viernes, 19 de diciembre de 2008

Una navidad de amor


Jesús es el hijo bien amado de Dios.
En su vida se cumplieron todas las profecías antiguas, abriendo el campo de luz para las realizaciones futuras.
Su ministerio de amor fue un signo de unión permanente entre el ayer y el hoy, en dirección del mañana eterno.
El es como el sol que esfuma a las sombras y vivifica con luz y calor.
Piensa en El, inspirándote en Su labor revolucionaria de adentro hacia afuera.
Nunca lo olvides, sea cual sea la situación en que te encuentres.
Comulgando mentalmente con El se disparan tus dudas y amainaran tus inquietudes; y te transformaras, tornándote un polo de acción dignificante, que atraerá a las personas inquietas y afligidas, que pasaran a conocerlo también.
En ese momento será, entonces Navidad para ellos, porque Jesús está naciendo o renaciendo en sus paisajes íntimos.
Las inseguridades dominaban los corazones y las mentes se ensombrecían por las amarguras.
La dominación arbitraria de Roma oprimía el alma arrogante de Israel.
En otras ocasiones, las cadenas de la esclavitud habían reducido a su pueblo a la condición de agricultores, en la Babilonia, en el Egipto…
En esa ocasión, empero, a semejanza de otras naciones que yacían inermes bajo el yugo de las legiones feroces, las esperanzas de liberación eran remotas.
La boca profética estaba silenciosa en lo recóndito del infinito, en cuanto las turbas guerreras erguían la figura de Cesar a las cúspides divinas…
El espionaje trono la vida imposible y la traición cubría sus huellas viles.
El dolor distendía sus redes y reunía a las víctimas que se retorcían en la desesperación.
Al mismo tiempo, luchaban entre si, sacerdotes y levitas, fariseos, saduceos y publicanos, todos disputando prerrogativas que no merecían.
Las intrigas se movilizaban en las altas cortes del Sanedrín, envolviendo a Caifás, Anas y Pilatos, que se aferraban al gobierno infeliz, a sueldo de intereses subalternos…
La Judea era todo un desierto de sentimientos, donde la vanidad y la prepotencia, la usurpación y los desmanes instalaron sus tiendas.
…Fue en ese lugar, marcado por el azote del sufrimiento, que nació Jesús.
Para atender a las exigencias del Cesar, cuanto al censo, sus padres se fueron a Nazareth… Y de noche de cielo turquesa, salpicado de estrellas luminosas, visitada por vientos suaves y fríos, El llego al campo de batalla, para señalar la Era Nueva y dividir los hechos de la Historia.
Su noche se hizo día de eterna belleza y el llanto que caracterizo la entrada de aire en sus pulmones, se torno la música que El transformaría en las almas en una incomparable sinfonía, mas tarde.
A partir de aquel momento, nunca mas la humanidad seria la misma.
El mundo de violencias y crímenes, de guerras continuas y agresiones conoció la no-violencia y el amor, como nunca antes hubiera sucedido.
Jesús se convirtió en el pacificador de todas las vidas.
Descendió de los astros para tornarse el puente de ligazón con Dios.
Cuantos desearon la felicidad, a partir de aquella ocasión, encontraron en el sermón de la montaña, que El presentaría a las criaturas en el momento apropiado.
Desde allí, todos los años, aquellos que Lo aman se dan las manos y unen los corazones para celebrar Su Navidad, derramando bendiciones a favor de los que sufren, buscando cambiarles los paisajes de aflicción, brindando esperanza, socorro y paz.
En esta Navidad, permite que el amor de Jesús irrigue tu corazón y lo vierta en la dirección de aquellos para los cuales El vino, nuestros hermanos sufrientes en la Tierra.
Haz más aun: déjalo renacer en tu alma y abrígalo, para que El siga en ti y contigo, por todos los días de tu vida.

(Del libro "DESPIERTE Y SEA FELIZ",
Por el espíritu Juana de Angelis)

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