viernes, 4 de septiembre de 2009

Cuarto Chakra el amor.

Color: Verde.
Significado: Intacto, “no golpeado o rozado”.
Elemento: Aire.
Localización: Corazón.
Verbo relacionado: Yo amo.
Manifestación externa: Gaseoso.
Órganos asociados: Corazón, pulmones, bronquios.
Glándulas: Timo. Fisiología: Sistemas circulatorio e inmunológico.
Otras partes del cuerpo: Pulmones, corazón, pericardio, brazos, manos.
Psicoespiritual: Amor, depresión y soledad. Asuntos del corazón, amor incondicional, perdón, sabiduría del corazón. Puente entre lo material y lo divino.
Afecciones: Asma, hipertensión, dolencias cardíacas, enfermedades pulmonares.
Activación: Fomentar el amor incondicional, la compasión, comprensión, solidaridad.
Cristales y piedras: Todas las verdes y rosas. Cuarzo (verde y rosa), turmalina (verde, rosa, corazón de sandía), jaspe verde, kuncita (verde y rosa), crisoprasa, peridoto, olivino, venturina, amazonita, ágata musgosa…


El aire La respiración El equilibrio Las relaciones Las afinidades La unidad Curación

Ejercicios de respiración: Los ejercicios respiratorios pranayama son muchos y muy diversos. Si realmente quieres familiarizarte a fondo con la utilización de tan poderoso instrumento, puedes recu­rrir a uno de los numerosos tratados de yoga disponibles que describen más ejercicios de los que caben aquí. Paso a describir, no obstante, algunos de los más elementales:

Respiración profunda, o completa: Es verdaderamente tan sencillo como su nombre indi­ca. Siéntate en cualquier postura que te resulte cómoda y vigila el vaivén de tu respiración, procurando que sea lo más amplia y profunda posible. Respira como si qui­sieras llenar a fondo el estómago, luego el pecho y por último los hombros y la garganta. Exhala con arreglo a la secuencia inversa y repítelo así varias veces.

El aliento de fuego: Es una respiración diafragmática acelerada, que se obtie­ne mediante una rápida sucesión de contracciones y ex­pansiones abdominales. La inhalación es entonces el mero resultado de relajar el diafragma.

Respiración nasal alternativa: Es una respiración lenta y metódica, que actúa sobre el sistema nervioso central y produce una relajación pro­funda así como sueños tranquilos. Cierra el orificio dere­cho de la nariz con la mano derecha e inhala profunda­mente por el izquierdo; una vez llenos los pulmones, cierra el orificio izquierdo y exhala a través del orificio derecho. Cuando hayan quedado vacíos los pulmones, inhala a tra­vés del derecho, cambia y exhala por el izquierdo. Así pues, la pauta es inhalar, cambiar, exhalar, inhalar, cam­biar, exhalar, continuando en series de hasta 20 veces por cada lado. La práctica de este ejercicio produce cambios profundos de conciencia.

Bandhas: La palabra bandha significa cerradura y los bandhas del pranayama son métodos para retener la respiración y con­finarla en determinadas partes del cuerpo. Existen tres bandhas básicos: el cerrojo del mentón, el cerrojo abdo­minal y el cerrojo anal, cada uno de los cuales se funda en la retención del aliento en una de estas regiones prin­cipales del organismo.
1. El cerrojo del mentón o jalandhara-bandha envía la energía hacia el cráneo, suprime las sensaciones cor­porales y disminuye la frecuencia del latido cardía­co. Es sencillo: inhala a fondo y baja la cabeza has­ta apoyar la barbilla en el pecho, sin inclinar la espalda, conteniendo el aliento hasta que empieces a sentir incomodidad. Pero sin exagerar, o notarás la sensa­ción de que estás a punto de desmayarte.
2. Para el cerrojo abdominal o uddiyana-bandha hay que ponerse en pie. Inhala a fondo y exhala en pro­fundidad. Cuando el cuerpo quede vacío, mete el vien­tre y el estómago tanto como puedas, procurando no inhalar al mismo tiempo. Contén el aliento hasta que se presente la sensación de incomodidad, y entonces inhala relajando los músculos abdominales.
3. El mulabandha o cerrojo anal se ejecuta apretando el perineo y el esfínter anal en coincidencia con la inspiración. Sirve para estimular el chakra Mulad­hara y tonifica el vientre. Estimula también la Kun­dalini durmiente.

Ejercicios para el cuarto chakra

Apertura del pecho: 1. Con los brazos a la espalda, une las manos y gira los brazos tratando de juntar los codos, al tiempo que echas los hombros hacia atrás y sacas pecho. Respi­ra hondo. Echa la cabeza atrás y date impulso con los brazos para realizar rotaciones con el torso, que relajarán todos los músculos agarrotados siempre sin olvidar la respiración profunda.
2. Para mayor tracción y apertura de los músculos pec­torales nos ayudaremos con una toalla, un cinturón o una corbata que sostendremos en tensión sobre la ca­beza, dibujando un triángulo, los codos rectos y los brazos hacia atrás, siempre tensionando bien. En caso de dificultad para mantener los codos rectos podemos separar más las manos: por el contrario, si no llega­mos a notar un estiramiento suficiente significa que hay que juntarlas más.

La cobra: Es un ejercicio de yoga estupendo para ejecutarlo a pri­mera hora de la mañana. Ejercita las vértebras torácicas superiores y ayuda a combatir los defectos de postura que encorvan la espalda.
1. Túmbate plano en el suelo, boca abajo y con los bra­zos flexionados, las palmas de las manos descansando en el piso junto a las orejas. Sin servirte de los brazos como apoyo, levanta poco a poco la cabeza, los hom­bros y la espalda, elevándote tanto como puedas sin que el esfuerzo resulte doloroso. Luego retomarás a la postura de reposo. Levántate otra vez hasta donde pue­das, y esta vez un poco más con la ayuda de los bra­zos. Tensa el estómago y el tórax, respira hondo y re­lájate. Repítelo las veces que quieras.

El pez: 1. Éste es otro ejercicio de yoga que tiende a dilatar la cavidad torácica. Túmbate de espaldas en el sue­lo y luego, partiendo de una postura semisentada, apoya los codos en el suelo, con las manos en las caderas. Ahora echa la cabeza atrás, arqueando la espalda, hasta tocar con la cabeza en el suelo, si puedes. Respiración profunda, manteniendo la pos­tura mientras no resulte molesta, seguido de relaja­ción y respiración profunda final.
2. (En caso de dificultad excesiva podemos colocar un apoyo bajo los omóplatos para que nos ayude a ar­quear la parte superior de la espalda.)

El molino de viento: 1. Todos hemos realizado este ejercicio durante nues­tros juegos infantiles. De pie, con los brazos estira­dos hacia los lados, girar el torso sobre el eje de la columna vertebral. Esta práctica transfiere la energía del cuerpo hacia los brazos y manos, y relaja la ten­sión de los músculos del pecho y el abdomen.

Círculos con los brazos: 1. Este ejercicio estimula los músculos de los brazos y de la parte alta de la espalda (las alas). Estira los bra­zos en cruz y dibuja pequeños círculos en una direc­ción: ve aumentando gradualmente su perímetro. Luego cambia de dirección y repite el mismo proceso. Para el elemento aire, también puedes imaginar que estas batiendo unas alas y que estás volando. A me­dida que lo haces debes tomar grandes bocanadas de aire.

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