, bajando los mundos de la materia y de la forma a través de los corredores de su experiencia evolutiva.
Una civilización que floreció durante 13.000 años tuvo que haber existido al final de la era glacial, conocida como el pleistoceno. Con las condiciones climáticas existentes, podría haberse desarrollado sólo en las zonas tropicales del planeta, entre los paralelos 35 al N del Ecuador y 35 al Sur. De acuerdo a la descripción de Platón, La Atlántida estaba localizada en el centro del Atlántico. Este continente perdido sería indudablemente el lugar ideal. El fértil valle entre el Tigris y el Eufrates en la Mesopotamía donde floreció sumeria y el valle del río Nilo en Egipto, son otros sitios donde podría haber existido una civilización anterior al diluvio. El valle del río Indus en la India y el valle del Yang-Tsé en China, tenían también el clima y las condiciones necesarias para el desarrollo de una civilización. En Sudamérica, el sitio ideal era alrededor del lago Titicaca entre Perú y Bolivia. Curiosamente, sobre el paralelo 30 están situadas las ciudades más antiguas e importantes como Heliópolis en Egipto, Eridu en los tiempos sumerios, Persépolis en Persia, Arapa en el valle de la India y Lhasa en el Tibet. Es en esos sitios donde más evidencia se encuentra actualmente de una civilización anterior. Es evidente que la cultura sumeria fue guiada por conocimientos de civilizaciones anteriores. Tal es el caso de la cultura egipcia que también desarrolló conocimientos increíbles en un espacio de tiempo muy corto. Algo común a todos los sitios anteriores a Sumeria es que sus momentos los construían con gigantescas piedras que llamamos megalitos. Estas enormes piedras eran cortadas, trasladadas por grandes distancias y luego ensambladas entre sí. Colocadas en el sitio con increíble precisión utilizando una tecnología desconocida actualmente. Enormes piedras descriptas como antiguas en los más antiguos textos existentes se encuentran en Baalbek, Líbano y entre los ríos Litani y Llorontes, en el fértil valle de Beca. Son tres losas de piedra cortadas, las más grandes y pesadas del mundo, se llaman los trilitones. Forman parte de una gigantesca plataforma de piedra de unos 700 m de lado diseñados para resistir enormes pesos y presiones. Cada una de las tres losas pesa 1200 T, miden 25 m de largo, 8 m de ancho y 5 m de alto. Las colocaron a 8 m de altura sobre otras piedras que las soportan, encajándolas tan precisamente que no se puede introducir un naipe en sus juntas. Hoy no existe la maquinaria adecuada para levantarlas y mucho menos para colocarlas con tan extrema precisión. Fueron movidas hasta su lugar desde 3 Km. de distancia, donde fueron talladas, pero no existen trazos de ningún camino o rampa utilizada para desplazarlas. Una piedra de igual tamaño perfectamente cortada que los constructores originales nunca utilizaron aun se encuentra en el lugar donde fue tallada. La gran terraza está perfectamente alineada con el sol para registrar sus movimientos. Lo mismo ocurre con todos los templos antiguos construidos con megalitos. Esto es una prueba del gran conocimiento astronómico de sus constructores.
Excavaciones arqueológicas muestran que el sitio era reverenciado desde siempre. Sobre la plataforma se construyeron varios templos, el más antiguo, sumerio, luego uno asirio dedicado a Baal, otro persa, dedicado a Mitra el dispensador de la luz y finalmente uno griego. Y por último, en el año 63 AC, los romanos, en base a este sitio inexplicable, construyeron su templo más grande con un oráculo que era visitado hasta por sus emperadores. Era una de las maravillas del mundo antiguo, el templo más grande de sus dominios dedicado a Júpiter. A su lado había un templo más pequeño dedicado a Baco o Dionisio. Otro misterio es que en la superficie de la plataforma se encontró que parte de las losas estaban vitrificadas, fundidas por un enorme calor.
El investigador Sechara Seitchin utiliza como evidencia las tablas de arcilla sumerias para afirmar que Baalbek era una plataforma de despegue y aterrizaje de las naves de una avanzada y antiquísima civilización. Las tablas de barro dicen que Enki, un ser que vino del cielo, fue quien les enseñó a fundir los metales. Tu eres quien purifica el oro y la plata, mezclas el cobre y el estaño. Seitchin resalta que las enormes plataformas de Baalbek están situadas en línea directa con la Gran Pirámide de Giza; sus dos compañeras y la única Esfinge, forman un corredor de aproximación con el Monte Ararat, el más alto de todo el Medio Oriente, como el punto focal. La Gran Pirámide y el Monte de Santa Catarina, el más alto y visible del Sinaí, serían los faros de aproximación a la plataforma de aterrizaje en Baalbek. Ambos se encuentran a una misma distancia de este punto. Cualquiera sea la hipótesis que resulte sea cierta, los trilitones muestran que nuestra actual civilización no es la primera que existe en este planeta.
La construcción más grande y misteriosa del mundo se encuentra en la plataforma de Giza, al lado del río Nilo, en Egipto. Es la única de las Siete Maravillas del mundo antiguo que todavía existe, La Gran Pirámide es un faro de conocimientos construido con propósitos religiosos, tiene una precisa ubicación astronómica y geomagnética. Se le atribuye a faraones egipcios del 2500 AC pero hay hipótesis que la señalan como hito de una civilización anterior a la nuestra, que muchos llaman Atlántida. Su vértice está sobre los 30º exactos de latitud y sobre los 29º 58’ 51” al Este de Greenwich. Debido al movimiento de las placas tectónicas continentales hace 18.190 años, este punto estuvo situado a los 30º exactos con un azimut de Norte verdadero. 30º latitud, 30º longitud, una localización absolutamente precisa. La relación entre su altura, el tamaño de su base y el ángulo de inclinación de sus lados indican que conocían el número π (pi), la relación exacta entre el radio de un círculo y su circunferencia, un conocimiento que se supone descubrió Pitágoras mucho tiempo después.
Muestra de la avanzada tecnología utilizada en su perfecta construcción fue el enorme tamaño del proyecto, una montaña artificial hecha con 6.000.000 T de piedra, 203 escalones de alturas no uniformes, más piedra que la utilizada en todas las catedrales e iglesias construidas en todos los tiempos. Tan alta como un edificio de 48 pisos, su altura de 147,8 m. es un fractal de la distancia de la tierra al sol, hoy encontrada en 147,8 millones de Km. Un proyecto tan importante ejecutado a largo plazo requirió de un cuidadoso plan administrativo. Nunca un esfuerzo tan gigantesco ha sido igualado, ni siquiera con la actual tecnología se ha realizado un proyecto de tal magnitud.
De hecho, los japoneses en 1981 trataron de hacer un modelo similar al 50 % de escala. La construcción colapsó por su propio peso y tuvieron que abandonar el proyecto.
Los egiptólogos nos dicen que los egipcios tallaron con herramientas y cinceles de cobre, 2,5 millones de bloques de piedra, que luego movieron cada bloque que pesaba entre 2 y 6 T sobre rodillos de madera desde la cantera a kilómetros de distancia hasta una altura de 48 pisos.
Hoy se están haciendo experimentos en superconductividad y se encontró que es una forma de anular la gravedad, se puede reducir el peso de grandes objetos hasta en un 90 %. De construirse con rampas, éstas habrían tenido que tener más de 2 Km. de largo y tres veces el peso de la pirámide. Una vez allí ensamblaron las piedras capa tras capa con extrema precisión para armar 3 corredores, 2 cámaras y galerías interiores con puertas secretas que no fueron descubiertas durante siglos. Luego recubrieron la superficie con 144.000 bloques de granito blanco perfectamente pulido, cortados con exactitud matemática, con ángulos rectos en todos sus lados y juntas que no tenían más de 2mm. Todo esto sin grúas y sólo con herramientas de cobre y bronce.
Volverlos a colocar con la tecnología actual sería un reto enorme. Significaría subir losas que pesaban varias toneladas a 48 pisos de altura.
Siguiendo con la historia oficial. La Gran Pirámide sería resultado de una demostración de poder, deseo de permanencia y notoriedad de un faraón, que sin embargo, no dejó ninguna inscripción acreditando su hazaña y nunca la utilizó como la tumba funeraria que dicen que es. Sin embargo, en el año 1299 DC el médico árabe Abdul Latif escribió que partes del recubrimiento tenían extraños jeroglíficos que nadie en el Egipto de su época entendía y que si se copiaran, llenarían un libro de 6.000 páginas. Pero 2 años más tarde, un poderoso terremoto soltó muchos de los granitos del recubrimiento que luego fueron utilizados como material para la construcción de edificios en El Cairo. Se perdió así para siempre la antiquísima información grabada en su superficie que nos confirmaría su origen. En su vértice tenía un piramidón de oro, similar al encontrado en la pirámide de Amen Em Kett, en Dashour, que tenía el antiquísimo emblema del globo alado, que heredaron los egipcios de los sumerios y éstos seguramente de los atlantes.
Las losas de granito pulido altamente reflexiva de la luz solar, actuaban como un inmenso espejo que reflejaba la luz del sol. Por la inmensa superficie, sólo la Gran Pirámide tenía 109.500 m². Debía verse desde la luna como una brillante estrella, lo que la convertía en un faro planetario. Los egipcios la llamaban Iket que significa luz gloriosa. La palabra pirámide viene del griego pyra que significa luz o fuego y de amidos que significa medición, a su vez basadas en las palabras caldeas urrim midem que significa medidores de luz.
Los sumerios llamaban Esh a sus figuras piramidales que significa fuente de calor. Los mayas, al otro lado del Atlántico, las llamaban Piru Amanco que es fonéticamente similar y significa lo mismo, revelador de luz.
La exacta disposición de las pirámides con relación al sol hace que sus diferentes fachadas sirvan para indicar el sitio en el que un observador se encuentra y sus sombras indican la dirección al Este a lo largo del paralelo sagrado de 30º.
La leyenda atribuye su construcción a un personaje increíble, Toth, El Atlante, Chiquitet Arelit Vomalites, también llamado Kufu o Hermes. Los sumerios lo llamaban Nanarsin y los romanos Mercurio, los mayas Quetzalcoatl y los galos Teutates.
En las tablas esmeralda, fuentes del Kybalion, escritas por Hermes Trismegisto o Toth, él afirma ser el constructor de las pirámides miles de años antes del faraón Keops.
Abramos la mente y la imaginación, permitamos a la intuición obtener certezas. Examinemos teorías y percepciones de seres extraordinarios que puedan abrirnos ventanas a un universo desconocido. Misteriosa información dice que la pirámide es una antiquísima máquina de origen atlante, que a través de sonidos producía estados de conciencia y conducían a la iluminación, un faro espiritual. La palabra alquimia, viene de Kem, el nombre antiguo de Egipto. Se dice que alquimista es la persona que quiere convertir el plomo en oro. Sin embargo, realmente, la alquimia es la búsqueda mística para lograr la iluminación, la transmutación de los metales es sólo un subproducto. Para trasmutar la materia en espíritu se requiere de esa intensidad de conciencia que sólo permite estar presente en el momento presente usando la energía interna y no divagando en otros tiempos. Para dar el paso final en esta transformación, los iniciados utilizaban las tres cámaras de esta máquina, pasando 10 días en su interior para ir produciendo un estado vibratorio cada vez más alto hasta alcanzar la iluminación. En la cámara subterránea los discípulos permanecían durante 3 días confrontando sus miedos y escuchando sus voces interiores. La oscura caverna representaba el chacra raíz. La misteriosa historia nos cuenta que en la Gran Galería había diferentes clases de piedras y cristales que al ser golpeadas o excitadas. Producían las notas de 3 escalas musicales que reverberaban por toda la pirámide.
En la segunda cámara, llamada del rey, hay un cajón obtenido de un solo bloque de durísimo granito rojo. Para igualarlo hoy, se necesitarían poderosos taladros con puntas de diamante, o taladros ultrasónicos imposibles de tener en el año 2500 AC. Sus medidas implican un profundo conocimiento matemático. Su volumen externo es exactamente el doble del interno, tiene la misma área cúbica del arca de la alianza. Al golpearlo, emitía un sonido que reverbera por toda la pirámide, como si estuviera diseñada para emitir sonidos de lata frecuencia o señales electroacústicas con una tecnología incomprendida. La historia misteriosa dice que allí se acostaba el iniciado durante otros 3 días, sometido a la reverberación de sonidos cada vez más altos y la vibración envolvía al cofre y se trasmitía al cuerpo induciendo elevadísimos estados de conciencia.
En la llamada cámara de la reina, se permanecía durante otros 3 días, mientras se fijaba el estado de conciencia adquirido y la posibilidad de trasmutar voluntariamente la materia en espíritu, la vida en eterna conciencia.
Uno de los conductos de la cámara del rey se alinea perfectamente en el mes de diciembre con la estrella Anilkam en el cinturón de Orión, una constelación dedicada por los egipcios a Sehu u Osiris, el Dios de la Resurrección, y el otro ducto se alinea con la estrella más importante para los egipcios, Sirio que cuando aparecía antes del sol, indicaba cuando se desbordaría el Nilo. Es evidente que a pesar de atribuírsele a distintos constructores, las pirámides fueron diseñadas como un todo, con propósitos religiosos y astronómicos. Las tres pirámides tienen una precisa alineación entre sí y como grupo, coinciden exactamente con la deposición en planta de las 3 estrellas en el cinturón de Orión. Todas sus características indican un conocimiento superior, una tecnología incomprendida y las misteriosas teorías sobre su uso parecen muchísimo acertadas que las tesis acerca de tumbas de faraones nunca ocupadas. La Esfinge, una colosal figura tallada de un solo bloque de piedra, que mira fijamente hacia el Este, se atribuye a Kefren sólo por encontrarse más cerca de su supuesta pirámide. Sin embargo, se encontró una piedra tallada por Keops, el antecesor de Kefren en la que toma crédito. Como otros tantos faraones, de haber quitado la arena que la cubría y llama a La Esfinge, el Guardián de la Eternidad que guía a los vientos con su mirada. La Esfinge tiene huellas de severa erosión causada por el agua. Se concluyó, por su profundidad, que tardaron miles de años en producirse. El pensador esotérico Giorgi Ivanovich Gurdieff decía que La Esfinge era más antigua que la historia de Egipto, más antigua que sus dioses, más antigua que las pirámides, que en ella no hay nada accidental, nada sin significado.
En Historias de Belcebú, afirma que la civilización egipcia comenzó con el conocimiento intuitivo y lunar de unos pocos sobrevivientes de La Atlántida.
Parece haber suficientes indicios para concluir que las pirámides y La Esfinge son más antiguas de lo que se dice, que su función no era precisamente la de ser tumbas funerarias y esto, nos muestra que debemos prestar más atención a la leyenda que dice que su constructor fue Toth, El Atlante. Otro sitio misterioso, es Tiahuanaco sobre el lago Titicaca, entre Perú y Bolivia. Fue construido con gigantescas losas de piedra cortada como la de la Puerta del Sol, talladas o unidas con tanta precisión que entre sus juntas no cabe ni una aguja. Es un procedimiento similar al que se encontró en Baalbek y Egipto. En Tiahuanaco, a 3.000 Km. de distancia la tecnología era aun más sofisticada pues usaban juntas de metal fundido para mantener los bloques de piedra en su lugar. Para derretir la aleación en el sitio designado para cada piedra se necesitaría una fundidora portátil, una tecnología que no existe en la actualidad.
La ciudad está construida como un enorme reloj para medir las posiciones del sol en su recorrido diario, un inmenso templo del sol. En el centro de su puerta principal, nace el sol en todos los equinoccios de verano y en las esquinas de su muralla se encontraron datos que permiten calcular que el complejo fue construido hace por lo menos 12.500 años por una civilización hoy desaparecida. Mediciones realizadas actualmente determinan que el sol, en el solsticio de verano y el solsticio de invierno, nace fuera de las esquinas de sus murallas, lo que para un complejo tan precisamente situado parecía increíble.
Estudios realizados por Arturo Posnanski indican que el sol nacía exactamente en cada esquina, cuando el ángulo de inclinación del planeta con relación al sol era de 23º exactos. Actualmente es de 23.5. Se calculó que esta era la inclinación que tenía el planeta hace 12.500 años cuando atravesaba el cuadrante correspondiente a la Constelación de Leo en su giro de 25.920 años alrededor de Alción, el sol central de Las Pléyades, conocido como la presesión de los equinoccios.
Estos ejemplos demuestran la existencia de una cultura inteligente anterior al diluvio con precisos conocimientos astronómicos, matemáticos y una tecnología para fundir metales, cortar, alzar y ensamblar grandes y pesados bloques de piedra en la construcción de edificios alineados astronómicamente con el sol.
En la Escuela de Misterios de Naacal, en La Atlántida, se enseñaba a los iniciados una información que fue conservada en el círculo secreto de ciertas sociedades y que hoy, gracias a la apertura de los tiempos que vivimos por el final de este ciclo, logra llegar a todos nosotros. Los atlantes, utilizando su intuición, encontraron que el universo funciona regido por siete leyes fundamentales. El cumplimiento absoluto y eterno de esas leyes, permite que su funcionamiento sea perfecto. El propósito de las siete leyes es regir la creación y organización del universo, la Escuela de Aprendizaje y Evolución de los hijos del Creador. Organizan el desarrollo de las conciencias inocentes emanadas de él a través de una serie de experiencias que las conducen a la sabiduría y a la comprensión de que su origen es el amor. Organizan el espacio, la dimensión o la realidad en la que la conciencia contenida en un cuerpo puede ten experiencias. Determinan la duración de cada experiencia que se vive, el tiempo de todo lo que ha existido, existe o existirá.
Las siete leyes organizan las conciencias que descienden de Dios hacia la materia, con el objeto de vivir experiencias que le permiten obtener sabiduría, comprensión sobre el universo y paz. Se aplican a todo lo manifestado, lo generado, lo que existe en todos los niveles, vibraciones, dimensiones y realidades, a todo lo que se manifiesta en todos los mundos, en el físico o material, en psíquico, en el mental, en el astral y en el mundo espiritual. Regulan el proceso que se vive para comprender poco a poco todo lo que existe y la manera como funciona. Al conocer las siete leyes y verificar que se aplican a todo lo que se hace, se piensa, se siente y se imagina, se comprende cómo funciona el universo, para qué estamos aquí y hacia donde nos dirigimos.
Comprender el universo como una unidad es fundamental para aceptar su divina perfección. Esto ayuda a que el hombre se entienda a sí mismo, aun con su forma racional y fragmentada de recibir la información. Al conocer y comprender las siete leyes se entienden las reglas de juego con que se vive en este mundo y se sale de la ignorancia. Mientras no se conocen las leyes se violan sin saberlo y esto produce sufrimiento. Pero el no conocerlo no quiere decir que no se apliquen. Un niño asimila la ley física de gravedad experimentándola, se cae y sufre sus consecuencias. Esto le permite tomar conciencia y evitar el sufrimiento producido por una nueva caída. Se sufre, porque inocentemente se va en contra de las leyes. Esto permite reconocerlas para que al hacerlo, dejemos de transgredirlas, lo que nos libera del sufrimiento y la ignorancia. Se trata de un proceso de evolución que toma diferentes tiempos en cada individuo y que está perfectamente diseñado por el Creador. A lo largo de muchas experiencias se aprende ley por ley, ascendiendo en la pirámide de evolución espiritual.
Las siete leyes fundamentales son exactas, eternas e inmutables. Rigen un proceso de transformación y cambio permanente, siempre ascendente para todos los seres vivos en sus múltiples experiencias. Nada existe fuera de la ley porque se destruiría el universo. Esto quiere decir que aun lo que parece absurdo o injusto sucede dentro de las leyes que rigen los procesos de transformación y cambio constante del hombre. Todo lo que existe y sucede es perfecto. Tiene un propósito y una función específica.
Las siete leyes tienen una estructura jerárquica piramidal. Entre más alta en la pirámide está la ley, mayor cantidad de información contiene. Por eso, las leyes superiores actúan sobre las inferiores. Están divididas en dos grupos fundamentales. Tres leyes rigen la parte inferior o infierno de la vida. Entre más abajo está la conciencia en la pirámide evolutiva, más bajo vibra, más procesos tiene por vivir, más sumergida en la materia y en las pasiones animales, más rodeada de sufrimiento e ignorancia.
La ley de la naturaleza organiza el cuerpo físico y sus procesos instintivos para que al funcionar perfectamente pueda contener una conciencia que evoluciona eternamente.
La ley de la armonía rige los márgenes de desequilibrio necesario para que todo se organice y exista durante un tiempo y luego cambie para generar otro proceso.
La ley de correspondencia determina la duración de las experiencias, el sitio donde se producen y los límites entre los procesos simultáneos de distintos individuos. Determina cuando la conciencia está lo suficientemente madura para subir de un nivel de aprendizaje al siguiente.
Entre la parte inferior y la parte superior de la pirámide está la ley de evolución.
La ley de la evolución determina el orden de los procesos a los que se ve sometida la conciencia, es decir, determina el destino. Determina los errores que se permiten para aprender.
Tres leyes rigen la parte superior o cielo de la vida. Cuanto más arriba ha llegado la conciencia en la pirámide evolutiva más alto vibra, más rodeada de felicidad, paz y sabiduría.
La ley de la polaridad, rige la relación y el movimiento entre lo masculino y lo femenino y de todas las fuerzas opuestas para generar la creación.
La ley de la manifestación dice que toda cosa creada debe existir primero en la mente de Dios. Esta ley determina el paso de estas ideas intangibles al universo tangible.
La ley del amor da origen a todas las otras leyes y tiene codificada toda la información del universo para llevar la conciencia a comprender que todo sucede por amor.
Para los atlantes la vida es la chispa divina que anima todo lo que existe. El paso desde la base a la cúspide de la pirámide es el proceso para que la conciencia alcance la total comprensión de la creación y el orden perfecto del universo.
Las siete leyes universales unen la ciencia, el arte, la religión, la filosofía y la teología en una sola unidad orgánica, en un solo concepto que produce la visión unitaria del funcionamiento del universo. Los atlantes comprendieron que la vida es eterna para que la conciencia evolucione y adquiera en su recorrido por las distintas experiencias la sabiduría que permite comprender que absolutamente todo existe por amor.
El cielo es realmente la llegada a la parte superior de un proceso cuando ya no existe la posibilidad de sufrimiento porque en ese nivel de conciencia ya se ha trascendido el triángulo inferior. Allí ya no operan las leyes inferiores que rigen el infierno de la vida bajo la acción directa de la ley de evolución, donde se dan las diferentes circunstancias de aprendizaje que conllevan dolor físico y sufrimiento sentimental. El cielo y el infierno no son lugares físicos sino mentales que determinan un estado interno y una actitud ante la vida de sufrimiento o de gozo.
Esta comprensión es el legado de una civilización desaparecida, la conexión con los atlantes.
Hemos comenzado un recorrido que nos llevará a Poseidonis, la capital de La Atlántida y al hacerlo encontramos información que pueden ayudarnos a comprender mejor el proceso que llamamos vida. En este programa pudimos comprobar que hay evidencias de una civilización anterior a la nuestra con tecnologías más avanzadas. Nos aproximamos a una explicación general del centro filosófico de la vida atlante, las siete leyes del universo.
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