lunes, 29 de diciembre de 2008

El n° 666 en la profecía apocalíptica


Pregunta: ¿Cuáles son vuestras consideraciones sobre el número 666, que Juan Evangelista afirmó era el número de la "Bestia"?
Ramatís: Siempre hacemos notar que los profetas son visionarios exceptuados del tiempo y propensos a la exageración de la realidad. Ellos se súper excitan por las visiones y sufren inmensas dificultades para encuadrarlas en el escenario objetivo del mundo de las formas. Juan Evangelista fue también un profeta grandilocuente, y podréis identificarle el tono épico en la poesía de sus relatos.
Extrayéndole los detalles demasiado fantasiosos, hay en el Apocalipsis de Juan significativo contenido lógico y sensato. El número 666, atribuido a la famosa Bestia, en la era del Anticristo significa la inmoralidad general en todas las esferas de la vida humana; es una identificación de orden sideral, un diapasón vibratorio, una "relación esotérica" que identifica gráficamente los acontecimientos en vías de realización por parte de la dirección superior. La grafía numeral 666 es apenas la figura visible, más perfecta, para identificar el peligroso estado espiritual colectivo en el plano físico. Es una señal psicofísica en la humanidad, en donde el plano sidéreo señala la madurez de una indisciplina nefasta, de orden general.
El número 666 forma un trinomio sidéreo; una ecuación en el cientificismo cósmico, que señala el tiempo del sentimiento peligroso de las pasiones, que alcanza a todo el género humano. Nos vemos en la imposibilidad de daros una explicación absolutamente a gusto de la comprensión humana, porque eso requeriría el conocimiento, por vuestra parte, de muchas nociones preliminares de la ciencia sideral, que son fácilmente asimilables en el plano de los desencarnados, pero que resultan difíciles de comprender a los sumergidos en la carne. Es un número que se refiere exclusivamente al reinado de la Bestia y del Anticristo y tiene relación fundamentalmente con el Apocalipsis de Juan Evangelista.
Aunque hayan surgido, como un caso epidémico, antes y después de la destrucción de Jerusalén, muchos Apocalipsis menores, tales como los hebraicos, los de Esdras, de Baruch y otros, donde la Bestia, el Anticristo y el número 666 son columnas vertebrales de las visiones de Juan Evangelista, porque revelan el momento psicológico que estáis viviendo actualmente.

Pregunta: ¿Qué quiere decir la expresión de Juan Evangelista "Quien tiene inteligencia calcula el número de la Bestia, porque es número de hombres"?
Ramatís: Se expresa así porque la relación principal del número 666 es para el hombre y no para la Naturaleza. Quien revelará la señal de la Bestia será el propio hombre; pero es necesario que no identifiquéis con ese número al hombre-unidad, pero sí al género-hombre, o sea la humanidad. Se trata de la desviación psíquica general en las criaturas reencarnadas, que se denuncia por el número 666, correspondiendo a la vibración que se ajusta perfectamente a ese estado de cosas. El Apocalipsis de Juan abarca el conjunto humano terrícola en el fin de vuestro siglo, y no se entiende como un hombre o una institución solamente.

Pregunta: ¿Cuál es el sentido de las palabras "quien tiene inteligencia calcule el número de la Bestia"?
Ramatís: Os repetimos: el número 666 señala el ritmo vibracional peligroso, para la supervivencia del ambiente moral humano. Repercute en el astral, en torno de la Tierra, como una "notificación sideral" que anuncia el "clímax" de saturación magnética perjudicial al campo concienzal humano. Usando un lenguaje rudimentario, diremos que el número 666 registra en el manómetro sideral la presión máxima y peligrosa de la caldera de las pasiones humanas; es una aguja que indica que el "vapor" violento del psiquismo deletéreo amenaza con hacer estallar la caldera, o sea la línea de protección en la armonía del conjunto planetario.
Necesitaríamos aleccionaros en el complejo tratado de Numerosofía Sideral, para que pudieseis comprender ese fenómeno en toda su plenitud, pues sólo es inteligible para los desencarnados conscientes de sus deberes espirituales. El signo gráfico 666, para el mundo humano, significa un simbolismo cabalístico; para nosotros es un verdadero detonador psíquico que revela el momento psicológico de la transformación definitiva para la humanidad terrena y su orbe.

Pregunta: En cambio, la mayoría de los exegetas estudiosos del asunto afirman que el Anticristo es un hombre diabólico, y por eso su nombre tendrá que ajustarse al número 666, identificador de su persona. ¿Qué nos decís?
Ramatís: El número 666 no se refiere a un solo hombre, aunque vuestra humanidad haya hecho inteligentes adaptaciones y cálculos que lo ajustan a varios caudillos, dictadores y reformistas destacados. Los católicos atribuyeron ese número a Luciano, el apóstata, Mahoma, Lutero, Calvino. Voltaire, Bakunin y otros que no les eran simpáticos. En contraposición, los protestantes, los espiritas, los esoteristas y otros suman los guarismos romanos existentes en cada título del Pana y también forman con éxito la ecuación 666 con cada uno de ellos. Los pueblos esclavizados consiguieron encontrar en el número 666 el nombre de Napoleón.
A través de mucha paciencia, ajustes, inteligentes substituciones y hábiles contribuciones ha sido posible encuadrar el 666 en la suma de las letras que forman los nombres de casi todos los personajes que revolucionaron o revolucionan a vuestro orbe y crean situaciones adversas.

Pregunta: Hay que considerar, sin embargo, que el nombre de Hitler, que realmente significó un flagelo en nuestro mundo, se ajusta extraordinariamente al número 666. Basta sumarle el número 100 al orden numérico de las letras en nuestro alfabeto y hacer la suma, que componen el nombre de Hitler para obtener con sorpresa el total de 666, atribuido al nombre del Anticristo. ¿Qué nos decís a ese respecto?
Ramatís: Ya os dijimos que el Anticristo no es un hombre; es el conjunto de las fuerzas adversas que actúan contra el Evangelio, tanto en la Tierra como en los planos adyacentes e Invisibles, mientras que Hitler es apenas el sobrenombre de un hombre y también lo es el de sus parientes y ancestrales, que, en ese caso, también serían el Anticristo. Hay que considerar que los propuestos de Dios no cometerán tan grave injusticia, porque no todos los parientes de Hitler fueron responsables de las sanguinarias tropelías de la guerra nazista.
Siempre que procuréis con atención nuevos ajustes del número 666 a otras criaturas, innumerables veces seréis sorprendidos por las más variadas contradicciones, en donde centenas de conquistadores, reformistas sangrientos y líderes anarquistas de todos los tiempos, peores que Hitler, no se encuadran en los cálculos sibilinos del número citado. Al mismo tiempo, muchos instructores religiosos y almas ya santificadas en misiones crísticas en la Tierra podrán tener sus nombres ajustados al número fatídico, sin identificarse con la Bestia o el Anticristo. Eso prueba que el número 666 no se refiere a un hombre o a una institución, sino al género humano, o sea la degradación de la humanidad.

Pregunta: ¿Hitler no merecía que el número 666 se ajustase a su nombre, como un identificador de sus cualidades despóticas?
Ramatís: Hitler fue una copia moderna de otros líderes guerreros de vuestro mundo, como fueron Aníbal, Atila, Alejandro, César, Tito, Saladino, Gengis-Kan, Napoleón, el Kaiser y muchos otros que fueron más o menos inescrupulosos. Esos hombres son producto del clima psicológico de vuestro mundo, alimentado por la humanidad en lucha por los intereses y lucros corrientes de los conflictos humanos.
Si los demás hombres hubiesen revelado propensión hacia el crimen, al desequilibrio y al odio racial, Hitler no pasaría de ser un infractor común de las leyes, punibles por el propio Código Penal de su país. Su ambición, vanidad, codicia y odio racial contagiaron gradualmente a su pueblo, llenándose así de entusiasmo con las nuevas perspectivas de glorias y lucros inesperados. Las naciones adversas al régimen nazista, aunque constreñidas por los rigores de la guerra, eran agrupaciones de hombres también movidos por intereses racistas o particulares, que procuraron sacar el mejor partido del conflicto-Desde el más humilde soldado hasta el comando superior, nació el júbilo por la esperanza de una promoción de puestos.
En realidad, los líderes guerreros apenas abren las compuertas de las pasiones contenidas por la humanidad, que está siempre sedienta de violencia y de iniquidad. La presencia de Atila o de Hitler en vuestro mundo es apenas un producto exigido por el actual contenido humano en efervescencia. Se comprueba esa realidad por la facilidad con que ellos siempre encuentran el clima favorable para dar paso a sus idiosincrasias dolientes. "Mientras eso sucede, Jesús queda olvidado y sería nuevamente pasible de una nueva crucifixión, al estilo moderno, si estuviese aquí, intentando condenar los desatinos de los moradores de vuestro orbe. Por eso, tanto son responsables delante del Padre aquellos que desencadenan las guerras como los que contribuyen mental y moralmente para agravar el conflicto, aunque se encuentren aparta¬dos de los campos de batalla por los océanos o intenten disimularse bajo la máscara de la Paz. Cuántos subalternos o simplemente admiradores de líderes belicosos se sorprenden dolorosamente, al desencarnar, verificando que sus culpas son mayores aún que la de sus ídolos, por haberse excedido en la práctica de las iniquidades, aprovechándose de la responsabilidad de sus comandantes o del nombre de sus doctrinas extremistas. Hitler no puede ser la traducción del símbolo de la Bestia o del Anticristo, porque apenas representó el combustible para una hoguera en cuya preparación participaron la mayoría de un modo particular, contribuyendo ignominiosamente a perturbar la tan deseada Paz. Los hombres de vuestro mundo, además de no vivir en paz consigo mismos, dan aliento a los pensamientos belicosos en todas las esferas de la actividad humana. Por eso, un líder guerrero, al hacer estallar una guerra, no hace más que dar libertad a una pasión silenciosa y tenaz, latente en el alma de la humanidad. Cuando impere entre vosotros el Evangelio del Cristo, los Atilas, los Hitleres o los Césares serán considerados casos peligrosos de la "patología belicosa", en razón de lo cual requerirán inmediata in¬ternación en sanatorios, en lugar de representar símbolos libertadores o grandes celebridades guerreras.
Pregunta: Dijisteis hace poco que si nos fijáramos con atención llegaríamos a encontrar instructores o líderes religiosos cuyos nombres se ajustan perfectamente al número 666. ¿Podríais citarnos al menos un nombre respetado o santificado que se encuadre en el número en cuestión?
Ramatís: Basta hacerlo con el nombre del iluminado Krisna, ese gran Instructor hindú, uno de los más consagrados líderes Crísticos; lo mismo que hicisteis con el nombre de Hitler, encontraréis también en él el tan discutido número 666 2. Os recordamos que después de la vida magnífica y mesiánica de Krisna, que os sirve de prueba, terminaréis comprendiendo que el número 666 no puede ajustarse a un solo hombre o a una institución aislada, pero sí a la propia humanidad en falta.

Pregunta: Si es así, ¿no habrá otro número que, siendo contrario a lo que se da con el número 666, identifique alguna cosa buena en la Tierra?
Ramatís: A semejanza de lo que se da con ese guarismo, hay determinadas palabras que sirven para registrar otras vibraciones y ritmos de carácter contrario. La palabra "AUM", por ejemplo, representa iniciáticamente el sentido sagrado que los orientales dan a la vibración del "aliento cósmico" Cuando los iniciados pronunciaban el vocablo AUM, ligados por una misma vibración mental, como si fuera un "mantram" sagrado, sentían en torno la modificación vibratoria de la atmósfera psíquica, que se elevaba y expandía más allá de las fronteras del entendimiento común. La conciencia espiritual abarca un área más vasta bajo ese "tono sidéreo" que vibra en el aliento respiratorio y sonoro de la eterna manifestación divina. Por analogía, aunque precaria, podríamos decir que el número 666 es el signo gráfico vibracional de la tonalidad contraria a la dinámica ascensional del espíritu.

Pregunta: A fin de que podamos atender mejor cualquier interpelación futura, ¿nos podríais dar explicaciones respecto a sí hay algún número cuya significación sea opuesta a la del sentido maléfico del 666?
Ramatís: El número 3, por ejemplo, tiene relación con un ritmo peculiar, tal el del principio universal alquímico, como el azufre, la sal y el mercurio; los tres reinos de la naturaleza: el mineral, el vegetal y el animal; las tres fuerzas de la naturaleza: acción, reacción e inercia.
El número 4 tiene también su importancia, pues identifica otros movimientos importantísimos en los planos siderales de la Tierra: aire, fuego, tierra y agua; los estados de la materia: sólido, líquido, gaseoso y pastoso; las cuatro estaciones: primavera, verano, otoño e invierno; los cuatro cuartos de la Luna; las cuatro gran¬des razas: roja, negra, amarilla y blanca; los cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, además de otras innumerables significaciones que no entran en la exigüidad de esta obra.
Particularizaremos, mientras tanto, la significación del nmero 7 —el número perfecto y sagrado, según Pitágoras—, cuya importancia se destaca en la descripción hecha por el Génesis, que anuncia: Dios hizo al mundo en seis días y descansó en el séptimo", lo que implica que se considere al número siete como lo último y perfecto, la palabra definitiva. En toda estabilidad de absoluta importancia en vuestro mundo, el número 7 es fundamento característico: los siete días ¿e la semana, los siete dolores fundamentales del espectro solar, las siete notas de la escala musical, los siete días de cada fase de la Luna, los siete planetas astrológicos. También figura en el simbolismo e identifica conjuntos de alta importancia: los siete grados de la escala de Jacob, o sea la ascensión espiritual por las siete esferas que envuelven a la Tierra; los siete sabios de Grecia, simbolizando les siete sentidos humanos del hombre del futuro; los siete pecados capitales y las siete virtudes teologales, que definen la "izquierda" y la "derecha" del Cristo. Reservamos para otro capítulo una exposición más amplia de la significación del número 7, recordándoos desde ahora que ese número identifica una vibración buena; es una nota, un signo creador, como lo es el ritmo septenario en la Creación.

Pregunta: Suponemos que el número 666 todavía ha de identificar nuevos acontecimientos en el correr de este siglo, ya que la profecía apocalíptica se debe cumplir en estos últimos años. ¿No es verdad?
Ramatís: A medida que transcurra el siglo actual, también crecerá la atmósfera provocativa de la vibración global degradante que el número 666 identifica en la grafía humana. Reparad que las pasiones recrudecen y se multiplican día a día, bajo un misterioso impulso de adentro hacia afuera; hay como un detonador invisible que baja las vibraciones normales y subyuga a los descuidados y anticrísticos, agrupándolos en estados similares al hombre de las cavernas. El magnetismo grosero aumenta en la Tierra y superexcita vuestro psiquismo, intentando posesionarse del comando tradicional de la conciencia espiritual superior. Proviniendo de una fuente interior, se torna afín con la mayoría de la humanidad, sintiéndose a gusto con la degradación que se identifica con la escoria psíquica.
Bajo ese clima, viscoso y profundamente subversivo, muchos seres parecen revitalizarse, se lanzan decididamente a todas las degradaciones y placeres viciosos de la carne, atendiendo dócilmente al magnetismo extraño. Pero mientras la mayoría se degrada voluptuosamente, sobrevive una minoría Crística e inteligente, que se sirve de sus energías salvadoras y vigorosas para transformarlas en fuerza creadora, constructiva y proteccional, aprovechándola en favor del prójimo y sublimándola para el servicio exclusivo del Cristo. Esos son los "pocos escogidos" entre los "muchos llamados", que, sobre la energía telúrica de vuestro mundo, hacen florecer las rosas, mientras los imprudentes sólo cosechan cicuta.
Bajo aparente coincidencia —que los estudiosos del hermetismo ya descubrieron—, la órbita del astro intruso, cuya aproximación anunciamos, revela el significativo número de la Bestia, o sea 6.666 años-Tierra para un circuito completo en torno de su Sol, que forma parte de otro sistema. El fatídico número 666 está, representado en ese astro purificador, que deberá proporcionar el clima psicológico propicio para la definitiva selección espiritual de la humanidad y la profilaxis de vuestro orbe, en el lapso del "juicio final". Es un planeta cuya misión cabalística lo torna un "detonador" en la atmósfera de la Bestia y del Anticristo, prevista con sagacidad por Juan Evangelista cuando advierte (cap. XIII, 18): "Aquí hay sabiduría. Quien tiene inteligencia calcule el número de la Bestia. Porque es número de hombres, y el número de ella es seiscientos sesenta y seis".

Pregunta: ¿Qué debemos interpretar cuando se dice que la Bestia imprimió su signo en la cabeza o en la mano de sus subordinados?
Ramatís: Serán erróneas todas las interpretaciones que ultrapasen el sentido que entraña la Bestia, representación del instinto animal pervertido. No se trata de marcar la mano o la cabeza de ningún ser humano. Cualquier acción del espíritu sobre la carne está ligada a dos manifestaciones distintas: la de la cabeza, que es el símbolo del pensamiento que crea, y la de la mano, símbolo de la acción, que materializa en la forma "la idea creada en el cerebro. Aquel que se degrada bajo la imposición de las pasiones inferiores adora a la Bestia y a su imagen, que es lo instintivo; por lo tanto, el signo de la Bestia les será grabado en la cabeza, por el mal pensar, y en la mano, por el mal proceder.

( Ramatis)

1 comentario:

  1. Ramatis no es espirita. Porque lo incluyen en esta pagina web? Rarisimo

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