jueves, 18 de diciembre de 2008

PSICOFONÍAS




Parecidas a las teleplástias en su origen, estos fenómenos difieren de éstas en la antigüedad de su investigación. En efecto, las psicofonias son estudiadas desde que el sueco Friedrich Jürgenson grabara en 1959 unas voces humanas mientras estudiaba con su magnetofón los cantos de los pájaros, a los que era muy aficionado.

Como casi todo el mundo aficionado a lo paranormal sabe, una psicofonía es el fenómeno por el cual podemos escuchar, con o sin ayuda de cinta magnetofónica, voces o gritos provenientes de otra dimensión, del más allá. Practicada por investigadores de campo, espiritistas o no, la búsqueda de voces psíquicas imposibles a dado muchos y variados frutos a lo largo de estos años. Las grabaciones de estos apasionados se cuentan por centenares y ahí están para quien esté abierto a su comprensión.

Se cree comúnmente que la gran mayoría de psicofonistas investiga única y exclusivamente en los cementerios o en lugares destruidos y abandonados. No es del todo cierto. Si bien esos lugares tienen una especial capacidad para ofrecer resultados positivos, el verdadero investigador sabe bien que cualquier sitio es bueno para plantar el magnetofón y grabar tranquilamente.

Ciertamente la base teórica en la que se sustenta el fenómeno es la de que las voces pueden provenir de una "impregnación psíquica". O sea, las voces serían de personas fallecidas en los lugares en las que se registran; personas que por un motivo u otro sufrían en el momento de su muerte y que todavía andan buscando consuelo a su pena o desahogo a su enojo, Esto como una base de la que partir para empezar, que bien puede haber otras muchas. Pués bien, ello concuerda perfectamente con los cementerios y las ruinas, pero no implica que toda la investigación se lleve o deba llevarse a cabo en semejante escenarios. Las psicofonías pueden registrarse en cualquier lugar que escojamos; que logremos resultados o no, será otro cantar.

Tanto es así, que podemos incluso probar en nuestro mismo domicilio. Nos basta una habitación poco ruidosa y un aparato de cassettes. El proceso de preparación es siempre el mismo en todos los casos: prepararemos el magnetofón, lo pondremos en marcha y esperaremos, a ser posible en el mismo lugar, sin hacer ruido y anotando todos los sonidos extraños que puedan darse en ese tiempo y que se deban a factores conocidos y, por tanto, descartables. Si no es posible la permanencia en el lugar del experimento, tendremos por lo menos la precaución de anotar las causas de los posibles sonidos que puedan aparecer en la escucha posterior y que se deban a efectos naturales. Todo ello es valido, como decíamos, tanto para escuchas al aire libre, como las que efectuemos en recintos cerrados.

¿Discusiones al fenómeno?... cómo no!. Se ha argumentado que las voces son producidas por el subconsciente del experimentador que, en su ansia de resultados, puede llegar a impregnar la cinta virgen magnética. Se ha dicho que ninguna de las voces registradas puede ser demostrada como sobrenatural y que todas ellas pueden deberse a la manipulación de unos desalmados, etc, etc.

Como siempre, en este monográfico, no vamos a entrar al trapo de la polémica. El que quiera investigar por su cuenta, tiene el terreno más que abonado.

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