jueves, 18 de diciembre de 2008

Los extraños fósiles de Johann Beringer


En 1726, Johann Beringer, profesor de ciencias de la Universidad de Wurzburg, presentó un trabajo tan lleno de idealismo como de inexactitudes. Sus experiencias con fósiles extraños parecían pruebas irrefutables de la existencia de Dios.

Durante años, Beringer recogió de debajo de la tierra docenas de restos con formas peculiares que, en su opinión, eran piedras tallladas por el propio Creador cuando experimentaba con los tipos de vida que pensaba crear.

La sorpresa creció cuando dos ayudantes del profesor empezaron a encontrar nuevas muestras que confirmaban las tesis beringenianas. Aparecieron peces con cara de ave, piedras con soles y estrellas, y algunas cinceladas con la palabra Jehová. Todo esto supuso una gran conmoción a nivel internacional, y enseguida Berlinger fue el foco de atención en el mundo de la ciencia.

Muchos geólogos tacharon de embaucador al profesor de Wurzburg pero él insistía en sus visionarias apreciaciones, apoyado por la complicidad de sus ayudantes.

Cuando varios años después se llevó a cabo una ivestigación exhaustiva, uno de los colaboradores del profesor lo confesó todo: aquellas peculiares pruebas del trabajo divino habían sido talladas por lo dos asistentes. El pobre Berigner, víctima del más cruel de los engaños, dedicó el resto de sus días a comprar y quemar todos los ejemplares de sus fraudulentas obras.

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