viernes, 19 de diciembre de 2008

Lemuria (1° parte)

I.- Historia de Lemuria y su destrucción.

Lemuria fue una antigua civilización que existió a lo largo del Sur del Océano Pacifico entre Norte América y las regiones comprendidas entre Australia y Asia, pero otros estudiosos afirman y esto queda por demostrar que empezaba en las costas de Perú.


Hace 14.000 años vivió en nuestro planeta lo que sería la primera generación de raza humana, estos seres vivieron en un Continente conocido con el nombre de Lemuria o simplemente Mu. Los Lémures eran seres con un alto grado espiritual y una avanzada tecnología y eran conocidos como los "Seres Serpiente" por tener un particular rasgo en sus ojos que los hacían parecer que tenían ojos de reptiles. Estaban situados geográficamente en el Océano Pacífico entre Australia y América. Las cimas más altas de sus montañas son lo que hoy conocemos como Hawai, Japón y Filipinas, entre otros. Se dice que su extensión nacía en las costas de Asia, en donde se encuentra China y moría en la Isla de Pascua hacia al Sur y en las costas de California hacia el Norte. Por un tiempo ellos fueron la cultura más avanzada de la Tierra. Los Lémures tenían una alta influencia en sus colonias; habían muchas de ellas, unas en Asia, otras al Norte de América y otras en el Sur de la América. Las civilizaciones que hoy conocemos como Chinos, Japonesas, los Nativos Norte Americanos y las culturas Mayas, Aztecas e Incas, descienden de ellos.


La verdadera destrucción de Mu y su subsiguiente hundimiento empiezan en los 30,000 AC. Esta acción continuó por muchos miles de años hasta que la última porción del antiguo Mu, conocido como Lemuria fue también sumergida en una serie de nuevos desastres, los cuales terminaron entre 10,000 y 12,000 AC. Esto ocurrió precisamente antes de la destrucción de Poseidonis, la última parte del Continente del Atlántico: Atlantis.


El Señor Aramu-Muru (Dios Meru) fue uno de los grandes Lemurianos sabios y el Guardián de los Pergaminos durante los últimos días del juicio de Mu o de la condenada Mu. Fue bien conocido para el Maestro de Lemuria que una catástrofe final causaría gigantescas mareas para hundir lo último de sus tierras en el mar embravecido y en el olvido. Aquellos que están trabajando en la Senda de la Mano siniestra, continúan diabólicos experimentos y no repararon "en la escritura de mano sobre la pared", así como hoy día sobre la Tierra, millones de pobladores están continuamente en "comer, beber y alegrarse", aun cuando los fieles del Padre Infinito disciernen claramente los signos de los tiempos. Los Maestros y los santos trabajan en la senda de la Mano Diestra, empezaron a archivar las preciosas crónicas y documentos de las Bibliotecas de Lemuria.

Cada Maestro fue escogido por el Consejo de la Gran Jerarquía Blanca, para que fuera a diferentes secciones del mundo, donde, con seguridad el podría fundar una Escuela de la Antigua y Arcana Sabiduría. Esto fue para conservar el conocimiento científico y espiritual del pasado. Al principio por muchos miles de años, aquellas escuelas permanecieron en un misterio para los habitantes del mundo, sus enseñanzas y reuniones debían ser secretas. Por ello, ellas fueron llamadas hasta hoy día las Escuelas de Misterio o de los Shan -Gri -Las de la Tierra.

El Señor Muru, es uno de los Maestros de Lemuria, fue delegado por la Jerarquía para llevar los rollos sagrados consigo a lo largo con el enorme Disco Solar de Oro del Sol hacia el área montañosa de un lugar recientemente formado, en lo que ahora es Sudamérica. Aquí él guardaría y mantendría el foco de la llama de la iluminación. El Disco del Sol fue guardado en el Gran Templo de la Divina Luz en Lemuria y no fue simplemente un objeto de ritual y adoración, ni serviría para el único propósito que después fue usado por los Altos sacerdotes del Sol entre los Incas del Perú. Aramu-Muru partió a la nueva tierra en uno de los usados navíos aéreos de aquella época, mientras las últimas partes del antiguo continente se despedazaban en el Océano Pacífico, terribles catástrofes tenían lugar sobre toda la tierra. La Cordillera Andina de montañas surgió en aquella época y desfiguró la costa Oeste de Sudamérica. La antigua ciudad de Tiahuanaco (Bolivia), fue en aquel tiempo un gran puerto de mar y una gran ciudad colonial del Imperio Lemuriano de magnificencia e importancia para la Madre Tierra. Durante los subsiguientes cataclismos se levantó sobre el nivel del mar y un benigno y tropical clima fue reemplazado por el helado clima polar de las altas mesetas, eternamente barridas por el viento, semejantes al frígido ártico.

Antes de que esto aconteciese, allí no había el Lago Titicaca, el cual es ahora el lago navegable más alto del mundo, sobre doce mil pies sobre el nivel del mar o sea cuatro mil metros. Así fue que al reciente formado lago el Señor Muru llegó desde la sumergida Lemuria, es el lugar conocido como el Lago Titicaca, el Monasterio de la Hermandad de los Siete Rayos cobró existencia, siendo organizado y perpetuado por Aramu-Muru. Este Monasterio, el cual fue la sede hogar de la Hermandad a través de todas las edades sobre la Tierra, estaba situado en un inmenso valle el cual había sido creado durante los días del nacimiento de los Andes y fue un extraño hijo de la naturaleza, en las que su exacta situación y altitud le dieron un calor, un clima semi-tropical donde las frutas y nueces podían crecer de un tamaño fenomenal. Aquí, sobre la cúspide de las ruinas que habían estado al nivel del mar, como a la ciudad de Tiahuanaco, el Señor Muru ordenó construir el Monasterio construido de gigantescos bloques de piedra cortadas sólo por la energía y fuerza lumínica. Esta construcción ciclópea es igual hoy a la que fue otrora y sigue siendo un repositorio de la ciencia y cultura Lemuriana.

"El Continente Perdido de Mu" y "Los hijos de Mu" de James Churchward's y Neville Spearman, editores respectivamente, viajaron a otras partes del mundo y también levantaron Escuelas de Misterio, así que la humanidad tuviera a través de todos los tiempos que aparecieron en la Tierra, los conocimientos secretos que habían sido no perdidos, sino escondidos, hasta que los hijos de la Tierra hubieran progresado espiritualmente para estudiar y usar las Verdades Divinas.

La ciencia secreta de Adoma, Atlantis y otras civilizaciones mundiales muy adelantadas del mundo se pueden encontrar hoy en día en las bibliotecas de aquellas escuelas, porque estas civilizaciones también enviaron asimismo hombres sabios, para fundar Retiros Interiores y Santuarios a todo lo largo y ancho del mundo. Dichos Retiros estaban bajo la directa guía y al cuidado de la Gran Hermandad Blanca, la Jerarquía de los mentores espirituales de la Tierra. El Valle del Monasterio de la Hermandad de Los Siete Rayos es conocido como el Valle de la Luna Azul y está situado en lo alto de las montañas andinas hacia el norte y al costado peruano del Lago Titicaca.

El Señor Muru no construyó inmediatamente el Monasterio a su arribo al Lago Titicaca, pero el siguió viajando por muchos años, estudiando y ayunando en los desiertos, donde el estaba en unión de otros hombres, quienes habían escapado de la catástrofe. Él fue originalmente acompañado por su aspecto femenino Arama Mara (Diosa Meru) cuando él salió de Lemuria en la aeronave. Aquellas no fueron usadas por la Madre Tierra para comerciar entre las Colonias.

La Hermandad de Los Siete Rayos existía desde tiempos inmemorables y había vivido en la Tierra en la misma época de innumerables edades antes, durante el tiempo de la Raza de los Mayores sobre la Tierra, alrededor de mil billones de años atrás. Sin embargo, si nunca hubo antes un Monasterio donde los estudiantes de vida, altamente avanzados en la Gran Senda de la Iniciación, llegarían a una armonía espiritual, para mezclar el flujo de su corriente vital. Cada estudiante vino dentro de uno de los Siete Grandes Rayos de Vida tal como si fuera un hilo coloreado en el tapiz que simboliza la vida espiritual del Monasterio. Por lo tanto, fue llamada la Hermandad de los Siete Rayos, también conocida como la Hermandad de la Iluminación.


Pero, hace 8000 años apareció otra cultura sobre el Planeta: Los Atlantes. Estos seres eran altos, muy altos. Tenían igual avance tecnológico que los Lémures pero mayor ambición que estos. Los Atlantes estaban establecidos en un Continente en el Océano Atlántico. Naciendo en las costas del Estado de Florida en EU y muriendo en las costas de Europa y el Norte de África en el estrecho de Gibraltar. Los Atlantes sentían envidia por la influencia que los Lémures tenían.

Por un tiempo ambas culturas compartieron el dominio del planeta, pero la ambición de los Atlantes era tomar el control absoluto del Planeta. Las tensiones entre ambas culturas crecieron hasta que estalló la gran Guerra.
Los Lémures no eran guerreros, los Atlantes sí. Los Lémures sabían que esa guerra significaría el fin de la humanidad tal como era conocida hasta entonces. Fue así como antes de la Batalla final, uno de sus miembros llamado Noah recibió un mensaje de una luz muy brillante que apareciendo ante él le dio instrucciones para construir una nave y para recopilar muestras de los seres vivos existentes, estas muestras incluían tanto especímenes Lemures como Atlantes. Esa Luz dijo llamarse Yaveh. La batalla final comenzó y todo terminó. El Planeta cambió. La soberbia de unos había acabado con lo que hasta ahora se había construido. Los Atlantes en su afán por conseguir su objetivo habían utilizado un tipo de energía que había estado prohibida por el peligro que representaba. Esa energía provocó grandes desastres naturales. Terremotos azotaron el planeta y con estos grandes maremotos y erupciones volcánicas. El mar lo cubrió todo y al final grandes territorios desaparecieron definitivamente en el fondo del mar, entre ellos: Lemuria y Atlantis.

1 comentario:

  1. me quedé sin palabras para darte las gracias por este espacio tan maravilloso, de alto contenido espirita. seguiré leyendo tu blog
    juand244@hotmail.com
    espirita de Medellín Colombia

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